Coronavirus
Yo no soy científico, médico ni, mucho menos, político profesional. Y por lo tanto, lo que yo pueda opinar sobre la pandemia del coronavirus es perfectamente prescindible. No sé qué se debe hacer ni qué no. No tengo ni idea. Pero hay cosas que no casan.
Hay quienes acusan a las personas normales y corrientes de alarmismo: de sembrar un miedo infundado, dadas las características de la enfermedad. Hay quienes dicen que eso de comprar mascarillas o tomar demasiadas precauciones está fuera de lugar.
Pero, realmente, ¿quién está creando la alarma? Porque yo veo los informativos y veo en China, en Japón, en Corea del Sur o en Irán a brigadas de militares o policías con trajes de guerra bacteriológica fumigando las calles para desinfectarlas. Veo zonas rodeadas de alambradas con concertinas para que nadie pueda entrar o salir de allí. Veo al ejército en Italia, con mascarillas y fusil en ristre, cortando carreteras para impedir que nadie entre o salga de determinadas ciudades del norte de Italia. Veo que se ha suspendido el congreso de móviles de Barcelona, la Semana de la Moda de Milán, la liga de fútbol en Italia; veo que se celebran partidos de fútbol o baloncesto a puerta cerrada. Veo que el carnaval de Venecia se ha suspendido y la feria del automóvil de Ginebra, también. Se suspenden eventos deportivos en Valencia pero no se suspenden las fallas. ¿Y qué va a pasar con la Semana Santa?
Dicen que la epidemia mata a poca gente y que tiene menos índice de mortalidad que la gripe. Pero luego vienen otros y dicen que no: que la epidemia del coronavirus mata a más del triple de personas que la gripe. ¿Quién dice la verdad y quién miente? Obviamente por una gripe no se saca el ejército a la calle ni se suspenden eventos deportivos, culturales o políticos. Así que algo se nos está ocultando. Supongo que para no sembrar el pánico. Pero con lo que estamos jugando es con la vida de cientos o de miles de personas…
En este asunto de la pandemia del coronavirus, como en las guerras, lo primero que ha muerto ha sido la verdad. Y se ha sustituido por la desinformación, quiero creer que bienintencionada. Pero las contradicciones y las mentiras evidentes alarman más que la verdad, por dura que esta sea. Señores: dígannos la verdad, por favor.
En Italia han suspendido las clases en todos los colegios y universidades. En España, que estamos un poco mejor (pero vamos camino de estar más o menos igual que en Italia), no hemos hecho nada al respecto. Si se mueren profesores o – Dios no lo quiera – niños por culpa de la epidemia y el gobierno – por no alarmar – no ha tomado las medidas necesarias, ¿quién va a pagar y cómo? Ese mensaje de tranquilidad, de que no pasa nada, si realmente llega a pasar algo grave (y ya está pasando porque ya hay muertos en España), ¿quién va a ser el responsable?
Además, hay quien afirma tan campante que esta enfermedad solo afecta a viejos o a enfermos crónicos. Así que, tranquilidad: no pasa nada… Y se quedan tan anchos: como si la vida de un anciano o de un enfermo crónico tuviera menos valor que la de un joven de treinta. ¿Tiene la vida más valor o menos según la edad o la salud? ¿La dignidad del ser humano depende de esos factores? ¿Tienen más derecho a vivir unos que otros? ¿Viene bien esta epidemia para matar viejos y enfermos y nivelar la pirámide de población? ¿Solucionaremos así el problema de las pensiones? Todas estas preguntas que se me vienen a la cabeza resultan inquietantes. “Es un mataviejos”, dicen. “Puede venir bien”.
La idea descabellada de que se estén generando pandemias para disminuir el número de habitantes del planeta con el loable fin de que la vida humana en nuestra “casa común” sea sostenible, mete miedo. ¿De dónde ha salido esta enfermedad? ¿Ha salido, como afirman algunos, de un laboratorio de guerra bacteriológica de China?
Si no se dice la verdad, toda clase de teorías conspiratorias o “conspiranoicas” se extenderán al mismo ritmo que el número de infectados y que el número de fallecidos por el coronavirus.
Dos últimas observaciones:
1.- Algunas de las medidas que están tomando determinados obispos para controlar la epidemia en los ámbitos eclesiales resultan entre ridículas unas, patéticas otras, lamentables muchas de ellas y vergonzosas la mayoría. Dar la comunión en la mano y no darla en la boca me parece una memez. Cerrar las Iglesias o suspender las misas me parece indignante. Cerrar las piscinas del Santuario de Lourdes, vergonzoso: todo esto demuestra, una vez más, la falta de fe de una parte de la mismísima jerarquía de la Iglesia: no creen en las apariciones de la Virgen ni en el carácter milagroso y curativo de las aguas de Lourdes ni en nada de nada. Comparto plenamente la opinión de mi estimado amigo el profesor Roberto de Mattei.
No es la primera epidemia que tiene que afrontar la Iglesia. Ni siquiera es la más grave. Y no se han dejado de celebrar las misas ni se han cerrado las iglesias.
2.- La Unión Europea está quedando una vez más como Cagancho en Almagro: cada país va por libre. No hay la más mínima coordinación (o por lo menos esa es la sensación que se está dando a la población): Italia toma unas medidas; Francia, otras; España, las suyas (que rayan con la nada)… ¿Para qué sirve la Unión Europea, si en un caso de pandemia como este no es capaz ni de poner de acuerdo a sus países miembros para tomar medidas coordinadas y coherentes? ¿Tan difícil es que vayamos todos a una?
90 comentarios
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Pedro L. Llera
El discurso "oficial" no tranquiliza nada.
¿"Evitar el efecto cañón o cueva"? Para eso habría que cerrar Iglesias, universidades, colegios.
Habría que prohibir las fallas de Valencia y cualquier tipo de reunión pública, sobre todo en lugares cerrados. Aunque una concentración de gente como la que se da en Valencia por fallas, tiene que ser un peligro...
La frase "No alarmarse y que Dios reparta suerte" resulta ciertamente contradictoria. Es como estar delante de la puerta por donde va a salir el toro dispuesto a cornearme y decir "no te preocupes, hombre, que Dios repata suerte. Ánimo, maestro...".
Lo escrito por Vd es de lo más lógico que he leído sobre el tema. Le honra su posición.
