Entrevista en Marchando Religión

Bonita entrevista y bonita familia.
Mi enhorabuena.

Desde luego que la familia es bonita, Profesor Llera, pido a la Santísima Virgen que les acompañe siempre.
En cuanto a lo que dice de lo mucho que está leyendo últimamente creo que el mismo efecto nos está produciendo a muchos. Los dos últimos libros que he leído han sido el de Monseñor Chaput, "Extranjeros en tierra extraña", y el que estoy leyendo ahora "El siglo de los mártires" de Andrea Riccardi. Antes leía de todo pero ahora me he centrado en nuestra Fe Católica tratando de entender y profundizar. Ya no podemos estar dormidos confiando en que todo marche aunque nosotros no participemos más que lo justo, ahora ha llegado el tiempo de permanecer despiertos, levantarse y salir al mundo aunque no seamos del mundo, como dice Monseñor Chaput.

Por cierto este último libro lo pedí por recomendación de Guillermo Juan Morado. He leído muchos libros por recomendación de blogueros de Infocatólica, no es el único.

Buenas tardes, Señor Llera. He leído su entrevista, y empieza diciendo algo así, como que usted no vale nada. Se rebaja. Pero Cristo dice "el que quiera venir en pos de mí, nieguese a sí mismo", no "rebajese a sí mismo". Al rabajarse y hacerse poca cosa, usted parece estar reafirmandose, mas que negándose, porque luego da a entender que Cristo puede utilizarle para llevar a otros hasta El, cosa que no sé si tiene fundamento evangélico. Yo no recuerdo ningún pasaje en el que diga tal cosa. Tal vez usted pueda iluminarme con alguna cita.

Negarse a sí mismo, no es rebajarse, señor Llera. Hay egos rebajados, que resultan ser enormes. Puede decir, yo no valgo nada, pero luego dice que Cristo puede valerse de usted, ya que Cristo suele utilizar a los que no valen nada. Pero yo creo que Cristo no utiliza el ego de los que dicen no valer nada. Eso es fingido, porque luego dan a entender lo contrario generalmente. El ego no es del interés de Cristo. Cristo dice niegate a ti mismo. Que hay cuando el ego no existe, señor Llera? Nada? No. Lo que aparece entonces, es el verdadero yo, el que Cristo puede usar, porque ese yo no es muy diferente del suyo: ta no vivo yo, sino Cristo quien vive en mí. Se da cuenta de la diferencia?

Negarse a sí mismo, es matar el ego, no rebajarlo. Matar el ego, es morir en la cruz. Ese es el significado de la cruz: morir como ego. La oración es ir a la cruz, y morir en ella. Pero, amigo Llera, no es fácil morir. Y si no se muere en Cristo, no es posible resucitar con El.

Un 👋

Querido Pedro Luis, ya sabes que soy anti comentarios en los artículos, pero en este caso es obligada la excepción ya que quiero agradecerte ante tus queridos lectores, entre los que me encuentro yo misma, el gesto tan bello que has tenido con nuestra página. Admiro muchas cosas de ti, pero principalmente tu humildad y saber hacer. Somos muchos los que tenemos en ti un referente. En tu vida se reflejan claramente las palabras del Evangelio:"Si quis vult post me sequi, deneget semetipsum et tollat crucem suam et sequatur me". Felicidades Pedro por ser como eres, ojalá algún día estemos juntos en ese cielo maravilloso...tú no tengo ninguna duda de que estarás...otros...ya no se sabe

Tela lo que dice Miguel. Veamos, el mismísimo San Pablo dice de sí mismo que es como un abortivo, ¿y va a ser malo que Pedro Luis diga que no vale nada?

¿qué pasa ahora? ¿que también va a estar mal reconocer que sin Dios no somos nada y que a pesar de eso Dios puede, si le da la real gana, usarnos para su gloria?

Una cosa sí tengo clara. A Satanás le enfada mucho cualquier cristiano que se reconozca pecador, siervo inútil y muy poca cosa.

Y claro, al acusador de los hermanos le encanta acusar usando argumentos aparentemente piadosos.

Gracias, señor Llera, por compartir esa estupenda entrevista con sus lectores de Infocatólica. Y, sobre todo, gracias por su Fe, lucidez, valentía y generosidad. Sus artículos me han ayudado y me ayudan en mi camino de conversión, iniciado hace casi cuatro años. Para mí, usted es un ejemplo precioso de buen católico. Y, al igual que usted y Palas Atenea, yo también participio en el "efecto lectura" que describe, si bien mis entendederas son cortas. Felicidades por esa magnifica familia que creó junto a su esposa hace 26 años. Que Dios les ilumine y bendiga siempre.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Dulce Corazón de María, sed nuestra Salvación.

