A vueltas con la FSSPX.
La Buhardilla de Jerónimo acaba de publicar la traducción al español de una entrevista de la Agencia Católica de Noticias al p. Franz Schmidberger, superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X en Alemania.
Luis Fernando ha hecho un comentario similar al que ya he leído otras veces escrito por otras personas:
“Lo de siempre. Ellos tienen la razón y el resto de la Iglesia no. El Concilio, y no una interpretación del mismo, está equivocado en varios puntos… así desde luego no le ponen las cosas fácil al Papa.”
Hasta ahora he preferido no entrar a ese trapo. Pero visto que es cosa de morlacos hacer tal cosa, este cuadrúpedo rumiante desastado de esta nuestra piel de(*) toro no ha podido evitar escribir un comentario. Sin embargo, como el comentario ha superado con largueza el tamaño máximo de la buena educación (2000 caracteres), he preferido “reconvertirlo” en el post que presento a continuación.
Sé que este texto puede iniciar un debate quizá apasionado y espero que apasionante. Si así fuera, quisiera recordar a todos que carezco de los recursos de energía, tiempo e inteligencia necesarios para responder a todos los comentarios. Haré lo que pueda para que el silencio no sea la respuesta a ninguna pregunta.
No creo estar en la posesión de la verdad. Lo que escribo es mi opinión aquí y ahora. Después de vuestros comentarios es muy probable(*) que ya no piense exactamente igual. Por eso escribo: para leeros y aprender de vosotros. Para entender un poco más la situación de esta Iglesia a la que tanto amamos por ser obra de Cristo.
Finalmente, me veo en la triste obligación de advertir que no voy a consentir palabras, alusiones, “tonos” o “indirectas”, groseros, insultantes, sarcásticos, cínicos o que supongan una falta de respeto o un menoscabo a la dignidad de nadie.
Que la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, la Reina del Cielo, interceda por todos nosotros.
UNO.
Está claro que no todo lo que dicen y hacen todos y cada uno de los los miembros de la FSSPX es tolerable. Como tampoco es tolerable todo lo que dicen y hacen todos y cada uno de los “miembros” de la Iglesia Católica, empezando por sor Lucía Caram, siguiendo por sor Teresa Forcades, y terminando por el card. Carlo Maria Martini.
Ciertamente, hay algunas expresiones de algunos miembros de la FSSPX que están fuera de lugar. En este caso las del p. Franz Schmidberger:
“Las ordenaciones… En realidad, se hacen para ayudar al Papa y a los obispos, pero éstos actúan como los enfermos que se rehúsan a tomar la medicina que los ayudaría a mejorar su salud.”
Podría haber dicho lo mismo de otra forma:
“Las ordenaciones… En realidad, se hacen para ayudar al Papa y a los obispos… a conseguir un nuevo grupo de sacerdotes formados sólidamente en el Magisterio de la Iglesia. Aunque ahora estén suspendidos “a divinis", esperamos que muy pronto puedan estar plenamente integrados en sus tareas apostólicos dentro de la Iglesia.”
Como dice Dietrich von Hildebrand en su “The Devastated Vineyard”, a la mayoría de los tradicionalistas, en general, no se les puede acusar de herejes. En todo caso, se les puede acusar de “estrechez de miras”. Sin embargo, a la mayoría de los “innovadores” sí que se les puede acusar de herejes. Se trata de dos acusación distintas y de distinta gravedad. Sin embargo, por desgracia, es extraordinariamente común acusar a unos del pecado de los otros. Y eso no es ni justo, ni caritativo, ni cierto.
DOS.
Algunos objetan contra los tradicionalistas en general que no hay nadie más tradicional que los ortodoxos y, sin embargo, nadie más separado de su pueblo fiel. Pero el problema de los ortodoxos no es el estilo de su liturgia sino el estilo de su pastoral. Esa pastoral está basada en un pietismo exacerbado, propio del s. XII, alejado de la vida personal y social de sus fieles, que ven a sus popes como figuras lejanas, propias de bautizos, bodas y entierros. Nada más[1].
TRES.
La cuestión de fondo es ésta: ¿tienen algún viso de realidad algunas de las afirmaciones que realiza la FSSPX?
Si esas afirmaciones no tienen ningún viso de realidad, no veo cuál es el problema: o acatan y obedecen, o se les excomulga y se les expulsa por herejes, cismáticos y rebeldes. El Magisterio de la Iglesia nunca cambiará ni por ellos, ni por nadie. Fin del problema.
Si esas afirmaciones sí que tienen algún viso de realidad, tampoco veo cuál es el problema: o aceptan sostener por escrito un diálogo teológico serio que delimite las cuestiones con claridad, o se les excomulga y se les expulsa por herejes, cismáticos y rebeldes. Tampoco hay más problema.
El problema empieza, efectivamente, cuando algo de lo que dicen tiene visos de poder ser cierto y, además, piden por favor que se les explique lo que no entienden. Entonces las cosas ya no son tan sencillas. Ya no se les puede condenar sin más: ningún hereje ha pedido nunca por favor que le expliquen lo que no entiende, esperando décadas enteras a que llegue esa explicación, y diciendo a quien quiera oírle que plantea sus dudas por amor y fidelidad al Papa y a la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.
Benedicto XVI es contrario al llamado “espíritu conciliar”, como ha dicho más de una vez. El Papa, efectivamente, ve ambigüedades en el Concilio. Por eso, casi medio siglo después de su celebración, habla de una “hermenéutica de continuidad” frente a una “hermenéutica de ruptura”. Si no hubiera ninguna ambigüedad y todo estuviera tan claro ¿para qué andar medio siglo después hablando de la “hermenéutica” correcta que hay que aplicar a los textos conciliares?
Porque la hermenéutica, señores, se aplica a elementos semióticos materiales y concretos, en este caso los textos conciliares, no a vaporosos “espíritus”.
A mayor abundamiento, resulta que Benedicto XVI está a favor de la existencia del rito de S. Pío V. Y, respecto al “novus ordo”, está a favor de un uso dosificado del latín, de la celebración “ad orientem”, de la comunión de rodillas en la boca, de la reubicación del rito de la paz y de la traducción de “pro multis” como “por muchos” y no como “por todos”.
Hoy por hoy, no conozco ningún grupo organizado CON ALGO DE PESO en la Iglesia católica que apoye todas esas decisiones del Papa. El Instituto del Buen Pastor y la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro están pasando sus propios “via crucis”: el primero siendo expulsado alegalmente de, al menos, una diócesis y encontrando grandísimas dificultades para ser aceptado en muchas otras; el segundo al serle impedida la elección del superior que les ha gobernado hasta ahora y quedando bajo las órdenes de una persona con distinta “sensibilidad” hacia la tradición.
Por lo que hasta ahora vamos viendo, parece como si Benedicto XVI, ante la falta de otros apoyos, estuviera apoyándose, entre otros, en el diálogo con la FSSPX para hacer lo que cree que debe hacer: imponer su visión de la Iglesia.
No se trata de estar a favor o en contra de la FSSPX. Se trata de estar a favor del Papa y de la Iglesia. Por eso, los términos del “contraste de pareceres” no parecen estar tanto entre la FSSPX y la Iglesia sino entre dos visiones distintas de la Iglesia.
Y el Papa sólo apoya una de esas visiones.
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Addenda 22-III-2010: Por desgracia, los hechos han venido a darme la razón.
http://www.loccidentale.it/articolo/benedetto+xvi+parla+chiaro+ma+solo+met%C3%A0+della+chiesa+lo+ascolta+l’altra+met%C3%A0+opera+contro+il+papa.0088136
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[1]
Eso dejando aparte el desprestigio provocado por las relaciones de connivencia entre la Iglesia Ortodoxa y las autoridades comunistas del bloque soviético. Las iglesias católicas uniatas bajo el yugo soviético, como la ucraniana, han sido literalmente arrasadas (no precisamente de forma indirecta, como atestigua el Sínodo(*) de Lvov) durante mucho tiempo gracias a la connivencia ortodoxo-comunista. Y eso es algo que saben muy bien los católicos uniatas, los ortodoxos y los comunistas.
* (26-06-2009@13:12h): Corrección de errata: “Concilio” es cambiado por “Sínodo”.
* (26-06-2009@18:20h): Corrección de errata: “del” es cambiado por “de”.
* (26-06-2009@18:20h): Corrección de errata: “probablemente” es cambiado por “probable”.
78 comentarios
Conozco algún miembro de la fraternidad e incluso participe en una celebración en Francia oficia por Monseñor Mallerais. Nada fuera de la ortodoxia. en cambio estoy cansado de ver abusos liturgicos en celebraciones de sacerdotes diocesanos.
Los problemas teológicos existen y creo que Benedicto XVI está usando a los lefebvristas como vía para explicar ciertos aspectos del nefasto CVII a todos los católicos. Ójala el Espíritu Santo sepa guiar al Santo Padre por el camino recto de la única VERDAD que es Jesucristo.
La unica Iglesia ortodoxa (es decir, de "recta doctrina" es la Católica. La iglesia CISMÁTICA de Oriente puede ser llamada de otra forma para no confundir, como Iglesia greco-cismática.
DOS
Católico, como bien sabeis, quiere decir algo así como “universal”. Esta cualidad aplicada a la Santa Iglesia y a su Fe, debe ser aplicada a nivel espacial, como bien se hace; pero también debemos aplicarla a nivel temporal. La Fe de la Iglesia es y debe ser católica, perpetua, inmutable. Una Fe inmutable basada en la más pura Tradición (como decía San Pablo, “Les he transmitido, lo que yo mismo recibí”, 1 Cor 11,23), ya que hay “una sola Fe” (Ef 4,5). Luego, todo el entero magisterio de la Iglesia desde San Pedro hasta Benedicto XVI debe expresar una sola y misma Fe.
