Pues yo sigo escribiendo contra el aborto
Hace unos días, Su Excia. Revma. D. César García Magán hacía unas declaraciones en las que venía a decir que había que sacar el tema del aborto del debate político: «Es importante despolitizar y no hacer banderías del tema del aborto. Tendría que haber un consenso sobre esta realidad». Y comparaba el aborto con la esclavitud, pronosticando que el mismo consenso que hay hoy en día en contra de la esclavitud, en un futuro indeterminado ocurrirá lo mismo con el aborto.
Pero la realidad se empeña en llevarle la contraria al señor secretario de la Conferencia Episcopal Española. Y últimamente, no hay más que noticias sobre el aborto:
El derecho al aborto formará parte de la Constitución de Francia tras ser aprobado por el Senado: en Francia, resulta que el aborto ya figura como un derecho constitucional. No parece que avancemos hacia ese consenso contrario al aborto que barrunta don César, sino en dirección contraria.
El PP vota a favor de la enmienda del PSOE que impide ofrecer más información a las mujeres que abortan: llegamos a España y resulta que el PP, lejos de despolitizar el tema del aborto, lejos de dejar de hacer banderías sobre el tema, resulta que se une al PSOE para impedir que se les pueda ofrecer a las mujeres que quieren abortar la posibilidad de escuchar el corazón de sus hijos o de ver una ecografía para que vean que es un niño y no un tumor lo que le van a extirpar. Y los medios de los obispos españoles siguen sirviendo a la propaganda del PP, que es un partido abortista que de mayor quiere ser el PSOE y que sueña con pactar un gobierno de coalición con los socialistas.
«Tendría que haber un consenso sobre esta realidad»: y lo hay… ¡Vaya si hay consenso sobre el aborto! Todas las fuerzas políticas españolas están a favor del aborto. Sólo Vox propone tímidas medidas en contra de ese crimen abominable (así lo califica el Concilio Vaticano II). Y si algún día llegaran al poder, tengo el convencimiento de que tampoco prohibirían el aborto, sino que probablemente volverían a la primera ley del aborto (la de los supuestos, que era un coladero igualmente).
El problema es el sistema: la Constitución del 78 que tanto defienden los demócratas cristianos, los liberales y la mayoría de los obispos (no me atrevo a decir la totalidad porque a lo mejor hay alguno que se salva). Los que defienden el sistema liberal y se escandaliza de sus frutos no tienen un pase. No se puede cuidar, podar y abonar un árbol venenoso y luego, escandalizarse y rasgarse las vestiduras al comprobar sus frutos podridos.
Don Marcelo González, arzobispo de Toledo, el 28 de noviembre de 1978 publicó una Instrucción pastoral que resultó clarividente respecto a lo que iba a suceder y de hecho estamos sufriendo:
Estimamos muy grave proponer una Constitución agnóstica –que se sitúa en una posición de neutralidad ante los valores cristianos- a una nación de bautizados, de cuya inmensa mayoría no consta que haya renunciado a su fe. No vemos cómo se concilia esto con el “deber moral de las sociedades para con la verdadera religión”, reafirmado por el Concilio Vaticano II en su declaración sobre libertad religiosa (DH, 1).
No se trata de un puro nominalismo. El nombre de Dios, es cierto, puede ser invocado en vano. Pero su exclusión puede ser también un olvido demasiado significativo.Consecuencia lógica de lo anterior es algo que toca a los cimientos de la misma sociedad civil: la falta de referencia a los principios supremos de ley natural o divina. La orientación moral de las leyes y actos de gobierno queda a merced de los poderes públicos turnantes. Esto, combinado con las ambigüedades introducidas en el texto constitucional, puede convertirlo fácilmente, en manos de los sucesivos poderes públicos, en salvoconducto para agresiones legalizadas contra derechos inalienables del hombre, como lo demuestran los propósitos de algunas fuerzas parlamentarias en relación con la vida de las personas en edad prenatal y en relación con la enseñanza.
Por falta de principios superiores la Constitución ampara una sociedad permisiva, que –según advirtió oportunamente el Episcopado Español- no es conciliable con una sociedad de fundamento ético; y por lo mismo es contraria al ejercicio valioso de la libertad. La libertad no se sirve con la sola neutralidad o permisividad o no coacción. Se sirve positivamente en condiciones propicias que faciliten el esfuerzo de los que quieren elevarse hacia el bien. Al equiparar la libertad de difundir aire puro y la libertad de difundir aire contaminado, la libertad resultante no es igual para todos, pues en realidad se impide la libertad de respirar aire puro y se hace forzoso respirar aire contaminado.
Y tan contaminado está ya el aire que resulta asfixiante y pestilente a más no poder. Pero buena parte de la jerarquía se empecina en seguir alabando la democracia y la Constitución.
«Una democracia no solo es ir a votar cada cuatro años», dice don César García Magán. Efectivamente. Una democracia es un régimen político que ha sustituido la Ley de Dios por la soberanía de las mayorías.
Dice la Encíclica Libertas praestantissimum del Sumo Pontífice León XIII: «el principio fundamental de todo el racionalismo es la soberanía de la razón humana, que, negando la obediencia debida a la divina y eterna razón y declarándose a sí misma independiente, se convierte en sumo principio, fuente exclusiva y juez único de la verdad. Esta es la pretensión de los referidos seguidores del liberalismo; según ellos no hay en la vida práctica autoridad divina alguna a la que haya que obedecer: cada ciudadano es ley de sí mismo. De aquí nace esa denominada moral independiente, que, apartando a la voluntad, bajo pretexto de libertad, de la observancia de los mandamientos divinos, concede al hombre una licencia ilimitada. Las consecuencias últimas de estas afirmaciones, sobre todo en el orden social, son fáciles de ver. Porque, cuando el hombre se persuade que no tiene sobre si superior alguno, la conclusión inmediata es colocar la causa eficiente de la comunidad civil y política no en un principio exterior o superior al hombre, sino en la libre voluntad de cada uno; derivar el poder político de la multitud como de fuente primera. Y así como la razón individual es para el individuo en su vida privada la única norma reguladora de su conducta, de la misma manera la razón colectiva debe ser para todos la única regla normativa en la esfera de la vida pública. De aquí el número como fuerza decisiva y la mayoría como creadora exclusiva del derecho y del deber».
