Dios y después, todo lo demás
Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial.
“El primer preámbulo es la historia: será aquí cómo Cristo llama y quiere a todos debajo de su bandera, y Lucifer, al contrario, debajo de la suya.
El 2º: composición viendo el lugar; será aquí ver un gran campo de toda aquella región de Jerusalén, adonde el sumo capitán general de los buenos es Cristo nuestro Señor; otro campo en región de Babilonia, donde el caudillo de los enemigos es Lucifer.
El 3º: demandar lo que quiero; y será aquí pedir conocimiento de los engaños del mal caudillo y ayuda para de ellos me guardar, y conocimiento de la vida verdadera que muestra el sumo y verdadero capitán, y gracia para imitarle.”
La bandera de Lucifer es la bandera liberal. Y aparentemente esa bandera está ganando por goleada la batalla. Pero la guerra la ha ganado Cristo. Porque en la cruz, Nuestro Señor ha derrotado de una vez por todas a Satanás y a sus huestes.
Por eso, aunque seamos pocos, aunque parezca que no tenemos nada que hacer; aunque parezca que somos el hazmereír del mundo entero quienes estamos bajo la bandera de Cristo, da igual: la victoria es nuestra. No de liberales ni de libertarios ni de anarquistas. El Bien es Dios y los cristianos debemos cumplir sus Mandamientos. Y cuanto más obedientes, más libres y más felices. Y cuanto más rebeldes y más pecadores, más esclavos de Satanás y más desgraciados. La libertad de los hijos de Dios es la libertad de creer que es posible vivir en este mundo cumpliendo la voluntad de Dios, porque hay que obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5,29).
La jerarquía de la libertad debe dejar paso a la soberanía de Dios. Hacer la Voluntad de Dios es ser realmente libres. Y la soberbia y la autodeterminación es esclavitud y necedad.
El régimen liberal que aprueba el divorcio, el aborto, el matrimonio homosexual o la gestación subrogas (o vientres de alquiler) es el reino de Lucifer: de la libertad de la soberbia de Satanás, de la revolución, de la rebelión contra Dios.
Los católicos tradicionales, los tradicionalistas, queremos que los individuos, las familias y la sociedad obedezcan la voluntad de Dios y cumplan sus Mandamientos. Dios es el Señor, el centro, el Principio y el Fin.
Y el mal hay que combatirlo siempre.
Solo acabaremos con el mal cuando Cristo reine, cuando la Caridad sea la Ley, cuando todos vivamos en gracia de Dios: bautismo, confesión, penitencia, comunión sacramental, adoración a Jesús Sacramentado… Así se vence al mal.
Nada sin Dios: ni política sin Dios, ni filosofía sin Dios, ni teología sin arrodillarse ante Dios.
Sobra soberbia. Falta humildad. Sobra odio y muerte. Falta caridad.
Falta amor a Dios y a María Santísima. Recemos el rosario, tengamos una vida sacramental intensa.
Convertíos. El Reino de Dios está cerca.
26 comentarios
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Pedro L. Llera
Es que los católicos liberales pretenden hacer la cuadratura del círculo. Porque aquí no hay medias tintas: o pones a Dios en el centro o al hombre. Y los católicos liberales pretenden que, poniendo al hombre en el centro, también pones a Dios. Y como que no.
Ah ! ¿ Que eso no ? Entonces, al final, lo del liberalismo es un depende si a la autoridad le parece bien, es decir, si le conviene. Para todo lo demás mastercard
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Pedro L. Llera
Los impuestos son necesarios. El bien común está por encima de los intereses individuales.
Catecismo:
2402 Al comienzo Dios confió la tierra y sus recursos a la administración común de la humanidad para que tuviera cuidado de ellos, los dominara mediante su trabajo y se beneficiara de sus frutos (cf Gn 1, 26-29). Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. Sin embargo, la tierra está repartida entre los hombres para dar seguridad a su vida, expuesta a la penuria y amenazada por la violencia. La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo. Debe hacer posible que se viva una solidaridad natural entre los hombres.
2403 El derecho a la propiedad privada, adquirida o recibida de modo justo, no anula la donación original de la tierra al conjunto de la humanidad. El destino universal de los bienes continúa siendo primordial, aunque la promoción del bien común exija el respeto de la propiedad privada, de su derecho y de su ejercicio.