A estas alturas me hago una pregunta. Si no estoy mal informada, hay múltiples manifestaciones feministas en España el día 8. La de Madrid la mayor, justo el lugar de mayor número, o uno de los más afectados por los contagios. Todas a una gritando:"sola y borracha, quiero volver a casa" (de vergüenza la frase). El efecto "cañón o cueva" que menciona otro comentarista es evidente. Una manera estupenda de expandir el bicho.
Todo es coherencia en este tema!!.
Mienten, a mi no me cabe duda.
o lo que es lo mismo, el Santo Padre, encerrado entre los muros de su habitación, sin salir a las periferias (bueno, ni a las periferias ni a ningún sitio), sin asistir a su Congreso de Economía (poco se pierde, la verdad) y sin contacto con el mundo exterior upppps Justo lo que según el Obispo del no-miedo al Coronavirus nos pide el Santo Padre upppps
Lean:
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/03/05/5e60b30821efa031158b4570.html
Les gustó, recemos para que ocurra...
A quien alega que sus manos no están consagradas, tampoco creo que tenga la lengua consagrada y con igual respeto se puede comulgar de un modo o del otro.
Y creo que efectivamente el sacerdote no tiene por qué tocar la mano de la persona que comulga. Cierto que tampoco toca la boca, pero el aparato respiratorio le puede mandar miasmas, mientras que la mano, si no la toca, no.
Y, ya que estoy en esta página y blog, ¡ojalá no vuelva el rito ese de darse la mano, que se introdujo por un mal entendido de la participación del pueblo!; y como ése otros que no son más que demagogia barata.
Santa Rita lo que se da ya no se quita. A ver si tienes suerte. Puedes revenderla a la entrada y tomarte un buen bocadillo con café con leche o similar al aire libre.
Entre ésto, y lo que se está haciendo (nada) hay términos medios como el caso de Israel que ha prohibido la entrada de personas procedentes de países afectados y cuarenta para los propios israelíes que vengan de esas zonas. El problema que se vaya de las manos el virus es que colapsarán los sistemas sanitarios y se puede extender a países si infraestructuras con lo cual sería un auténtico apocalipsis. El cuarto jinete del Apocalipsis.
San Roque es el patrón de las epidemias, que sea nuestro intercesor:
"Todopoderoso y sempiterno Dios, que por los méritos e intercesión del bienaventurado San Roque, tu Confesor, hiciste en otro tiempo cesar una peste general que desolaba al género humano. Dígnate conceder a nuestros ruegos, que todos los que llenos de confianza en tu misericordia te suplicaren los preserves de semejante azote, sean libres, por la intercesión de tu glorioso Confesor, así de esta enfermedad como de todo lo que pueda turbar su quietud. Por Nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".
Hasta ahora el famoso virus, en los países civilizados, es la nada con sifón. Mueren los viejos, los enfermos, y por tanto, lo normal sería no darle más importancia de la que tiene.
Esto no tiene nada que ver con la dignidad de las personas, ni con la importancia que tiene la vida de jóvenes y viejos, como dice el blogger.
Simplemente, los viejos mueren por enfermedades respiratorias en la inmensa mayoría de los casos, porque de algo tienen que morir, y eso no tiene nada de raro. Es la vida, sin más. No se puede decir que una mujer ha muerto en Madrid por coronavirus y luego entrar en la noticia, y ver que tenía 99 años.
Todos los años mueren miles de personas por gripe, y nadie saca al ejercito, ni paralizan los países. Con lo que sabemos hasta ahora, las medidas están siendo excesivas, alarmistas, innecesarias y recuerdan a las paranoías por las anteriores "superenfermedades contagiosas", como la gripe A, la gripe aviar, etc, que al final ,quedaron en nada.
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Pedro L. Llera
Estamos deseando que nos ilustre usted.
No sabía que San Roque es el patrón de las epidemias. Además de difundirlo recurriré a Señor por su medio en mis oraciones. Gracias.
Lo que sí me preocupa es la falta de fe de no pocos miembros de la jerarquía eclesiástica, cerrando iglesias, y no dando la comunión en la boca entre otras medidas, yo como de costumbre seguiré comulgando en la boca, también me ha extrañado el aislamiento del Papa Francisco que no asistirá a los ejercicios espirituales con la curia, siendo un grupo de personas reducidas, supongo que será recomendación de su médico, ya que además de octogenario si no estoy mal informado, le extirparon el lóbulo superior de los tres lóbulos del pulmón derecho.
Acudamos al Señor por medio de San Roque, patrón de las epidemias, por los que han muerto y por los enfermos que la padecen.
Paz y bien en el Señor.
Por la familia a la que pertenece muda en el huésped adaptándose. Ahora se habla de dos cepas, una más agresiva, que explicaría a parte de la edad y patologías esos cuadros más leves o severos. Suelen atenuar se con el tiempo. Pero todo es especulación, es desconocido y no hay armas terapéuticas específicas para el.
En China efectivamente las medidas han sido drásticas. Es posible en nuestro mundo?. Solo un miedo exacerbado sería capaz de ello. Aquí todo el mundo opina y manda, en esto y en casi todo.
Sobre la comunión en la boca o en la mano me parece que aquí subyaze otro debate que no es el científico. Yo comulgo en la boca y lo voy a seguir haciendo. Me explico. Estos virus se trasmiten en partículas en suspensión. En concreto estas en partículas medias, que se proyectan a un metro o metro imedio al toser, cayendo. Hay enfermedades que lo hacen en partículas pequeñas, ej tuberculosis, permaneciendo tiempo en el aire, otras como el ebola en partículas grandes, sie do preciso un contacto cercano.
Se ha publicado que se desconoce cuanto aguanta en las superficies(vemos como fumigan en China), incluso se dice 7 días????.
La mano del sacerdote puede transmitirlo por contacto a través de la sagrada forma. Si nos ponemos estrictos debería llevar guantes y de uso único para cada fiel.
Además en el momento de la comunión a mi jamás me han tocado los labios y yo por lo menos no respiro en ese instante.
Cómo bien dice alguno hay que estar tranquilos. Prudentes, tranquilos y sensatos.
A cerca de lis ancianos, pues claro que nos morimos, pero el hombre avanza en el conocimiento y el dominio de su entorno, como bien dos manda el Genesis. Lo que pasa aquí es que este virus nos dicen que es de reservo rio animal, porque los chinos comen animales salvajes, y saltan la escala biológica. Otros, entre ellos científicos prestigiosos, hablan de virus de laboratorio, de una fuga de seguridad.
