El asesinato de Ignacio Ellacuría y sus compañeros, visto veinte años después

CONDECORADOS SÍ, PERO MÁRTIRES MÁS BIEN NO

Con ocasión de los veinte años del bárbaro asesinato de los seis Jesuítas que se hallaban presentes en la comunidad de la Compañía en la UCA el 16 de noviembre de 1989, junto a una mujer y su hija que tuvieron la mala suerte de ser testigos presenciales, en muchos sectores de la comunidad internacional se ha homenajeado a las víctimas: La última noticia que tenemos de homenajes ha sido proveniente de los Obispos norteamericanos y del gobierno de aquel país, y días antes habían sido condecorados también por el gobierno salvadoreño, en lo que se podría considerar como un acto de reparación por los errores del pasado.

En la noche del miércoles 15 de noviembre al jueves 16 de noviembre de 1989, como a la una de la madrugada, un grupo de unos 30 hombres vestidos con los uniformes del Batallón Atlacatl de la Fuerza Armada del Salvador, entraron en el campus universitario de la Universidad Centroamericana (UCA). Con el toque de queda y la supervigilancia que había en la zona sólo ellos podían haber entrado allí. Fueron varios los testigos de oído y varios los que desde casas vecinas pudieron ver, con la complicidad silenciosa de la luna. Caminaban con total impunidad, seguros de que nadie iba a molestar su “trabajo", la muerte que anunciaron de distintas formas a lo largo de ese día malo.

Al entrar en las instalaciones de la universidad, lo hicieron por el Centro Pastoral Monseñor Romero, contiguo a la casa de los padres Jesuítas. Con un tiro certero atravesaron, por el corazón, una fotografía de Monseñor Romero. Todos los sacerdotes se levantaron con el ruido. El día anterior, uno de los sacerdotes había ido a dormir a otra comunidad. Desde hacía días no estaba allí tampoco Jon Sobrino, que había ido a la lejana Tailandia a dar unas conferencias. De los ocho que componían la comunidad, estaban seis: El conocido teólogo de la liberación Ignacio Ellacuría (del cual tengo que reconocer que nunca he leído nada ni me han entrado ganas de hacerlo) y otros cinco, alguno de avanzada edad (Ignacio Martín Baró, el vicerrector de la UCA, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno, Amando López y Joaquín López López, todos ellos españoles menos éste último, que era salvadoreño).

Estaban a medio vestir cuando llegaron a matarlos. Forzaron la puerta de entrada a la zona de los cuartos, en el piso de arriba. No conocemos qué palabras serían las últimas. Tampoco los últimos pensamientos, los sentimientos finales. Los sacaron a un pequeño patio. Allí los obligaron a tumbarse boca abajo en la tierra. Así los miró el mundo, en fotografías que recorrieron los periódicos y las revistas y en las que se disimula el horror de sus rostros desfigurados por las balas. Les dispararon a la cabeza con balas explosivas.

A dos de los Jesuítas asesinados los arrastraron hacia adentro de la casa, dejando un reguero de sangre. No sabemos en qué momento doña Elba y Celina, su hija de 15 años, que ayudaban en la casa, lloraron o gritaron. Tenían que matarlas, no podían quedar testigos. Murieron abrazadas, cosidas a balazos, mientras los aviones y los helicópteros ametrallaban los barrios donde viven los pobres como ellas.

Después de la media hora que parece haber durado la masacre, los asesinos estuvieron por más de tres horas dentro del recinto universitario. Los archivos y oficinas de “Carta a las Iglesias", una publicación testimonial nacida hace ocho años para llevar a otras Iglesias la voz de la Iglesia salvadoreña, quedaron arrasadas. En otras oficinas y con armas especiales fueron quemando selectivamente máquinas de escribir, computadoras, aparatos de sonido, grabadoras, aparatos de video… La sustancia química que arrojaban estas armas derritió literalmente los aparatos.

En la casa de los asesinados registraron los cuartos, los revolvieron, robaron radios, papeles, algún dinero, robaron los recuerdos de Monseñor Romero que se conservaban en el Centro Pastoral y después dispararon ráfagas de balas sobre todas las paredes de la casa y varios de los coches de la universidad.

