Overbeck, Paglia, Martin...
Dice Mons. Overbeck: Quienes en la Iglesia católica defienden sus puntos de vista con la preservación de la tradición deben preguntarse siempre qué tradición defienden y si puede vivirse en unidad con la Iglesia.
Overbeck tiene pinta de ser un hereje alemán. Uno de tantos. Dice rechazar las ideologías pero él no se corta en defender el Liberalismo, ideología que está condenada por la Iglesia desde hace décadas o siglos.
Overbeck se declara enemigo de la Tradición y por lo tanto, enemigo de la Iglesia, que se funda en las Sagradas Escrituras e, indudablemente, en la Tradición.
Se pregunta Overbeck si quienes defendemos la Tradición y creemos lo que la Iglesia ha predicado siempre en todo el mundo podemos vivir en unidad con la Iglesia. O sea, que nos considera cismáticos a nosotros. O incluso herejes. Es el mundo al revés. El hereje considera herejes a los que somos fieles a la Tradición. Y ellos, que están embarcados en «un cambio en lo que significa la Iglesia como institución pero también en el papel fundamental que desempeña la religión en las sociedades liberales contemporáneas», ellos se consideran ortodoxos. Y nosotros – los fieles a la Tradición – seríamos los heterodoxos y cismáticos.
El Liberalismo supone el endiosamiento de la voluntad del hombre frente a la voluntad de Dios: “yo soy aquello que quiero ser, soy dueño de mí mismo, me autoposeo y me autodetermino». Es el triunfo del subjetivismo más radical (yo no soy lo que soy sino lo que yo quiero ser o lo que siento que soy) y la ideología de género y las leyes trans son el culmen de esa mentalidad liberal disolvente y perniciosa.
El hombre se pone en el lugar de Dios y decide de manera autónoma e independiente lo que está bien y lo que está mal. El Liberalismo supone el triunfo de una libertad desenfrenada que condena al silencio el dominio divino, como si Dios no existiese o no se preocupase del género humano, o como si los hombres, aislados o asociados, no debiesen nada a Dios. La razón colectiva debe ser para todos la única regla normativa en la esfera de la vida pública. De aquí el número como fuerza decisiva y la mayoría como creadora exclusiva del derecho y del deber.
Y es este principio liberal el que aplican los herejes alemanes a la doctrina católica. La mayoría decide la doctrina y la moral de la Iglesia: el bien y el mal. Esa mayoría se autoproclama receptora de una nueva revelación, de tal modo que lo que decide la mayoría del sínodo se convierte automáticamente en una nueva verdad revelada por el Espíritu Santo, en un nuevo pentecostés que acaba con la Tradición y da comienzo a una nueva Iglesia, a una Iglesia de un nuevo paradigma: a la Iglesia del Anticristo.
Y, obviamente, los fieles a Cristo no podemos vivir en unidad con la Iglesia del Anticristo. Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Entre quienes queremos cumplir la Voluntad de Dios y los que quieren cumplir su propia voluntad no hay diálogo, consenso ni componenda posible. La Iglesia de Overbeck, de James Martin o de Paglia no es la Iglesia de mis padres o mis abuelos. No es la Iglesia que lleva dando culto a Cristo desde hace más de mil años en Santiago de Gobiendes. Es otra iglesia: se parece más a una secta luciferina que proclama el non serviam un día sí y otro también, sin que nadie ponga coto a sus crímenes contra la fe, a sus blasfemias, a su apostasía y a sus sacrilegios.
La Iglesia liberal o modernista no es la Iglesia de Cristo. Es la de Satanás. No es la Iglesia de Cristo aquella que pretende mutilar la Palabra de Dios, la Verdad Revelada, para decir que no hay que tener en cuenta las cartas de San Pablo en lo que se refiere a la homosexualidad. No es la Iglesia de Cristo aquella que considera lícitos y justos el aborto, la eutanasia o el suicidio asistido. No es la Iglesia de Cristo la que aprueba que una persona en pecado mortal pueda comulgar sin arrepentimiento ni propósito de la enmienda.