2404 “El hombre, al servirse de esos bienes, debe considerar las cosas externas que posee legítimamente no sólo como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que puedan aprovechar no sólo a él, sino también a los demás” (GS 69, 1). La propiedad de un bien hace de su dueño un administrador de la providencia para hacerlo fructificar y comunicar sus beneficios a otros, ante todo a sus próximos.
2405 Los bienes de producción —materiales o inmateriales— como tierras o fábricas, profesiones o artes, requieren los cuidados de sus poseedores para que su fecundidad aproveche al mayor número de personas. Los poseedores de bienes de uso y consumo deben usarlos con templanza reservando la mejor parte al huésped, al enfermo, al pobre.
2406 La autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad (cf GS 71, 4; SRS 42; CA 40; 48).
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Pedro L. Llera
¿Y eso qué demuestra? Que Cristina es liberal.
El católico ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.
Y que la COPE es el medio de propaganda del PP es algo tan evidente que no necesita demostración.
Y para los católicos la voluntad de Dios es la voluntad de Jesucristo.
Los musulmanes creen que la voluntad de Dios es lo que dijo Mahoma, que no es lo mismo que como los católicos y otros cristianos entienden las enseñanzas de Jesús.
Desgraciadamente también los católicos estamos divididos en algunas interpretaciones de la doctrina o en como vivir nuestra fe.
Ocurre que todos tenemos que vivir sobre el mismo suelo.
Y tal y como están las cosas mucha suerte tenemos los católicos que podemos vivir según nuestras creencias, en lugares donde muchos y más poderosos piensan y viven y procuran que todos vivamos como ellos.
Tambien ente los diferentes a nosotros están los liberales.
Y es comprensible que a todos, tan diferentes, nos gustaría que todos viviesen como nosotros creemos que deberíamos hacerlo. Y aún desconfiamos unos de otros de que, si pudiéramos, impondríamos a todos el sistema de vida que nos manda nuestra fe.
Parece que tal y como vivió Jesús con un país sometido por extranjeros, que creían en Dioses falsos y no siempre respetaban el templo y las costumbres judías, debemos saber convivir, respetando y pidiendo respeto.
Convenciendo por la razón y la predicación y atrayendo con una forma de vida y una integridad que cautiven.
Según nos pudo Jesús es necesaria la unidad de los que creemos en Él, para que el mundo crea.
Pero imponer ni podemos ni debemos. Tenemos que convivir.
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Pedro L Llera
La fe se propone: no se impone. La fe es, en última instancia, un don de Dios, una virtud teologal que hay que pedir a Dios.
Y tal y como vivió Jesús, acabó en una cruz. Y sus discípulos no vamos a ser más que el Maestro.
«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame».
Fíjese que la primera condición es negarse a uno mismo: es decir, no poner mi voluntad por encima de la voluntad de Dios; no poner mi libertad por delante de la voluntad de Dios. Quien quiera seguir a Cristo tiene que amar a Dios hasta el desprecio de sí mismo.
Pero los liberales se aman a sí mismos hasta despreciar a Dios. Y lo desprecian hasta tal punto que aprueban toda clase de leyes contra Dios: aborto, eutanasia, etc. ¿Le parece poco desprecio de Dios matar a niños y a enfermos o ancianos? ¿Le parece pequeño desprecio a Dios legalizar y convertir en virtud lo que Dios considera un pecado que clama al cielo?
Los católicos liberales pretenden resolver esa contradicción distinguiendo entre la vida privada y la pública. Dios queda fuera de la vida pública (de la política) y relegado a la intimidad de la vida privada. Así Biden puede presentarse como un católico fervoroso y promover el aborto en todo el mundo.
Pero a Cristo no le valen las medias tintas. Tienes que negarte a ti mismo y cargar con tu cruz para poder seguir al Señor. La cruz está en el plan de Dios. Sin cruz no hay salvación.
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Pedro L. Llera
Tanto el fascismo como el anarquismo son ideologías que nacen de la revolución.
El fascismo pone al Estado y la voluntad del líder por encima de Dios.
El anarquismo quiere acabar con el capitalismo y con el Estado. Quieren un mundo sin jerarquías. Pero un católico es lo contrario: la Iglesia es el cuerpo místico de Cristo y en ella, hay una cabeza, que es Cristo; y hay un Papa y unos obispos y un pueblo fiel. No somos todos iguales ni tenemos todos la misma función. Hay muchos miembros y cada miembro sirve para una cosa distinta. Y todos los miembros son importantes. Pero no es lo mismo el corazón que el dedo meñique.