Eso es la democracia: la razón colectiva como única regla normativa, el número como fuerza decisiva y la mayoría como creadora de derechos. Por eso el aborto hoy en España es un derecho de la mujer. Ese es el consenso en la España Apóstata, esos son los frutos de la Constitución del 78: divorcio, familias destrozadas, aborto, eutanasia, ecologismo maltusiano, educación adoctrinadora y depravadora, promoción de las políticas LGTBI, imposición de la Ideología de Género como pensamiento único y dogma indiscutible y obligatorio: todo eso está en la Agenda 2030, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y esos objetivos han sido asumidos como propios por la Iglesia del Nuevo Paradigma (la del Anticristo) y sus organizaciones no gubernamentales. Esa Iglesia del Nuevo Paradigma es una estafa: se quiere hacer pasar por la Iglesia Católica, pero no lo es. Es pura imposturia. Es una iglesia nueva indiferentista (todas las religiones son iguales y todas sirven para salvarse), sincretista, naturalista, subjetivista, experiencialista, kantiana… Está más cerca de la religión de Spinoza que de la verdad revelada por Cristo. Es una iglesia con vocación de religión universal: el brazo religioso del Nuevo Orden Mundial.
Pero los verdaderos católicos no podemos echar un manto de silencio sobre el aborto ni menos aún sobre Dios. Los católicos queremos, por encima de todo, a Dios, a quien debemos amar sobre todas las cosas. No podemos ni queremos echar a Dios de los asuntos públicos. Porque la Ley de Dios no se somete a consensos democráticos. Por eso, para nosotros, primero está Dios y el bien común y todas las leyes positivas deberían someterse a la Ley de Dios. No podemos aceptar las leyes inicuas. No podemos aceptar los ODS, por muy inclusivos, sostenibles y resilientes que sean, porque esos son los objetivos del Príncipe de este mundo, que bajo apariencia de bien, de ángel de luz, no esconde sino rebelión, desobediencia y desprecio a Dios. Esa Cola Serpentina te deslumbra con su palabrería pero debajo solo esconde muerte, crueldad y desesperación. Somos tan felices todos que nunca ha habido tantos suicidios como ahora. La Agenda 2030 es un sepulcro blanqueado: muy bonita por fuera pero por dentro solo esconde podredumbre, mal y muerte.
Los que están encantados son los satánicos:
Nada agrada más a Satanás que la sangre inocente de un niño. Por eso, ante el mal, no podemos callar. El mal debe ser combatido siempre. Con el Demonio y con el Mundo no se puede pactar. Malo cuando te aplauden. Los bienaventurados son los perseguidos, no los que se codean con los ricos y poderosos de este mundo.
Que Caritas, Manos Unidas, las parroquias progres y las órdenes religiosas chupiguáis llenen sus templos y sus documentos de circulitos multicolores y de banderas arco iris: sembrad cizaña, que pronto llegará la siega. Allá vosotros.
40 comentarios
El homicidio -en la forma de aborto- es un pecado gravísimo, no se entiende la gravedad del aborto sino a la luz de los efectos de una conducta de pecado, apartarse de Dios, excomulgarse voluntariamente, violando la enseñanza del Señor: Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mi me lo hicisteis. (Mt 25,40).
Para el Concilio "en su letra" clarísima y definitiva el aborto es, "en sí mismo infamante, degrada la civilización humana, deshonra más a sus autores que a sus víctimas y es totalmente contraria al honor debido al Creador".
Qué más se puede decir.
Gaudium et spes 27. No sólo esto. Cuanto atenta contra la vida -homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado-...todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador.
Declaración sobre el aborto de la Congregación para la Doctrina de la Fe
22. En todo caso debe quedar bien claro que un cristiano no puede jamás conformarse a una ley inmoral en sí misma; tal es el caso de la ley que admitiera en principio la licitud del aborto. Un cristiano no puede ni participar en una campaña de opinión en favor de semejante ley, ni darle su voto, ni colaborar en su aplicación.
27. La Iglesia de Cristo tiene cuidado fundamental de proteger y favorecer la vida. Ciertamente piensa ante todo en la vida que Cristo vino a traer: “He venido para que los hombres tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Pero la vida proviene de Dios en todos sus niveles, y la vida corporal es para el hombre el comienzo indispensable.
El crimen del aborto no es comparable a la esclavitud.
Ponga en un platillo de la balanza miles de mandamientos cumplidos de "dar de vestir al desnudo, de comer al hambriento" y en el otro "circulitos de colores que a mí me aburren"... queda claro lo que pesa más a ojos de Dios.
Pero yo también estoy contra el aborto, quiero que sea abolido como lo fue la esclavitud.
Hablemos del campo donde usted puede hacer algo de verdad: ¿qué DEBE hacer un colegio católico para formar a todos y cada uno de sus alumnos sobre el horror del aborto? ¿Qué hace el suyo?
A ver, hable de lo que tiene cerca a ver si puede aplicarse en otros sitios...
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Pedro L. Llera
No, hombre, no. Lo de Caritas y Manos Unidas es puramente tangencial al tema del artículo. En el comentario de texto, suspende usted. Pero que esas ONGs católicas (o supuestamente católicas o nominalmente católicas) apoyen los ODS no tiene un pase. No lo tiene: se pongan como se pongan.
