Bartolomé de las Casas, centro de una polémica que dura siglos (y II)
LA VIDA Y ESCRITOS DE FRAY BARTOLOMÉ, OBJETO DE LAS MÁS VARIADAS INTERPRETACIONES
Ya es bien sabido que, en general, Las Casas ha tenido una acogida muy favorable durante el ultimo siglo y medio, tanto fuera como dentro de España, y tanto de parte de eclesiásticos como de seglares, y aun de los enemigos del catolicismo. Como también es conocido que han sido pocos los que han conocido y leído sus obras mas importantes y voluminosas. Tanto la vida de don Antonio Maria Fabie, como antes la del poeta don Manuel José Quintana 10 son laudatorias, con ciertas reservas sobre su actitud antiespañola y el vértigo de los números. Entre las numerosas vidas o artículos publicados en el extranjero, el tono laudatorio rara vez abandona a los admiradores incondicionales de Las Casas, prácticamente todos. Solo más recientemente se han hecho tímidas correcciones y reservas. Entre los extranjeros que siguen la línea admirativa, pero muestran también determinados reparos que hacer a Las Casas historiador o a sus escritos, hay que contar a Lewis Hanke, en diversas obras y artículos, y a Marcel Bataillon, buenos historiadores y conocedores de la América hispana, pero arrastrados, tal vez demasiado, en conjunto, por su fervor lascasista. Su contribución al conocimiento de la vida y de los escritos del protector de los indios es considerable, con aciertos dignos de tenerse en cuenta. Pero creemos que también con ellos valen las observaciones que hace don Ramón Menéndez Pidal.
Entre los españoles, podemos contar entre los recientes panegiristas de Las Casas, especialmente a don Manuel Giménez Fernández y al padre Manuel Maria Martínez, O. P., en su obra Fray Bartolome de las Casas, el gran calumniado. Sin dedicarse del todo a su personaje, ha intervenido también bastante en su favor el padre Venancio D. Carro, O. P. Merece destacarse el Estudio preliminar, de don Juan Perez de Tudela, a las Obras escogidas de fray Bartolome de las Casas: pertenece al grupo lascasista, aunque también hace notar determinados errores de su biografiado, o exageraciones o desviaciones tanto en el mismo fray Bartolomé como en sus biógrafos. Es un estudio que hay que tener en cuenta, tanto en su aportación histórica como en el estudio de la personalidad del discutido obispo. Cierta dureza de estilo y prurito de filosofar oscurecen un poco las líneas del estudio, haciendo mas fatigosa su lectura; pero, en definitiva, es una buena aportación a estos estudios.
Existe el grupo antilascasista, como gustan de llamarlo hoy los defensores, frecuentemente exagerados, de Las Casas, pero que generalmente tratan de hacer con él el criticismo que tanto practicó Las Casas con las cuestiones referentes a las Indias y las personas que intervinieron en ellas y tanto ponderan sus adictos. Creemos que es un deber histórico el hacerlo, con tal que se haga únicamente con argumentos y de modo digno, como lo pide la materia.
Solo que, de hecho, surge inevitablemente la polémica. Y no sabemos porqué haya de haber una especie de intangibilidad para un personaje discutido, que, a muy grandes méritos, une también algunos deméritos. Debería llegarse a un honrado examen del problema, sin acudir en seguida a expresiones injuriosas para los que disientan de nuestro parecer, como se ve, por desgracia, con no rara frecuencia. Así habría modo de entenderse y de llegar mejor a conclusiones históricamente aceptables y dentro de los respetos debidos a personas e instituciones.