Cuestión de vida o muerte
La semana pasada me llamó mucho la atención una noticia ofrecida por La Dos. La locutora, de forma lapidaria, afirmaba que a una señora francesa, “la ley no le permitía morir con dignidad”.
Esta pobre señora tiene un cáncer terrible que le desfigura la cara y la va dejando ciega poco a poco. Como ya habrán adivinado, lo que quiere es que los médicos franceses la ayuden a suicidarse de forma rápida e indolora, porque no quiere ir perdiendo facultades y seguir sufriendo. La ley francesa no permite el suicidio asistido, de manera que, acompañada por sus hijos, va a viajar a Suiza para que allí la ayuden a suicidarse legalmente.

Después de leer el que ayer publicó Religión Digital sobre las declaraciones de Monseñor Cañizares, creo que alguien debería quejarse. Mejor aún, creo que muchos lectores deberían quejarse para que se haga algo para remediar esta situación. Yo así lo quiero hacer con este artículo, respetuosamente, pero con firmeza.
Hace unos días, el blog del Barón Rampante publicaba una noticia, tomada de la Stampa y de La Razón, que afirmaba que el Papa podría estar pensando rehabilitar a Lutero. El autor titulaba su artículo: “Benedicto: Lutero no era un hereje”. Esta “noticia” se ha extendido como una epidemia de gripe y ha infectado a multitud de páginas de Internet y a otros Periódicos. Hoy mismo, el periódico El Mundo publicaba un artículo, firmado por Irene Hernández Velasco, corresponsal en Roma de dicho periódico, titulado “¿Hacia una rehabilitación de Lutero por el Vaticano?”.
No, no me refiero a que queda muy poco para saber quién va a ganar las elecciones. Queda muy poco tiempo para algo mucho más importante: la Pascua. Es decir, el paso de Cristo de la muerte a la vida, de la Cruz a la Resurrección, que es también un paso especial de Dios por nuestras vidas.