Pocos minutos después de las 6 de la mañana el esposo de doña Elba fue a la casa de los padres a iniciar un nuevo e incierto día y encontró los cadáveres. Corrió a avisar al padre provincial José María Tojeira, que dispuso que nadie tocara nada para facilitar la investigación. Entre los primeros en visitar el lugar estuvieron el arzobispo Monseñor Rivera y Damas y su auxiliar Monseñor Rosa Chávez. Monseñor Rosa fue claro: “Los han matado los mismos que mataron a Monseñor Romero".

Veinte años después de estos hechos se ha rendido justo homenaje a los asesinados y han sido condecorados. Sin duda es un deber histórico reparar por la muerte injusta de estos sacerdotes y de las dos mujeres que de rebote murieron en las mismas circunstancias, así como se debería reparar por tantas víctimas inocentes de la guerra civil en el Salvador. Pero lo que no se puede es confundir una vícitma con un mártir. Hoy como entonces, muchas voces hablan de mártires al hablar de estos Jesuítas pero creo sinceramente que no hay base para considerarlos tales, por lo menos desde el punto de vista cristiano de la palabra mártir.

Que murieron injustamente, no cabe duda. Aunque fueran elementos desestabilizadores del rágimen reinante, no tiene justificación alguna un asesinato de este tipo (ni de ningún tipo), pues la justicia debe usar otros medios. Pero el hecho que muriesen así no les convierte en mártires. Fundamentalmente por el motivo de su muerte: Nadie puede demostrar que murieran porque los asesinos odiaran la fe cristiana y ese fuera el mtivo del crimen. Más bien todo apunta a cuestiones políticas, que tampoco justifican ningún asesinato, pero que no crean mártires.

En el caso de la guerra civil española, se cuida mucho de distinguir los que murieron por motivos políticos y los que murieron por motivos religiosos, que serían los mártires. En el caso de este grupo de Jesuitas de El Salvador, el intentar defender que murieron por motivos religiosos es toda una complicación: Al ser sacerdotes y religiosos, se supone que luchaban por la justicia por motivos no meramente humanos sino más bien sobrenaturales, pero que murieran por su fe… La mezcla con la política, tan enmarañada en El Salvador de aquella época, es demasiado fuerte, que no resistiría un estudio serio según las categorías de la Iglesia para declarar a alguien mártir en sentido estricto de la palabra. Por tanto, sin duda dignos de homenajes y condecoraciones, pero mártires… más bien no.

20 comentarios

  
abad
el problema es que los que buscan el reconocimiento por parte de la Iglesia de que verdaderamente son mártires, enarbolan la bandera de la justicia (que siempre es justa) pero nunca les he escuchado que perdonan a los asesinos.
Uno que estuvo en El Salvador
29/11/09 12:13 AM
  
Esteban
Esta equivocado el concepto de Martir en el Cristianismo va mas allá de solo la fe

Suma teológica - Parte II-IIae - Cuestión 124
Objeciones por las que parece que sólo la fe es causa del martirio.

Contra esto: está lo que se dice en Mt 5,10: Dichosos los que padecen persecución por la justicia, lo cual se refiere al martirio, como dice la Glosa en el mismo lugar. Ahora bien: a la justicia pertenece no sólo la fe, sino también las demás virtudes. Por tanto, también ellas pueden ser causa del martirio.
Respondo: Como hemos visto (obj.2 a.4), «mártires» es lo mismo que «testigos», es decir, en cuanto con sus padecimientos corporales dan testimonio de la verdad hasta la muerte; no de cualquier verdad, sino de la verdad que se ajusta a la piedad (Tit 1,1), que se nos manifiesta por Cristo. De ahí que los mártires de Cristo son como testigos de su verdad. Pero se trata de la verdad de la fe, que es, por tanto, la causa de todo martirio. Pero a la verdad de la fe pertenece no sólo la creencia del corazón, sino también la confesión externa, la cual se manifiesta no sólo con palabras por las que se confiesa la fe, sino también con obras por las que se demuestra la posesión de esa fe, conforme al texto de Sant 2,18: Yo, por mis obras, te mostraré la fe. En este sentido dice San Pablo (Tit 1,16) a propósito de algunos: Alardean de conocer a Dios, pero con sus obras lo niegan. Por tanto, las obras de todas las virtudes, en cuanto referidas a Dios, son manifestaciones de la fe, por medio de la cual nos es manifiesto que Dios nos exige esas obras y nos recompensa por ellas. Y bajo este aspecto pueden ser causa del martirio. Por eso se celebra en la Iglesia el martirio de San Juan Bautista, que sufrió la muerte no por defender la fe, sino por reprender un adulterio.