Y le recuerdo que el primer mandamiento y el más importante es amar a Dios sobre todas las cosas.
Sobre lo que puede hacer un colegio católico para ser católico he escrito tantos artículos que he perdido la cuenta. Le remito a cualquiera de ellos.
Estoy convencido que dada la deriva mayoritariamente de la sociedad española, según los dictados del mundo, ningún partido político alcanzaría el poder.
Que el Señor te bendiga y la Santísima Virgen María te cuide.
Ellos mismos dicen que son ateos o racionalistas hedonistas, algunos nihilistas, meros progres grotescos que disfrutan escandalizando a los beatillos...
Desde Tocqueville hasta hoy son no pocos los estudiosos que han dejado clara la tendencia de las democracias a la manipulación de la opinión pública y a la tiranía, que es su final normal.
Un gobierno de opinión pública se basa en esa opinión sometida a propaganda más o menos seductora, pero siempre con una orientación, que resulta ser anticristiana y anticatólica, y acaba aceptando cualquier cosa, porque no hay límites basados en una norma superior intocable (la ley natural) y porque los espíritus son muy sensibles a la propaganda bien articulada (esto es así desde el diálogo de Eva con la serpiente).
Primero se gobierna "como si Dios no existiese" (lo dijo en público un famoso ex presidente del gobierno). luego se gobierna así y asi porque Dios no existe. finalmente, se persigue a quienes defiendan que Dios existe, porque Dios ha sido expulsado de la vida de la sociedad, y sólo puede existir en el fuero interno de unos pocos locos, a los que hay que aislar. En eso estamos, en la fase de expulsion total y definitiva de Dios de la sociedad. No hay que sorprenderse en absoluto. Otros países están siguiendo una deriva similar. son los pasos lógicos en el desarrollo de una democracia al uso.
Así se explican otras cosas. Por ejemplo, que tanto Sánchez como Feijóo hayan hablado en sus comunicados de condolencia de un sacristán "fallecido" y no asesinado por motivos religiosos (odio a la fé católica) o que el mismo Sánchez felicite el Ramadán y no la Pascua de Resurrección o la Navidad (como mucho, Felices Fiestas). y así sucesivamente... Saben perfectamente donde está Dios. Para no referirse a Él. Y a nada que tenga el más mínimo sentido y significado católico.
Después se preguntan por qué los jóvenes de esta generación somos más tradicionales, no somos de consenso y no valoramos lo conseguido en esa época. Será porque ellos morirán felices pensando que son el no va más, pero a nosotros nos va a tocar cargar toda la vida con el legado de esa generación de los 70, tan ruinoso en muchos aspectos.
He buscado en internet y la frase que más me impacta, referida al aborto, es la siguiente: «Ojalá un día la humanidad se despierte y sea consciente de lo que significa esta acción»
Mons. García Magán comparte la creencia de que la humanidad tiene un desarrollo moral mediante el cual, por el simple transcurso del tiempo, vamos siendo mejores personas. Dicho así, por muy extendida que esté esa creencia, no deja de ser una tontería sin apoyo en la realidad. Es la creencia de cientifistas, progresistas y buenistas sin fin. Es una tontería muy moderna pensar que somos mejores que los hombres Cro-Magnon del Paleolítico olividándonos de la perversidad del Gulag o de Auschwitz. Es muy triste que un obispo tenga un pensamiento no muy diferente de los personajes de Star Trek (serie que por cierto me encanta)
Esa tontería del progreso moral por el mero transcurso del tiempo es un de esas ideas cristianas que se han vuelto locas que decía Chesterton. Las civilizaciones no cristianas no la comparten porque la experiencia nos dicta la existencia de ciclos regulares. Por eso la cultura de la India se representa como el eterno girar de la rueca. El progreso cristiano es el discurrir de la Historia hasta la Parusía. Nada más ni nada menos
Lo más triste de esto es encontrarse que inconscientemente las categorías mentales de un pastor de la Iglesia no difieren de las de cientifistas y progresistas sin manifestar la doctrina cristiana de la naturaleza humana herida por el pecado original.
Se denuncian los males, pero no se habla sus causas: el orgullo racionalista, la seducción de los “prodigios” de la ciencia y técnica, la no confesión de la derrota de una cristiandad vencida desde hace ochocientos años por el infierno, incapaz de detener el derrumbe de lo que fue, y en su paroxismo de soberbia, el rechazo a la ayuda de la Misericordia de Cristo que envía a Su Madre con la Misión de llamar a la conversión, anunciar el Reino y prevenir contra el castigo extremo de los crímenes y abominaciones de la moderna Babilonia.
Se continúa fingiendo ignorar el peligro de la hecatombe en puertas, desde el Papa y obispos, hasta los sacerdotes y fieles: “No soy viuda ni conoceré luto…En media hora será arrasada” (Apoc).
De esto no se habla, ni se acepta, ni se proclama desde todos los sitios posibles, ni se pide humildemente perdón.
Es ostensible y provocativo de la Justicia divina el rechazo a la Virgen, al triunfo de Su Corazón Inmaculado en el mundo, el silencio y desprecio de sus actuales Intervenciones y Mensajes de llamado angustioso, urgente y perentorio.
Cristiandad sobre la que la tribulación purificadora obrará como última instancia de la Misericordia, tras la cual obrará la Justicia de Cristo.
La moderna cristiandad está ciega, ignora el Paraíso que la rodea, el Mundo Nuevo que viene traído por la Aurora de María, su convocatoria a preparar el Camino a la Venida de Su Hijo bajo Su Conducción.
Ignora lo que el Cielo prepara el despertar de una nueva sabiduría y señorío sobre el mundo, que llevará a la humanidad a constituir la gran familia de los hijos de Dios.
La moderna cristiandad debe elegir.