Solo aportar, y termino, disculpas por lo extenso, toda la incoherencia reinante. Ayer se dijo que el Ministro de Sanidad iba a trasladar a la UE que eventos deportivos se hagan a puerta cerrada. Y las manifestaciones?. A esto me refería en mi anterior comentario. Es verdad, como dice José, que hay demonios que deben ser expulsados con la oración y el ayuno.
Twitter. Acabo de estar en un supermercado en Lugo. Una persona con una mascarilla que parecía de la Segunda Guerra mundial. Cogiendo y manoseando la fruta sin guantes 🤣🤣🤣
1. Prueba de fe del católico.
2. Dictadura del relativismo en progreso.
2. Crecimiento de la planificación del Estado.
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Pedro L. Llera
Concuerdo contigo, Antonio. Mi anterior artículo iba por ahí. Y un tal Santiago Valle ha escrito un artículo también sobre el tema:
https://es.corrispondenzaromana.it/una-religion-global-para-un-gobierno-mundial/
Si es como vds dicen, cabe pensar que es provocado y una puesta en escena, un experimento para analizar todos los elementos en juego. Nada es por casualidad.
Y como su lengua está tan poco consagrada como sus manos, no sé por qué se ponen tan inflexibles con comulgar respetuosamente en la mano, tratándose además de un problema de sanidad pública.
Por supuesto sobre dar la paz estoy de acuerdo con los que dicen que un gesto con la cabeza basta para acompañar el deseo de paz. Pero también habrá quien se niegue a no dar la mano con cualquier excusa. Yo jamás la doy cuando estoy resfriada, pero resulta cansino tener que explicarlo y preferiría que ese rito lo cambiaran de una vez por todas.
No es cristiano poner en riesgo la salud de los demás. Vamos, digo yo...
Otra vez muchas gracias, por cierto tengo con San Roque algo en común, ya que también soy terciario franciscano desde hace más de medio siglo, actualmente nos denominamos franciscanos seglares, soy conocedor de las distintas órdenes franciscanas y de sus santos y santas más conocidos, pero de San Roque ni idea, por cierto hoy con más razón me veo obligado a acudir a su intercesión, porque en mi ciudad natal Zaragoza donde resido, ha fallecido un anciano por el coronavirus.
Saludos cordiales en el Señor.
Un saludo, don Pedro, y que el Señor y la Virgen Inmaculada le bendigan.
La inclinación a tener esperanza frente a la muerte o la enfermedad es sobrenatural, es una virtud teològica y también es buena, pero en un orden superior.
"No amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por eso estad alegres cielos y los que morais en sus tiendas"
Todos los días voy a trabajar, atiendo a veces a cerca de 40 personas. Mascarilla, guantes,lavado de manos
Eso durante más de 20 años.
Comulgo en la boca y lo seguiré haciendo, como voy todos los días a trabajar.
Hasta ahora nadie nos muestra datos de cómo se trasmite y todo son cábalas.
Las gotas se expulsan al toser y estornudar. Vuelvo a decir que se deposita en las superficies y no se sabe la resistencia en ellas.
Sofia:no hay contacto con la mano.
Las gotas están en suspensión, la des en la boca o en la mano. Suspensión de gotas medias con un radio de metro y medio.
Me he percatado que Vd afirma que el sacerdote si contagia a alguien con su mano es porque previamente dio la comunión en la boca a alguien con la infección.
Si no he entendido mal las vías de contagio son : el contacto, además de la vía aérea. . Por lo tanto si toca a alguien que comulga en la mano estamos en lo mismo. Si el es portador, estamos en lo mismo. Si el monaguillo estornuda estamos en lo mismo. Si la viejecita del primer banco tose y está lo suficientemente cerca, estamos en lo mismo. Siempre y cuando el virus este por medio.
Esto hay que llevarlo a el día a día..., a la cantidad de situaciones que hay en la vida diaria, y pueden favorecer la expansión del virus. Por eso ponía el ejemplo de la frutería en un comentario anterior.
Centrar el tema en la comunión es reduccionista.
No te cuento si no hay higiene por medio!!!!
Pero quisiera traer aquí una lectura de estos hechos más relacionada con un portal religioso como Infocatólica. Es posible que alguien ya haya hecho referencia a lo que quiero destacar. No deja de ser significativo que uno de los seres más minúsculos existentes, y que además no parece muy agresivo, logre desestabilizar el poderoso, prepotente, autocomplaciente y autosuficiente mundo de los humanos. Si este virus poseyera una mortalidad del 50% y no del 3% (hablaríamos entonces de más de 50.000 fallecidos en este momento), estaríamos en medio de una marea imparable de histeria y pánico, la sensación cierta de vivir momentos cuasi apocalípticos, de fin de los tiempos.
Y no estamos libres de algo así, pues una de las características de este tipo de virus es su alta mutabilidad, que da lugar a diferentes cepas o incluso a virus propiamente distintos, que poseen grados de afectación y de contagio muy cambiantes en los organismos que coloniza.
Estoy convencido de que el hombre (tengo fe en Dios, pero también en el ser humano y en su capacidad racional bien dirigida y empleada), más temprano que tarde, vencerá a este pequeño gran enemigo desconocido. Pero no deja de ser curioso cómo su acción ha puesto de relieve las frágiles bases sobre las que se cimentan nuestros equilibrios, satisfacciones y vanidades. Basta un virus no demasiado hostil para hacernos temblar como unos papelillos ante una suave brisa. Muy significativo...
Con todo, los que no tememos, por nuestra fe, que nos llegue nuestra hora de mano de un virus o de cualquier otra forma, seamos sensatos y sigamos los consejos que los expertos nos recomiendan. No seamos como ciertas prostitutas brasileñas que al parecer se anunciaban diciendo: "Coja aquí su SIDA". Prescindamos voluntariamente de ciertas costumbres inveteradas que son ahora conductas de riesgo. No llenemos con nuestros gérmenes imágenes, Cristos, Vírgenes, etc.; si no hay que darse la mano, no se da, no pasa nada. No por ello somos menos creyentes. La fe no sólo no es contradictoria con la sensatez, sino que la incrementa.
