¿Qué habría hecho San Ignacio?

A veces uno se pregunta qué habría hecho este santo o aquel otro en una situación como la actual. Generalmente, lo único que se consigue con esas preguntas es especular de forma poco provechosa, proyectando las propias opiniones en el santo en cuestión. Hay ocasiones, sin embargo, en que el santo se ocupó de situaciones prácticamente idénticas y sabemos más o menos lo que habría hecho hoy, porque sabemos lo que hizo de hecho en circunstancias similares.
Por suerte, San Ignacio nos dejó un testimonio clarísimo sobre su forma de actuar con respecto a varios problemas que hoy sufre la Iglesia. Se trata de la carta que envió a San Pedro Canisio, apóstol de Alemania. Recordemos que, en aquella época, Alemania y sus alrededores se encontraban sumidos en la herejía luterana, que también apuntaba en casos aislados en el resto de Europa. Casi, casi, casi como hoy.
Pensemos, por ejemplo, en las numerosísimas universidades “católicas” (incluidas, tristemente, tantas universidades jesuitas) en las que se enseñan todo tipo de heterodoxias y barbaridades que destruyen la fe de los alumnos. ¿Qué dijo San Ignacio sobre el asunto?

Hoy, un post breve.
Como llevamos varias semanas de artículos polémicos, necesarios pero fatigosos, creo que es buena idea traer al blog palabras de aliento, de gracia y de esperanza, así que he traducido para los lectores parte de un texto del Beato John Henry Newman. Se trata de uno de los sermones parroquiales que pronunció cuando aún era anglicano. Uno no puede evitar pensar que ojalá muchos sacerdotes católicos predicaran al menos como el Newman anglicano.
El diario de la diócesis alemana de Hildesheim,