Ud. no va a poder cambiar la Constitución por mucho que no le guste, pero la pregunta, o lo que de verdad debería importar, es ¿qué puede hacer un católico para defender su Fe en España?
¿No sería más práctico y constructivo escribir sobre eso, que estar todo el rato criticando lo que ya sabemos?
Por otra parte dice que Vox tiene "tímidas medidas" contra el aborto, y que cree que aunque suba al poder, no quitará la le ley del aborto.
Por cierto, la comunidad de Castilla y León acaba de aprobar ayudas económicas, para las madres embarazadas.
Lo de tímidas, es absolutamente injusto, ellos han sacado manifiestos muy claros de que están a favor de la vida, pero es que además todavía no gobiernan ninguna comunidad para saber hasta donde llegarían.
Menospreciar y aseverar con antelación lo que van a hacer, en vez de apoyar y animar al único partido que está a favor de la vida, sobre todo cuando se tiene a los demás en contra, me parece algo tan fuerte ......
Además, Vox no es solo un partido en una democracia que Ud. desprecia, también es un grupo de católicos que están luchando por defender su Fe.
En fin, en mi opinión es probable que España tenga lo que se merece.
"Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,
valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar
y sabiduría para entender la diferencia".
Yo añadiría, no perder el tiempo sobre todo en lo que no produce bien, sino desanimo.
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Pedro L. Llera
A ver, Argia, Vox es un partido liberal y constitucionalista. Es verdad que es liberal conservador. Pero es liberal. Por lo tanto, la libertad está por delante de todo: incluido Dios.
En el artículo lo digo con toda claridad: el problema es el sistema. Don Marcelo lo vio con total claridad:
La falta de referencia a los principios supremos de la ley natural o divina tiene como consecuencia que la orientación moral de las leyes y de los actos de gobierno quede a merced de los poderes públicos turnantes.
«Por falta de principios superiores la Constitución ampara una sociedad permisiva, que –según advirtió oportunamente el Episcopado Español- no es conciliable con una sociedad de fundamento ético; y por lo mismo es contraria al ejercicio valioso de la libertad.»
No hay referencia alguna a la Ley de Dios y de ese modo, la orientación moral de las leyes queda a merced de las mayorías, de la estadística. La mayoría es la única fuerza decisiva y exclusiva para crear derechos y aprobar leyes.
Pues muy bien: ahí tenéis sus frutos. Pero no os rasguéis las vestiduras ante esos frutos. Porque esos frutos son los propios de la constitución que tanto defendéis.
Un católico, para defender su fe en España, no tiene que hacer nada: tiene que ser santo por la gracia de Dios. Es Dios quien hace.
Y Vox no es la salvación de España. El único Salvador es Jesucristo. Y es Él, Cristo, nuestra única esperanza, porque fuera de Él no la hay.
Por otra parte, yo no desprecio la democracia: desprecio el pecado y lo combato con las armas que tengo a mi alcance.
Por cierto: es usted la segunda persona que en los comentarios me dice lo que debería escribir y lo que no.
Miren ustedes: leerme no es obligatorio. Yo no leo a los articulistas que no me interesan. Pero no se me ocurre decirle a nadie sobre qué tiene que escribir... Escriban ustedes sobre lo que les parezca oportuno y dejen que yo lo haga sobre lo que me parezca. Hagan ustedes el favor...
Se comenzó por negar el imperio de Cristo sobre todas las gentes; se negó a la Iglesia el derecho, fundado en el derecho del mismo Cristo, de enseñar al género humano, esto es, de dar leyes y de dirigir los pueblos para conducirlos a la eterna felicidad.
Después, poco a poco, la religión cristiana fue igualada con las demás religiones falsas y rebajada indecorosamente al nivel de éstas.
Se la sometió luego al poder civil y a la arbitraria permisión de los gobernantes y magistrados.
Y se avanzó más: hubo algunos de éstos que imaginaron sustituir la religión de Cristo con cierta religión natural, con ciertos sentimientos puramente humanos. No faltaron Estados que creyeron poder pasarse sin Dios y pusieron su religión en la impiedad y en el desprecio de Dios."
(Pío XI, encíclica Quas primas sobre la realeza de Cristo, 1925, nº 23)
Mantenerse firmes en la fe católica íntegra no es perder la fe ni produce desánimo. Y la fe católica lo es también en Cristo Rey.
¿Que España no es ya católica? ¿Que no queda ningún Estado católico sobre la tierra, ni esperanza humana de que vuelva a haberlo?
No por ello hay que abandonar la tradicional doctrina católica sobre los deberes religiosos de la comunidad política.
Primero de todo, porque es la verdad católica. No nos corresponde mitigarla ni adaptarla a lo que nuestro tiempo soporta.
Segundo porque, si se la niega, se condena lo que la Iglesia enseñó durante siglos, al menos desde el papa San Gelasio (siglo V), y se condena lo que la Iglesia y las naciones católicas hicieron durante siglos.
Tercero porque cuando Dios quiera, como Dios quiera, si Dios lo quiere, Cristo volverá a reinar en España. Como decía santa Juana de Arco: "Los hombres combaten, sólo Dios da la victoria". No estamos obligados a vencer, únicamente a permanecer firmes. Vistas así las cosas, ninguna razón para el desánimo.
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Pedro L. Llera
Completamente de acuerdo.
Vamos que la victoria la dio Dios pero ella arriesgo su vida en el combate y la perdió en la hoguera.
Dios no volverá a reinar en España mientras los católicos españoles no intenten "reinar" en España. A Dios rogando y con el mazo dando.
Si santa Juana de Arco se hubiera quedado viviendo en el campo tranquilamente, hubiera podido ser una buena católica, pero no habría hecho la voluntad de Dios y Francia no hubiera conseguido la victoria.