Por eso toma del Evangelio de San Juan ,unas palabras claves de Jesús :
"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:
Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
33 Le respondieron:
Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie
¿Cómo dices tú: Seréis libres?
34 Jesús les respondió:
De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres
Quien si era fascista, y ateo, era Ramiro Ledesma quien rompió con José Antonio.
Hasta donde yo sé, la falange no es fascista. Quizás ERC, los independentistas de izquierdas, si hayan sido en su trayectoria un partido fascista, basta recordar los encuentros de sus líderes con Mussolini.
Es habitual pensar que falange fue fascista. Decir que José Antonio fue un profundo católico, al igual que Franco que sólo cogió partes de la ideología joseantoniania. A falange es casi imposible encardinarla en ninguno de los epitetos politicos conocidos, ni es derecha, tampoco izquierda y tampoco fascista. El relato oficial cuenta que falange es fascista, pero ya sabemos qué cosa es el "relato oficial"
Cualquier falangista, yo no lo soy, le dirá esto mismo.
Saludos
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Pedro L. Llera
La falange no es fascista porque en España somos católicos. Pero hay elementos, propios de su tiempo, que emparientan a la falange con los partidos fascistas: culto al líder, estética militar, gusto por los uniformes y los desfiles, ultranacionalismo...
El porcentaje que muestra la noticia es un indicador más de que el feminismo en realidad estaba contra las mujeres, y por ende, contra el ser humano. Eso no quita que hubiera algo rescatable en ello, como del comunismo, porque las ideologías surgen de algún problema real, pero lo que se aleja de Dios, no sirve para regresar a Él más que dándole la espalda. Más prostitución, más aberraciones sexuales con mujeres implicadas, utilización esclavista de la maternidad, desnaturalización de la vivencia de la mater/paternidad y de las tareas de cuidados en pro del estadoarcado cada día menos fiable, aborto, dificultad para acceder a un noviazgo decente, etc. La lista sería interminable.
Me pregunto. Entonces qué hacemos?
Podemos/debemos o no votar en unas elecciones que NO nos representan a grupos que llevan en sus programas cuestiones contrarias a Dios? Somos un grupo minoritario regulado en cuestiones morales por nuestro propio cuerpo doctrinal? Seguimos llamando pecado al pecado e invitando a la reconciliación y a la conversión. Eso nos lleva a la persecución porque la libertad de la que presumen es solo para SUS intereses, es decir, para la rebelión contra Dios. Y los católicos nos negamos. Cada católico que se niega a divorciarse y lucha por su matrimonio, cada pareja que se niega a abortar, cada persona que rechaza matar a otra con eutanasia, a vivir aberraciones sexuales, a ser infiel, etc, cada cristiano que está incluso dispuesto a morir mártir por CristoRey, es un triunfo del Cielo y un fracaso de la ciudad de los hombres. Con eso podemos servir a Dios para iluminar. A por ello.
- La libertad siempre es para algo. Por consiguiente, sirmpre es medio.
- La libertad no es la voluntad, que es el apetito racional.
- La libertad no es una facultad del hombre, sino simplemente una característica de la voluntad, que nos permite determinarnos en nuestro actuar.
- La dignidad esencial del hombre es ser racional.
- La máxima dignidad humana es ser hijo adoptivo de Dios, privativa de los bautizados en estado de gracia.
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Pedro L. Llera
Por supuesto que Dios nos quiere libres. Claro que sí. Pero vuelvo a poner un texto que antes puso Tere: se trata de Juan 8, 31-36
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?
34 Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo, que todo aquel que comete pecado, esclavo es del pecado. 35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Quien peca es esclavo del pecado. Esa es la verdad. Así que sí somos libres; pero lo somos siempre que permanezcamos en gracia de Dios, que permanezcamos unidos a Cristo; siempre que vivamos conforme al mandamiento de la Caridad.
Porque si pecamos, si desobedecemos a Dios, seremos esclavos de la mentira, de Lucifer. Y no seremos verdaderamente libres.
Aunque resulte paradójico, cuanto más sumisos vivamos a la Voluntad de Dios, más libre seremos; cuanto más esclavos del Señor, más libres. Como María, que es el modelo de santidad y de sumisión a la voluntad de Dios.