Por lo que usted llama "razones políticas" puede ser buscar la justicia

No veo porque "modera" este tema, solo quiere respuestas a modo? Si Ellacuría fue movido por la justicia (la busqueda de una sociedad más justa) como parece ser, y fue asesinado por incomodar a las clases dominantes,(como el caso del Bautista, o el propio Jesucristo), luego entonces SI SON MARTIRES
29/11/09 12:42 AM
  
Luis López
Esteban, quien muere al buscar la justicia por los caminos que trazó el marxismo no puede ser considerado "martir cristiano". Entre otras razones porque el marxismo sólo ha traído totalitarismo, pobreza, opresión, muerte, irreligión y sobre todo mentira.
29/11/09 12:13 PM
  
Luis López
Por otro lado, debemos recordar que el "marxismo", como lúcidamente definió Juan Pablo II, es un "pecado contra el Espíritu Santo"

No puede ser mártir en definitiva quien defiende la Teología de la liberación, condenada expresamente por el Magistero de la Iglesia. Dien son los puntosd de condena (Wikipedia):

"1 - Desde un punto de vista teológico, el análisis marxista no es una herramienta científica para el teólogo, que debe, previo a la utilización de cualquier método de investigación de la realidad, llevar a cabo un examen crítico de naturaleza epistemológica más que social o económico.
2 - El marxismo es, además, una concepción totalizante del mundo, irreconciliable con la revelación cristiana, en el todo como en sus partes.
3 - Esta concepción totalizante impone su lógica y arrastra las "teologías de la liberación" a un concepto de la praxis que hace de toda verdad una verdad partidaria, es decir, relativa a un determinado momento dialéctico.
4 - La violencia de la lucha de clases es también violencia al amor de los unos con los otros y a la unidad de todos en Cristo; es una concepción puramente estructuralista, para legitimar esa violencia.
5 - Decir que Dios se hace historia, e historia profana, es caer en un inmanentismo historicista, que tiende injustificadamente a identificar el Reino de Dios y su devenir con el movimiento de la liberación meramente humana, lo que está en oposición con la fe de la Iglesia.
6 - Esto entraña, además, que las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad reciban un nuevo contenido como "fidelidad a la historia", "confianza en el futuro", y "opción por los pobres" que en realidad les niega su sustancia teológica.
7 - La politización de las afirmaciones de la fe y de los juicios teológicos lleva a la aceptación de que un hombre, en virtud de su pertenencia objetiva al mundo de los ricos, es, ante todo un enemigo de clase que hay que combatir.
8 - Todo eso lleva a un clasismo intolerable dentro de la Iglesia y a una negación de su estructura sacramental y jerárquica, 'hendiendo al Cuerpo Místico de Cristo en una vertiente "oficial" y otra "popular", ambas contrapuestas (caso reciente de Nicaragua).
9 - La nueva hermenéutica de los teólogos de la liberación conduce a una relectura esencialmente política de las Escrituras y a una selectividad parcial y mendaz en la selección de los textos sacros, desconociendo la radical novedad del Nuevo Testamento, que es liberación del pecado, la fuente de todos los males.
10- También entraña el rechazo de la Tradición como fuente de la fe y una distinción inadmisible entre el "Jesús de la Historia" y el "Jesús de la Fe", a espaldas del magisterio eclesiástico».
29/11/09 12:23 PM
  