La cizaña amenaza con ahogar el trigo. Pero siempre habrá un resto fiel que resista las asechanzas del Demonio. Y ese resto fiel tiene que hacerse notar, por ejemplo, pidiendo a obispos y párrocos que los sagrarios vuelvan al lugar preeminente del altar mayor que les corresponde, porque el lugar central del templo no le corresponde al hombre, sino a Cristo, verdaderamente presente en su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía: a Cristo no se le puede arrinconar o casi esconder en una capilla lateral. Su lugar es el centro, el altar mayor, como toda la vida. Podemos también, por ejemplo, rechazar comulgar de manos de los llamados ministros y ministras extraordinarios de la comunión, que ya se han convertido en ordinarios (la ventana de Overton se abre y lo extraordinario se torna ordinario en un abrir y cerrar de ojos). Podemos, por ejemplo, comulgar siempre de rodillas y en la boca de manos del sacerdote: en algunas parroquias, llamaremos la atención y daremos un poco el cante pero bueno es que recuperemos la sacralidad del sacramento y la adoración a Cristo. Podemos y debemos buscar aquellas parroquias que cuenten con sacerdotes santos que todavía creen en Dios y celebran la liturgia con la dignidad requerida, sin creatividades ni novedades para entretener al personal.
31 comentarios
_______________________________
Pedro L. Llera
Gracias por sus oraciones y cuente con las mías. Dios les bendiga.
¡Viva Cristo Rey!
______________________________________
Pedro L. Llera
El problema lo encontramos cuando el magisterio de la Iglesia se aparta de la Sagrada Escritura y de la Tradición para introducir doctrinas nuevas o cambiar la doctrina de siempre; o sea, el depósito de la fe. Ahí es cuando el sensus fidelium nos alerta para no seguir las herejías y mantenernos en la doctrina de siempre.
Ahora voy en el tren de cercanías alegre y contenta y eso, no solo no supone una molestia para mí, sino que es motivo de gran júbilo.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!
Entre eso y el rezo del Santo Rosario con el CD de San Juan Pablo II en latín, que lleva incorporado maravillosas antífonas marianas, me siento una auténtica privilegiada. Laus Deo.
Eso sí, ya he dejado de rezar por ninguna otra cosa que no sea la Iglesia de Cristo porque todo lo demás son añadiduras en la situación que estamos.
Estos de la CONFER han demostrado que ya no distinguen un carisma de que les meen encima, o, peor aún, que se están internando por el herético camino sinodal de los alemanes, que tanto promueve ese obispo.
Por lógica, el Anticristo en todo caso deberá tener una Anti-Iglesia, y al menos un esbozo de esto es lo que estamos viendo hoy día.
Saludos cordiales.
__________________________________
Pedro L. Llera
Juan Pablo II ya anunció proféticamente esa anti-iglesia. En cualquier caso, «eclesia», etimológicamente, significa "asamblea"...
Mientras se investiga puntillosamente a religiosos, órdenes, monasterios, sacerdotes, se estrangula la Misa tradicional, y se defenestra a Obispos antes de su edad o se les deja olvidados en las prisiones como a los chinos, o a la puerta del Vaticano como a Zen o a los de los dubia.
Un escándalo mayúsculo para registrar en las páginas más negras de la historia de la Iglesia.
Estoy hartísimo.
No dejemos de orar muchísimo.
ALABADO SEA JESUCRISTO.
Así, hoy la Aurora de María nos despierta y convoca a participar de modo personal en las grandes decisiones que exige la nueva Civilización escatológica del Amor, de la Esperanza, del Misterio inefable de la Creación.
Decía J. Maritain que, “En el nacimiento del metafísico como en el del poeta hay una cierta gracia de orden natural. El uno ve, por adivinación en lo sensible mismo…el resplandor de una luz espiritual…El otro, desviándose de lo sensible, ve por ciencia en lo inteligible, esa misma luz espiritual captada en alguna idea” (Los Grados del Saber Racional, Grandeza y Miseria de la Metafísica, c. I, 2).