Yo soy tradicionalista porque soy Católico. Mi Fe es y debe ser la Fe de la Iglesia de hoy y de siempre.
TRES
desde el Concilio Vaticano II, y si habeis leído algunos documentos os habreis dado cuenta, ya no se proclama la Fe desde el Magisterio de una forma clara y rotunda, sino que se utiliza un lenguaje ambiguo para agradar al mundo o no causar tanto escándalo. Así, nos damos cuenta de que a partir de los textos ambiguos del Concilio, la Fe de las gentes ha decrecido y ha habido una inmensa crisis en la Iglesia.
CUARTO
Nos decía San Vicente de Lerins: "En la Iglesia Católica hay que poner el mayor cuidado para mantener lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos. Pero esto se conseguirá si nosotros seguimos la universalidad, la antigüedad, el consenso general".
"¿Cuál deberá ser la conducta de un cristiano católico, si una novedad herética que no está limitada a un pequeño grupo, amenaza con contagiar a la Iglesia entera?
-En tal caso, el cristiano deberá hacer todo lo posible para adherirse a la antigüedad, la cual no puede evidentemente ser alterada por ninguna nueva mentira. "
QUINTO
Ya no se proclama lo que siempre se había proclamado con toda rotundidad. No soy de los llamados ‘lefebvristas’ porque ellos aceptan la ruptura con la S. Iglesia Romana. Yo creo que ésta está haciendo mucho mal no hablando claro en muchos temas (evangelización de las gentes, divinidad de Nuestro Señor, necesidad de la gracia para la Salvación, los novísimos, el demonio y el mal, carácter sacrificial de la Misa, sacerdotes como ‘alter Christus’… Todas estas omisiones en el Magisterio, hacen que solo se hable del segundo mandamiento más importante y no del primero) y errando en otros (como en el liberalismo, neo-modernismo, falso ecumenismo…). ¿Es que la Iglesia católica no es la verdadera Iglesia? ¿Es que es mentira la promesa de Nuestro Señor de su infalibilidad? No: que yerra es posible porque el Papa solamente goza de infalibilidad hablando “ex cathedra” (Concilio Vaticano I). En estos temas sabemos que yerra porque se contradice la tradición multisecular de la misma Iglesia.
Mgr. Lefebvre hizo mal desobedeciendo a la Santa Sede pero era un hombre de ideas claras y sabía hablar. Rompió las conversaciones con la Sede Apostólica y dijo algo que sí es interesante:
“Si quieren que volvamos a hablar, en ese momento seré yo quien pondré las condiciones. Yo situaré la cuestión a nivel doctrinal: ¿Están de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los papas que los han precedido? ¿Están de acuerdo con Quanta Cura de Pío IX, Immortale Dei y Libertas de León XIII, Pascendi de Pío X, Quas Primas de Pío XI y Humani Generis de Pío XII? ¿Están en plena comunión con estos papas y sus afirmaciones? ¿Aceptan el juramento antimodernista? ¿Están a favor del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo? Si no aceptan la doctrina de vuestros predecesores, es inútil hablar”.
SEXTO
Decía el Santo Padre, siendo Cardenal:
"La decisión definitiva sore el valor histórico del Concilio Vaticano II depende de que existan personas capaces de hacer frente al drama de tener que separar el trigo y la cizaña" (Teoría de los principios teológicos. Herder, Barcelona 1985. pg. 453). Dios le ha puesto a él como Sumo Pontífice para que haga este traajo, y lo ha emprendido con la excusa de diálogos doctrinales con la FSSPX.(¡Oh la divina Providencia!). La FSSPX encarna las grandes encíclicas del siglo XIX y XX(Quanta Cura, Immortale Dei, Libertas, Pascendi, Quas Primas, Humani Generis…)
Somos católicos y debemos mantenernos en la Fe inmutable de la Iglesia, leamos estás encícilicas y a través de ellas intrepretemos los documentos (ambiguos) del Concilio pastoral Vaticano II.
Dios os bendiga
No obstante, las relaciones de connivencia de las iglesias católicas occidentales con los regímenes liberal-socialdemócratas-laicistas las ha dejado igual de arrasadas o peor que a las orientales.
Es totalmente cierto que los responsables en la FSSPX tienen que amoldar su discurso actual ('dialéctica del combate') al de Monseñor Fellay, que busca la comunión sin rupturas dentro de la FSSPX (que cuida de sus ovejas, vamos).
Es asimismo cierto que algunos quieren aplicar un trato más duro a la Hermandad que a los Martini de turno. Yo mismo he caído en esa postura, y me he terminado convenciendo de que no es así. Me duele, por supuesto, que algunos sigan instalados en la vieja dialéctica, pero confío en que Monseñor Fellay y el Papa pueden llegar a un entendimiento.
Grupos de peso, como los llamas, efectivamente no hay. El Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote mide sus fuerzas en Francia y en EEUU. Punto. Las otras dos órdenes que mencionas, más o menos y a veces ni eso. Y eso pese a contar con una figura canónica enorme, ya que son Institutos de Derecho Pontificio (es decir, que se supone que tenían cierta autonomía frente a las diócesis). Sólo los obispos, y algunos, respondieron al llamado epistolar del Santo Padre. Qué pena. He echado de menos declaraciones parecidas de gente de Iglesia, como el Prelado del Opus Dei o el General de los Jesuitas.
Me temo, Miguel, que en el "frente tradicionalista" somos muchos más los anónimos que apoyamos al Papa.
Pero también me parecen injustos algunos de los ataques que se realizan contra los Obispos de la Fraternidad. Son los más empeñados en conservar el depósito de la fe íntegro, sin el caos actual. Porque el gran problema de hoy no es que haya heterodoxos, sino que reina una gran confusión incluso entre clérigos y jerarcas ortodoxos. No, claro, hasta el punto de los teólogos de la liberación, pero sí en aspectos importantes como el ecumenismo, la liturgia, las relaciones Iglesia-Estado, etc. Hay curas que, siendo buena gente y maravillosos sacerdotes, pueden afirmar cosas contrarias o al menos extrañas a la Tradición.
¿Responsables? A saber, pero lo que está claro es que buena parte del episcopado quiere frenar como sea la vuelta de la Fraternidad fundada por Mons. Lefebvre por una sencilla razón: supondría un avance enorme para dirimir esa confusión reinante, así como la grave enfermedad que padece la Iglesia desde hace cuatro décadas, una acomodación pastoral al mundo y la consigueinte sangría de fieles. Claro está, dicha acomodación es contraria a la naturaleza de la Iglesia de Cristo.
Hay que procurar la restauración de la Iglesia y la llegada del reinado social, sobre todo rezando. Y siendo muy fieles. Pero hay que esperarlos con paciencia, virtud que guarda lo bueno y rechaza lo adverso. Sin ella, nos cansaríamos de luchar y llegaríamos a desconfiar de la Iglesia. La impaciencia hace herejes.
Pero estoy claramente a favor de al reforma que está emprendiendo el Papa. Muchos hemos padecido y padecemos liturgias desquiciadas y faltas de coherencia.
Poner un poco de latín y retomar el sustrato simbólico tradicional sería una estupenda noticia para la Iglesia en su conjunto. No soy el único que piensa de esta manera, os lo aseguro.
Bendiciones :)
Y es una pena, porque entre ellos hay mucha gente válida. Pero el hecho de que tengan razón en muchas de las denuncias que hacen sobre la situación del catolicismo postconciliar, no significa que la Iglesia deba tirar al cubo de la basura todo un concilio ecuménico. Otros también denunciamos casi lo mismo que ellos. Otros también estamos deseosos de que se aclaren determinados puntos del Vaticano II. Si San Pablo escribía cosas difíciles de entender en sus epístolas y algunos las malinterpretaban (2ª Pedro 3,16), lo mismo se puede decir de algunos textos muy concretos del último concilio. Pero siempre es mejor esperar a que el más alto magisterio de la Iglesia se pronuncie sobre dichos puntos que tomar el atajo y decir "esto no es católico porque lo digo yo". Al fin y al cabo, no puede pretender ser católicorromano el que no confía de verdad en el "Roma locuta, causa fina est".
Rezo para que la Fraternidad, en su conjunto, también entienda eso.
También es cierto que ese momento no ha llegado, al menos de manera explícita. La "hermenéutica de la continuidad" que predica Su Santidad es el inicio, pero hará falta que un Papa establezca infaliblemente, en los puntos ambigüos, que el Concilio no niega la Tradición, sino que la reafirma.
Por éso hay que reconocer que el 'Roma locuta, causa fina est', aún no ha llegado. Los últimos Papas, posiblemente por prudencia de gobierno, han preferido no coger este toro por los cuernos. Los lefebvrianos, en cambio, no quisieron esperar. Ahora bien, ¿les hubieran dejado esperar dentro de la Iglesia, o les hubieran prohibido su labor? Sólo hay que ver como a otros institutos tradicionalistas en plena comunión con Roma les han cortado las alas en su predicación sobre algunos asuntos conflictivos, y, por ende, su labor de apoyo a la Tradición no es expansiva. Sin embargo, los lefebvrianos sí se han expandido considerablemente y, desde luego, no tienen precisamente crisis de vocaciones.
Me temo que desentonas un poco en este portal, en el que tantas coces se lanzan de continuo contra la Fraternidad, aunque es muy cierto que no todos los blogger caen en esa inquina irracional. La más injusta e irritante de todas la lanzada recientemente por cierto comentarista que acusó a la FSPXX de codiciosa y avariciosa y que siempre borra los comentarios que le contrarían.
Y respecto a los bloggers, a los que no hay que confundir con los comentaristas en blogs y noticias, somos muy pocos los que hemos escrito sobre el tema.
Además, un comentarista no puede borrar los comentarios que le contrarían.
Es un contrasentido.