Si alguien lo observara desde fuera, diría que los terráqueos son tarados que se autodestruyen.
Es el castigo al orgullo que los ciega y ensordece.
Cristo envía a Su Madre para salvar de la hecatombe a la Iglesia, a la cristiandad y a la humanidad, pero casi todos se unen en común rebelión.
El liberalismo es un cuento de niños mal criados en los faldones de los filósofos del irracionalismo. Creen en los filósofos, y “se la creen”, engreídos de aquello de que “no soy viuda ni conoceré luto” (Apoc).
María nos convoca a trabajar por su Causa, muy elevada sobre el porquerizo liberal-masónico-marxista-NOM, etc.
La Aurora de María ha abajado los cielos a fin de que trabajemos mancomunados con los ángeles y bienaventurados.
Así, a la oscuridad, sigue el Alba del Nuevo Día. La creciente Manifestación de Cristo por Mediación de María que prepara el Camino a Su Venida, como lo anticipara S. L. de Montfort. “Anuncio a Cristo, anuncio Su Reino, anuncio Su Amor” (María en San Nicolás, Argentina).
El patrimonio intelectual-doctrinario de la Iglesia y de la cristiandad, rejuvenecido por una vida nueva, abrirá la marcha hacia la Conquista de la Tierra y del Universo como Feudos sacros del Reino.
Esto es sumo irracionalismo, o sea suma tontería.
Sin conocimiento previo, no hay libertad posible. Porque no hay nada respecto a lo cual determinarse.
Por consiguiente, el conocimiento precede necesariamente al acto voluntario; y al conocimiento, el acto de ser.
Pero la forma mentis moderna es pura delicuescencia intelectual, palabrería vacía y sentimentaloide. Se repele con el catolicismo (y por ende, con la razón) como el agua y el aceite.
Con ello es suficiente.
Lo que importa es que edifiquemos el Reino.
Para lo cual debemos creer ´que está a nuestro alcance, que ha venido.
Que no tiene nada en común con el reino del anti-cristo. Éste, frente al Reino, simplemente no existe, tan despreciable e ínfima es su irrealidad.
El Reino de Cristo transfigura la Iglesia, al hombre y al cosmos que nos rodea.
Pone de manifiesto el Discurso del Logos participado a la Creación toda, esto es, ángeles, hombres y cosas.
Así, el edificio del Reino que debemos ir levantando entre nosotros, irá iluminando de más en más la realidad en la inteligibilidad de su misterio sacro e inconmensurable.
Entonces comprenderemos que el universo está animado de procesos y ciclos portentosos, desde el átomo a las galaxias, por los cuales celebra la sacra Liturgia que el Creador ha asignado a las creaturas, confiado al sacerdocio real y profético de los cristianos.
Por ello, debemos hacer de nuestra actividad humana diaria una liturgia de honor, gratitud y glorificación de la Santísima Trinidad, Causa Suma del Reino.
Sea que cultivemos, fabriquemos, distribuyamos, investiguemos, o nos dediquemos al arte, a la política y demás actividades nobles de la vida, procuremos profundizar en ello de modo que comprendamos su profundo significado como tareas del Reino que deben transfigurarse en tanto el Reino se manifiesta ante nosotros.
Así que mejor será que nos hagamos "liberales" y demócratas si queremos defender las leyes de Dios, que son todo lo contrario a la dictadura que nos quieren imponer.
Hasta el martirio si llega a ser necesario.
Porque el discípulo no es mayor que el maestro.
Sin Cruz no hay salvación.
Tenemos que fijarnos en el Maestro que vivió en un momento en que su pueblo estaba oprimido por un país extranjero y por unos dirigentes corruptos con otros dioses, otros valores y otros intereses.
En nuestra sociedad las ideologías dominantes legislan din contar con Dios, considerando que nadie hay por encima del hombre. En realidad, hasta donde pueden, como si nada hubiese por encima de sus deseos e intereses personales, hasta por encima de su propia ideología. El hombre intenta poner a su persona en el puesto de Dios.
Y es terrible que gobernantes que se llaman cristianos puedan justificar y apoyar leyes contra Dios o contra los hombres en situación de indefensión como hace el aborto.
¿Que podemos y debemos hacer los Cristianos? Debemos preguntar una vez más ¿Es ahora cuando vas a conquistar el Reino?
