Historias de los herejes y las herejías (II): La Abadía de Port-Royal y el jansenismo
LA ABADÍA DE PORT-ROYAL: EL JANSENISMO HIZO A SUS MONJAS “PURAS COMO ÁNGELES Y ORGULLOSAS COMO DEMONIOS”
La famosa abadía fue fundada en 1204 por Matilde de Garlande, esposa de Mathieu de Montmercy, en el valle de Chevreuse, a seis leguas ( entre 16 y 17 millas) de Paris, en el lugar de la actual villa de Magny –les – Hamaux, en Seine-et-Oise. La fundación del cenobio ocurrió de la sihuiente manera: Habiendo partido Mathieu en 1202 para la cuarta cruzada, su esposa Mathilde de Garlande tuvo la idea de esta fundación, con la intención de que fuera lugar de reposo del cruzado. El lugar donde se enclavó el monasterio se llamaba Porrois, pero se le dio el nombre más ilustrado de Port-Royal ( de Portu Regio), con el cual se le conoce desde 1216. Es curioso que el nombre de Port-Royal tenga una gran semejanza con el de una ciudad célebre, la de Hippona, donde San Agustín fue obispo (el mismo Agustín que, malinterpretado, tanto tuvo que ver en la controversia jansenista). Es una pura casualidad que ha sido conocida pasado ya el siglo XVII. La ciudad africana se llamaba -en francés- “Hippone la Royale” (Hippo Regius), para distinguirse de otra ciudad del mismo nombre; “Hippo", en lengua púnica, quería decir “puerto” ("Port").
Estuvo en primer lugar sometida a la regla de S. Benito y después al Cister con su particular interpretación de la misma regla; la comunidad sufrió mucho durante las invasiones inglesas y las guerras de religión. A principios del siglo XVII la disciplina estaba completamente relajada pero en 1608 fue reformada por la madre Angélica Arnaud con la ayuda y estímulo de San Francisco de Sales.
Las monjas formadas en Port Royal se extendieron por todas Francia trabajando en la reforma de otros monasterios. En 1626 Port Royal era un lugar poco saludable que ya no ofrecía acomodo adecuado y la comunidad emigró a París, estableciéndose en el Faubourg St-Jaques. Renunciando al antiguo privilegio concedido por los papas, la nueva abadía se puso bajo la jurisdicción del Arzobispo de Paris. Desde entonces, la monjas, dedicadas a la adoración de la Eucaristía, tomaron el nombre de Hermanas del Santísimo Sacramento. En 1636 el Abad de St-Cyran era el director espiritual del monasterio y enseguida lo convirtió en un nido de Jansenismo . Reunió en torno a sí al abad Singlin, a los dos hermanos de la madre Angélica, Arnaud d´Andilly y Antoine, a sus tres sobrinos, Antoine Lematre , Lemaitre de Lacy y Lemaitre de Sericourt, Nicole, Lancelot,Hamon, Le Nain de Tillemont y otros que urgidos por el deseo de soledad y estudio se retiraron al monasterio “de los campos”. Había pues un Port Royal de Paris y Port Royal des Champs (“de los campos”).
En 1638 abrieron lo que llamaron “pequeñas escuelas” (petite écoles) en las que Lancelot, Nicole , Guyot y de Selles enseñaban a los sobrinos de St-Cyran y a algunos otros niños. En 1647 se trasladaron a Paris y otra vez devueltos al campo a Les Granges, cerca de Port-Royal, a Trous, a casa de M de Bagnols, a Le Chesnay, a la residencia de M de Bunières.
La controversia jansenista estaba en su punto álgido por entonces. En 1639 Richelieu había arrestado a St-Cyran y lo enviado a prisión de la que no salió hasta 1643, muriendo poco después. En 1640 había aparecido el “Augustinus” de Jansenio y en 1643 la obra de Arnaud “La Comunión frecuente” que dio lugar a violentas discusiones. Port Royal era el cuerpo y alma de la oposición. Las mujeres eran tan tercas como los hombres y todos los partidarios de las nuevas enseñanzas ya en Paris o en toda Francia se volvían hacia el monasterio esperando luz y apoyo. Monjas y solitarios afluyeron allí. El convento de Paris se quedó pequeño para albergar a tantos así que una multitud se volvió de nuevo al campo.
Desafortunadamente, en 1653 y 1656, cinco proposiciones extraídas del “Augustinus” fueron condenadas por la Sorbona, por los obispos y por dos bulas papales y, aunque no se encontraban literalmente en él, reflejaban, según Bossuet , “el espíritu del libro”. En ese momento comenzó una persecución de Port-Royal que ni los alegatos de Arnaud, la famosa distinción de hecho y ley, ni la ni las Provinciales de Pascal pudieron evitar, sino todo lo contrario. Cuando Port Royal rehusó suscribir el formulario redactado por la Asamblea del Clero en 1657, se fueron cerrando sucesivamente las petites écoles, se llevó a otros lugares a las novicias y los confesores fueron expulsados. Pero todo fue en vano; los doctores, y hasta el arzobispo de Paris Hardouin de Péréfixe no regatearon esfuerzos para volver a traer a los recalcitrantes al sentido común. “Son tan puros como ángeles”, pero “orgulloso como demonios” decía éste último. Solo unos pocos consintieron en firmar: los más obstinados fueron por fin enviados al campo o dispersados en diferentes comunidades. En 1666, el director, Lamaitre de Lacy, fue encarcelado en la Bastilla.