Los tradicionalistas hubiesen ayudado mucho más a la Iglesia desde dentro, confiando en el Espíritu Santo, que abandonando la barca en tiempos de tormentas.
Por otro lado, las comparaciones iniciales del blogger entre los tradicionalistas y los herejes progres no ha lugar. Aqué sólo se mide con la vara de la sede romana y el Magisterio. Lo demás no es excusa, aunque sea más que cierto. Y sí.. la paciencia siempre ha sido una virtud cristiana TRADICIONAL que hay que practicar. Parece que la FSSPX también lo olvidó.
Y sí, de acuerdo en que hacen falta documentos clarificadores. Hay una cosa a favor: Como la ambigüedad del CVII es tan grande a veces, Su Santidad puede sin mucho esfuerzo dejar sentado todo de manera firme y meridiana claridad en una buena serie de documentos papales.
Yo apuesto a que ya anda con ello desde hace tiempo porque ese el nudo de la cuestión.
Que el Señor le ayude.
P:D: Dice el blogger que nadie apoya esas reformas litúrgicas y de piedad. ¿¿??. No te quepa duda que el Opus, legionarios y otros muchos movimientos lo harán. Por lo menos el Opus ya lo hace en capillas y oratorios propios.
Lo cual resulta ofensivo. A no ser que el autor supiera de los entresijos de la FSSPX más que el propio Papa y tuviera datos que corroboraran una acusación tan grave. Aunque, por supuesto, no aportó dato alguno, tan sólo un juicio de intenciones.
Algo de suma importancia está ocurriendo en el seno de la Iglesia y la Jerarquía para que se estén danto tantos combates por la vuelta de los lefebvrianos a Roma. No acontece lo mismo con los anglicanos tradicionalistas, por ejemplo. Y es que, con todos sus errores -que a mi me disgustan mucho- la Fraternidad representa en la mente de muchas personas la Tradición sin rebajas ante el mundo. Por éso tiene tantos enemigos dentro de la propia Curia.
En cuanto al Opus, le tienen una tirria considerable a la vuelta de la Fraternidad, y ésta se la tiene al Opus. En la Obra podrían haber ya oficiado Misa por la forma extraoridnaria, pero no sólo no lo han hecho, sino que al menos en Madrid, varios templos regentados por la Obra han rechazado tenazmente a los fieles que pedían que se aplicara el Motu Proprio del Papa para oficiar la Misa tradicional.
Es obvio que es a ti a quien corresponde dirigir, coordinar o supervisar Infocatólica, conforme a tus propios criterios, y que a mí no me caben más opciones que frecuentar poco o mucho este portal, o bien abstenerme de acceder al mismo.
Permíteme, sin embargo, que no comparta tu valoración acerca de esa supuesta ecuanimidad tuya en relación con la FFSPX, ya que, a mi parecer, jamás has podido dejar de manifestar una profunda animadversión hacia la Fraternidad y hacia la figura de Mons. Lefebvre.
Estás en tu perfecto derecho a opinar así, por supuesto, pero a mí no me convencerás nunca de que has sido realmente ecuánime, ni tan siquiera neutro, con la FSSPX, a la que continuamente has denostado viniera o no viniera a cuento.
Siempre has mostrado irracionalmente una mayor estima por ortodoxos y por protestantes que por los tradicionalistas católicos de la FSSPX. De este modo, nunca has tenido el menor problema en ofrecer blogs a pastores protestante, cuando no me cabe la menor duda de que hubieras mandado a hacer gárgaras a cualquier "lefebvrista" que hubiera osado tratar de compartir espacio contigo en la blogosfera.
Hasta el momento en que Su Santidad Benedicto XVI decidió levantar las dolorosas excomuniones a los cuatro obispos no se te caía jamás de los labios la permanente descalificación de "cismáticos" cada vez que aludías a cualquier miembro o seguidor de la FSSPX, llegando al colmo de simultanear en una portada en "Religión en Libertad" un comentario laudatorio bajo una foto en la que aparecía el Santo Padre en amigable compañía con un patriarca ortodoxo (formalmente cismático, no lo olvidemos), a la par que en un titular vecino aplicabas el infamante término a un obispo de la FSSPX.
Ahora que se han alzado las excomuniones, has dejado por fin de utilizar el término "cismático" (que estaba en desuso desde el Concilio Vaticano II..., salvo para los llamados "lefebvristas"), pero lo has cambiado por el de "orgullosos". Esa es la nueva consigna.
Te repito que estás en tu derecho a opinar como te dicte tu conciencia y tu propio juicio, pero no pretendas convencerme de que eres ecuánime con la FSSPX.
Me equivoqué en mi anterior mensaje cuando me referí a un presunto "comentarista" que borra todo comentario que le contraría. Tienes razón, no se trata de un comentarista, sino de un blogger: el blogger Miguel Vinuesa, quien calumnió recientemente a la FSSPX afirmando que la misma actúa movida por mera codicia y apego al vil metal. Es él, quien en lugar de responder razonadamente a las objeciones que se le hacen, las borra por sistema, conducta que me parece simplemente alevosa.
A quienes quieren ser los más fieles dentro de la Iglesia, se les exige más. No se puede defender la verdadera Fe católica y desobedecer al Santo Padre en cosa tan grave como una ilícita ordenación de obispos.
Lo dicho, tocaba aguantar injusticias dentro de la propia Iglesia por la Obediencia.
¿O no es eso lo que nos enseña la vida de tantos santos, a los que Dios pone a prueba su obediencia con injusticias venidas de dentro mismo?.
Hay una diferencia con respecto a los ortodoxos y a los Lefebristas que hay que puntualizar. Cuando uno acomete un cisma, realiza objetivamente un mal a la Iglesia. Ahora bien, no se puede tratar de la misma manera a uno que, siendo “descendiente espiritual” de los cismáticos, entabla el diálogo ecuménico con la Iglesia Católica, mostrando incluso deseos de unidad. ¿Cómo no alegrarse de tales actitudes y ocasiones? Máxime, cuando no todos los ortodoxos son así. Algunos han llamado “diablo” a JPII cuando visitaba sus países. En tales casos, uno se alegra si comprueba que son pocos, no le queda mucho más margen, al menos de momento. No obstante, aún así, la Iglesia se muestra como verdadera madre, si ve que sus sacramentos son válido, los reconoce, aunque no se da el caso contrario. Pero la verdad es como es, y no puede ser condicionada por otras cuestiones.
¿Qué es lo que vemos en el caso de algunos miembros de la Fraternidad? Lo grave no es que pidan mantener ciertos ritos (en la Iglesia Católica son muchos, no es sólo el rito latino), sino que atacan directamente la validez del Sacrificio que se realiza en la Iglesia Católica que acepta el CVII y sigue el nuevo rito. O sea, para algunos de estos señores, citados en estas páginas de vez en cuando, lo que nosotros comulgamos es simple pan. ¿Saben que es eso? Eso es una blasfemia. Eso es de lo más grave que cometen determinados miembros suyos. Esa gente nos sitúa en el limbo, o vete tu saber en dónde, y eso la Iglesia no puede permitir. Cuestionan el mismo gobierno del Vicario de Cristo, porque dicen que es débil, que no lo que tendría que hacer, etc. Claro está, siempre según ellos. Ese es el problema. Algunas personas no se quieren dar cuenta de la gravedad de esa situación.
A mí en concreto me dan la impresión de que le van como el anillo al dedo refranes de tipo “más católico que el Papa”, por no decir “puros como ángeles y soberbios como demonios”.
Hay que tener paciencia y esperar si reclamas algo, porque la Iglesia es de Dios y te atenderá. ¿No ha promovido el Papa la posibilidad de celebrar la misa según el antiguo rito? Pues ya está. Es un gran avance, tranquilízate, no son las cosas para tanto. Es más, no seas el murmurador en el tabor de los israelitas. A mí personalmente me gusta más el rito actual, pero he ido de momento en una ocasión a una iglesia en mi diócesis donde se celebraba la misa según el rito preconciliar. Simplemente porque lo promovió el Papa, luego digo pondré mi granito de arena. Estuvimos una veintena de personas, y ahora veo que se cada domingo hay celebración. Lo que importa realmente, según mi entender, es la disposición con la que vamos a la santa misa, no el rito. La misa según el nuevo rito puede ser de majestuosa belleza. Es más, pienso que el nuevo rito ha acercado el tesoro de la fe mucho más a los fieles, es precisamente el Concilio VII que ha dado un enorme empuje en la evangelización y la comprensión del misterio, sin el, quedaríamos en la Iglesia cuatro gatos con los tiempos que corren. La prueba la tenemos en la Iglesia ortodoxa. Su liturgia será muy bella y todo lo que quieras, pero no llega al pueblo. Yo tengo facilidad de ver a los ortodoxos en sus celebraciones. ¿Saben lo que hacen cuando una vez al año van a la Iglesia? Comen y beben en la misma celebración, porque no se enteran de nada en su inmensa mayoría. Luego, la falta de doctrina la tienen que superar con las visitas a algún “staretz” o alguna persona espiritual. Hay entre ellos personas formadas, pero son muy pocas. El pueblo llano se queda con cuatro oraciones y muchas persignaciones. Muy bien, pero su sociedad es muy poco cristianizada, por mucho que yo los quiera. Las supersticiones arramblan entre sus filas, llevan gajos de ajo en los bolsillos para protegerse de los malos espíritus. Unos serbios hace una década quisieron traspasar el cadáver del Mariscal Tito (croata), porque creían que era un vampiro y que es el causante de los males de su país. Finalmente, fue el gobierno Serbio que entregó la tumba de Tito a Croacia para que lo entierren allí.