Un gozo leer la entrevista. Un gozo escuchar a alguien hablar en católico, una lengua en peligro de extinción.

«26 años de casados, ¿Cómo se logra esa cifra sin morir en el intento o sin divorcio, no temes que os expulsen de la Iglesia por no necesitar acompañamiento?»

En realidad claro que han necesitado acompañamiento, ¡y cuánto! Y gracias a Dios que lo han recibido: el Sacramento del Bautismo, el Sacramento de la Confirmación, el Sacramento de la Penitencia, el Sacramento de la Eucaristía, el Sacramento del Matrimonio, el Catecismo de San Juan Pablo II, la doctrina de la indisolubilidad del matrimonio, la doctrina de la apertura a la vida en el amor conyugal. Un matrimonio no tiene vida sin ese acompañamiento de la Santa Madre Iglesia.

Miguel es un troll de la peor clase, Sr. Llera, bastardea la Fe. El blog es suyo y puede hacer lo que quiera, pero sus comentarios dan asco. Como al demonio siempre se le ve el rabo el uso de emoticonos ya indica la burla de todo porque que este tipo hable de matar el ego debe de ser un chiste.
Escriba lo que escriba le dirá otra cosa, la ha tomado con usted, y que individuos así la tomen con usted es el mejor síntoma de que lo hace muy bien porque tienen un instinto de animal de presa que les lleva a apuntar a los verdaderos cristianos. Tómeselo como un un cumplido pero ahórrenos el tener que soportar su teología de "San Juan de la Cruz no se lamentaba" y "no hay que rebajar el ego sino negarse a sí mismo". Pues que se niegue él a si mismo y desaparezca.

Difícil es destacar algo de un conjunto tan meritorio como lo es esta entrevista. Pero puestos a la tarea, destaco la pintura precisa y dramática que has hecho de la actual situación de la Iglesia, rehén que está de los modernistas.
Felicitaciones y muchas gracias.

Esta entrevista nacida del corazón inteligente de Sonia Vázquez me semeja una fogata a la que don Pedro Llera alimenta con troncos de tamaño y de maderas diversos, que arden con llamaradas y luces caldeando e iluminando la noche que ha caído sobre la Iglesia y sobre el mundo. De esta noche, decía Pío XII "tiene señales claras de un Alba que vendrá, a la que besará un Sol nuevo y más esplendoroso". Creo que las respuestas de don Pedro nos indican que él divisa también esas señales, de ahí su convicción inamovible, su ardor apostólico, su intrépido trabajo por abrir camino a la luz de la verdad, a la dimensión de la esperanza, a la fuerza transformadora de la caridad. Se entiende que piensa en un mundo totalmente renovado, por eso sus juicios contundentes acerca de la realidad compleja de la Babilonia presente; su justificado desprecio por lo abyecto, mentiroso, simulador, inconsistente de la falsa trama urdida por los enemigos. Se alista tras los estandartes de la Cruz de Cristo y del Corazón Inmaculado y victorioso de María. Esta es la razón de su dinámica actitud ante las insidias del error; las fustiga con agilidad, las destruye y propone de inmediato los hilos de un tapiz de recia figura. Pío XII en su discurso “Por un Mundo Mejor” (10 de febrero de 1952), sostenía con visión profética “Es todo un mundo que se ha de rehacer desde los cimientos, que es necesario transformar de selvático en humano, de humano en divino, es decir, según el corazón de Dios”. Y bien, la Virgen se ha hecho presente en nuestro tiempo como Aurora que irradia la Luz de la Gloria de Cristo que la colma, enviada por Su Hijo a fin de transfigurar el mundo actual en un mundo donde resplandezca nuevamente la armonía original de la Creación. Insistía Pïo XII en el Mensaje de Navidad 1957: “El mundo puede y debe ser conducido nuevamente a la primitiva armonía, según el plan que se trazó el Creador desde el principio, cuando comunicó sus perfecciones a su obra”. Estamos en las fronteras del mundo del pecado y del anticristo que termina, y las del Mundo Nuevo que viene traído por la Aurora de María para preparar la Segunda Venida de Cristo. Tal es la calidez y luz que esparce esta entrevista-fogata hecha a don Pedro Llera.

