La religión más universal
Ya he hablado varias veces de cómo los conversos tienen la gracia especial de comprender muy claramente la enorme diferencia que hay entre estar fuera de la Iglesia y estar dentro de ella (mientras que los cristianos “de siempre” a menudo no somos conscientes de esa gran diferencia).
Como muestra, quiero ofrecer hoy a los lectores algunas líneas de Giovanni Papini. Este escritor italiano era hijo de un ateo furibundo y anticlerical, de modo que su madre lo tuvo que bautizar a escondidas cuando no era más que un bebé. Al crecer, se convirtió en un nihilista radical, obsesionado por la literatura y que odiaba todo lo que oliese a cristianismo. Sin embargo, su afán de conocimiento y su desencanto por la filosofía moderna terminaron por hacer surgir en él dudas sobre si el cristianismo, después de todo, podría ser verdadero. El matrimonio con una católica y su encuentro en los evangelios con el Cristo real y verdadero, que le atrajo mucho más que el Jesús edulcorado de muchos contemporáneos, le llevaron finalmente a la conversión.