En primer lugar, no sabemos nada de nada, nadie. Ni siquiera el tal Simón ese que no para de aparecer por la tele. Hay información, si, pero deslabazada, inconexa, manipulada la mayor parte de las veces. La mentira es la gran duquesa de la sociedad actual, y se usa de forma masiva en nuestra sociedad para toda clase de fines, buenos y malos. Los medios tradicionales, foros de internet, youtube...¿quién sabe quién es quién y qué está diciendo?. Incluso los vídeos son fácilmente manipulables, y de hecho los hay por decenas en todos los temas. Es todo un gran sin sentido, una enorme torre de Babel en una sociedad que presume de si misma de conocer de forma inmediata lo que pasa en cada punta del globo.
Y un ejército enorme de gente que también presume de poder discernir la realidad del mundo con las teorías más disparatadas.
¿De verdad alguien se cree que se puede saber lo que ha pasado en China?, ¿el número de sus muertos?. ¿Es conocida alguna enfermedad infecciosa donde curse de forma asintomática en algunas personas y a otro buen número, las mate?. ¿Es posible que eso sea cierto?. ¿Conocen Vds. alguna enfermedad que según el país, y de forma aleatoria, caigan como moscas y en otros no pase nada?. En Italia, de momento, por cada muerto, solo se están recuperando 2,5 personas, es una carnicería. En Alemania, no se muere nadie, ni los abuelos de 95 años. Bueno, eso es lo que dicen, vaya Vd. a saber quién muere y de qué.
¿Qué necesidad tendría el mismo demonio de desear una pandemia, si la situación actual de aborregamiento, materialismo, obsesión por el placer y el éxito, le funciona perfectamente?
¿Qué necesidad tendría el mismo demonio de buscar nuevas maneras de prohibir sacramentos, procesiones, y manifestaciones religiosas, si la Iglesia misma se destruye perfectamente ella solita?
¿No sería deseable que los millones de personas que comulgan todos los domingos sin haberse confesado desde Dios sabe cuando, sin arrepentirse de ciertos modos de vida, de sus trapicheos laborales, de sus inversiones usureras, de ir a Misa cuando no tiene otra cosa que hacer, de sus mentiras, de su apoyo a la vida "irregular" de sus hijos dejaran, al menos, de comulgar? ¿qué interés puede tener el demonio de evitar todo eso?. De los que repelen de todo acto religioso, ya ni hablamos.
¿De verdad alguien cree que se le puede disputar al mismo Dios el control de los designios del mundo?. Lo digo porque todas esas teorías de los planes del NOM y del poder omnímodo que parece están cerca de conseguir, si no lo han hecho ya, es una herejía a carta cabal. Dejan a Dios como la figura de un pelele.
¡¡No hay que tener miedo!!, van diciendo por todas partes. Claro, como estoy en una sociedad de santos innumerables, de Iglesias llenas, y gente plena de caridad y temor de Dios, no nos puede faltar la bendición de Dios de ninguna de las maneras, ¿verdad?.
Por cierto, ¿a alguien se le ocurre un sinónimo de estupidez que sea un poco eufemístico, pero que conserve todo su valor semántico?, no quiero ser muy brusco.
Tome usted aire y diga: ¡Ven, Señor, Jesús!
Pedimos a Dios el cese de la pandemia, si ésta cesara ¿nos acordaríamos de Dios o lo tomaríamos como una cosa natural puesto que las epidemias siempre acaban cesando con bajo o alto coste? Somos unos inconsecuentes. Las peticiones siempre superan a las acciones de gracias.
Hoy en misa muchos hemos cambiado lo de dar la mano por un saludo respetuoso deseando la paz. De hecho me gustaría que fuera así siempre.
Me temo que el sacerdote dijo luego que solo iba a dar la comunión en la mano y me pareció razonable. Lo siento por los que creen equivocadamente que el respeto es menor.
Por supuesto que si se pone enfermo el monaguillo o el cura, contagiarán a todos, pero se supone que si están en misa será que se encuentran bien y tomarán precauciones. En cambio no tenemos ni idea del estado de salud del montón de personas que se encuentran en una celebración y no está de más que se procure limitar la posibilidad de contagio al mínimo.
Como bien dices alguien que va a misa o el mismo sacerdote se presupone que ellos saben que está bien, lo mismo que el que va a comulgar. Evidentemente no se van a hacer un test.
Acabo de hacer la compra, y de tomarme un café. No había cola, pero hoy es un día de aglomeración y apilamiento de personas. En el café he pensado, espero que todo esté higienizado y nadie tosiera encima del mismo. Con esto quiero decir que las ocasiones existen, a poco que nos paremos a pensar.
Todos mis comentarios han ido en relación al plano humano. Te aseguro que he tratado personas con SIDAterminal, hepatitis.... pocos, pero en todo momento he estado tranquila, como ahora.
Si vamos al plano sobrenatural, para mí es claro que mi vida está en manos de Dios, gustosamente se la entrego. "Yo nunca te dejaré no te abandonaré" Jo's 1,5,/Heb 13,15.
Al entrar en la iglesia de enfrente de mi casa te encuentras un enorme crucifijo, me sale besarlo. Eso lo dejaré de hacer provisionalmente, es un contacto cierto. Recibir a Nuestro Señor lo seguiré haciendo como hasta ahora. No me meto en la piedad de nadie solo en mía. Pero bueno comulgar en la mano, por precaucion, y salir y dar un abrazo afectuoso, pues ya me dirás. Yo prefiero dárselo al Señor y cuidar otras cosas.
Actuaré con la confianza tb de que el sacerdote no supone un motivo de riesgo, como el camarero, el frutero. Esta claro que en un caso recibo café y en el otro fruta...no ponemos a esto pega???
Con este comentario termino, pero quisiera decirle a Federico algo.
Federico:
Su comentario lo releí varias veces.Desprende desasosiego, escepticismo, negatividad. Es un comentario triste.
Sabe porqué yo comento?. Mis aportaciones son las que puedo dar, pienso que alguna servirá. Leo absolutamente todos lis comentarios de las noticias que leo. Muchos me enseñan y me abren aspectos y caras de la misma, en defi nitiva a pesar de nuestras carencias, me ayudan a profundizar. Aprendes del sabio y del que aparentemente no lo es.
El mundo lo moldeamos nosotros con nuestra libertad, como nuestras vidas. Dios no es un ser distante, al que no le importamos, podría
hacer justicia, que bien merecida la tenemos, pero nos llama desde esa libertad, no somos esclavos. Bien es verdad que cuando nos empeñamos en elegir aquello que nos encadena al error, al pecado... las consecuencias son la que nosotros hemos labrado paso a paso. La historia humana es esta:ayer, hoy y mña, nada nuevo bajo el sol.