Manuel
Ahora va a resultar que Jon Sobrino tiene razón cuando dice que los que murieron en la Guerra Civil asesinados sólo por ser católicos (Sin hechos de armas) no son mártires y que los verdaderos mártires son las amas de casa, los trabajadores, aquellos que padecen un mundo injusto. También son mártires los jesuitas que murieron por lo que ellos creían que era un mundo más justo, en su opinión luchaban por el evangelio. Es una interpretación opinable, pero para mi se ha hecho tanta política de este asunto que es imposible quitar el grano de la paja.
En mi opinión los jesuitas murieron por la interpretación política del evangelio, una interpretación muy subjetiva, muy discutible. No murieron por confesar la fe en Cristo, murieron por creer que la fe en Cristo avalaba un determinado tipo de sistema político. Llamar Mártires a su decisión político-religiosa es un poco exagerado (en mi opinión).
29/11/09 3:41 PM
  
Esteban
Ellacuría no era marxista.Si erroneamente usó elementos del analisis marxista de la Historia (y digo erroneo porque no me parece el analisis de Marx sobre el motor de la historia como acertado), no lo hace marxista, como San Agustín no lo hace neoplatonico, por tomar elementos de la filosofia platonica, para la exposición de la doctrina cristiana

Por cierto el Magisterio no condena la Teologia de la Liberación, habla de errores de ALGUNAS FORMAS DE TEOLOGIA DE LA LIBERACION, y no esta mas de decir que muchos de estos teologos no se dieron por aludidos con las instrucciones (porque lo que selañaba la misma como errores, ellos no lo planteaban)

Manuel que sabe usted de estos jesuitas o ha leído de ellos para afirmar tal cosa?
29/11/09 6:56 PM
  
Manuel
Esteban, lleva usted razón en que no soy un experto en los jesuitas que fueron asesinados. He leido algo, de varias fuentes, cercanas a la Teología de la Liberación y contrarias, Jon Sobrino, etc... Más allá del juicio moral a unas personas a las que no conocí y no tengo derecho a hacerlo (Vaya por delante que aquel asesinato me parece injustificable) yo opino sobre el concepto de martir, no sobre la vida de esos jesuitas (totalmente respetables). Opino sobre si "martir" es un concepto aplicable a una persona que muerte defendiendo un proyecto ideológico, político, religioso, o a alguien que muere por sus creencias religiosas, su fe en Cristo. No voy a entrar en la discusión que hubo sobre si estos jesuitas apoyaban a la guerrilla o si eso fué una interpretación del Gobierno para justificar su asesinato. Aquí hablamos del concepto de martir y nos preguntamos dónde está el límite y hasta que punto es martir, por ejemplo, un requeté que murió por defender su concepto religioso, político.
O sólo es mártir aquel que une política y religión en una causa "popular".
29/11/09 7:52 PM
  
Manuel
Esteban, disculpe si mi opinión le ha ofendido en algo, no era mi intención. Realmente no puedo opinar sobre ellos como personas (Supongo que tenían las mejores intenciones y no hicieron nada que justificara su asesinato).
Pero, he oido tanto a los grupos católicos de base, hablar de Monseñor Romero y de Ellacuría y sus compañeros como aquellos que llevaban una iglesia popular, dispuesta a mezclar socialismo y cristianismo, aquellos que se sentían solidarios del movimiento revolucionario guerrillero, que ya no se que hay de cierto y que de falso.
He leido tanto a favor y en contra que la hojarasca no me deja ver la realidad.
En cualquier caso es una opinión personal, quizás no demasiado fundadad.
29/11/09 8:29 PM
  
Iscle
De Ellacuría lo único que conozco es una entrevista que le hicieron en TV en la hablando del terrorismo no parecía que considerase grave que ETA matase Guardias Civiles, al menos, no tan grave como otro tipo de asesinatos. Yo cuando le oí tuve la impresión de estar oyendo a un terrorista haciendo apología del terrorismo de izquierdas.