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Pedro L. Llera
«Dios no volverá a reinar en España mientras los católicos españoles no intenten "reinar" en España».
Esa afirmación no es católica. Es herética. Dios es todopoderoso y no nos necesita para nada. Cristo reinará en España cuando a Él le parezca oportuno, según los designios de su Divina Providencia.
Es Dios quien movió a Santa Juana de Arco y a todos los santos para que se plantearan y realizaran cualquier obra buena. Filipenses 2, 13:
«porque Dios es el que en vosotros produce tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad».
Por favor, que hasta ahora por lo menos en la mayoría de las empresas Dios ha contado con la acción de los hombres, con su si para hacer sus planes. No suele utilizar miriadas de angeles.
San Jose Maria en el 761, Camino
Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre para que Jesús no tenga que decir por ti aquello que cuentan que dijo por otros a la Madre Teresa: "Teresa, yo quise... Pero los hombres no han querido".
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Pedro L. Llera
Toda obra buena la inicia Dios y la lleva a cabo Dios. Todo lo bueno que hacemos es obra de Dios. Y lo malo que hacemos es culpa nuestra: «por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa».
El texto de Filipenses que le puse creo que es clarísimo y es palabra de Dios: verdad revelada. No es discutible: porque Dios es el que en vosotros produce tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Es Él quien pone en nosotros la intención y el "sí" para que cumplamos libremente su voluntad. Todo el mérito es de Dios y todo el mérito es nuestro. No al cincuenta por ciento o cosas por el estilo.
San Bernardo define el libre albedrío como «el conocimiento libre de la voluntad». Libre a causa de la libertad absoluta de la voluntad; y albedrío, a causa del juicio indeclinable de la razón, que siempre y en todas partes lleva consigo.
Dios es el autor de todo bien que hacemos. La gracia es un don gratuito que Dios niega a los soberbios y da únicamente a los humildes. Esta gracia es absolutamente necesaria para querer el bien. Dice San Bernardo:
«Para que existiese en nosotros el querer el bien libremente fue menester la gracia creadora; para que progrese requiérese la gracia salvadora»
¿Se podrá entender por gracia creadora la gracia suficiente y por gracia salvadora la gracia eficaz? La gracia es necesaria para empezar y concluir toda obra buena, para resistir las embestidas del demonio y del mundo, para desear convertirnos a Dios, para obrar nuestra salvación; en fin, para todas las obras saludables que podemos hacer. Todos nuestros méritos son fruto de la gracia. «Sin mí no podéis hacer nada», dice el Señor.
«Para que el querer que nos viene del libre albedrío sea perfecto, nos son necesarias dos gracias: la de gustar, que consiste en la conversión de la voluntad al bien; y la del pleno poder, que consiste en la confirmación de la misma en el bien».
A todos se nos da, pues, la gracia de gustar (gracia suficiente); pero la del pleno poder (gracia eficaz), solo a aquellos que la merecieron por su fiel correspondencia a la primera.
El libre albedrío lo define san Bernardo como la facultad de querer simplemente; no de querer el bien, pues querer el bien no es propio ya de nuestra naturaleza caída, sino de la gracia.
En la obra de nuestra salvación deben cooperar la gracia y el libre albedrío.
«Guardémonos al sentir cómo se obra invisiblemente dentro de nosotros y con nosotros esta obra de salvación, de atribuirla a nuestra voluntad, que es flaca, ni a necesidad divina, que no existe, sino sólo a su gracia, de la que está lleno. Ella despierta al libre albedrío cuando siembra los pensamientos, la sana cuando ordena su afecto, la fortalece para llevarle a la acción, le sostiene para que no sienta desmayo. De tal modo obra con el libre albedrío, que al principio le previene y luego le acompaña; le previene para que después coopere con ella. Y de este modo, lo que empezó la gracia sola, lo llevan a término ambos; lo obran, no separados, sino unidos; no ahora uno y luego otro, sino a la vez; no hace parte la gracia y parte el libre albedrío, sino que lo obran todo con una sola operación invisible; todo él y todo ella; mas para que todo en él, todo por ella».
La gracia es, pues, la que salva. «Mas el libre albedrío, ¿qué hace?» Responde brevemente: «se salva». «Quita el libre albedrío y no habrá quien pueda salvarse; quita la gracia y no habrá quien salve». Por tanto, ¿cuál es el mérito del libre albedrío? El cooperar, no en el sentido de que este consentimiento venga de él, pues todo procede de Dios, sino de que no existe en nosotros, sino por nosotros.
Lo que importa es saber que la verdad católica no cambia porque el mundo la rechace. Que todos debemos profesarla, y cada cual servirla, conforme a nuestro deber de estado, en el lugar donde Dios nos ha puesto y con las capacidades que Dios nos ha dado.
Como Dios juzgue a los votantes por todo esto no se salva ni uno solo, pues a votar nadie obliga. Y del voto viene todo eso y muchísimas cosas satánicas más.
Ya ve, no salen las cuentas claras, solo que yo a Ud. no me permito condenarle en nombre de Dios, pero Ud. a mi si.
actualmente es evidente que en la situación que tenemos tan secularizada y relativista sería TOTALMENTE CONTRAPRODUCENTE PROPONER UN IDEAL DE CONFESIONALIDAD PUBLICA porque actualmente España no es un pueblo profundamente Católico.
... La configuración actual de la constitución no es la causa, es la consecuencia de la vida de pecado de una gran parte de la población; es por tanto una manifestación visible de la realidad.
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Discrepo. Hoy mas que nunca es necesario proponer el ideal de confesionalidad pública. Lo que es contraproducente en todo momento ,pero mas hoy en día, es proponer el democratismo, que esa es la religión que proclama la Constitución. Un democratismo que no solo se ha revelado desastroso, sino que además está sustentado sobre presupuestos falsos y contrarios a la doctrina de la Iglesia. Y si no se recuerda esto constantemente, no nos engañemos, no es por carecer de argumentos, sino por comodidad.