Esa deuda que hemos contraído con El ha sido saldada por Cristo, no creo que precisamente a eso se le pueda decir que Dios se inhibe de nuestra suerte?. La cuaresma es un buen momento para profundizar en este misterio.
A escogido un mal tema para intervenir. Quiere seguridad en las informaciones y en las opiniones, me temo que justo sobre el Coronavirus es imposible. El Sr. Simon sabe y sabe que no sabe, pero no deja de ser un cargo público. Dice lo que quieren que diga.
Un saludo a todos.
Yo todavía no puedo entender por qué, tratándose de un virus respiratorio, se hartan de explicar lo necesario que es lavarse las manos a menudo, pero omiten aconsejar el uso de mascarillas cuando sea necesario, o para mayor seguridad.
No se entiende que no se tomen esas medidas para prevenir la extensión de la enfermedad, dado que los infectados no llevan una lucecita encendida en la frente para que los veamos, ni se vuelven amarillos o verdes, ni nada, y ellos mismos pueden ignorar esta condición por tener síntomas leves, o no tan leves pero resueltos satisfactoriamente sin hacerse más estudios; pero habiendo podido contagiar a otros a los que a lo peor no les va tan bien. Una mascarilla no cuesta tanto y además cada uno puede pagarse la suya.
Nosotros cuidamos de nuestra madre hasta que el Señor se la llevó y cuando yo pillaba algún catarro, gripe, etc, mientras estaba con ella (que era mucho tiempo) me ponía mascarilla (de las normalitas), pues tener que llevarla al hospital me daba, nos daba, pánico. Ni una vez se contagió.
Tampoco entiendo que en algunos lugares estén fumigando espacios y calles y al mismo tiempo se deje a los afectados menos graves pasando la enfermedad en su casa, poniendo en riesgo a sus familiares, los cuales, es verdad, podían llevar ya tiempo con ellos, pero estos a su vez pueden contagiar a otros, en el caso de que tengan libertad de movimientos. A mí me gustaría más esto que el hospital, es cierto, pero no creo que sea lo más conveniente.
Y respecto a las medidas tomadas desde la Iglesia, pues excepto suprimir el gesto de la paz que me parece bien y perfectamente prescindible, lo demás me da mucha pena y me recuerda al episodio (Mt 14, 22-33) en el que Pedro se dirige al encuentro del Señor andando sobre las aguas en medio de la tormenta y al sentir la fuerza del viento, siente miedo, duda, y se hunde. La consecuencia de dudar es que el milagro no se produce. No sé si es esto lo que queremos.
Dios quiera que recapacitemos y antes de bajar al fondo seamos capaces de gritar ¡Señor, sálvanos!
Hasta hace poco más de un siglo es que el ser humano conoció a esos bichitos, microbios, virus, bacilos..., que hacinan el planeta y que así como le posibilitan la vida, también se la diezman hasta la casi extinción...
Lo de la viruela es un magnífico ejemplo del maravilloso logro tecnológico del homo sapiens en esa guerra contra el enemigo invisible. La atacó por todos los flancos, la acorraló y la redujo a dos cepas en sendos tubos de ensayo, que es lo que resta de aquel virus que adelantara epitafios a generaciones completas...
Es que este homo, además de presunto sapiens, suele ser mal agradecido. ¿Quién ora en acción de gracias por los adelantos tecnológicos que han incrementado nuestra probabilidad de vida y posibilidad de coexistencia en el amor familiar, en solidaridad social y en la comunión en la fe...?
¿Quién ha dado gracias al DDT, por ejemplo; ponderando que quizás él o sus familiares le deban el existir a ese "químico maldito"...?
Familia adentro, portón cerrado, agua hervida y zumo de limón, decían en amtaño. No era paranoia, era la cruel experiencia de cuadrillas, en dantesco pregón, reclamando de las casas los muertos de esa ronda; aguardando la fosa, la cal. la cruz y las campanas doblando por todos.
Eso ya lo olvidamos. Hoy nos fastidian esas medidas profilácticas que estorban a nuestro modus vivendi contemporáneo. ¡Pura bulla! esas medidas. ¿Matarme a mí, unos bichitos que ni se ven? ¡por favor! .Y si me matan ¿qué?, miedo no les tengo...
Además de bartolos ignorantes, tampoco se trata de héroes y heroínas pistolos. No entienden estos presumidos híbridos entre el Cid Campeador y el Hombre Araña, que no son solamente sus huesos los que arriesgan temerariamente, tal vez en eutanasia disimulada, sino los de su familia, de sus amigos y de la comunidad.
En estos casos la profilaxia, además de implicar una obligación legal, constituye una responsabilidad social y un deber moral, y más allá, un acto de solidaridad y amor hacia el prójimo.
Hay personas con las que no se puede evitar el contacto físico, como los niños pequeños o las personas que necesitan cuidados, eso si no se ha considerado otras posibilidades de aproximación o contacto más que evidentes.
Yo misma mañana voy a ir en autobús sin saber quién se sentará a mi lado, las medidas tendrían que ser más contundentes porque cerrar templos o tomar medidas en las misas solo sería eficaz si fuera "coronavirus religiosus". ¿Hay evidencia de que el virus tenga esa tendencia?
También ha recomendado que no nos diéramos la mano en la paz y ha explicado por qué habían quitado el agua bendita de las pilas.
Le ha quitado hierro alarmista al asunto recordando que se habían tomado medidas similares en 2008 y 2000, por la gripe aviar y por la gripe A respectivamente.
Me parece normal, razonable y cristiano.
En cuanto a los colegios, parece ser que la enfermedad no se suele contagiar a niños, no sé por qué, pero eso dicen, que apenas hay niños entre los enfermos en ningún país. Sin embargo, desde luego que en la gripe que nos ha asolado por aquí en la primera mitad de febrero, he tenido cuidado de mantener las distancias más o menos disimuladamente, por si acaso y con éxito.
Me parece que eso es lo normal. Así que a lavarse las manos y a procurar no meterse en aglomeraciones si es posible. El servicio de autobuses por aquí es bastante bueno y no te ves obligada a verte en la situación de que nadie te tenga que toser encima.
Así que no veo el menor problema en intentar seguir las instrucciones de sanidad - que por mí no quede.
