El Papa Francisco ha pedido perdón por el robo de los ídolos de la Pachamama, que han sido recuperados por la policía italiana en el río Tíber. Y dice que puede que esos ídolos estén presentes en la misa de clausura del Sínodo, mañana en San Pedro. Eso sí, le ha pasado el marrón de la decisión a Parolin: a saber por qué…
Por su parte, Complicit Clergy ha convocado una concentración mañana a las 11 de la mañana en la Plaza de San Pedro para rezar el rosario y manifestar su rechazo a la profanación de la Iglesia con ídolos paganos. Marco Tosatti se hace eco de la convocatoria en Stilum Curiae.
Todo va muy rápido. Todo se precipita con velocidad de vértigo. No da tiempo a asimilar una noticia cuando surge otra.
El Obispo Atanasio Schneider ha hecho pública una carta abierta que recoge Life Site News en la que pide a todos los católicos, obispos, sacerdotes y laicos, que ofrezcan actos de reparación, protesta y corrección por el uso de las estatuas de la Pachamama, a las que considera como un “nuevo becerro de oro”. He aquí un breve extracto de esa carta:
“Como sucesor de los Apóstoles, encargado del cuidado del rebaño de Dios, no puedo permanecer en silencio ante la flagrante violación de la santa voluntad de Dios y las desastrosas consecuencias que tendrá sobre las almas individuales, sobre la Iglesia en su conjunto y de hecho sobre toda la raza humana. Por lo tanto, es con gran amor por las almas de mis hermanos y hermanas que escribo este mensaje “.
“Los católicos no pueden aceptar ningún culto pagano, ni ningún sincretismo entre las creencias y prácticas paganas y las de la Iglesia Católica. Los actos de adoración de encender una luz, inclinarse, postrarse o inclinarse profundamente en el suelo y bailar ante una estatua femenina desnuda, que no representa a Nuestra Señora ni a una santa canonizada de la Iglesia, viola el Primer Mandamiento de Dios.”
“Todos los católicos verdaderos, que todavía tienen el espíritu de los apóstoles y de los mártires cristianos, deben llorar y decir acerca de las ceremonias paganas que tuvieron lugar en la ciudad eterna de Roma, parafraseando las palabras del Salmo 79: 1: Oh Dios, los paganos han entrado en tu heredad; han contaminado tu santa ciudad de Roma; han dejado a Roma en ruinas.”
“San Atanasio dijo: “Se jactarán de que adoran y sirven, no meras existencias y piedras y formas de hombres y pájaros irracionales y animales y bestias rastreras, sino el sol y la luna y todo el universo celestial, y la tierra, deificando así la creación” (Contra Gentiles , 21, 1-3) y: “Se combinarán todos juntos, como un solo cuerpo, y dirán que el todo es Dios” (Contra Gentiles , 28, 2). “En lugar del Dios real y verdadero, deificaron las cosas que no lo eran, sirviendo a la criatura en lugar del Creador (ver Rom. 1:25), involucrándose así en la necedad y la impiedad” ( Contra Gentiles , 47, 2).
Todo va muy rápido… Lean ustedes el documento final del sínodo de la Amazonia. Y les llamo la atención sobre el punto 14:
14. La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental se refleja en la creencia y los ritos sobre el actuar de los espíritus de la divinidad, llamados de innumerables maneras, con y en el territorio, con y en relación con la naturaleza (LS 16, 91, 117, 138, 240). Reconozcamos que desde hace miles de años han cuidado su tierra, sus aguas y sus bosques, y han logrado preservarlos hasta hoy para que la humanidad pueda beneficiarse del goce de los dones gratuitos de la creación de Dios. Los nuevos caminos de la evangelización deben construirse en diálogo con estos conocimientos fundamentales en los que se manifiestan como semillas de la Palabra.
A ver… Dejemos las cosas claras: las creencias y los ritos sobre el actuar de los espíritus de la divinidad en las comunidades amazónicas se llama paganismo. Y eso de que “desde hace miles de años [esos espíritus en los que creen los indígenas] han cuidado su tierra, sus aguas y sus bosques” es una herejía como la copa de un pino. El único Creador y el único que cuida de la creación es la Santísima Trinidad. Recordemos el Credo:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Esta es la fe de la Iglesia. Esta es la única fe verdadera.
Señor, ten compasión de tu Iglesia. No permitas la abominación sacrílega de introducir ídolos paganos en tu templo santo. Te pedimos, Señor, por el Papa Francisco, por los cardenales, por los obispos y sacerdotes. Hazlos santos, Señor. Líbranos de los hipócritas que pretenden destruir tu Santa Iglesia haciéndose pasar por católicos sin profesar realmente la fe de la Iglesia.
La idolatría es uno de los pecado más graves. Es una grave ofensa a Dios. No podemos consentir el sacrilegio, la blasfemia y la profanación de nuestros templos.
Es la hora de la Resistencia, rosario en mano. Yo no he robado los ídolos ni los he tirado al Tíber pero como si lo hubiera hecho. Yo mismo sacaría de cualquier templo católico los ídolos de la Pachamama y los destruiría con mucho gusto.
Cristo es el Rey. Cristo Vence. Cristo Impera.
¡Viva Cristo Rey!
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