¿Queréis esas cosas para la Iglesia Católica? Santidad para unos pocos, y la gran mayoría de fieles desatendida. No os dais cuenta (los de la Fraternidad y los que no se sabe en que lado están) de lo que contribuyó CVII a la conservación de la fe y su conocimiento por tantos, no lo sabéis valorar suficiente y agradecerlo. Pero lo más importante es que no vais a unísono con el Santo Padre, le dais calentones de cabeza debido a vuestras creencias. La teología parte de un presupuesto, y ese es la fe da la Iglesia, que custodia el Magisterio, y no mi comprensión. No es válido en la Iglesia el siguiente razonamiento: no comprendo, luego no creo. Si no comprendes, pues pregunta majo. Ciao.
E insisto, el Concilio Vaticano II no es dogmático. No quiso serlo, no lo fue y no definió ninguna verdad de fe.
Empleando tus propios modos, ciao, majete.
El Papa está a punto de publicar el motu proprio sobre Ecclesia Dei, documento que contiene un borrador de cómo ha de interpretarse el Concilio para mantener la tradición perenne de la Iglesia.
Porque no lo olvidemos: con el Concilio en la mano cabe toda interpretación (sí, incluso una recta, y después de muchas vueltas).
45 años después del Concilio, la Hermandad de San Pío X, es el único grupo católico que entiende que esto es así. Y esto es estar en sintonía con el Papa.
Para el resto del mundo, p.e., Menka, después del Vaticano II no ha pasado nada. La nueva primavera, etc., etc.
En fin, la gente que dice que no ha cambiado nada en la Iglesia desde el Concilio, no sé a dónde muy bien donde va a Misa o a confesarse
¿Te atreverías a hacer este comentario?
Camino Neocatecumenal: desobediencia vestida de santidad y ortodoxia.
Más cosas. Es Trento mismo que confirma el castigo “Latae Sent.” por ordenar indebidamente, lo que realizó Lefebre. Ahora, menos de seis meses de volver con Roma, ya empiezan a ordenar sin permiso. Leí un folleto de la Fraternidad en el que se ponía en duda la validez de la consagración según el nuevo rito, por el hecho de que el sagrario no esté en el altar. Eso es confundir las cosas por completo. ¿Está el sagrario sobre el altar de la basílica de San Pedro? ¿Qué hacían muchos creyentes que seguían el rito antiguo? Rezaban el rosario. ¿Eso es participar en la misa? No hagan esencial de lo accidental, eso es caer en el fundamentalismo. Y sobre todo, hay alguien quien tiene el carisma de discernir, a ese hay que dejarle gobernar la Iglesia.
Etc. Fiese de la Iglesia y del Papa, obedezca, venza su propio yo y parecer. La brújula no está en las manos de FSSPX.
Por cierto, no sé si en este o en otro blog, ya he dicho en más de una ocasión que estoy completamente en desacuerdo con las insinuaciones que algunos miembros de la Fraternidad hacen sobre la validez del Novus Ordo y otras cuestiones igual de graves.
La diferencia, Menka, es que procuro no ser un talibán, y si la FSSPX, o Perico de los Palotes, dice algo que sea verdad, lo reconozco sin que se me caigan los anillos. Si usted necesita vivir en blanco y negro, sin poder reconocer cuando alguien acierta, es su problema. No el mío.
Por lo que yo sé, ni el Papa Juan Pablo II, ni Mons. Lefebvre fueron quienes forzaron la cuerda para que la FSSPX acabara como acabó, si no personas intermedias que, a última hora, dieron al traste con los acuerdos adoptados por Roma y la Fraternidad, con protocolo firmado incluido.
Lo dicho, las cosas no son blanco o negro.
"Que vuestro modo de hablar sea sí, sí; no, no. Lo que exceda de esto, viene de Maligno."
¿Te atreverías a hacer este comentario?
Camino Neocatecumenal: desobediencia vestida de santidad y ortodoxia.
benancioelrancio: "Ya están los defensores de lo indefendible tirando balones fuera, cambiando el tema de conversación o sacando a relucir a los neocatecumenales que nada tienen que ver en este tema"
no, no,nooo... el que ha empezado tirando balones es Menka comparando tradicionalistas con ortodoxos, staretzs incluidos.
"determinadas personas de la Fraternidad...", "he leido en un folleto...", "dicen que dicen..." eso no es serio.
Para casos mil, los kikos. O su propia Parroquia, o la mía.
Se permite decir "Fiese de la Iglesia y del Papa, obedezca, venza su propio yo y parecer". Predique con el ejemplo. Es el propio el Papa Papa quien ha dicho:
"A veces se tiene la impresión de que nuestra sociedad tenga necesidad de un grupo al menos con el cual no tener tolerancia alguna; contra el cual pueda tranquilamente arremeter con odio".
Afirmaciones de los de Fraternidad, que por cierto han tenido que rectificar, puede encontrar en esta web, no dispongo ahora del folleto mencionado, bueno, era un pequeño libro que podía llevar erróneamente a serias dudas a los fieles. Si determinados señores niegan la naturaleza divina del Santo Sacrificio según el Novus Ordo, ¿qué es eso? Eso es muy grave, y lo he subrayado. Ya daré la explicación más detallada.
En estos tiempos confusos, se da la paradoja de que una institución como la FSSPX, obcecada en defender íntegra la Tradición católica, sirve de pim-pam-pum al primero que pasa por delante. En cambio, las babaridades que hacen otros, llegando a caer a veces en herejías y sacrilegios, son aplaudidas. Supongo que se debe al simple marketing.
Por cierto, Menka, una pregunta para la que a lo mejor sólo tienes una semana para responder. En breve el Papa dará a conocer la forma en que se incardine la FSSPX. Puede que como administración apostólica o como prelatura personal. Entonces, ya no se podrá hablar de los malos malísimos lefebvrianos como cismáticos o herejes... ¿Qué harás tú? Ya te digo que es algo que puede ocurrir en una o pocas semanas. Ya puedes inflarte a insultarlos antes de que el Papa te lleve la contraria.
FSSPX ha vuelto a Roma ya, por lo que me he alegrado, ya que una herida fue cerrada. Lo triste, lo muy triste, es que a los seis meses de volver a casa, realizan otra vez ordenaciones (aunque sea de sacerdotes) ilícitas, con lo que ofenden y al Papa y a la Iglesia entera. Hasta humanamente hablando la han liado. No intente pasar por encima de este hecho, lo escabulle continuamente. Eso es un mal objetivo, un católico en vida debe actuar así. Como van a arreglar este hecho yo no lo sé, pero si lo arreglan finalmente con la Iglesia, ¿quién soy yo para no aceptarlo? Pero algunas cosas más se lo aclaro en mi última carta.
Los Concilios de Trento y Vaticano II son las cuerdas del mismo instrumento que reproducen fielmente la melodía compuesta por el Espíritu Santo. O, menos poéticamente, dos ruedas del mismo carro, que es la Iglesia, perfectamente alineadas permitiendo el desplazamiento en la dirección correcta. Es interesante observar que las renovaciones litúrgicas emprendidas por los dos concilios parten de un mismo criterio: retorno a las fuentes. Veamos el siguiente texto de San Justino, escrito por el año 160:
“El domingo, los cristianos se reunían y leían durante algún tiempo los escritos de los profetas y las memorias de los apóstoles. Cuando el lector terminaba, el que presidía decía unas palabras animando a seguir aquellos ejemplos; después se levantaban todos, oraban, y se daban la paz. A continuación se presentaban ofrendas de pan y vino al que presidía, quien, tomándolas, alababa al Padre del universo por su Hijo y por el Espíritu Santo, con una larga acción de gracias al final de la cual el pueblo respondía amén. Inmediatamente se distribuían los alimentos consagrados, QUE YA NO ERAN PAN Y VINO SINO EL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO, se enviaban a los ausentes por medio de los diáconos, y se hacía una colecta para los pobres.” (San Justino, Apología 1, 67; año 160 aprox.).
Con razón resalta el CCE en el punto 1346, que esta celebración es de una estructura fundamental que se “ha conservado a través de siglos hasta nosotros.”
Evidentemente, esta estructura es muy fácilmente reconocible en el Novus Ordo, porque el mencionado criterio fue muy insistido en el CVII. Pero no solamente ese. El otro criterio hundía sus raíces en una feliz expresión, actuosa participacio (participación provechosa), acuñada por san Pío X a comienzos del siglo XX, como norma de sus actuaciones en materia litúrgica (Tra le sollecitudine)).
En cuanto al retorno a las fuentes, no podemos olvidar la liturgia de San Hipólito (alrededor de 210), también incorporada por el CVII en su parte más importante. Luego, cuando las mentes se acostumbran a una tradición (pero no Tradición, que es otra cosa) de varios siglos, con mucha ligereza llaman a estas cosas “novedades” cuando es todo lo contrario.
No obstante, Trento fue muy renovador, tal vez más que el CVII, sin que eso cambie lo esencial. Citaré a un autor:
“La decadencia litúrgica de la Baja Edad Media, más el desafío de la doctrina eucarística de la reforma protestante, con el inminente peligro para la fe del pueblo, dada la deficiente formación del clero, mostraron la urgente necesidad de una revisión autorizada del rito de la misa.
Con este fin, durante el concilio de Trento se decidió la revisión de los libros litúrgicos y la publicación del nuevo misal. Los trabajos concluyeron con san Pío V, quien promulgó el misal reformado en 1570 y lo estableció como obligatorio para toda la Iglesia latina, salvo aquellas diócesis y órdenes religiosas que tuvieran una liturgia propia con más de doscientos años de antigüedad. El criterio guía de la elaboración del misal fue el retorno a las fuentes (tal criterio fue consignado por Pío V en la bula Quo primum tempore, con la que se promulga el misal), con el fin de restaurar la liturgia romana en toda su pureza.