No sé nada más de él, pero no sólo no creo que fuese mártir, sino que no creo que fuese un buen cristiano. Cuando los mataron tuve la sensación que todo era un ajuste de cuentas entre terroristas de uno y otro signo.
30/11/09 3:27 PM
  
Esteban
No se de que te quejas Iscle, en este foro hay muchos dizque cristianos que justifican a dictadores como Franco y Pinochet, eso no te molesta?, pura hipocresía
01/12/09 2:12 AM
  
Teon
Dadas las circunstancias ya no parece un "gran honor" recibir el reconocimiento de la Iglesia como "martir" ni son todos los que estan ni estan todos lo que son. Para aclarar, las "Actas de los Mártires" son, con lo que son, muchos más rigurosas que los "simpáticos" reconocimientos de estos últimos siglos
11/12/09 3:31 PM
  
Enrique
Abad, con todo respeto, justicia y perdón son dos cosas totalmente distintas, si fuese tan fácil como perdonar y olvidar creo que la misma idea de un juicio final sería absurda. Como estudiante de la UCA, si hay algo que he aprendido en la universidad, es a tener pensamiento propio y el valor de expresarlo responsablemente. He leido un poco sobre la teoría de la liberación, algunas cosas no me parecen, otras si, como todo en la vida hay que saber sacar las cosas que en realidad sirven... Con respecto al tema, en mi opinión, si fueron verdaderos mártires, porque en un período de guerra no cualquier persona se atreve a proclamarse en contra de las atrocidades producto de la misma, es fácil para nosotros hoy en día juzgar los hechos, no perdemos nada más que un par de minutos leyendo y otro par escribiendo, ¿se criticaba más al ejército y al gobierno? si, ¿los guerrilleros también asesinaron miles de salvadoreños? si, pero una cosa es consecuencia de otra, en pocas palabras, si la cabeza anda mal el cuerpo también, de manera que los gobiernos deben velar por la vida y bienestar de quienes los eligieron, no asesinarlos, oponerse a dichos asesinatos de manera pacífica o "desestabilizadora" como dicen algunos, significa que ha estos sacerdotes los asesinaron porque actuaron como Jesús, el mismo Jesús fue un desestabilizador en su tiempo, proclamándose airada y abiertamente en contra de los sacerdotes judíos, imperio romano, fariseos, recaudadores de impuestos que en su tiempo eran considerados como las principales figuras de poder, en este sentido, ser mártir significa morir, no por la fe, porque Jesús no murió por la fe, murió por nosotros, de no ser por la muerte de los sacerdotes jesuitas y sus colaboradoras, no se hubiera acelerado la búsqueda de paz en El Salvador, por tanto deben ser reconocidos como mártires. Respecto al comentario de Luis López sobre el marxismo, tiene razón, pero el capitalismo no ha demostrado ser una solución viable tampoco, el capitalismo también produce hambre, guerras, muerte, opresión, desempleo, crisis económica, inflación, delincuencia e inseguridad.... NINGUNO DE LOS DOS SISTEMAS FUNCIONA, LA HISTORIA Y LA REALIDAD EN QUE VIVIMOS LO COMPRUEBAN.
27/11/10 6:45 AM
  
fabiana garcia pascual
Creer que el martirio es el efecto de una muerte que tiene solo por causa artículos de Fe es una limitación de perspectiva. Leer el texto de Ellacuría sobre por que muere y por que le matan "a Cristo" ayuda a comprender que esa muerte, que nadie dudaría en reconocer como martirio, tiene causas no solamente religiosas en sentido estricto, sino sociopolíticas. En la condena a muerte que sufre Jesús, todas las fuerzas sociopolíticas-religiosas de la época se aúnan para acabar con El y su movimiento: sacerdotes judíos, la cohorte romana, el mismo pueblo. La idea de martirio es más abarcativa e incluye las causales de la muerte de esos jesuitas. Se comprueba realizando una analogía con las causales de la muerte de Jesús. Obsérvese si las búsquedas de una mayor justicia social, tan caras a la T de la L, para la cual las necesidades son también materiales, y para todos según necesiten, (confundir esto con marxismo es una de las tantas simplificaciones dadas a la T de la L) por compromiso cristiano llevan a la muerte; y ¡muerte violenta! y podríamos hablar entonces de martirio. Un cordial saludo.
03/04/11 4:55 PM
  