Por otro lado, no toda la explicación está contenida en las consecuencias que se derivan del pecado, también hay que considerar los aspectos históricos. La Constitución del 78 es una Constitución que se proclama en la España de 1978, en el contexto de una realidad concreta y contingente de la Europa occidental de finales del siglo XX.
Basta recordar que la mayoría de aquellos que abominaban de la confesionalidad del Estado aplaudían las dictaduras criminales que había en medio planeta. No solo los comunistas, sino también toda la progresía.
¿Estando en China diríamos hoy en día que qué se le va a hacer, que no se puede proponer la confesionalidad del Estado, que el sistema que hay es el que toca porque es la consecuencia del pecado?
Espere ... que me estoy imaginando a algún purpurado elevando un dedo al cielo y saliendo a decir que no, que la democracia popular de China no es defendible porque la democracia liberal, la santa democracia ... (ojos humedecidos, respiración entrecortada, la sala prorrumpe en aplausos)
"Usted no escribe contra el aborto, usted escribe contra "Caritas, Manos Unidas, las parroquias progres.."...
Ponga en un platillo de la balanza miles de mandamientos cumplidos de "dar de vestir al desnudo, de comer al hambriento" y en el otro "circulitos de colores que a mí me aburren"... queda claro lo que pesa más a ojos de Dios".
Falsa dicotomía. Se deben de hacer ambas cosas y se puede alabar lo bueno y señalar lo malo.
"José Ángel Antonio
Y los del Templo Satánico no son satanistas de verdad, no creen que haya una entidad espiritual invisible"
Eso es lo que dicen ellos ¿Creemos que no existe el satanismo?
El bien de Cáritas/Manos Unidas, sin Dios, es como echar arena en saco roto. No hay méritos humanos sin Él. Si además de sus cuerpos no ayudan a sus almas... Sigo confiando en que no consigan robárnoslos del todo. Pero sus complejos y que están en riesgo de dejar de ser católicas lo ven hasta los ciegos.
El aborto como modo de esclavitud actual, terrible. Siga usted dando voz a esos nuevos esclavos, los nonatos, sin derecho reconocido a vivir.
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Pedro L. Llera
Perdón. Se trata de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: lo del circulito multicolor que llevan todos los políticos en la solapa.
En el fondo mucha gente cree, porque a todos nos han educado en ello, que es el liberalismo quien responde al orden natural. Y que además representa una especie de neutralidad. "Siendo liberal, estoy siendo neutral, ni bueno, ni malo. Dejo que el orden natural siga su curso". Esa es la idea.
Para que se entienda como tanto el liberalismo como el democratismo son meras ideologías basta con ver cual ha sido la evolución del mundo:
Principios de los años 90. Cae el muro de Berlín. Fukuyama proclama el fin de la Historia. George Bush padre acuña la expresión "nuevo orden mundial".
Año 2023. El nuevo poder ascendente en el mundo, la nueva superpotencia es una dictadura de partido único que practica algo parecido a un capitalismo de Estado. Se han producido unas fallidas primaveras árabes. El Daesh arrasó allá por donde pasó, cometiendo un auténtico genocidio. Los EEUU han sido expulsados de Afganistán. El socialismo del siglo XXI ha conquistado América. En Ucrania Rusia se enfrenta contra EEUU. Europa entra en decadencia frente al ascenso asiático y está supeditada a los EEUU. Las democracias liberales no marchan hacia una mayor profundización liberal, sino que ha aumentado la represión, la censura, la presencia de contubernios de poder al margen del juego político, el globalismo arrebata la capacidad de decisión de las naciones y por tanto el ejercicio democrático ...
Es decir, el liberalismo es una ideología que se entiende dentro de las contingencias históricas, una entelequia que se mantiene ajena a un mundo que marcha completamente al margen de ella. Ni siquiera ha sido capaz de conseguir que las naciones que se han proclamado liberales hayan profundizado en ese liberalismo, ni las democracias liberales sean mas democráticas, sino todo lo contrario. El futuro que se dibuja en el horizonte parece bastante negro.
No dejemos de notar que aquellos que con mas ahínco defienden la "democracia" son quienes se sirven de ella. En realidad no defienden la democracia, sino a un sistema que les beneficia directamente. En esto incluyo a políticos y apologetas de todo pelaje. Y a este nivel político el sistema se sostiene simplemente porque se sirve del dinero público y de la posibilidad de endeudarse hasta donde a uno quiera sin consecuencia alguna.
Se advierte claramente que no se tiene en cuenta el Documento de Aparecida de la CELAM (Episcopado Latinoamericano) cuya redacción estuvo a cargo del Cardenal Bergoglio y que dice claramente sobre la actitud de los bautizados frente a la legislación civil (constitucional o no).
436. Esperamos que los legisladores, gobernantes y profesionales de la salud, conscientes de la dignidad de la vida humana y del arraigo de la familia en nuestros pueblos, la defiendan y protejan de los crímenes abominables del aborto y de la eutanasia; ésta es su responsabilidad.
Debemos atenernos a la “coherencia eucarística”, es decir, ser conscientes de que no pueden recibir la sagrada comunión y al mismo tiempo actuar con hechos o palabras contra los mandamientos, en particular cuando se propician el aborto, la eutanasia y otros delitos graves contra la vida y la familia. Esta responsabilidad pesa de manera particular sobre los legisladores, gobernantes, y los profesionales de la salud.
Viva Cristo Rey...
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Pedro L. Llera
Tiene usted razón. La verdad es que nunca sentí la necesidad de leer los documentos de Aparecida del episcopado latinoamericano. No leo muchos de los de la Conferencia Episcopal Española, como para leer los de América... No me da la vida para tanto.