El misal tridentino redujo a sus justos límites las misas votivas y de los santos; suprimió la mayor parte de las secuencias; revisó las oraciones privadas y los gestos del celebrante, eliminando aquellas expresiones desordenadas fruto de una mal entendida devoción individual…Se abrió así un periodo de uniformidad litúrgica en la celebración eucarística de la Iglesia romana.”
Pero eso no impidió que se continuara con reformas, todavía en la época anterior a CVII, a modo de ejemplo, San Pío X impulsó la renovación litúrgica con el motu proprio Tra le sollecitudine y con algunas medidas (posibilidad de celebrar misas vespertinas, renovación del triduo pascual). También hay que destacar la labor reformadora de Pío XII en cuyo pontificado se restauró la vigilia pascual y la semana santa, y se publicó un nuevo código de rúbricas.
Por eso no extraña, y es legítimo que lo hagan los pastores que para eso tienen la potestad dada por Dios, la siguiente propuesta del SC: “revísese el ordinario de la Misa, de modo que se manifieste con mayor claridad el sentido propio de cada una de las partes y su mutua conexión y se haga más fácil la piadosa y activa participación de los fieles” (SC 50).
“Los motivos de la elección de la participación litúrgica como criterio normativo parecen claros, ya que este aspecto está en el corazón mismo de la cuestión litúrgica. En efecto, si la vida de fe es esencialmente una experiencia de encuentro salvífico del hombre con Dios, y el culto eclesial es el lugar primordial donde este encuentro sucede, la participación de los fieles en la liturgia es, entonces, requisito indispensable.
Con este objetivo, el concilio ofreció algunas indicaciones para orientar la futura revisión, que debía estar regida por principio de la tradición, según el enunciado, ya presente en la reforma tridentina, de la “vuelta a la primera norma”: “en consecuencia” afirma el Concilio “simplifíquense los ritos, conservando con cuidado la sustancia; suprímanse aquellas cosas menos útiles que, al correr el tiempo, se han duplicado o añadido, restablézcanse, en cambio, de acuerdo con la primitiva norma de los santos Padres, algunas cosas que han desaparecido a causa del tiempo, según se estime conveniente o necesario”.
“En fidelidad a la petición conciliar, tales orientaciones dirigieron el proyecto de renovación del misal. Además de la revisión del ordinario y simplificación de los ritos, la reforma debía procurar: la confección de un nuevo leccionario que contuviera las partes más importantes de la Escritura; la recomendación y, en los días festivos, obligatoriedad de la homilía; el restablecimiento de la oración común o de los fieles; la admisión al menos en las lecturas, de la lengua local; la autorización en algunos casos, de la comunión bajo las dos especies y de la concelebración.”
Pero antes del CVII, ya se preparó el camino a las reformas, bajo los pontificados de Pío X y pío XII:
“No obstante, la irrupción del siglo de las luces y la aparición de un incipiente mundo secularizado (XIX), con sus correspondientes desafíos para la fe, contribuyeron a la gestación de una conciencia eclesial de necesaria renovación en las fuentes, raíz del movimiento litúrgico.
Ya en el siglo XX, como fruto de dicha conciencia, maduró un plan de actuación litúrgica. Pío XII encargó a la sección histórica de la Congregación de Ritos que prepara un proyecto de reforma (1946), y erigío una comisión específica para realizarla. La comisión desarrolló un ingente trabajo en los doce años de su labor (48-60), pues revisó casi todos los libros litúrgicos. Sus esfuerzos dieron fruto en la restauración de la vigilia pascual (1951) y de toda la semana santa (1955), así como en la publicación de un nuevo código de rúbricas (1960). Sin embargo, con el anuncio de la convocación del concilio Vaticano II, el proyecto de restauración dio paso, bajo nuevos fermentos, a un nuevo periodo: la reforma litúrgica conciliar.”
Por eso no es nada difícil encontrar las reformas que obedezcan también las necesidades impuestas por la praxis. Así fue en Letrán (1215), por citar otro ejemplo:
“Por otra parte, en esta época, se deteriora la participación del pueblo cristiano en la celebración eucarística, y se produce un alejamiento masivo de la comunión sacramental, hasta el punto de que la Iglesia se vio urgida a imponer, en el concilio IV de Letrán (1215), la obligación de comulgar al menos una vez al año. Para compensar esta deficiencia y mantener una participación sensible en el misterio, surgieron nuevos gestos como la elevación de la hostia consagrada…, que permitieran, al menos, una comunión visible y espiritual.”
Y para ir terminando, citaré otro texto que puede ayudar a comprender que la no ubicación del sagrario sobre el altar mismo (que sea en un lugar muy respetable, el mejor, o céntrico de la iglesia, es otra cosa, lo cual es convenientemente indicado) es accidental, no esencial:
“Con el tiempo, el armario o sagrario donde se guardaban las formas en las iglesias se empezó a poner directamente sobre un altar, y esta práctica se generalizó durante el siglo XVI. Otro paso, gradual, fue colocar este tabernáculo precisamente en el altar mayor, cosa que se prescribió con carácter general en el código de derecho canónico del año 1917. Pero no se llegó a hacer nunca en las iglesias catedrales y en algunas otras especialmente importantes, …
Poner el sagrario en un lugar cada vez más destacado y solemne obedeció tanto o más a un desarrollo interno de la piedad católica que a una afirmación polémica frente al error protestante que negaba cualquier tipo de presencia de Cristo en la hostia consagrada una vez terminado el rito litúrgico. Error que fue debidamente señalado y condenado por el concilio de Trento.”
Pero algunas cosas preconciliares pedían cambio, y tanto, a gritos:
“…, el peso de la tradición católica-medieval condujo a un conflicto no menos explosivo entre fe y mundo moderno. Hasta el Concilio Vaticano II se manifestó en el rechazo de la modernidad en algunas de sus manifestaciones más características (como la libertad de religión, de conciencia y de prensa) a partir de una fundamentación religiosa; así como en una profunda desconfianza frente al ethos de la cultura política moderna y a la realidad moderna del mundo del trabajo y de la economía (anticapitalismo; rechazo de los sindicatos, del afán del beneficio y del espíritu de competencia; cierto antisemitismo motivado cada vez más en razones socioeconómicas y políticas). Precisamente, el antisemitismo que se apoyaba en un planteamiento católico-eclesiástico, religioso, social y político se alimentaba en gran parte del enfrentamiento con el mundo moderno, con la mundanidad normal, con la habilidad en los negocios y con el afán de lucro. A partir de ahí no raramente asumía el carácter de una teoría de la conspiración: los judíos habrían destruido la armonía del mundo antiguo organizado al modo feudal-corporativo por su afán de ganancia, su planteamiento competencial, su temporalismo y materialismo; en una palabra, por un amor al mundo contrapuesto al ideal cristiano de la ascesis. Se descubría en la emancipación de los judíos – igualación en derechos civiles – una de las más nefastas consecuencias de la Revolución francesa y del liberalismo.”
Por eso no es de extrañar encontrar en la revista “La Civiltà Católica”, representativa del pensamiento clerical-católico de entonces, el siguiente artículo “La Questione Giudaica” (1936) (La Civ.Cat. IV) del que hago una pequeña reseña: se elogia a la Iglesia medieval, que siempre impidió perseguir a los judíos y los protegió, pero también consiguió que no disfrutaran de los mismos derechos civiles que los cristianos, “para hacerlos así inofensivos”. Y textualmente: “También hoy habría que encontrar los caminos convenientes para hacerlos inofensivos, naturalmente excluyendo toda persecución.”
Hemos llegado hasta el final. Quise mostrar que los católicos de a pie puedan confiar plenamente en la dirección del Magisterio, en la que puedan oír con seguridad la dulce voz del Pastor. Que en el Concilio Vaticano II no hay ni contradicción con los anteriores, ni ambigüedad alguna. Que vean en todos los concilios esencialmente lo mismo, como católicos que son. También para contribuir a dar las gracias por estar en la Iglesia, valorando ese hecho por encima de todo. Sentirse y actuar en sintonía con la Iglesia, siendo una sola cola con ella.
No obstante, de una cosa me alegro: muchos de los fieles de FSSPX retornan a la Iglesia con gusto, y desde hace tiempo. Puede ser que eso también ha facilitado el camino de unión. En ese sentido, las últimas ordenaciones de FSSPX, ilícitas, encima en un asunto tan grave como es la ordenación de sacerdotes, van en la dirección contraria. Rezaré que no ofendan más a Dios y no den más dolores de cabeza a Santo Padre. Fin.
La retahíla de citas que expone no sirven para aclarar la diferencia entre reforma y deformación. La Iglesia siempre necesita reformas, pero sin adulterar su mensaje. Todo concilio previo al Vaticano II llamaba la atención, incluso a los enemigos de la Iglesia, por su concisión, claridad y exigente uso de la lógica. La diferencia es obvia.
Sobre expresiones del tipo: "Los Concilios de Trento y Vaticano II son las cuerdas del mismo instrumento que reproducen fielmente la melodía compuesta por el Espíritu Santo", diré que me parecen meros fuegos artificiales para hacer encajable a voluntad lo que chirría a la simple vista. Y eso ya empezando por el fin y naturaleza de los concilios ecuménicos previos al Vaticano II y el fin de éste mismo, que se apresuró a declararse no dogmático.
Y por favor, no me compare la reforma litúrgica de Trento con la del Postconcilio (en este caso, el Concilio como tal nada tuvo que ver con las deformaciones posteriores de la Liturgia). San Pío V pulió la liturgia romana para eliminar los añadidos que había sufrido en los dos siglos precedentes. Sin embargo, la realizada por la comisión postconciliar fue hecha, explícitamente, para limar diferencias con los protestantes. Le recomiendo sobre este asunto los estudios de Mons. Klaus Gamber, donde deja de manera patente el destrozo que supone el Novus Ordo para la Tradición católica. Le llamará la atención como demuestra que la reforma postconciliar NADA tiene que ver con la famosa vuelta a los orígenes de la Misa. Empezando por la barbaridad de cambiar la orientación del Altar. El gesto de la paz recuperado en el Novus Ordo, que usted cita, es un simple detalle comparado con las invenciones que se intordujeron: oraciones enteras eliminadas o cercenadas, el ofertorio vaciado todo lo posible de referencias al carácter sacrificial de la Misa, el cambio de Altar...