Me adhiero a lo dicho por otros comentaristas. Usted sigue a Cristo y su devoción mariana lo confirma como un buen católico que lucha en una de las más difíciles trincheras: la educación. Hay muchas personas a las que su ejemplo les confirma en su fe, yo misma entre otras que han escrito aquí. Gracias por su valentía y su fidelidad a la Iglesia.

Mis más sinceras disculpas, profesor Llera. Pasé por alto algo tan elemental como evidente, que dice así:

"El que se ensalza, será humillado, y el que se humilla será ensalzado" Lucas 14 : 11

Usted merece ser ensalzado, Profesor. Y yo humillado.

Saludos🙏

Agradezco todos sus comentarios: muchos de ellos demasiado generosos.
También agradezco los comentarios de Miguel, aunque tienen algo que hace que mi ego se ensoberbezca: si uno lee la biografía de muchos santos (de los de verdad), se da cuenta que ellos han sufrido humillaciones y desprecios similares e incluso muchísimo mayores que los que usted me regala. Fíjese usted en lo que sufrió el P. Pío o santa Bernardita o tantos otros santos a los que se acusó de ególatras, de locos, de soberbios. Yo a los santos no les llego ni a la suela de los zapatos; asi que no me merezco tanto... Mi ego corre un serio peligro.

En su artículo anterior "¿Estáis dispuestos a sufrir por Cristo?" usted cita in extenso algunos párrafos de San Luiis Grignion de Montfort. Entre otros, el Santo nos habla detenidamente de un tema central en su obra: los apóstoles de los últimos tiempos. Estoy convencido de que esos tiempos los estamos viviendo, y que estos apóstoles vienen manifestándose desde hace algunos decenios; se los reconoce en los rasgos que de Monfort traza de ellos. No intentaré individualizar a estos hijos fieles de María que sólo Ella conoce como Madre y Conductora. Pero no puedo dejar de reconocer que el fuego que crepita en esta entrevista-fogata o entrevista-hoguera pareciera ser alentado por tales apóstoles. Ellos han de “encender en el mundo el diluvio de fuego del puro amor, por el que han de convertirse todas las naciones”, porque “no hay quien se esconda de su calor” (Oración para pedir a Dios, misioneros para María). El incendio del amor de Dios es la participación del Incendio en que arde la Santísima Trinidad, Incendio de Amor, de Sabiduría, de Poder y de Creación. Porque el fuego de Dios, como la zarza que ardía delante de Moisés, no se consume, sino que se proyecta fuera de Él en el plan de la Creación. Aquí radica la misión de estos apóstoles de los últimos tiempos, en restaurar el esplendor de la armonía original del Paraíso terrenal, perdida por la culpa de nuestros primeros padres, pero restablecida por Cristo, y confiada a la Iglesia, a nosotros los miembros de su Cuerpo Místico, el hacerla efectiva en nosotros, en la tierra que habitamos y en el cosmos que nos rodea. Por esto, María insiste en que despertemos de nuestra pesadilla de incertidumbres, desasosiegos, habladurías, impaciencias, depresiones, odios, revoluciones, anarquías, mundanidad; profanaciones en la Iglesia, en la teología, filosofía, ciencia, técnica, arte, política, y en todas las cosas que hacemos olvidando que el mundo es Templo augusto y sacro de la Santísima Trinidad, cuyo Rey es Cristo. La Virgen viene con su Aurora a convocarnos y participarnos del poder transfigurante de Cristo que quiere hacer del mundo un Mundo Nuevo en el que resplandezca nuevamente la grandeza infinita de su Sabiduría, Amor, Poder y Creación. “Yo he vencido al mundo”, venzamos con Cristo tomados de las Manos de María.

Espero y deseo que se atreva a publicar el siguiente comentario y, en su caso, a replicarlo.
Según Pedro Llera, elogiado indebidamente por la contradictoria Cigüeña, la Iglesia está muy mal, está fatal, pero Francisco, o no tiene nada que ver con ello, o los laicos no somos quienes para criticarle y tenemos que seguir sin razonar, con encefalograma plano, en minoría de edad eclesial, tragando gato por liebre. Conmigo, y con muchísimos otros, que no cuente el timorato Llera. Como decía Chesterton, cuando uno entra en la Iglesia, se quita el sombrero, no la cabeza, que me dice que Francisco es un desastre total, sin paliativos, y, si no lo decimos los laicos, ¿ quién lo va a decir ?.Llera ya se ve que no. Por algo será.
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Pedro L. Llera
Las cosas se pueden decir de muchas maneras. .
Usted tiene un problema grave: no sabe leer. O si sabe, no se entera de lo que lee.