Paz y bien
Si hicieran una estadística entre los contagiados de Vitoria preguntando por aquellos que han comulgado en la boca la respuesta sería 0. Dado la virulencia del virus y lo rápido que se ha tomado esta medida por las autoridades eclesiásticas con no comulgar en la boca se acabó el problema, ¿y qué pasa si el próximo contagiado ha comulgado en la mano? Pues que no debía haber comulgado de ninguna forma como muestra de amor fraterno, supongo.
Yo observo que el sentido de la culpabilidad está cambiando de la necesaria voluntariedad a la involuntariedad, de la intencionalidad de algo a la acusación por nada. Da lo mismo una cosa que otra porque si el virus te ha elegido y tú no lo sabes eres tan culpable como si sabes que estás infestado y te paseas por ahí dando la mano a todo el mundo.
Ya no se necesita ser un irresponsable, por responsable que seas si contagias a alguien eres igualmente culpable.
La gente se enfada igual si es víctima de un terremoto que si lo es de un asesinato. Es una cosa muy curiosa que ha ido in crescendo en los últimos años: no se acepta que no haya un responsable en ningún caso.
Las medidas ante una pandemia severa son las que se han tomado en Italia-cuarentena-y ante eso no discutiríamos sobre nada.
Por cierto la Iglesia tiene una gran tradición de rogativas en caso de epidemia, nuestra fe es tanta que confiamos en la ciencia pero no en Dios. ¿Quién ha propuesto rogativas, que me entere? Aquí solo hay una persona que se ha mostrado interesada por la oración a San Roque.
1. Introducción.
La Iglesia desde su inicio ha contado con la ciencia médica: el evangelista Lucas era médico y los patronos de la profesión médica son los hermanos Cosme y Damián, mártires hacia el año 300. Hoy día, abundan las personas de fe y ciencia que pueden darnos consejos y normas para enfrentar el nuevo coronavirus.
El coronavirus llega a la Iglesia Católica, ha llegado a Roma, a cada Diócesis, como a cada país, a cada región, con distinta intensidad y ritmo, por lo que se van tomando medidas según las circunstancias y los consejos de las autoridades médicas y civiles.
Los católicos debemos escuchar a la autoridad médica, entre los católicos también hay médicos, los cuales deben servir a su comunidad con conferencias, normas de prevención, protocolos de actuación, medicinas, vacunas, etc. Por supuesto, sin abandonar la oración y la santa misa, en el ora et labora con confianza en Dios.
Escuchar y contar con el médico
forma parte de la cultura católica, como atestigua el libro de Eclesiástico, 38,1-14 (del que carecen las Biblias protestantes):
Da al médico, por sus servicios, los honores que merece, que también a él le creó el Señor. Pues del Altísimo viene la curación, como una dádiva que del rey se recibe. La ciencia del médico realza su cabeza, y ante los grandes es admirado. El Señor puso en la tierra medicinas, el varón prudente no las desdeña. [...] Con ellas cura él y quita el sufrimiento, con ellas el farmacéutico hace mixturas. [...] Hijo, en tu enfermedad, no seas negligente, sino ruega al Señor, que él te curará. Aparta las faltas, endereza tus manos, y de todo pecado purifica el corazón. Ofrece incienso y memorial de flor de harina, haz pingües ofrendas según tus medios. Recurre luego al médico, pues el Señor le creó también a él, que no se aparte de tu lado, pues de él has menester. Hay momentos en que en su mano está la solución, pues ellos también al Señor suplicarán que les ponga en buen camino hacia el alivio y hacia la curación para salvar tu vida."
2. El ministerio de Sanidad, el Colegio y los médicos deberían informar y aconsejar sobre el coronavirus (COVID-19).
Hay muchos factores y condiciones en la persona y el medio ambiente que influyen en las circunstancias de padecer un resfriado o una gripe, y no existe tanta alerta y miedo como lo hay con el coronavirus. Pues del coronavirus, de los datos preliminares que nos van llegando, no se puede afirmar al 100% que sea distinto de la cepa del virus de la gripe típica o un virus del resfriado común, en cuanto a que provoque patologías más serias y que supere la tasa de mortalidad del 2%. Es más la capacidad de meter miedo a la población por actuaciones fallidas de la autoridad civil y el bombo y platillo de los medios de comunicación, los cuales no se aplican ni en el caso de la gripe típica o el virus del resfriado común. En ocasiones, da la impresion de que se está viendo una película de ciencia ficción en televisión.
La autoridad sanitaria debe informar de cómo prepararnos para una posible epidemia, si ése es el problema por no tener vacuna todavía, aunque nadie construye un hospital en 15 dias si no es para probarla, y de las prácticas de prevención que funcionan para hacerlas todos los días, con objeto de prepararnos mentalmente para cualquier cambio en nuestro estilo de vida que pueda ocurrir en caso de tal epidemia. Cada Diócesis tendrá que adaptarse según la intensidad y el ritmo de infección, y si es necesario optar por suspender el signo de la paz u otras acciones.
3. Forma de infección de los virus de la gripe , el resfriado común y el coronavirus. Sentido común por favor.
Si sabemos que el coronavirus tiene un modo de infección parecido al virus de la gripe, aunque sea 100% diferente en la genética, entonces los buenos métodos de prevención de la gripe también funcionarán con el nuevo coronavirus.
De persona a persona.
Estos virus pueden transmitirse cuando una persona infectada, generalmente con síntomas, pero no siempre, expulsa partículas del virus al toser, estornudar o incluso respirar. Estas gotitas en aerosol pueden entrar directamente en el tracto respiratorio de otra persona adyacente al inhalarlas directamente o al aterrizar en la nariz o la boca, seguido de la ingestión.
Por el medio ambiente.
Estas gotas pueden caer sobre superficies ambientales, donde es posible que otra persona adquiera el virus por tacto. Cuando esta persona posteriormente se toca la boca, la nariz o los ojos, se puede ingerir el virus y provocar una infección. Bajo temperatura y humedad típicas, estos virus pueden permanecer viables durante 5-10 días en una superficie sin limpiar. Dias de sol con temperatura alta limpia el medio ambiente. La lejía elimina muchos virus.
4. Buenos métodos de prevención.
Durante muchos años en la experiencia y el estudio en medicina de la gripe y otros virus con perfiles de transmisión idénticos existen métodos y protocolos bien establecidos y documentados para ponerlos ahora en práctica y en cada temporada de gripe (de septiembre a marzo), independientemente de lo que ocurra con el nuevo coronavirus.