Por cierto, uno de esos estudios de Gamber desmitificadores de las reformas postconciliares de la Misa -"Vueltos hacia el Señor"- tenía como prologista a un insigne cardenal que loaba las tesis del libro. ¿Adivina quién? Exacto: Ratzinger.
http://www.statveritas.com.ar/Liturgia/Breve_Examen_Critico_del_Novus_Ordo_Missae(Ottaviani_Bacci).pdf
http://www.statveritas.com.ar/Liturgia/CardStickler_Misa-01.htm
Pero lo cierto es que según el Concilio Vaticano I cuando el Santo Padre habla magisterialmente, es infalible, sin exigir formalidad alguna, como que se exprese en un concilio, o en encíclica, o anatematizando a los que lo contradigan.
Que el magisterio post-conciliar parezca contradecirse al magisterio pre-conciliar no significa que efectivamente se contradigan, de la misma manera que Jesucristo sea hombre no significa que no sea Dios, o que el hombre tenga libertad para condenarse no significa que no exista predestinación...
De todas maneras a nadie se le obliga a leer a Juan Pablo II o Benedicto XVI, ni el Concilio Vaticano II... que ni somos teólogos, ni somos obispos, para meternos donde no nos llaman: como dice la Escritura: "no pretendas ser demasiado sabio ni demasiado santo, ¿para qué quieres destruirte?"
Dices «Que el magisterio post-conciliar parezca contradecirse al magisterio pre-conciliar no significa que efectivamente se contradigan».
En realidad es mucho más grave: es el propio magisterio post-conciliar el que contradice al magisterio post-conciliar:
JUAN PABLO II, Constitución Apostólica Sacrae Disciplinae Leges, para la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico (25 de enero de 1983):
«De donde se sigue que la novedad fundamental que, sin separarse nunca de la tradición legislativa de la Iglesia, se encuentra en el Concilio Vaticano II, sobre todo en lo que se refiere a su doctrina eclesiológica, constituye también la novedad en el nuevo Código».
CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia, (29 de junio de 2007):
Primera pregunta: ¿El Concilio Ecuménico Vaticano II ha cambiado la precedente doctrina sobre la Iglesia?
Respuesta: El Concilio Ecuménico Vaticano II ni ha querido cambiar la doctrina sobre la Iglesia ni de hecho la ha cambiado, sino que la ha desarrollado, profundizado y expuesto más ampliamente.
Si no crees que los católicos tenemos un problema, que no se resuelve acudiendo a la Escritura como hacen los protestantes, entonces es que estamos verdaderamente ciegos.
Nicolás Astigarraga: he leído tu respuesta, pero no me ha quedado claro tu razonamiento: sacas a colación dos textos, uno de Juan Pablo II y otro de la Santa Inquisición, que obviamente no van a decir otra cosa que no se cambia la tradición antigua, sino que se renueva, mientras que tú te limitas a decir que sí, que efectivamente hay contradicción entre el magisterio pre y post conciliar.
Te ruego mayor claridad.
2º. Yo no digo que "hay contradicción entre el magisterio pre y post conciliar", sino que lo que "hay contradicción entre el magisterio post conciliar y post conciliar".
3º. Juan Pablo II afirma que en el Concilio Vaticano II se encuentra una "novedad fundamental" "sobre todo en lo que se refiere a su doctrina eclesiológica"; y la CDF sin embargo, que el Concilio Vaticano II "de hecho la ha cambiado la doctrina sobre la Iglesia".
Los únicos como Institución, que ven que tenemos un problema es la Hermandad San Pío X, y la gente como tú:
a) No ve ningun problema
b) Ataca inmsericordemente a la Hermandad
"Father Congar admitted, "It cannot be denied that the Declaration on Religious Liberty [del Concilio Vatiocano II] does say something else than the Syllabus of 1864; it even says just about the opposite... Congar said further about Vatican II in general, 'It is clear that the decree on ecumenism does say, on several points something else than Pius XI’s encyclical Mortalium Animos, and the Declaration on Religious Liberty says the contrary of several articles of Pius IX’s Syllabus, as Lumen Gentium §16 and Ad Gentes §7 do say something else than ‘There is no salvation outside the Church’..."
cfr. Yves Congar: "La crie dans L’Eglise et Mgr. Lefebvre", Paris: Editions du Cerf, 1976, p. 51; extraído de Yves Congar: "Religious Liberty Questioned", p. viii.[11] in "Essais oecumeniques", Paris: Centurion, 1984, p. 85.
http://www.cfnews.org/SSPX-DD.htm
[2.-]
"... el vaticanista italiano del semanario L’Espresso, Sandro Magister, señala que... 'existen opiniones divididas sobre cómo leer el Concilio Vaticano II, y que tales divisiones han dado lugar a no pocas de las tensiones eclesiales actuales'. Al respecto, señala que 'en numerosas ocasiones Joseph Ratzinger ha mostrado que no comparte' la visión de quienes creen que el Concilio dio inicio a un 'espíritu de reforma' que no se detiene nunca y que rompe constantemente con la Tradición de la Iglesia."
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=11003
Existe un gran problema de formación, de batalla por la "buena doctrina". Para empezar se olvida que el Vaticano II es pastoral:
Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a S.E. Mons. John R. Quinn, Presidente de la Conferencia episcopal de los Estados Unidos de América, con Observaciones sobre el libro «“La Sexualidad humana”. Estudio encargado por la “Catholic Theological Society of America”, editado por el Rev.do Antony Kosnik» (13 de julio de 1979):
«Además, en lo referente a la enseñanza del Concilio Vaticano II, observamos aquí otra noción equivocada. Este libro repetidamente declara que el Concilio deliberadamente rehusó conservar la jerarquía tradicional de los fines primarios y secundarios del matrimonio, abriendo “la Iglesia a una nueva y más profunda comprensión del significado y valor del amor conyugal” (p. 148 y “passim”). Por el contrario, la comisión de los “Modi” declaró explícitamente, respondiendo a una propuesta presentada por muchos de los Padres que pedían se pusiera esta distinción jerárquica en el texto del n. 48, que, “en un texto pastoral que pretende entrar en diálogo con el mundo, los elementos jurídicos no son necesarios... De todas maneras, la importancia primordial de la procreación y educación se muestra a lo menos unas diez veces en el texto” (cf. nn. 48 y 50)».
Comencé a leer el Concilio Vaticano II, pero cuando llegué a esta frase "pertenecen, de un modo u otro, todos los hombres a la Iglesia Católica", sentí tal repugnancia que no he vuelto a leerlo, ni tampoco leo a Benedicto XVI, por su idea del ecumenismo.
Esto no significa que no crea que la doctrina del CVII o de Benedicto XVI no sea infalible: no faltan en materias de fe, sino en el orden de la caridad; en efecto, puede darse una predicación perfectamente ortodoxa faltando la caridad, por ejemplo: "todos los hombres son amados de Dios, que si Dios no los amara, no los hubiera creado: Dios quiere que se salven todos los hombres" Una predicación así, olvidando la realidad del infierno, es perfectamente ortodoxa, pero falta en la caridad, pues creyendo en el infierno, no predica a los hombres el infierno, para que se salven, sino que se predica por la propia gloria.
La infalibilidad es infalibilidad en la fe, no en la caridad.
El error de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X es que confunde el orden de la caridad con el orden de la fe: tal papa olvida la predestinación, el infierno, el purgatorio, etc... tal papa no tiene fe. No, sino que tal papa no tiene caridad, pues, por ejemplo, no excomulga a los escandalosos. La Fe no puede faltar en la sucesión apostólica.
Pero que el superior (por ejemplo el papa) no tenga caridad no da derecho al inferior para insubordinarse; es el escándalo de la FSSPX. Pudieran muy bien predicar el infierno, la corrupción litúrgica... pero sin desobedecer, lo cual destruye el buen ejemplo (por suerte Lefevre pasó el rubicón, sino ¿qué habría sido de los veinte fieles de la FSSPX en España?): la religión católica se basa en estas palabra: OBEDIENCIA SOBRE TODO. Si decimos que Juan Pablo II no es infalible ¿qué papa no lo es?
Miguel:
León XIII en su encíclica "Libertas" condenaba el liberalismo en lo que tiene de malo, aceptando sin embargo que el gobernante debe a veces tolerar cosas malas, a imagen de Dios, que permite males para sacar un bien mayor; debe tolerar ciertas libertades, etc... por el bien común y la paz social, por lo tanto, en el concepto hay cierta accidentalidad.
En el siglo XXI el estado es mucho mayor que en el siglo XIX; el sector público ha pasado de menos de un 10% a un 60%, han aumentando infinitamente los medios de comunicación con todas sus posibilidades de manipulación, lo que implica que hoy día es un gran bien querido por Dios que los hombres gocen de libertades cívicas, pues no hay proporción entre el estado con todos sus medios represivos y el individuo; el magisterio de la Iglesia no ha cambiado en su substancia, sino que se ha amoldado al tiempo actual. Por ejemplo, se habla mucho en contra de la ley del aborto, pero el problema no está en la ley, sino en que los sacerdotes no predican el infierno, y la masa del pueblo es hipócrita y sacrílego, y por eso las chicas con embarazo no deseado no se asustan de la Ira de Dios y por eso abortan... amigos, el problema no está fuera de las parroquias, el problema está en las parroquias. Son peores muchos sacerdotes que las prostitutas.
[1.-]
El Magisterio de la Iglesia no ha cambiado.
