Las iglesias vascas, tierra de misión
Se han usado tanto las frases “España es tierra de misión” o “Europa es tierra de misión” que ya no escandalizan ni sorprenden como lo hacían al principio. Vamos aceptando que la católica España y la cristiana Europa ya no lo son realmente. La sociedad española hace tiempo que dejó de ser católica en cuanto a la forma de ver la vida, la moral, la educación o el mundo, aunque mantenga aún un catolicismo nominal mayoritario. Esto, desgraciadamente, ya no es noticia, aunque haya quien aún no se haya dado cuenta de la necesidad de evangelizar de nuevo Europa.
En cambio, lo que sí que debería ser motivo de escándalo, vergüenza y conversión para nosotros es el hecho de que muchas de nuestras mismas iglesias sean hoy tierra de misión. En ellas no se proclama a Jesucristo. Es decir, aunque se usa mucho su nombre, no se proclama al Jesucristo real del Evangelio y del resto de la Escritura, de la enseñanza de la Iglesia y de la vida de los santos. De quien se habla es de un “Jesús” inventado, políticamente correcto, blandito a más no poder, cuya función principal es decir que nuestros pecados no tienen importancia porque sólo son graves los pecados de los demás, ya sean los ricos, los políticos o los norteamericanos.