Algo semejante puede decirse del alumbramiento de una nueva Civilización escatológica cuando opera sobre el espíritu de quien la contempla. Reúnense en ella el pasado, el presente y el porvenir; reúnense los siglos con sus patrimonios para deponerlos ante el estrado del Rey. Una gracia permite otear de manera furtiva el trigo reunido por los milenios, recogido por los ángeles y guardado en los graneros del Señor para ser transfigurado.
En la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, como en su intervención en el primer milagro de Jesús en las bodas de Caná, María nos revela su condición extraordinaria de acompañar, participar y presidir el Misterio de Cristo puesto por el Padre y el Espíritu Santo en las Manos de Su Corazón Inmaculado.
De modo semejante, hoy María nos revela en Ella el Abismo de Luz y de Fuego que da a Luz el Mundo Nuevo que prepara el camino a la Venida del Señor. María, la Mujer Fuerte, la Señora Vestida de Sol, trajina con solicitud e intercesión infinitas, como en los Misterios del Evangelio, disponiendo aquí y allá los cimientos, columnas, jardines y senderos, circunstancias, tiempos y momentos de la obra colosal de Edificar la Nueva Edad del Reino.
Y el Señor en Su Misericordia nos permite asistir en nuestra indigencia, como a los pastores de rebaños, a los trabajos de Su Madre que recorre solícita los caminos hacia el Nuevo Belén en la fría noche del rechazo del mundo.
Es lógico, el Concilio fundó una nueva religión bajo la apariencia y nombre de Iglesia Católica.
Para ellos somos herejes porque no creemos en el mismo Dios, es evidente.
Pero yerran considerando que ellos son la Iglesia por el mero hecho de haber usurpado las instituciones visibles.
Hay un cisma de facto, y ya va siendo hora de que cada uno se posicione y decida si la obediencia al Obispo de Roma justifica caer con él en el abismo de la perdición.
Ellos tienen los templos, nosotros la fe.
Y la mayoría de las iglesias locales en Alemania y muchas de otros países de Europa no están en comunión con la fe católica ni con cualquier cosa que merezca el nombre de fe cristiana. Y oigan ustedes.. como el que oye llover. Ahí siguen tan campantes.
Es como si yo mato a alguien y digo que mi madre me dijo un día que obrara en conciencia y por eso mi madre, de alguna manera, aprobó el asesinato porque resulta que mi retorcida "conciencia" lo aprueba y se supone que mi madre también lo haría.
Así no se puede decir nada porque si dices: "haz el bien" alguien puede considerar que tal cosa incluye matar a un chantajista.
Con los retorcidos no hay nada que hacer porque son subjetivistas y los subjetivistas retuercen los argumentos para adecuarlos a sus deseos. Tal es así que ni siquiera citan a teólogos modernistas o controvertidos, se guían por un puro voluntarismo sentimentalista.
El que no lo quiera ver, es porque no quiere.
Me pregunto cuanto amor por el prójimo tienen estos ciegos (verdadero; no el de selfi).
La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo PÍO XII CARTA ENCÍCLICA
MYSTICI CORPORIS CHRISTI SOBRE EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO. Es una y no hay otra porque no hay otro Mystici Corporis Christi (debiera leerse más seguido).
Según el Derecho El Pueblo de Dios:
204 § 1. Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el pueblo de Dios, y hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo.
§ 2. Esta Iglesia, constituida y ordenada como sociedad en este mundo, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él.
849. El bautismo, puerta de los sacramentos, cuya recepción de hecho o al menos de deseo es necesaria para la salvación, por el cual los hombres son liberados de los pecados, reengendrados como hijos de Dios e incorporados a la Iglesia, quedando configurados con Cristo por el carácter indeleble
205 Se encuentran en plena comunión con la Iglesia católica, en esta tierra, los bautizados que se unen a Cristo dentro de la estructura visible de aquélla, es decir, por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos y del régimen eclesiástico.