Sin embargo, curiosamente, Yves Congar, Carlo Maria Martini, y muchos otros que piensan como ellos, creen que sí. Y, como no han sido sancionados por decir que el Magisterio de la Iglesia ha cambiado, son muchos más los que, tras cuarenta y cuatro años, 5 Papas, 25 encíclicas, un catecismo y un compendio universales, piensan igual que ellos.
Y son tantos los que piensan así, que la FSSPX se lo ha creído.
¿Y qué es lo que pasa? Que se condena a la FSSPX por creérselo.
Pero no se condena a los teólogos, como Congar, o a los cardenales, como Martini o Suenens, que les han llevado, tanto a los fieles a su cargo como a la FSSPX, a creer en semejante error.
Los textos del Concilio Vaticano II, interpretados según el Magisterio de la Iglesia, son infalibles. Lo que muchos miembros de la FSSPX preguntan es, ante los textos conciliares, cómo realizar la interpretación acorde con el Magisterio.
[2.-]
No he sido capaz de encontrar ninguna referencia a la jerarquía de fines del matrimonio en los documentos del Concilio Vaticano II, ni en la "Humanae Vitae", ni en la "Castii Connubii", ni en las catequesis de la "Teología del Cuerpo" de Juan Pablo II, ni en el "Catecismo de la Iglesia Católica", ni en su "Compendio".
Así pues, lo extraño no es que alguien pregunte si ha cambiado en algo el Magisterio entorno a la jerarquía de los fines matrimoniales, sino que no lo pregunte.
Viendo cuál es la situación de la pastoral prematrimonial en nuestras parroquias, estoy convencido de que si los fieles no preguntan si ha cambiado en algo el Magisterio entorno a la jerarquía de los fines matrimoniales, es porque están firmemente convencidos de que el Magisterio sí ha cambiado. Aunque eso no sea cierto.
Y de esa situación, la FSSPX no tiene ninguna culpa.
Ciertamente, no se trata de una herejía, porque ninguno de esos documentos niega la jerarquía de los fines del matrimonio. Sin embargo, cardenales que siempre han estado en activo, como Suenens o Martini, sí que han negado esa jerarquía de los fines del matrimonio. Y nadie les ha llamado nunca la atención respecto a ese asunto, ni respecto a otros asuntos aún más graves.
Ciertamente, no se trata de una herejía. Pero se trata de un asunto que hay que clarificar. Y eso es lo que pide la FSSPX.
[3.-]
No me parece congruente atribuir a la FSSPX la creencia de "que Roma es la Gran Ramera" cuando lo que intenta es, precisamente, reintegrarse canónicamente a esa misma "Roma".
No me parece congruente hablar de "separarse de la Iglesia Católica" cuando lo que la FSSPX quiere es integrarse de forma canónicamente plena en la Iglesia Católica, cosa de la que me alegro profundamente.
Respecto a Satanás, triste es la situación doctrinal de muchos de nuestros pastores. Tienes los detalles aquí:
http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com/2009/06/impactantes-declaraciones-del-exorcista.html
Aunque dentro de la FSSPX hay personas buenas y personas mejores, se está en cierto limbo doctrinal, cerca del sedevacantismo. ¿quieren la plena unión con Roma? lo quieren, pero antes la Sede Apostólica deberá declarar nulos artículos del CVII y del magisterio posterior; con la Roma conciliar no quieren unión.
Monseñor Fellay sabe perfectamente que la Santa Sede no va a "declarar nulos artículos del CVII y del magisterio posterior". Y, sin embargo, ha pedido entablar un diálogo teológico orientado a la plena integración canónica de la FSSPX en la Iglesia Conciliar.
Si monseñor Lefebvre, a petición del entonces cardenal Ratzinger, pudo firmar todos y cada unos de los documentos del Concilio Vaticano II, no veo qué motivo pueda haber para que Fellay no pueda hacer lo mismo.
La verdad es que si la FSSPX no quiere la unión "con la Roma conciliar", se está tomando muchas molestias, y está afrontando el serio riesgo de una escisión interna, sólo para hacer ver que quiere lo que, en realidad, según tú, no quiere hacer.
No me parece muy verosímil.
dices "con la Roma conciliar no quieren unión".
¿Tú sí? ¿Añades eso al Credo? "Una, Santa, Católica... y Conciliar"
De locos
- para interpretar correctamente el dogma de la infalibilidad tendría que tener conocimiento no sólo del dogma, sino de sus antecedentes y del sentido de los términos que usaron los padres del Concilio Vaticano I; nadie con autoridad me lo explica, así que hasta que la autoridad no mande otra cosa, no niego que el Concilio Vaticano II y el magisterio posterior sea infalible, aunque me reservo el no leerlos por si alguna expresión pueda dañar mi fe.
- en cuanto el magisterio postconciliar parece contradecirse al preconciliar, no descarto que me falten elementos de juicio que me hagan ver que realmente no se contradicen: como dijo San Ignacio, si la Iglesia dice algo "negro" y yo veo "blanco", he de persuadirme que de es "negro", aunque vea "blanco".
- Me parece que la FSSPX es una sociedad ilícita según el derecho canónico, se celebran sacramentos ilegítimamente, y, en fin, se desobedece por sistema a la autoridad apostólica; aunque no descarto que ante Dios pueda estar justificada alguna desobediencia a la autoridad legítima por estado de necesidad, como no tengo elementos de juicio para saber si existe ese "estado de necesidad", rechazo toda desobediencia, y en lo que esté de mi mano sujeto mi voluntad a la Iglesia Católica.
No sé si esto solventará alguna de tus dudas:
[1.-]
a)
"El valor dogmático del Concilio Vaticano I, puesto que es infalible, alcanza la nota más alta que puede darse..."
p. Joaquín Salaverri, S.J.
Profesor de Eclesiología y de Historia de los Dogmas en la Universidad Pontificia de Comillas. Teólogo del Concilio Vaticano II.
http://www.serviciocatolico.com/files/sumateologicaSI/introduccion.htm
b)
En la p. 63 de su "Carta abierta a los católicos perpelejos" (1985), Marcel Lefebvre recordaba las palabras:
http://www.scribd.com/doc/6167883/Carta-Abierta-a-Los-Catolicos-PerplejosMons-Lefebvre
a) del card. Suenens:
"El concilio Vaticano II es el 1789 en la Iglesia... Nada puede comprenderse de la Revolución Francesa, o de la revolución rusa si se ignora el antiguo régimen a que ellas pusieron fin... De la misma manera, en materia eclesiástica una reacción sólo se juzga en función del estado de cosas que la precedió"
b) de Congar:
"La Iglesia hizo pacíficamente su revolución de octubre [de 1917]... La declaración sobre la libertad religiosa dice materialmente lo contrario del Sílabo".
En su "Iota Unum", Romano Amerio afirma que, durante el concilio Vaticano II Congar:
"argumenta que la Iglesia de Pío IX y Pío XII ha concluido, como si fuese católico hablar de la Iglesia de éste o de aquél Pontífice, o de la Iglesia del Vaticano II, en vez de hablar de la Iglesia universal y eterna en el Vaticano II".
Porque, durante el Conclio Vaticano II, Congar, entre otros, tenía "como programa saltarse los siglos, como confiesa el [propio] P Congar: 'la idea consiste en dar un salto de quince siglos'".
Se trata del "'ressourcement' que pretende saltarse el desarrollo histórico de la Iglesia y 'enjamber' (como dice el padre Congar) quince siglos".
cfr. Romano Amerio: Iota Unum, puntos 53 y 319.
http://66.240.239.19/4/2/2/42200.ZIP
http:/www.statveritas.com.ar/Libros/IOTA_UNUM.zip
Romano Amerio publicó su "Iota Unum" en 1986. Marcel Lefebvre publicó su "Carta abierta a los católicos perplejos" en 1985. Yves Congar murió en 1995. El card. Josef Suenens murió en 1996.
Ni Congar ni Suenens desmintieron nunca lo publicado por Lefebvre y Amerio.
Lefebvre admiraba "Iota Unum" hasta el punto de incluirlo como libro de lectura obligatoria en todos los seminarios de la FSSPX. Sin embargo, Romano Amerio, autor del libro, no admiraba a Lefebvre. Creía que no debía haber desobedecido al Papa. Lefebvre que lo sabía, no compartía la opinión de Amerio, pero no se cansaba de alabar su libro. El libro se puede descargar en formato Word 97:
http://statveritas.com.ar/Libros/IOTA_UNUM.zip
http://66.240.239.19/4/2/2/42200.ZIP
(Los dos vínculos enlazan con el mismo texto)
Aquí incluyo seis vínculos sobre Romano Amerio, catedrático emérito de filosofía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán y consultor teológico del obispo de Lugano, Angelo Giuseppe Jelmini, durante el Concilio Vaticano II:
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=7258
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/45538?eng=y
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/135061?sp=y
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/176565?sp=y
http://aspa.mforos.com/670103/4058080-centenario-de-romano-amerio/
http://religionenlibertad.com/blog/index.php?blog=31&title=jacopo_de_benedetti_i&more=1&c=1&tb=1&pb=1#c23295
[2.-]
Efectivamente, "la FSSPX es una sociedad ilícita según el derecho canónico" que celebra "sacramentos ilegítimamente". Esa ilegitimidad está sujeta a un recurso que lleva más de treinta años esperando que se cumpla con su tramitación.
[3.-]
Sin embargo, no "desobedece por sistema a la autoridad apostólica".
a)
Por eso sus seminarios reciben inspecciones de la Santa Sede. La Santa Sede es muy discreta en estos asuntos, que sólo han trascendido a causa de una homilía de Fellay en Buenos Aires con ocasión de la aprobación del "Motu Proprio".