Síntomas del coronavirus
Goteo nasal, tos, estornudos, dolores musculares, fiebre, etc., se deben aplicar los siguientes métodos con buen criterio en función de la gravedad de los síntomas:
– Evite el contacto cercano con otros. Use la mascarilla.
Use la buena lógica y el sentido común acerca de asistir a la Iglesia. Catecismo 2181: "excusados por una razón seria, por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños, o dispensados por su pastor propio". Ministro y/o feligrés.
Pida la Comunión en casa.
- Asistencia a la Iglesia y durante la santa misa.
Si está enfermo, mejor quédese en casa, pida la Comunión y la asistencia médica oportuna. Nuevamente, usar el sentido común. Para los que asisten, el virus está presente antes de mostrar los síntomas, por lo que es necesario limitar/evitar el contacto con otros. Quizás pararse detrás de la Iglesia o sentarse aparte; irse inmediatamente después de la bendición final; no participar en el signo de la paz, de la comunión del cáliz, ni desempeñar como ministro.
– Lavarse las manos con frecuencia usando jabón y agua caliente o desinfectante para manos.
De nuevo, si está enfermo, mejor quédese en casa, pida la Comunión y la asistencia médica oportuna.
– Cuando tosa y/o estornude cubra su boca con un pañuelo de papel o su manga, nunca con la mano.
Toser o estornudar en su mano transmitirá el virus a su mano, y luego potencialmente transmitirá el virus a otra persona cuando le dé la mano. Incluso puede considerar usar una máscara quirúrgica, tanto para evitar contagiar a otros cuando está enfermo, como para prevenir su propia infección por parte de otros.
– Limpie las superficies ambientales a menudo.
En la Iglesia inmediatamente después de cada santa misa. Usen lejía. Este es un recordatorio para que los empleados de la Iglesia sean especialmente diligentes durante la temporada de gripe para limpiar el entorno; especialmente los lugares de cuidado infantil. Cualquier producto de limpieza típico usado adecuadamente matará estos virus.
5. Mantener la confianza en todo momento en Nuestro Señor Jesucristo con mansedumbre y humildad.
Es necesario repetir: escuchar al médico y contar con él sin abandonar la oración y confianza en Dios, pues en Su Providencia está la curación. En consecuencia, cumplir el 1er y 2do Mandamiento y el mandamiento del Amor. Cristo celebra la Eucaristía para nuestra salvación, a sabiendas de lo que le espera. No huye de Su cáliz. Cumple con la Voluntad de su Padre. Padre y Dios nuestro por el Hijo y en el Espíritu Santo. Jesús nos salva también ante el sufrimiento por la enfermedad, aunque sea el coronavirus o como se llame, aunque se le de mucho bombo y platillo por el espíritu del mundo no desesperemos ante tal adversidad, porque no viene de Dios tal desesperanza. Abracemos el Cáliz y la Cruz del Señor Jesús con amor que Él sabe lo que necesitamos para nuestra salvación, porque conoce cada uno de nuestros pecados y sabe como purificarnos y santificarnos si dejamos que obre en nosotros reconociendo nuestros pecados ante Él. La idolatría de sí mismo es pecado, porque antepone el apego a cualquier circunstancia en el mundo a la confianza en Dios.
N.S. Jesucristo nos pide que sigamos celebrando la Eucaristía en todo momento y en cualquier circunstancia del mundo. El Pan del Cielo puede con todo, pues para Dios nada es imposible. Así, pues, la confianza en Cristo, en Dios, es consumida en la Comunión de todos los que se reúnen en el día del Señor. También para los enfermos, aunque sea de coronavirus, que están impedidos a reunirse con Él. San Francisco abrazó al leproso y le ofreció su manto. Ahora, donde estén los enfermos con coronavirus llevemos el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y la atención medica necesaria.
6. Caridad con los enfermos, en especial con los del coronavirus, llevándoles y dándoles la Medicina de la Vida.
7. Estamos en las manos de Dios, Él cuida de nosotros, es Señor de nuestra vida y muerte, y Él conoce lo que esperamos de Él ante una posible epidemia del coronavirus.
No se trata de q tú corras un riesgo, sino de q se lo haces correr a los demás.
Respecto a rezar por los enfermos del corona virus, lo han hecho en todas las misas q he estado - y esta cuaresma procuro ir a misa diariamente.
En la misa de hoy han rezado precisamente al final la oración de San Roque, pero tampoco me ha parecido q sea algo diferente de las preces por los enfermos habituales antes del ofertorio. Supongo q en todas partes rezarán por ellos. Ni se me ocurre q no lo hagan.
Yo lo q creo es q Dios nos ha dado un cerebro para usarlo y una Iglesia para guiarnos en la fe.
Jesús no se tiró del pináculo del templo para q lo recogieran los ángeles.
Antes del coronavirus, ya hizo estragos el virus de la estupidez. Está por todas partes. No sé si llorar o reír con todos esos mantras de mantener la calma y hay que tener fe.
¿Quién tiene fe?. Mientras los gimnasios, cines, bares, y tantas cosas están llenos, apenas una de cada 500 o 1000 personas va a misa a diario. No hay tiempo. No se reza. No se estudia la fe. Y de los que dicen que estudian y rezan, apenas alguna oración de 5 o 10 minutos al día, y la asistencia semanal a algunos de esos grupos de conocido nombre donde casi todo es apariencia.
Os deseo lo mejor para todos y para vuestras familias. Hay que tener fe, pero hay que recordar que la presunción no lo es. Es un pecado. El estudiante que se prepara bien un examen tiene motivos fundados para la esperanza. El que no estudia lo suficiente, no los tiene. Es simple.
Ya veremos dónde quedan las palabras y los actos de cada uno cuando empecemos a ver en nuestro entorno cosas como estas:
www.youtube.com/watch?v=c-Z1PPE3bJA
¿O cree que no hay una manera de afrontarla desde un punto de vista propio del creyente? Pues entonces apaga y vámonos, en nada nos diferenciamos de los demás y, además, los otros lo van a advertir como es natural.
Si tiene algo que decir refiérase a ese comentario.
La respuesta a Juan Andrés no tiene nada que ver con usted ni con nada de lo que se discutía aquí: se corresponde con lo que dice él previamente.