Que Dios nos libre y nos guarde....
______________________________________
Pedro L. Llera
Sí, tengo claro el tema. La Iglesia de Cristo, efectivamente, subsiste en la Iglesia Católica. El problema es que los modernistas han tomado violentamente el poder de la Iglesia Católica. Y el Modernismo y el Liberalismo (lo mismo son) son herejías satánicas.
Ni que bajara un ángel del cielo irradiando luz a decirme algo contrario a Cristo le haría caso, porque yo no soy ni de Pablo ni de Apolo, sigo a Jesucristo, y si a James Martin le parece que hay que expurgar los textos de San Pablo que los expurgue él. Grandes expurgadores ha habido y no se han llevado detrás a los buenos católicos como el Flautista de Hamelín se llevó a los niños. Las puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo, esa es una promesa del Altísimo y el Señor es fiel a su Palabra.
El Papa y los obispos no son Jesucristo por lo que no está mal que pregunten, pero según qué, porque si se trata de Tradición, Dogma o doctrina se espera de ellos que lideren la opción de Cristo, no que hagan votaciones a mano alzada como si la verdad dependiera de una mayoría. La verdad, por su propia esencia, no es democrática, y si eso le parece mal al mundo la Iglesia debería dejarlo claro aunque nos lapiden.
La verdad no será del tirano ateo, pero tampoco del demócrata inclusivo, la Verdad es de Cristo y si las verdades mundanas chocan con ella debe prevalecer. Ese es el meollo del asunto.
Es cierto la traición es siempre desde dentro.
Los anteriores herejes tenían la "cortesía" de irse y separarse.
Los nuevos se quedan dentro para no perder su "status" y privilegios.
Creen -engañados por el gran mentiroso- que serán como dioses y que la "coherencia eucarística" como "los principios no negociables" tienen turnos y horarios en los que se aplican o no.
----------------------------------------------------------------------------------------------
Cuentan que cuando Pio VII excomulgó a Napoleón, este se enojó y ordenó que detuvieran al pontífice, el 6 de julio de 1809, el general Étienne Radet con la nueva Guardia Cívica de Roma fue a arrestarlo.
Los guiaba un antiguo empleado al que habían despedido por ladrón. (Les suena conocida la figura del entregador....).
El papa recibió a Radet que le exigió en nombre de Napoleón que renunciara a la soberanía sobre los Estados Pontificios y anulara la bula de excomunión.
Pío VII respondió: «Non possiamo, non dobbiamo, non vogliamo», es decir: «No podemos, no debemos, no queremos».
Que tiempos aquellos.....
Genial. Ahora dígame que a raíz del Concilio no cambia:
- La Eclesiología con Lumen Gentium y Gaudium et Spes
- La teología litúrgica en Sacrosantum Concilium
- Las relaciones Iglesia-Estado en Dignitatis Humanae
- Las relaciones con judíos y herejes en Nostra Aetate
- La Misa con la inestimable colaboración de un obispo masón y toda una corte de herejes
- El santoral y el calendario litúrgico
- El padrenuestro
- El Rosario
- El Código de Derecho Canónico
- Los ritos de exorcismo y de bendición del agua.
- El Catecismo
Tenemos la doctrina, la liturgia y la teología igualitas que en 1950. ¿A que sí?
Mejor hagamos al revés: hablemos de lo que ha quedado. Acabaremos antes.
Aquel que quiera rezar quince misterios puede hacerlo, el que quiera rezar veinte también, el que quiera acabar con diferentes letanías o con antífonas marianas es libre de hacerlo. Y sigue siendo el Rosario.
Del Rosario no tenemos que preocuparnos porque los modernistas no lo rezan, así de simple, Los modernistas no rezan ni adoran al Santísimo porque, el hacerlo, les convertiría en tradicionales.