miguel antonio,de chile,ñuble
En cada espacio que a generado la vida surgen mentes y cuerpos que son capaces de ser fieles a lo autoctono,natural,a lo verdadero..mis respetos..admiracion y mejores vibras para quienes son valientes y se atrevena vivir y defender la verdad y la justicia..en chile nos faltan hombres cabales que defienden al hombre y a todos sus hermanos menores..porque nos estan exterminando...regalaron el derecho de autor a los norteamericanos.tanto de las semillas como de los semen..toda la flora y la fauna...le entregaron el cobre,la electricidad,la tierra...estan enbalsando el agua...hermanos mapuches gloriosos..estudiantes estan dando la cara y un dia con la fuerza del espritu de todos los crucuficados y resucitados..recuperaremos para el mundo un pais y un continente que esta siendo enajenado..¡viva jesus¡vivan los hombres y mujeres libres¡...fono...97 36 61 54. [email protected]
20/06/11 2:25 AM
  
ed
Llama la atención cuando se dice que los asesinos iban "vestidos con los uniformes del Batallón Atlacatl". ¿Cuál es la idea?
11/02/12 5:55 PM
  
Gabriel Lugo
Saludos;
Pensar hoy en día si son mártires o no lo son sería tan grotesco como enarbolar las intenciones de los asesinos. Solo me atrevería a apuntar que Alberto Royo al decir que "Nadie puede demostrar que murieran porque los asesinos odiaran la fe cristiana y ese fuera el mtivo del crimen." Tiene toda la razón, pero considero fielmente que quien odia la fe cristiana, quien la rechaza -por el motivo que fuese- va más allá de cualquier elemento cristiano, por eso tantos que atentan contra la vida del ser humano. Realmente si las razones que han tenido fueran "políticas" ¿por qué habrían de asesinarles tan brutalmente? ¡Cobardes!
07/06/12 3:53 AM
  
Danilo
fue un asesinato politico no uno religioso. Pareciera que los que apoyan la teologia de la liberacion que predicaban los jesuitas de la UCA condenan los crimenes del gobierno de turno pero JUSTIFICAN los de los grupos guerrilleros! soy salvadoreño y en verdad condeno estos asesinatos pero creo que el gobierno de ese entonces cometio un terrible error en no deportar a esos sacerdotes jesuitas para asi prevenir que fueran a ser asesiados y que estos sacerdotes al actuar con parcialidad hacia la guerrilla estaban contribuyendo a la guerra no a la tal paz con la que tanto se llenaban la boca hasta los mismos lideres de grupos terroristas. Y que Cristo fue un opositor pues Cristo murio por la FE y dijo que su reino no era de este mundo y jamas llamo a derrocar gobiernos, imperios ni animo a la lucha armada contra la opresion de ese entonces.
04/03/13 11:55 PM
  
Sofia
Me pregunto para que supieran de todo esto tubo que quedar un testigo mi pregunta es ¿Quien fue el testigo? y porque todo se lo echan en cara ala militar????
29/03/14 10:20 PM
  
asla
Las motivaciones que han embujado estoa jesuitas y las dos mujeres es esta: el amor a los pobres, emprobecodis. Por favor, ante de hablar , necesita leer y estudiar mucho.
Con todo respecto, yo pienso que son martyres. Entregaron la vida por Alguien. Cuando una persona se siente en periclo de vida deja ala cosa que esta haciendo. (muchas veces pasa esto). Los jesuitas se quedaron en esta casa, sabiendo muy bien que estaban en gran periclo de muerte. aceptaron por fe y por amor al Dios de los pobres.
Mayor respecto de estas personas, y seguimos el ejemplo.
saludos
01/07/14 7:26 PM
  
Stella Maris Jerez
Negar el martrio a los jesuitas es negarlo a Jesus que fue crucificado por los poderosos de su tiempo y no solo por razones religiosas sino sobre todo por sentir amenazado su poder ante el anuncio de un reino de justicia y paz y esto por supuesto quieran o no involucra la marcha de los acontecimientos historicos ya que es en la historia donde jesus salva y establece su reino.Por lo tanto no podemos dejar afuera lo polìtico como si fuese algo ajeno a la obra de dios y de los hombres.Dios se hace carne para hacer la historia junto al hombre y los jesuitas asi entendieron su labor y su vida. De aquì que sean verdaderos y autènticos Màrtires.
10/11/14 2:44 PM

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