Aunque no venga a cuento le contestaré que por supuesto aceptamos la voluntad de Dios, pero la voluntad de Dios no creo que sea que pongamos en peligro de enfermar a otras personas - ni siquiera a nosotros mismos- porque no tiene por qué hacer milagritos para suplir nuestra negligencia incluso aunque esta sea consecuente de manías particulares que algunos asocian con la fe sin tener por qué.
Juan Andrés, mi respuesta responde a lo que vd me dijo sin venir a cuento: es vd el que mezcló peras con manzanas; yo le contesté adecuadamente en su propio idioma, a su nivel, para que lo comprenda fácilmente, se esfuerce o no.
Y mire vd como solo con ponerme a su nivel, manteniendo el decoro, ya se ha podido dar cuenta vd de que las peras y las manzanas están mezcladas, tal como vd las dejó.
Despedida cordial.
Palas, mi contestación a vd era un comentario anterior. Ud hace referencia a lo q contesto a las mezclas de otro comentarista.
No tengo nada más q añadir
Despedida cordial.
PS
Blogger, no sé si se perdió algún comentario mío, pero lo justo es q se me deje aclarar las cosas ante esas "inexactitudes". No hay más.
5-3- 2020. Y se han cumplido los peores pronósticos y ya hay muestra suficiente para saber que esto está comenzando. Todos veremos en nuestro entorno situaciones laborales y familiares difíciles. Cumplir las normas y rezar . Sólo con los comentarios al artículo de D. Pedro podía realizarse una tesis doctoral. Porque hay apuestas religiosas, sociales y hasta económicas muy interesantes y nada dispersas.
En cuanto, tantas vueltas y revueltas sobre comulgar en la mano o en la boca, sencillamente me aburre. Tengo conciencia de la grandeza y sacralidad del Sacramento, pero no somos mejores, ni " más puros por comulgar en la boca ". He compartido la administración de la Eucsristía muchos años y diré que pasa de todo.... de las dos formas. Pero dando en la boca, te llevas la saliva o las babas con perdón, de mucha gente, en el dedo. Da ganas de frotarse de inmediato. No somos angeles y la fe, respeto y amor al Señor, no está reñida con la higiene... digo yo.
Yo le doy la derecha a los Obispos y no a los comentaristas como Mattei.
Saludos
Seguro que a Moisés y sus plagas los hubieran criticado acerbamente.
Porque supongo que eres tú quien me aconsejó no acudir a evento aquel de Auditorio Nacional el dia 6 de Marzo. Pues “déjame que te cuente, limeño”, como diría deliciosamente María Dolores Pradera en La Flor de la Canela.
Al final fui. Y es que la cosa tiene su intrahistoria: yo había sacado las entradas, si no contra la voluntad de mi mujer, sí con su indiferencia (“yo no daría 100 €. por oír cantar algo incomprensible”, ¡ya ves!). Así que cuando le propuse no acudir y darlas por perdidas, al no haber aparecido ningún “valiente” en el blog que se hiciese cargo de ellas, también me dijo que no era “moco de pavo” para tirarlo así como así y que la cosa del bichito no era para tanto (¡entonces!).
Así que fuimos, eso sí, no en transporte público, como habíamos pensado para llevar la silla eléctrica, sino en nuestro vehículo particular con la silla manual, contando con encontrar plaza libre en aparcamiento reservado para minusválidos. Cuando llegamos a la mencionada plaza, al ver que tenía los intermitentes puestos, nos pusimos en paralelo para preguntar si iba a salir. De malos modos (ni siquiera bajó el cristal), con un gesto hosco nos señaló lo que supuse sería la tarjeta del estacionamiento. Me extrañó ese comportamiento en una persona que lucía, aunque apenas perceptible, la tirita del clergiman (resalto esto por lo que diré al final si tienes la paciencia de leerme hasta el final). Bueno, pues después de dar una vuelta a los alrededores, nos metimos en el parking, y como no había plazas en el primer sótano, hubimos de bajar al segundo, confiando que hubiese ascensores, pero ¡quiá!; menos mal que un empleado se ofreció a empujar la silla -conmigo encima- rampas arriba hasta la explanada de entrada.
Y, bueno, ya estamos dentro, en la localidad reservada para minusválidos y acompañante (2º anfiteatro). Dan la señal de comienzo de la función, cierran las puertas, se apagan las luces y... ¡voilà! el que teniamos sentado delante rompe a toser de una manera incontenible, a lo que mi mujer rebusca en su bolso-saco un caramelo antitusígeno-. En el descanso, con los agradecimientos, nos confiesa que no sabe lo que le había sucedido, que le surgió de repente. A lo que yo, por quitar hierro a la situación, mencioné que yo notaba mucha corriente por la cabeza, y que me había puesto la visera -él lo tomó a risa pues es de los que llevan la cabeza como una bola de billar-. Supongo sería el aire acondicionado, aunque no ví por más que busqué, el origen o rejilla.
Y llegamos a la segunda parte de la función, en la que observo movimientos sorpresivos de entrada y salida hacia el fondo del anfiteatro (a mí me habán acomodado junto a la puerta). Por fin, 6 acomodadores jóvenes bajan a un anciano -no tendría menos de 80 años- y lo sientan en una silla de ruedas: en un momento que volví la cabeza, pude ver que estaba completamente pálido y con los ojos cerrados. Desde que tuve el ACV, estas cosas me impresionan más si cabe.
Terminado el concierto, salimos los primeros para poder coger el ascensor e ir a buscar el coche antes de que se pusiese en movimiento aquella masa -el auditorio estaba lleno o casi-. Le dije a mi mujer que me dejase al abrigo de las corrientes de entrada del aire frío -serían sobre las diez de la noche-. Así que allí estuve pasando revista a todos los que salían, ¿y sabes a quién ví?. Pues al supuesto curita de la tirita que ocupaba la plaza reservada para minusválidos, rodeado de sendas señoronas, ninguno de los tres parecía minusválido, discapacitado o como quieran llamarlo. Tampoco vamos pensar mal, a lo mejor lo llevaban oculto...
Tan sólo vi una mascarilla en los que salían; claro que, por las pintas, bien podía ser por otra razón...Entonces, ¿mereció la pena?. Claro que sí, aunque no correría el riesgo otra vez una vez sabido lo que hoy sabemos, y que tú me aconsajabas. Ahora estamos en casa guardando "la cuarentena".
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