" En cuanto al Papa, yo no soy nadie para condenarlo ni para declararlo hereje. Eso sería una barbaridad y una verdadera necedad. En realidad, creo que nadie puede en este mundo hacer una cosa así. Y si alguien puede señalar errores en el Santo Padre, serán los obispos y los cardenales. El Papa es el Papa. Y no es impecable. Y puede caer en errores. "

Pues vale, no se leer y no me entero. No pasa nada si el papa comete errores. No pasa nada si los obispos y cardenales no actúan. No pasa nada si los laicos estamos callados y nos tragamos la porquería doctrinal y pastoral más insana.
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Pedro L. Llera
Mire usted: es que una cosa es excomulgar al Papa o condenarlo como hereje y otra cosa es combatir errores o callarse. Hay laicos que no estamos callados en absoluto. No sé usted (no he tenido el gusto de leer nada que haya escrito usted) pero laicos como Roberto de Mattei, Josef Seifert, John-Henry Westen, Alonso Gracián, Luis Fernando Pérez Bustamante y tantos otros no somos sospechosos de estar callados.
Y hay obispos y cardenales que tampoco se están quedando callados. En la entrevista también menciono a unos cuantos.
Pero los laicos no tenemos autoridad alguna para juzgar o condenar a nadie como hereje. Eso no nos corresponde. Si usted se siente investido de autoridad para condenar nada más y nada menos que al Papa, para excomulgarlo o declararlo hereje, adelante. Allá usted. A ver quién le hace el más mínimo caso...

Respetado Pedro, tienes razón con el modernismo dentro de la iglesia y a ese efecto traigo una aplicación práctica del Documento de Aparecida n° 19 En continuidad con las anteriores Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano este documento hace uso del método ver, juzgar y actuar. Este método implica contemplar a Dios con los ojos de la fe a través de su Palabra revelada y el contacto vivificante de los Sacramentos, a fin de que en la vida cotidiana veamos la realidad que nos circunda a la luz de su providencia, la juzguemos según Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, y actuemos desde la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo y Sacramento universal de salvación, en la propagación del reino de Dios, que se siembra en esta tierra y que fructifica plenamente en el Cielo.....La adhesión creyente, gozosa y confiada en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y la inserción eclesial, son presupuestos indispensables
que garantizan la eficacia de este método.
Cito al Padre Horacio Bojorge (tomaylee-sagradasescrituras) Esto quiere decir: interpretando y explicitando claramente el pleno acuerdo con el método, pero urgiendo que: 1) El ver del que se trata y se trate, sea el ver de la fe, y no un ver previo, que luego va a preguntarle a la fe, por su juicio y su acción, sino que ya desde que ve, ve con fe.
El Vaticano primero ya ponía en guardia contra un poner de lado la fe provisoriamente por principio metódico (Denzinger 1815, Dz Schönmetzer: 3036)
2) Que el juicio sea el juicio creyente, de quien ha mirado con fe, sin ponerla de lado en el momento del ver, y por lo tanto entiende y juzga con fe y desde la fe, libre de complicidades con juicios mundanos o de contaminaciones con miras humanas
3) Que la acción sea la vida cristiana, la caridad y la misericordia, pero también la parresía cristiana dispuesta a la confesión, a la prisión y al martirio.
De lo contrario se llega, como muestra la experiencia pasada, por el camino del experiencialismo modernista, a una mirada o un ver, que es el ver de las ciencia humanas construidas a partir de una antropología ajena a la fe (una psicología, una sociología, una economía, una ciencia política, que ignoran el pecado original, que ignoran la existencia de la envidia, de la acedia, del impulso irracional de las pasiones); que juzga de acuerdo a esa mirada glaucomiosa sobre lo humano y que actúa en consecuencia y ¡con qué consecuencias!.
Nos encontramos así, al final de este recorrido desde la pretensión modernista de la revelación de Dios en el alma del hombre, en el drama que señala Benedicto XVI en su discurso en Ratisbona.