Otra cosa es la Santa Misa contra la que atentan continuamente, la Misa y los Sacramentos.
Allí hay unos cuantos tradicionalistas; que más BIEN serían TRAICIONAISTAS.
Homilía del papa Francisco el 11 de octubre de 2022 en San Pedro del Vaticano, con ocasión del 60º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.
Magnífica descripción de una nueva religión: la Tradición pretendidamente "redescubierta".
Así, la Tradición es la presencia permanente del Salvador que viene para encontrarse con nosotros ...
Así pues, concluyendo y resumiendo, podemos decir que la Tradición no es transmisión de cosas o de palabras, una colección de cosas muertas.
La Tradición es el río vivo que se remonta a los orígenes, el río vivo en el que los orígenes están siempre presentes."
(Alocución de Benedicto XVI el 26 de abril de 2006)
El río es el mismo, pero las aguas fluyen y cambian. El sujeto-Iglesia permanece, pero el objeto se transforma.
"No es posible bañarse dos veces en el mismo río, porque nuevas aguas corren siempre sobre ti", dice Heráclito en uno de sus más conocidos aforismos.
Mateo 16:
"Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos»".
Quienes dicen que es una nueva religión piensan que Jesús se equivocó.
Están perjudicando a la Iglesia.
__________________________________________
Pedro L. Llera
La cita de Mateo 16 es muy oportuna pero no está completa: dos versículos más abajo, el Señor reprende a Pedro: «apártate de mí, Satanás».
18 Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.
20 Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que Él era el Mesías.
21 Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para sufrir mucho de parte de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y al tercer día resucitar.
22 Pedro, tomándole aparte, se puso a amonestarle, diciendo: No quiera Dios, Señor, que esto suceda.
23 Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: Retírate de mí, Satanás; tú me sirves de escándalo, porque no sientes las cosas de Dios, sino las de los hombres.'
24 Entonces dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame.
25 Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la hallará.'
26 Y ¿qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde el alma? ¿O que podrá dar el hombre a cambio de su alma?
¿Se equivocó Nuestro Señor Jesucristo cuando le dice a Pedro aquello de "apártate de mí, Satanás"?
Los que hacen mucho daño a la Iglesia son los papólatras que consideran que el Papa en im-pecable e infalible siempre y en cualquier circunstancia. El Papa tiene la obligación de conservar y transmitir el depósito de la fe.
Pero cuando Pedro sirve de escándalo y no piensa como Dios, sino como los hombres, es reprendido y muy duramente por el Señor: Apártate de mí, Satanás...
En fin, la Iglesia permanece aunque algunos la consideren una nueva religión. Cristo corrigió a Pedro en varias ocasiones y le dio las llaves del Reino de los Cielos. Jesús nos prometió que las fuerzas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia. Las vicisitudes y crisis por las que atraviesa no autorizan a nadie a negar su existencia ni a lanzar la grave acusación de que ha sido suplantada por una nueva religión.
"Ut dominum apostolicum et omnes ecclesiasticos ordines in sancta religione conservare digneris, te rogamus."
En la traducción del misal heredado de mi padre que en paz descanse, traducido al español hacia 1940 por el benedictino de Silos fray Germán Prado:
"Que te dignes mantener en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica ....."
Desde aquellos días en que se escribió esta oración litúrgica, que seguramente se rezaba ya siglos antes, se sabía que el Sumo Pontífice y todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica podían decaer de nuestra santa religión.
¿No fue San Pablo quien dijo que la desolación de la abominación se sentaría en el trono de Pedro? O algo así, tema en el que coinciden varias profecías de santos? ¿No dijo Lucía de Fátima que Roma perdería la fe? ¿No está pasando gradualmente?
Que existe la Iglesia Católica pues sigue existiendo y así será, pero pensar que todo lo que sale de la estructura eclesial formal es puro y limpio, negando la realidad de una infiltración (el humo de Satanás ha entrado... ) es querer cerrar los ojos, o confundir la realidad con el deseo.
Dejar un comentario