En 1669, tras interminables negociaciones se firmó lo que se llamó “La Paz de la Iglesia”; Port –Royal volvió a ser por unos años un centro intelectual y religioso brillando en lo que era más inteligente y noble en la ciudad y en la corte. Pero el fuego no se había apagado bajo las cenizas. En 1670 Arnaud tuvo que huir a los Países Bajos y Luis XIV , que había comenzado a sospechar y odiar a la testaruda comunidad , decidió someterla. En 1702 la disputa estalló de nuevo cuando la Sorbona condenó un famoso “Caso de conciencia” . En 1704 Port Royal des Camps fue suprimido por una bula de Clemente IX. En 1709 las últimas veinticinco monjas fueron expulsadas por la autoridad pública y finalmente en 1710 para hacer desaparecer todo rastro del aquel centro de la revuelta, los edificios de Port-Royal fueron derruidos, el lugar de la capilla convertido en una ciénaga y hasta las cenizas de los muertos dispersadas. Port- Royal fue destruido, pero su espíritu siguió vivo, especialmente en el parlamento y en la Universidad y durante la mayor parte del siglo XVIII volvió una y otra vez la lucha entre sus herederos y sus adversarios.
Port Royal produjo una gran impresión en el siglo XVII por el rigor de su código moral , que llevaba los ideales cristianos hasta el extremo, por el intenso esfuerzo que demandaba de la voluntad humana, por el ejemplo con el que ilustraba su enseñanza, por los escritos que produjo o inspiró - “Las Cartas espirituales“ de St-Cyran y la madre Angélica; “La Comunión Frecuente” de Arnaud; “La Historia Eclesiástica” de Nain De Tillemont, “las Provinciales “ y “Los Pensamientos” de Pascal y “La Lógica”.
Casi todos los grandes escritores sintieron su influencia. Dos fueron un producto directo : Racine, su discípulo, y Pascal su más distinguido campeón. Otros están más o menos en deuda : Boileau permaneció fiel ellos hasta al final (cf. su “Epístola sobre el amor de Dios”) Madam de Sévigné apasionada admiradora de los “Ensayos” de Nicole. El pesimismo de La Rochefoucauld está muy relacionado con el de ellos así como el de LaBruyere; St-Simon muy dedicado a ellos y el mismo Bossuet no es del todo extraño a su influencia.
Lo que más contribuyó a ese poder de los “"Messieurs” fueron las pequeñas escuelas ,petites écoles, y su pedagogía. Su principio educacional era que el conocimiento humano, la ciencia misma, no es un fin sino un medio; debiera servir solamente para abrir y desarrollar la mente y elevarla sobre la materia enseñada. En la enseñanza adoptaron un método abiertamente racional y cartesiano; se esforzaban por cultivar el intelecto y la facultad de razonar más que la memoria y apelaban constantemente al la reflexión personal. Enseñaron en francés, rompiendo con la costumbre de los jesuitas de enseñar en latín en la Universidad. Los niños aprendían el alfabeto en francés y eran instruidos en la lengua materna antes de estudiar idiomas muertos. Escribían en francés antes que en latín. Tenían que componer diálogos cortos, historias, cartas, de temas elegidos de entre lo que habían leído. La traducción, sobre todo oral, se prefería a los temas escritos. Finalmente el griego, del que fueron inmejorables maestros, recibió más atención y un lugar más importante. También en la disciplina introdujeron reformas: trataban de combinar severidad y amabilidad. El castigo se redujo al mínimo y trataron de que la escuela se pareciera lo más posible al hogar. Suprimieron la competición para sobrepasar a los otros discípulos y desarrollaron en él solamente la atracción natural que presentaba los temas de estudio. Estos admirables maestro y educadores nos han legado varios libros del muchísimo mérito algunos de los cuales han permanecido como clásicos durante casi dos siglos – La Gramática editada por Lancelot que era en realidad obra de Arnaud; la “Lógica” de Arnaud y Nicole; “El Jardín de las Raíces griegas” de Lancelot, Los “Métodos “ para aprender griego, latín, italiano, español etc. No todo es digno de admiración en sus libros, pero es incontestable que con contribuyeron al progreso de la pedagogía en contra de viejos métodos escolásticos.
7 comentarios
No acabo de entender el motivo de la herejía y el conflicto que supuso el jansenismo, a veces se le ha acusado de ser cercano al protestantismo, otras veces he leido que promovió, apoyó, sostuvo ideológicamente a la revolución francesa. ¿Qué hay de cierto en todo esto?
El escritor vallisoletano Jiménez Lozano, Premio Cervantes de Literatura, ha escrito una novela histórica sobre Port-Royal, titulada " Historia de un otoño ". Recomiendo su lectura a todos.