Pero esos párrafos que usted ha copiado aquí suenan católicos, sí. Los suscribo plenamente.
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Pedro L. Llera
El Liberalismo es la soberanía del hombre que niega la obediencia debida a Dios. Es el «non serviam» de Lucifer. Es el «seréis como Dios» de la Serpiente: es el pecado original. Es el pecado de soberbia: el hombre se cree dios, dueño de sí mismo y de su vida. Es el pecado de la Torre de Babel. Es el pecado del Anticristo. Es el anti Padre Nuestro, porque decimos «no haré tu voluntad: haré la mía». «No necesito a Dios para nada y yo voy a dictaminar por mí mismo lo que está bien y lo que está mal».
Nuestra Madre Santísima, la Virgen María es lo contrario:
«Hágase en mí según tu palabra».
«He aquí la esclava del Señor».
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.»
-Los traductores deberían tener en cuenta el momento en que vivimos, seguro que hay una palabra menos humillante que esclava.
Y dos o tres, no más, nos quedamos de piedra ante la catolicidad del más católico de los presentes. Intenté razonar con él, pero fue en vano porque sus argumentos eran históricos de manera que la palabra "esclavo" o "siervo" era intolerable fuera esclava del Señor o de cualquier otro señor. Ni cuenta se dio que estaba rebajando a Dios a la categoría del hombre y elevando al hombre a la categoría de Dios.
En documentos Episcopales aparecen párrafos inspirados en la buena Doctrina, cuando por haber sido "llevado a encontrarlos" siento el deber de hacerlos conocer.
Acá va otro Congregación para la Doctrina de la Fe, nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política.
"3 último párrafo. La Iglesia es consciente de que la vía de la democracia, aunque sin duda expresa mejor la participación directa de los ciudadanos en las opciones políticas, sólo se hace posible en la medida en que se funda sobre una recta concepción de la persona.[17 Gaudium et spes, n 25.]
Se trata de un principio sobre el que los católicos no pueden admitir componendas, pues de lo contrario se menoscabaría el testimonio de la fe cristiana en el mundo y la unidad y coherencia interior de los mismos fieles.
La estructura democrática sobre la cual un Estado moderno pretende construirse sería sumamente frágil si no pusiera como fundamento propio la centralidad de la persona.
El respeto de la persona es, por lo demás, lo que hace posible la participación democrática.
Como enseña el Concilio Vaticano II, la tutela «de los derechos de la persona es condición necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones, puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa pública»[18 Gaudium et spes, n 73 ].
Buen resumen, pero es preciso recordar que la perfidia del liberalismo consiste, precisamente, en cegar el entendimiento ante esas verdades. El liberalismo posee un lenguaje halagador: paz, progreso, libertad, igualdad, etc. ¿Quién va a estar, por ejemplo, en contra de que haya paz? Pero si uno se fija bien, ese lenguaje no es más que un hervidero de sofismas, que no apelan a las más elevadas aspiraciones del hombre, sino, por el contrario, a sus debilidades. Para el liberalismo la paz es no complicarse, no incomodarse, no comprometerse, y negar el problema (que los buenos no hagan nada, en resumen). El progreso es acumular comodidades y facilidades (para más paz, claro). Libertad es, como usted ya dijo, que nadie me mande (pareciera que mucha gente realmente creyera que por obedecer la voluntad pudiera desaparecer por completo). Igualdad es que, si uno no puede ser el mejor, no dejar que nadie más lo sea (no vaya a ser que alguien se sienta mal).
Todo pecado actual proviene de alguna debilidad consentida. Podría entonces decirse que el liberalismo consiste en que el hombre consienta a todas sus debilidades
No se plantea ni remotamente la tarea de evangelizar una humanidad de ocho mil millones de hermanos. Porque el mundo que la circunscribe es un capullo de crisálida que le impide volar.
El tomismo hizo un aporte grandioso e irrenunciable, sobre el que la Iglesia pudo elaborar su doctrina de modo creciente. Sin embargo, al morir el genio de Santo Tomás de Aquino, no hubo sucesores capaces de continuar esa construcción portentosa. La metafísica quedó constituida como Ciencia, Sabiduría, de los universales. Faltó continuarla e incorporar a ella los entes materiales singulares.
Quedaba fuera de la consideración de teólogos, liturgistas, y metafísicos el inconmensurable mundo de los seres reales concretos singulares materiales, o sea, el cosmos, parte fundamental de la Creación y del Reino fundado por Cristo.
Por ello, cuando Copérnico-Galileo establecen sólidamente la teoría heliocéntrica, el andamiaje intelectual de la cristiandad recibe un impacto que desestabiliza su convicción de ser centro del universo. A partir de entonces, la Tierra no era más que un corpúsculo en el espacio sideral.
Hoy, debemos replantear el problema, afirmando de modo categórico que el hecho empírico de la vida vegetal, animal y humana pone de manifiesto que una ley o principio de naturaleza física, desconocido hasta ahora por las ciencias naturales, ha alentado los procesos cósmicos desde su inicio, regido y orientado a la constitución del planeta Tierra como término eminente.
En él ha sido constituido el hombre, ser inteligente dotado de voluntad, de señorío de gobierno sobre el cosmos.
Para los cristianos, tal proceso es no sólo geo-cosmo-céntrico, sino en términos absolutos: teo-cristo-céntrico, puesto que la Tierra es en el designio divino de la Creación el lugar donde Cristo fundaría su Reino, mediante Su Encarnación, Vida, Muerte, Resurrección y Parusía.
Quiera el Espíritu Santo, que obra desde la Aurora de María, llevar la Iglesia y la cristiandad a un despertar a los “nuevos tiempos” del Reino.
Porque no ven la oscuridad del misterio que las colma.
