Cristianos de ayer y de hoy (IX): Francisco de Sales,
Francisco nació en Saboya en el siglo XVI, en una familia noble. Tenía un genio muy fuerte y, sin embargo, es recordado por su amabilidad y paciencia, que fueron fruto de la gracia de Dios y de su lucha de años por ser como Jesucristo.
Cuando se ordenó sacerdote, abandonando el magnífico porvenir que le preparaba su padre, se le encomendó la predicación en la zona de Chablais, junto al lago de Ginebra, donde la población se había hecho calvinista y no había más de 40 católicos. Sobre esto decía él mismo: “la mejor manera de predicar contra los herejes es el amor, aun sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas”.
Eso no impidió, por supuesto, que predicara incansablemente, recorriendo a pie toda la región, a pesar de los lobos y de los ataques de sus enemigos. Cuando no le escuchaban, escribía sus argumentos en hojas de papel y las dejaba en las puertas de las casas (se ve que no tenía blog).