El jansenismo es un movimiento multiforme que influyó en la vida de la Iglesia a partir de los años 40 del siglo XVII, con reflejos en la dogmática, en la moral y en la espiritualidad, a lo que hay que añadir interferencias políticas.
En la tormentosa discusión sobre la predestinación y el libre albedrío, fue el doctor lovaniénse y obispo de Ieper (Ypres) Comelio Jansenio (1585-1638) el que decidió remontarse a los escritos auténticos de san Agustín, En su libro Augustinus, que salió dos meses después de su muerte, Jansenio presenta una doctrina en la que afirma que el hombre, después del pecado original, está dominado por la concupiscencia. Todas sus acciones están envenenadas.
Sólo la gracia de Dios le permite realizar obras buenas. Pero esta gracia resulta vencedora sólo con una renuncia total a sí mismo y una perfecta conformidad con la voluntad divina.
Pronto se encendió la polémica, iniciada con los jesuitas, desplazándose de los Países Bajos a Francia. Aquí Saint-Cyran (Jean Duvergier de Hauranne, 1581-1643), condiscípulo y amigo de Jansenio, se convirtió en el gran apóstol de la espiritualidad jansenista y conquistó para la causa al célebre monasterio cisterciense de Port-Royal.
Por iniciativa de la Sorbona, Roma condenó cinco proposiciones (DS 2001-2007), pero los jansenistas negaron que fueran de Jansenio. Vino a continuación un período de luchas y tensiones que sólo se aplacaron bago Clemente IX con la «paz clementina» (1669). Después de este primer período de un jansenismo prevalentemente dogmático y espiritual, comenzó en el siglo XVIII una segunda época con la aparición de Pascasio Ouesnel ( 16341719) y la condenación de 10 proposiciones suyas en la bula Unigenitus (1713). Hay que distinguir: aj el jansenismo popular o espiritual, con un ascetismo penitencial a ultranza que se extendió también fuera de Francia; bj el jansenismo aristocrático y teorizante, movimiento que, refugiándose en el parlamento galicano, adoptó todas las posiciones del episcopalismo y se relacionó con algunas formas de regalismo. A lo largo del siglo XVIII el jansenismo se mezcló con tendencias politizantes, encontrando su expresión más audaz en el Sínodo de Pistova ( 1786), condenado por la bula Auctorem fidei ( 1794). Posteriormente sobrevivió en dos formas : la político-religiosa y la íntima de la espiritualidad.
El jansenismo no intentaba ser más que un agustinismo coherente, dispuesto a reaccionar contra toda acomodación del humanismo y a recordar al hombre su trascendencia. Las bases de su pensamiento son la sagrada Escritura y . san Agustín. Entre los puntos concretos de la espiritualidad jansenista recordemos los siguientes: a) La exaltación de la majestad de Dios y de su trascendencia como dato esencial para plantear correctamente la vida espiritual. B) En contraste con esta realidad se encuentra la condición humana después del pecado original. La predestinación por parte de Dios es absolutamente gratuita, De estos hechos fundamentales surge la exigencia radical para el hombre de conciliar la misericordia de Dios con su justicia, la gracia y la libertad, el temor y el amor, la ley divina y los acontecimientos de la historia. .c) La visión jansenista del mundo y del hombre es fundamentalmente pesimista; de aquí se deriva su intransigencia respecto a la naturaleza humana, dominada por instintos y sentimientos peligrosos, y también una «fuga mundi » tan radical que presenta en ciertos casos manifestaciones realmente aberrantes. D) La relación entre Dios y el hombre a través de la oración resulta bastante difícil. El jansenismo insiste mucho en la oración litúrgica, mientras que demuestra cierta indiferencia por la oración personal, especialmente la meditación, que debería estar siempre dominada por sentimientos de temor, de esperanza y de deseo, de arrepentimiento y de dolor por los pecados, y no tanto por los de gozo y de amor. E) No se excluyen la contemplación y la vida mística, pero se las mira con cierta desconfianza o prevención, ya que no se trata de vías ordinarias para relacionarse con Dios; por eso no hay que facilitarlas, sino más bien desaconsejarlas.
Un salaudo.
Fragments sur la grâce
France 2006
Vincent Dieutre
Pío Ix criticó a su vez el carácter elitista espiritual de los jansenistas, quienes se creían de lo mejor (soberbia) pero sobre todo condeno su fatalismo al declarar que se resume extra ecclesiam nulla sallus; aplicada en especial a todos aquellos que no conocían a Cristo (otras religiones, cuyos miembros no habían oído escuchar del catolicismo). Pío Ix DECLARÓ QUE ESTOS SI TENDRÍAN SALVACIÓN EN VIRTUD DE QUE NO HABIAN ESCUCHADO EL NOMBRE DE CRISTO; PERO LA FÓRMULA SI APLICABA A LOS QUE YA CONOCIENDO LA DOCTRINA, AUN ASÍ LA RECHAZABAN. Con Juan XXIII esta fórmula se eliminó pero de cierta manera sigue aplicando; ya que es en virtud del acercamiento a Dios y a la Iglesia en tantyo que verdad como las personas se salvan.
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