Consejos para el inicio de curso

En estos días en que niños y jóvenes comienzan el curso escolar, y todos nos reincorporamos a nuestras labores profesionales, y también las parroquias y comunidades cristianas hacen lo propio, puede ser bueno abrir el oído y el corazón a la sabiduría de los Santos Padres Hispanos.

En las reglas monásticas, en sus cartas y en otros escritos nos dan el auténtico sentido del estudio y de la formación. Con el consejo de san Leandro, san Isidoro, san Ildefonso y otros autores visigodos, aprendemos a buscar el verdadero camino de la felicidad y a no perdernos por sendas que nos pueden deslumbrar por su apariencia pero que son engañosas.

«No seas docta en palabras y censurable en tus obras. A tus palabras deben preceder las obras buenas, de modo que muestres en los hechos lo que enseñares con la boca» (san Leandro).

«Tu lectura ha de ser asidua y tu oración continua» (san Leandro).

«La lectura ha de enseñarte a orar y pedir, y cuando tornes a la lectura tras la oración, vuelve a examinar qué debes pedir» (san Leandro).

«Así como el alimento corporal repara las fuerzas del cuerpo, así debe fortalecer el espíritu la palabra espiritual» (san Isidoro).

«Debemos investigar las obras de Dios de tal suerte que las consideremos siempre de infinito precio» (san Isidoro).

«Tengo por cierto que experimenta gran alegría quien aprende alguna verdad cuando se la revela el Espíritu Santo» (san Isidoro).

«La Sagrada Escritura resulta diferente según cada lector, como el maná, que al pueblo antiguo brindaba múltiple sabor conforme al gusto de cada uno» (san Isidoro).

«De nada aprovecha poseer toda la sabiduría si se desconoce a Dios» (san Isidoro).

«Quien educa sin dulzura a un converso, logra irritarle más que corregirle» (san Isidoro).

«El simple desconocer es propio de la ignorancia, pero el no haber querido enterarse, de obstinada soberbia» (san Isidoro).

«Cuanto más asiduo es uno en leer las Sagradas Escrituras, tanto consigue una inteligencia más plena de ellas» (san Isidoro).

«La doctrina, sin la ayuda de la gracia, interiormente de nada aprovecha» (san Isidoro).

«Los secretos de la ley divina se descubren a los humildes y a los que se allegan a Dios con rectitud, pero quedan ocultos a los malvados y soberbios» (san Isidoro).

«Hay que ponderar con cautela y examinar con prudente juicio cuanto se lee, a fin de mantener lo que es recto y rechazar lo que es contrario a la verdad, y de tal suerte instruirnos en el bien que nos preservemos ilesos del mal» (san Isidoro).

«En la lectura no hay que apreciar las palabras sino la verdad» (san Isidoro).

«El doctor de la Iglesia debe brillar tanto por la doctrina como por la vida. Porque la doctrina sin vida hace arrogante, la vida sin doctrina vuelve inútil» (san Isidoro).

«Es auténtica aquella enseñanza a la cual acompaña el modo de vivir» (san Isidoro).

«Quien no vive conforme a sus enseñanzas, hace despreciable hasta la verdad que predica» (san Isidoro).

«De vez en cuando, los doctores de la Iglesia, aunque inflamados por el fuego de la caridad, enmudecen en su enseñanza porque no hay quien los escuche» (san Isidoro).

«Ninguno sin maestro puede caminar rectamente a la vida bienaventurada» (san Braulio).

«Contemplemos la vida de los varones santos, para consuelo de nuestras miserias presentes» (san Braulio).

«Si es el Espíritu Santo el que habla en los que son entregados a los perseguidores de Cristo, ¿por qué no va a ser lo mismo en los que entregan a Cristo a los que aprenden?» (san Ildefonso).

«Los temerosos de Dios y los piadosos buscan en los libros de la Sagrada Escritura la voluntad de Dios» (san Ildefonso).