Varios grupos, en el tiempo de Jesús, quizás con espíritu religioso y amor a los valores de su pueblo, intentaban liberarse por la fuerza, como los Zelotes, aún con peligro de ser crucificados, pero Jesús quería una revolución, una liberación de los corazónes, previa a cualquier otra.
Con el único arma del Amor.
Einstein decía a su hija que era más potente que la atómica, confiemos los Cristianos en ella.
Otras armas no nos están permitidas. A Pedro le dijo ¿Crees que no puedo enviar una legión de ángeles?
Nuestra fuerza tiene que ser la de la razón, la persuasión, el anuncio de la Buena Nueva. Una vida que sea sal y levadura. También el voto.
Pero no lo olvidemos que Jesús lo dijo muy claro: Que los Cristianos estemos unidos y nos amenos "Para que el mundo Crea"
No andemos rebuscando que debemos hacer, para que el mundo crea.
Estar unidos como "Cristo está con el Padre".
Amarnos "Como Cristo nos amó"
Es cuestión de no estar sordos.
Lo dijo muy claro. No hay sucedáneos.
Pero los liberales se aman a sí mismos hasta despreciar a Dios. Y lo desprecian hasta tal punto que aprueban toda clase de leyes contra Dios: aborto, eutanasia, etc. ¿Le parece poco desprecio de Dios matar a niños y a enfermos o ancianos? ¿Le parece pequeño desprecio a Dios legalizar y convertir en virtud lo que Dios considera un pecado que clama al cielo?
Los católicos liberales pretenden resolver esa contradicción distinguiendo entre la vida privada y la pública. Dios queda fuera de la vida pública (de la política) y relegado a la intimidad de la vida privada. Así Biden puede presentarse como un católico fervoroso y promover el aborto en todo el mundo.
Pero a Cristo no le valen las medias tintas. Tienes que negarte a ti mismo y cargar con tu cruz para poder seguir al Señor. La cruz está en el plan de Dios. Sin cruz no hay salvación.
""La falange no es fascista porque en España somos católicos. Pero hay elementos, propios de su tiempo, que emparientan a la falange con los partidos fascistas: culto al líder, estética militar, gusto por los uniformes y los desfiles, ultranacionalismo...""
En Italia también son católicos y han sido católicos a la par que en España, al menos, y es la patria del fascismo. El culto al líder también es propio en los partidos socialistas y comunistas. El gusto por los uniformes era propio de aquellos tiempos, años 30, donde TODOS los partidos tenían sus milicias uniformadas. Evidentemente en estos días los falangistas no llevan, ni pretenden, uniforme.
Lo de ultranacionalismo es lo que peor he llevado ¿ Qué significa ultranacionalismo ? ¿ Amar tu patria ? ¿ Querer el bien común ?
¿ Vd. cree que Franco fue ultranacionalista ? ¿ Son ultranacionalistas los usanos que tienen por todas partes la bandera ? ¿ Son ultranacionalistas los ingleses que honran a sus héroes de multiples formas y lugares, nada parecido a la actual España ? ¿ Qué es ser ultranacionalista ?
De verdad se lo digo porque yo también me sorprendí: La ideología de la falange es básicamente la del católico de sentido común, pero en España la falange está llena de prejuicios porque los medios han hecho labor de zapa. En cambio el comunismo y el socialismo están bien vistos por una amplia mayoría de la población. Cosas de la propaganda
Cordialmente
La idea fuerza del pensamiento político de Jose Antonio era la superación de las ideologías y los partidos políticos, que tanto dividían a la sociedad, y la justicia social. Partía del socialismo en cuanto a lo que significaba una sociedad sin clases, pero purgándolo de lo que él entendía que eran sus males.
En cuanto a la idea de patria, como en otras muchas cosas, bebía de la tradición hispana. No era racista, ni excluyente. Incluso no se oponía a las autonomías siempre que no fuesen vehículo de división.
youtube.com/watch?v=8hU0Xkm7noY&t=50s
Desgraciadamente este buen hombre, católico y español, murió demasiado joven para saber como hubiese ido profundizando en su pensamiento político y filosófico.
Es la primera vez que leo argumentos oponiendo al pensamiento de José Antonio con el catolicismo, o al menos poniéndolo junto al de sus enemigos. Si hubiera sido en Religión Digital, pues bueno, pero aquí me causa estupor. Conozco joseantonianos MUY católicos.
