La esencia de Dinamarca
Acabo de volver de un viaje por Dinamarca, antigua tierra de vikingos, de godos y de alanos, tierra de marinos, exploradores y conquistadores. Un país precioso para visitar.
También, por la gracia de Dios, es tierra de santos, como Asgario o Canuto. Quizá sea uno de los mayores orgullos de nuestra Europa que su Historia esté jalonada por las vidas de amigos de Dios. Dinamarca abandonó a Thor y a Odín y fue cristianizada hace ya diez siglos, en buena parte por obra del obispo San Asgario (Asgar). El primer rey cristiano de los daneses fue Harald Diente Azul (Bluetooth en inglés, de donde proviene el nombre de la tecnología con ese nombre). San Canuto (Knud), rey de Dinamarca, fue uno de los descendientes de Harald y antecesor de la actual reina Margarita.
Como ya sabrán los lectores, el país es oficialmente luterano, desde la Reforma del s. XVI, que, en el caso de Dinamarca, fue producto de una guerra entre los partidarios de Lutero y los católicos, perdida por estos últimos. Sin embargo, la asistencia regular a los oficios religiosos luteranos está por debajo del 5 %.