La moderna cristiandad resiste a María y la Misión que Cristo le ha encomendado porque el mundo les muestra todo muy claro.
Cristo vino y dejó fundada su Iglesia, la impulsó mediante el Espíritu Santo que envió en Pentecostés, se constituyó la cristiandad, pero vino el enemigo y comenzó a derrumbar lo construido. Entonces envía a Su Madre, pero es rechazada.
Valen las palabras que dijo después que se retiraron los enviados por Juan el Bautista (Luc 7, 18-22):
“¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de escándalo!” (Luc 7, 23).
“¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen?
“Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos:"¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!.
“ Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: "¡Ha perdido la cabeza!.
“Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!.
“Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos” (Luc 7, 31-35).
Ha venido el tiempo de la Misericordia y la Justicia, de la sabiduría y del castigo, pero ni aceptan aquella, ni temen a éste.
“Los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Por qué les hablas por medio de parábolas?».
“El les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
“Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
“Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden.
“Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: "Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán,
“Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure".
“Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen.
“Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron” (Mat 13. 10-17).
La frase concreta es "actualmente es evidente que en la situación que tenemos tan secularizada y relativista sería TOTALMENTE CONTRAPRODUCENTE PROPONER UN IDEAL DE CONFESIONALIDAD PUBLICA porque actualmente España no es un pueblo profundamente Católico".
¿Por qué discrepo? Porque la Iglesia solo puede proponer un ideal, que es el que se deduce de su doctrina. No puede haber otros ideales.
Una cosa es que se sea realista en la propuesta de ese ideal, en los pasos a seguir, que se haga desde una buena pastoral, lo que sea, pero es el único ideal que se puede proponer, no existen otros para la Iglesia. Y no solo en España, en el mundo entero.
Alguien dirá "¿Y en los países musulmanes y tiranías varias? Yo pregunto ¿Hay algo raro en ello?¿Algo que no sea de mero sentido común para cualquier persona que sea honesta?¿Alguien puede no entender que un cristiano proponga vivir en un mundo cristiano?¿No es lo raro lo contrario? Aun así, claro, cuando hablamos de tiranías se impone la prudencia. Lo que no puede significar nunca otra propuesta que no sea la que le es propia a la Iglesia.
Esta confusión es lo que ha creado un monstruo como la COPE, que arrastra a millones de católicos a creer que la fe solo pertenece al ámbito de la privado, que no se debe de trabajar para llevar el reinado social de Cristo al mundo.
Además, no dejaría de ser sorprendente que todo el mundo, sea un comunista, un postmoderno, un liberal, un musulmán o lo que sea, puedan y se dediquen a proponer su ideal de orden social y la Iglesia, quien custodia las verdades reveladas, no.
Y mas en una situación como la actual, donde la actual democracia liberal -caciquismo institucionalizado al menos en el caso español- vive una crisis profunda y está mutando en otra cosa. Desde el exterior a una especie de tecnocracia secularista transnacional, y desde dentro hacia una tiranía de corte ideológico camuflada. Con modernos inventos como la nueva doctrina jurídica que gana adeptos progres en EEUU -no recuerdo en nombre que le dan- según la cual los jueces deben de interpretar la ley según el espíritu de los tiempos -o sea, el suyo-. ¿No sorprende que haya caraduras que sean capaces de defender en público estas cosas o aberraciones de todo tipo y la Iglesia no proponga con alegría, amor y hombría -o mujería para que no se enfade nadie- una doctrina que está basada en la verdad, que es buena y necesaria?
Se escandaliza por Ucrania, Sudán del Sur, Nicaragua o Venezuela. Pero no miran en sus narices la tiranía asesina de su “primer mundo”, responsable de todos los planes y leyes asesinos promovidos en el mundo. De la homosexualidad, droga, terrorismo, guerras mundiales, y de las armas nucleares que terminarán con ella.
Autores del NOM, promotores del anticristo, enemigos de María y de Cristo, por más que lo invoquen mientras desprecian a Su Madre.
¿Esperan continuar por ese camino? Cristo les diría: “Más les valdría no haber nacido”.
El Reino crece y tiene sus tiempos. Cuenta con la manifestación del “hombre nuevo” nacido en Cristo por el Bautismo, el que ha de suceder a la ineptitud actual.
El patrimonio reunido por la humanidad durante los milenios de su existencia es nada frente al Mundo Nuevo que viene.
Las civilizaciones creadas por el “hombre viejo del pecado”, incluida la cristiandad, han permanecido analfabetos ante el Discurso divino de la creación. No han deletreado siquiera sílabas de ese Texto eminente que fluye ininterrumpido desde el Abismo de la Santísima Trinidad. Texto sacro que hace del cosmos una liturgia de honor. gloria y gratitud al Creador.
Lo hemos señalado, la misma metafísica se abstuvo de explorar el mundo de los entes materiales singulares, constitutivos reales del cosmos. Los relegó a lo no inteligible. “sólo hay ciencia de lo universal”.
Es menester una nueva sabiduría: la que desciende de la Aurora de María.
El telón del acto primero, desciende. De a poco se levanta, para mostrarnos el acto segundo del plan de la Creación y Salvación.
Esa agenda es el ideario del Anticristo y su reinado tendrá esa pseudo-religión que están levantando a toda velocidad. Más adelante será una contra-religión, una parodia de la verdadera.
Aunque es aceptable alguna excepción.
Habiendo tantos anticonceptivos que haya tantos abortos es inaudito.
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Pedro L. Llera
El problema, ¿sabe dónde está? en «la defensa de la centralidad de la persona». Esa es la cuestión.
El catolicismo no aboga por la centralidad de la persona, sino por la centralidad de Dios. Esa es la diferencia sustancial y abismal entre un católico y un liberal.
Dios primero: catolicismo.
La libertad primero; la persona primero: liberalismo.
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