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Pedro L. Llera
Tientan ustedes mi paciencia. Hágame el favor de no poner en mi boca lo que nunca he dicho. Yo no he hablado de José Antonio Primo de Rivera para nada. No lo he mencionado, no me he referido a él. Entre otras cosas porque no sé casi nada de él.
Busque usted en el artículo dónde hablo de la Falange o de José Antonio. A ver... Yo alucino.
Les ruego que comenten sobre lo que yo he escrito en mi artículo. Cualquier comentario que se salga de lo que yo he escrito no lo voy publicar.
Supermasivo, ¿no tiene otra cosa que hacer que tocar los cojones en mi blog?
No le publico ningún comentario más ni aquí ni en ningún otro artículo que publique.
2. Hay un principio liberal católico, libertad cristiana, que nos dice (relacionado con el 1er y 2do Mandamiento): no hagas a tu prójimo lo que quieres que se haga contigo.
3. El Liberalismo, el liberal sin Dios, es el que actúa por lo civil o por lo eclesiástico sin tener a Cristo en el centro: no quiere obedecer a Dios.
4. Todos los católicos tenemos un combate espiritual entre el hombre viejo, liberal de Dios, y el hombre nuevo, liberal del Pecado.
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Pedro L. Llera
Llevo ya ni se sabe los artículo que he publicado contra el liberalismo. Y lo he definido en todos y cada uno de ellos. Yo, cuando hablo de liberalismo, lo hago desde el punto de vista ideológica: no económico. Aunque hay relación, obviamente, entre lo primero y lo segundo. Porque claro, sin me autodetermino de Dios, se me olvidará que la economía tiene como fin el bien común y no el enriquecimiento personal a costa de la explotación del prójimo. Para un católico, el mandamiento de la Caridad lo rige todo: también la economía.
Y nos los dio porque nos ama y sabe de la desgracia de lo que dicha servidumbre puede acarrear al hombre.
Paz y bien.
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Pedro L. Llera
Así es. Tal cual. Si cumples los mandamientos y obedeces a Dios, eres libre. Si no los cumples y te rebelas contra Dios, serás esclavo del pecado. Suena paradójico pero es así.
2406 La autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad (cf GS 71, 4; SRS 42; CA 40; 48).
2. La autoridad política no tiene ese derecho en función del bien común, porque si no va en contra de los Mandamientos. Ejemplo: Desenterrar a los muertos, la expropiación del Valle de los Caídos están justificados según el Catecismo.
3. Cada vez que la Iglesia se pronuncie en Economía fuera de la Dscuela católica de Salamanca va a meter la pata.
No es fácil tenerla acerca de algo tan grande como el universo, y mucho mayor que él.
Intentemos meditar sobre él; es bueno para la mente y para el corazón.
Más elevado que las montañas, más luminoso que las estrellas.
No hay imperio que pueda comprarse con él.
Es un grande Misterio que encierra otros misterios.
Todo en él es cuasi infinito, porque es el Reino del Infinito.
Nos enseña a comportarnos como vasallos; con sabiduría, dignidad y fortaleza; espíritu de conquista y de defensa; de señorío, de cuyo ejercicio debemos dar cuenta; si empuñamos el arado a hora temprana, si sonamos las campanas; si dimos de beber al rebaño y abrimos las tranqueras; si tocamos a rebato ante el peligro; si obramos como hombres de ciencia, de consejo, de armas; heraldos, ministros, camareros y amigos del Rey.
El Reino es un acero, un cetro y una corona.
Un monte áspero a escalar, exige la vida.
Un retablo, un sagrario, un órgano que atruena, un coro de voces potentes.
Está entre nosotros, debemos arrebatarlo.
Lo saludemos de pie, de rodillas, postrados.
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Pedro L. Llera
Sí, sí. Estoy totalmente de acuerdo con usted. Los católicos tradicionales son los católicos de toda la vida. Sin más. Somos católicos a secas. Católico tradicional es una redundancia, un pleonasmo: es como "subir para arriba" o "bajar para abajo".
Pero es que en los últimos años han surgido católicos liberales, muy modernos, que quieren cambiar la doctrina, la liturgia, el lugar central del sagrario, la manera de comulgar, los ministros extraordinarios de la comunión y un largo etcétera de novedades que no se corresponden con el catolicismo de toda la vida. Esos son los progres y los neocones.
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