Mons. Fellay es el encargado tanto de tramitar esas invitaciones para que se realizaran las inspecciones de los seminarios de la FSSPX, como de oír las conclusiones de los inspectores, que no siempre son los mismos ni tienen siempre los mismos superiores. Sin embargo, el resultado de esas inspecciones parece ser siempre el mismo: profesores demasiado jóvenes, libros demasiado viejos, clases demasiado atestadas:
http://www.fsspx-sudamerica.org/secciones/conferencia.mp3
La Santa Sede también suele ser muy puntillosa con lo que los demás dicen que ella hace o deja de hacer. Y, hasta ahora, nadie en la Santa Sede ha negado, ni oficial ni oficiosamente, las declaraciones públicas de mons. Fellay. Aún es más, si mons. Fellay hubiera mentido, seguro que alguien se habría sentido obligado a informarnos.
b)
Por otra parte, la asistencia a la misa dominical y la colaboración con las necesidades económicas de la FSSPX son formas válidas de cumplimiento tanto del precepto dominical, como del óbolo de San Pedro.
El documento fue publicado por "Una Voce" América:
http://www.unavoce.org/articles/2003/perl-011803.htm
Pero fue eliminado a inicios de 2009. Sin embargo, el texto todavía puede consultarse aquí:
http://www.cfnews.org/sspx-obl.htm
http://sspx.agenda.tripod.com/id71.html
Aún es más, respecto a este asunto todavía hay otro documento:
http://photos1.blogger.com/blogger/669/1989/1600/20050905_Let%20-ED-4.jpg
Cuya importancia es comentada aquí:
http://rorate-caeli.blogspot.com/2006/03/ecclesia-dei-sspx-priests-and-faithful.html
c)
La FSSPX realizó hace unos pocos años una gran peregrinación al Vaticano. En ella participaron más de 6.000 fieles católicos que rezaron, habiendo obtenido los premisos eclesiásticos necesarios, dentro de la basílica de San Pedro por las intenciones del Santo Padre y por la unidad de la Iglesia después de haber escuchado un sermón de Fellay dentro la propia basílica. Como no cupo todo el mundo a la vez, hubo que hacer varios turnos y repetir el sermón varias veces. Mientras tanto, los que esperaban fuera rezaron varias veces el rosario en voz alta.
[4.-]
Devoción filial a la Virgen, fidelidad al Magisterio, amor a la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, amor al Papa, amor a la Santa Sede, rectitud de vida y situación canónica irregular: ésa es la situación a día de hoy de la FSSPX gobernada por mons. Fellay.
Por eso la FSSPX tiene tanto interés en terminar con su situación canónica irregular.
Harto de bregar con el sistema "antispam" de Infocatólica, he publicado una actualización de mi último comentario aquí:
http://miguel-serrano-cabeza.spaces.live.com/blog/cns!85E7D1A1A6C3E594!182.entry
Ahora resulta que Google ha etiquetado muchos "blogs" tradicionalistas como "sites" peligrosos. Por lo tanto sus direcciones han quedado clasificadas como "spam". Al citar vínculos con esas direcciones, mi comentario ha sido bloqueado por ser considerado "spam" por el sistema de InfoCatólica.
Si seguimos así, hasta InfoCatólica será considerada como "spam". Muchos se reirán. Pero se les caerá su sonrisa de la boca cuando vean que la Santa Sede, algún día, si seguimos a este paso, también llegará a ser etiquetada como "spam".
Usted sí que es un spam, que después de unirse al coro de ultraliberales que criticaban insolentemente la encíclica del Papa, no sé de qué va, en plan mártir tradicionalista. Menuda coherencia.
A lo mejor es que para el "señor" Serrano Cabeza Roma es un spam. Se le da a cualquier friki un foro y ya se cree con derecho a pontificar incluso contra la Santa Sede. Patético.
1)
Si lee con atención verá que lo que he escrito es que, si el laicismo rampante sigue así, creo que, efectivamente, llegará un día en el que, por desgracia, cuando vayamos a entrar en la página de la Santa Sede, nuestro navegador, nuestro filtro de contenidos, el antivirus, o nuestro proveedor de internet nos advertirán de que se trata de un sitio no seguro.
Han empezado con los grupos tradicionalistas. Es posible que sigan con los partidos minoritarios sin representación parlamentaria. Luego seguirán con las minorías y, después, con la Iglesia.
¿No está de acuerdo? Razone su desacuerdo.
2)
Si tan patéticos le parecen mis argumentos, le agradecería que los refutara. ¿De verdad no tiene nada mejor que decir entorno a la FSSPX?
3)
Dejando aparte el no pequeño detalle que el asunto que menciona es off-topic, le diré que yo no critico al Papa ni a la Santa Sede ni la última encíclica del Papa. Es muy fácil desmentirme: indique dónde he criticado al Papa, a la Santa Sede o esta encíclica.
Yo sólo digo que esta afirmación, entre otras, NO es doctrina de fe:
"La riqueza mundial crece en términos absolutos, pero aumentan también las desigualdades."
cfr Caritas in Veritate §22.
http://infocatolica.com/cache/download/Caritas_in_Veritate.pdf
Es un enunciado sobre un fenómeno sujeto a investigación científica, no la formulación de un acto Magisterial por el cual se define una doctrina de fe infalible o una afirmación propia del magisterio común, falible pero que obliga a creerla en conciencia.
Si vd. cree que es doctrina de fe o magisterio común, le rogaría que, por lo menos, se molestara en justificarlo.
Mi posición coincide en lo fundamental con la de John L. Allen Jr. publicada el 9 de julio en el National Catholic Reporter:
http://ncronline.org/print/13975
4)
Un blog es un lugar donde un blogger da su opinión.
Vd. ya sabe lo que pienso. Lee lo que escribo. No le gusta. Escribe comentarios de crítica, pero no argumenta con pruebas y datos. Prefiere llamarme "friki".
La verdad, no sé qué es lo que vd. ha entendido de la encíclica del Papa, "Caritas in veritate".
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1339326?sp=y
¡Gracias por el vínculo...!
La nueva edición italiana de "Iota Unum" y de "Stat Veritas" es una buena noticia para todos los católicos. Especialmente si se producen las nuevas ediciones española, portuguesa, francesa y alemana.
En inglés -nuestro nuevo latín-, gracias a Dios, "Iota Unum" no ha dejado de publicarse nunca. Sin embargo, creo que "Stat Veritas" sólo se ha publicado en italiano y en español. Y ambas ediciones son muy difíciles de conseguir.
En los libros de Amerio no se critica a nadie. Sólo se comenta en qué sentido hay que entender los textos para considerarlos como continuidad sin ruptura del Magisterio. Amerio aplicó "avant la lettre" la doctrina de la hermenéutica de continuidad tantas veces proclamada por Benedicto XVI.
Hasta el día de hoy, que yo sepa, nunca nadie ha criticado el contenido de "Iota Unum".
Soy un sacerdote "cismático", o sea ortodoxo y quisiera hacer una aclaración a lo dicho en el comentario. En la Iglesia Ortodoxa no hay tradicionalismo, ni carcas ni nada por el estilo ya que se sigue la fe y la liturgia que nos transmitieron nuestros Padres Teoforos y los Concilios ecuménicos que para nosotros son nueve no siete como se dice frecuentemente.
Si se afirma lo que se afirma sobre la pastoral ortodoxa es por que se desconoce, por lo tanto ha de disculparse. Lo que usted dice es quizás propio de algunos sectores de la Iglesia rusa y en esto está muy influenciada todavía por las ideas y formas llevadas por los jesuitas a Rusia en el s. XVIII durante la apertura de los Zares Pedro y Catalina. Pero la Iglesia Ortodoxa es mucho más grande, Rumania, Serbia, Grecia, Bulgaria... Los sacerdotes quizás por estar casados forman parate activa junto a sus esposas de la vida cotidiana con sus fieles y les aseguro que cuando se tiene a la suegra enferma y llega septiembre y hay que comprar los libros de los niños y pagar los uniformes, te sientes muy cercano al pueblo ya que compartes sus mismos problemas y preocupaciones. En Grecia por ejemplo no es nada raror ver al sacerdote con su padre tambien sacerdote, en el cafenio tomando el café con los amigos mientras se comentan las noticias esperando que salgan los niños del colegio para ir a la Iglesia a celebrar las Vísperas. Ahora bien, cuando el sacerdote se reviste de los ornamentos sagrados y celebra los Divinos Misterios es icono de Cristo en medio de su pueblo por lo que es reverenciado y respetado.
La cuestión de los monjes es diferente, ellos precisamente se retiran a los desiertos para allí luchar contra las pasiones y entregarse a una vida de ascesis pidiendo a Dios el perdón de sus pecados. Pueden aparecer muy distantes, pero aún así son muy reverenciados por los fieles que acuden a ellos buscando consejo espiritual.
Nuestro mundo es otro mundo, y por desgracia, poco a poco se va contaminando del racionalismo y el laicismo de occidente. Quiera Dios mantener a los fieles dentro de sus santas tradiciones y sobre todo quiera Dios mantenerlos y darle fortaleza a su fe.
Nosotros sus sacerdotes los acompañaremos en este caminar compartiendo sus problemas y preocupaciones de cada día.
Atentamente
P Nicolás
Efectivamente, tiene vd. razón.
Estaba pensando en la Iglesia Ortodoxa Rusa y, por referencias directas de una persona que vivió la situación antes de la guerra civil de los años '90, en la Iglesia Ortodoxa Croata.
Desconozco totalmente cuál es la situación en el resto de los países en los que está implantada.
No puedo por menos que agradecerle tanto su interés como el tono de su comentario. Le pido disculpas por el tono del mío.
Sería muy interesante tener una perspectiva Ortodoxa como la suya en los asuntos que comentamos. No sólo en este post, sino en los sucesivos.
Tanto si se anima, como si no, en cualquier caso, sea vd. muy bienvenido.
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