27.05.11

Experimento sobre los viernes

viernesVamos a hacer un pequeño experimento, basado en la pregunta “¿Qué tiene de especial el día de hoy?” El lector, antes de seguir leyendo, debe pensar esta pregunta y apuntar mentalmente lo primero que se le pase por la cabeza.

Una vez hecho este pequeño experimento, podemos compararlo con los resultados estadísticos de una encuesta similar. Según un grupo de científicos de Melbourne, Estados Unidos, de cada cien personas encuestadas, doscientas dieciocho respondieron “Porque es viernes y mañana empieza el fin de semana”, trece dijeron “porque es mi cumpleaños” y cuatro respondieron “verde".

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25.05.11

Remedios para una sociedad adolescente

AdolescenteHe leído varias noticias que me han hecho pensar, al considerarlas en conjunto. Por un lado, el cura malagueño que ha sido reelegido después de cuatro años ejerciendo como alcalde. En segundo lugar, la peor suerte que ha sufrido el cura asturiano que dejó el sacerdocio para presentarse a las elecciones y apenas ha conseguido votos. En tercer lugar, el enésimo ataque al celibato sacerdotal y la petición de que los ex-curas casados puedan ejercer el sacerdocio. Después, el inminente referéndum para introducir el divorcio en Malta (uno de los tres países del mundo que aún no lo admiten). Finalmente, un ataque a las familias numerosas en una triste viñeta de Religión Digital.

A veces, las cosas que por separado no parecen tener sentido, unidas revelan algo importante. Como las piezas de un rompecabezas que, una por una, no dicen nada, pero bien colocadas unas con otras forman una imagen. ¿Qué tiene en común todo eso que he mencionado? A mi juicio, el horror por el compromiso permanente. La angustia por el hecho de que elegir algo significa renunciar a otras cosas. El deseo de que las acciones no tengan consecuencias y de poder hacer lo que a uno le dé la gana sin que nadie se atreva a decirle lo que tiene que hacer. Es decir, en una palabra: adolescencia.

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18.05.11

Las ecografías salvan vidas

Ecografía En los últimos meses, se ha dado un paso de gigante en los Estados Unidos en la lucha contra el aborto. Varios estados están preparando leyes que establezcan la obligación de realizar una ecografía antes de que una mujer se someta a un aborto.

Curiosamente, las organizaciones que defienden la “elección de la mujer” han puesto el grito en el cielo. Parecería que cualquier cosa que ayude a una mujer a decidir responsablemente, como el hecho de ver una ecografía del “grupo de células", debería contar con su aprobación, pero no es así. Quizá porque esa “elección” que promueven sólo es, en realidad, una: matar al bebé. Y por ello temen como al agua bendita que la madre pueda ver a su hijo y decidir no matarlo.

Es cierto que mostrar una ecografía apela a los sentimientos de la madre y no va a la cuestión racional. Es, sin embargo, algo necesario, porque la sociedad de hoy no se mueve por argumentos racionales, sino por sentimientos y emociones. De hecho, los argumentos racionales a favor del aborto son prácticamente inexistentes, de modo que sus defensores apelan en su inmensa mayoría a sentimientos irracionales, así que es bueno que haya una respuesta también en ese campo.

Traduzco un testimonio impactante de Kristen Walker, una antigua activista proabortista, que habla de cómo las ecografías cambiaron su vida. Lo he tomado de Live Action.

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17.05.11

Torrentes en el desierto y un Dios que no se deja domesticar

NeguevEl otro día, rezamos en la Liturgia de las Horas un salmo que dice “Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Neguev” (Sal 126,4). En general, esta frase pasa desapercibida, como tantas otras, porque no conocemos Tierra Santa, ni el Antiguo Testamento. Además de que, como buenos habitantes de la ciudad, probablemente no sepamos ni lo que es un torrente.

Neguev significa “seco” o “árido”. Es un desierto, justo al sur de Jerusalén, que ocupa más de la mitad del territorio de Israel (de hecho, en la Biblia muchas veces se traduce simplemente como “Sur”). Si uno se coloca en un lugar alto al sur de Jerusalén, puede contemplarlo: una enorme extensión árida y seca. No es un desierto de arena, como los de las películas, sino un desierto de rocas y cauces secos hasta donde alcanza la vista, con unos cuantos matojos grisáceos y arbolillos retorcidos que acentúan aún más la sequedad de esa tierra. Sólo verlo de lejos, hace que uno, inconscientemente, eche mano a la botella de agua que lleva en la mochila.

No siempre es así, sin embargo. Tras el verano, cuando más seco está el desierto y más agrietada y sedienta está la tierra, cae la lluvia sobre las montañas y, de pronto, surgen los torrentes. Es decir, lo que eran cauces totalmente secos se llenan con riadas de agua de la noche a la mañana, que arrastran a su paso todo lo que encuentran, incluso inundando zonas muy amplias. Donde no había ni una gota de agua, de golpe pasa un río caudaloso y de aguas violentas y peligrosas, que hacen un ruido atronador. De hecho, no hace mucho murieron dos personas en una de estas riadas, ahogadas en el desierto. Gracias a esas aguas, en unos pocos días, el aspecto del Neguev se transforma, cubriéndose de flores.

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14.05.11