Josef Seifert, quien califico el 303 de la Amris como la bomba demoledora de toda la moral católica, ha formulado la crítica más contundente y razonada que he conocido hasta la fecha a Francisco:

Nadie duda de que los paganos han conocido muchas verdades acerca de Dios y la ley moral natural, y muchos semina verbi, y están contenidos en muchas religiones (excepto en las directamente satánicas), como la "regla de oro".

Nadie cree que Dios no puede dar la gracia de la salvación eterna fuera del ámbito de la Iglesia visible, sus sacramentos y la fe cristiana consciente.

Nadie deja de ver las muchas y hermosas verdades que el Papa Francisco y el Imam confirman en el documento.

Sin embargo, afirmar que "el pluralismo y la diversidad de las religiones y (color, sexo, raza y lengua) son queridos por Dios en su sabiduría, a través de la cual Él creó a los seres humanos" va mucho más allá de todo esto. ¿Cómo puede Dios desear las religiones que niegan la divinidad y la resurrección de Cristo? ¿Cómo es esto compatible con la lógica? ¿Puede Dios querer que los hombres tengan creencias contradictorias contra Jesucristo o sobre Dios o sobre cualquier otra cosa?¿Cómo puede Dios, desde la creación, querer que los hombres caigan en pecado, adoren a dioses falsos, se conviertan en víctimas de errores y supersticiones de todo tipo, que se adhieran a religiones ateas o panteístas, como el budismo, o a religiones maldecidas por el Antiguo Testamento atribuidas a los demonios, y la adoración de demonios?

¿Cómo puede Dios, que quiere que sus discípulos salgan a predicar a todo el mundo y bauticen, querer cualquier herejía cristiana, o las religiones que niegan la fe, siendo que Jesús le dice a Nicodemo que el que cree en Él será salvado y el que no lo haga, será condenado (Juan 3,18)?

Si leemos el Antiguo y el Nuevo Testamento, observamos las enseñanzas universales de la Iglesia sobre el mandato divino, dado por Cristo mismo, de predicar el Evangelio a todas las naciones, sobre la necesidad del bautismo y la fe para la salvación, etc.


¿Cómo puede entonces ser verdad que Dios en su sabiduría quiso desde la creación que muchas personas no creyeran en su único Redentor?

No veo ninguna acrobacia mental ingeniosa capaz de negar que esta declaración, no solo contiene todas las herejías, sino que también alega una voluntad divina de que una gran mayoría de la humanidad defienda todo tipo de credos religiosos falsos y no cristianos.

Además, al atribuir a Dios la voluntad de que haya religiones que contradigan Su Revelación Divina, en lugar de atribuirle la voluntad de que todas las naciones lleguen a creer en el único Dios verdadero, Su Hijo y nuestro Redentor, Dios se convierte en un relativista que no sabe que hay una sola verdad y que lo que se opone a ella no puede ser verdad para diferentes naciones, o que no le importa si los hombres creen en la verdad o en la falsedad.

Esta frase afirma que Dios quiere errores religiosos.

Al firmar la declaración de que Dios quiere una pluralidad de religiones, el Papa desafió la razón y la fe, y rechazó el cristianismo, que es inseparable de la creencia en Jesucristo, que es el unus Dominus. (Supongo que también las más altas autoridades islámicas expulsarán a este Imam porque el Islam también reclama la verdad).

De hecho, si Dios realmente "quiere todas las religiones", entonces él debe odiar a la Iglesia Católica, sobre todo porque afirma ser la Iglesia única, católica y apostólica, y porque rechaza en sus dogmas y enseñanzas magistrales perennes cualquier relativización de la religión cristiana, que convertiría al cristianismo en una de las muchas religiones contradictorias.

En resumen: cualquier católico debe orar para que el Papa convierta y rechace esta horrible oración en el Documento sobre la Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia firmada por él y el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, porque socava todas las cosas verdaderas y hermosas que este documento dice sobre la hermandad.

No es imposible ni vergonzoso para un Papa retirar los errores que ha cometido en sus enseñanzas no infalibles. El primer Papa, instituido por el mismo Jesucristo, Pedro, lo hizo con la reprimenda de san Pablo durante el primer Concilio Apostólico de la Iglesia. El Papa Juan XXII revocó en el lecho de muerte una herejía sobre las almas separadas, que había cometido en un documento anterior y que por segunda vez fue condenado como herejía por su sucesor.

Por lo tanto, todos tenemos buenas razones para esperar que el Papa Francisco revoque una oración que constituye una ruptura total con la lógica, así como con la enseñanza bíblica y de la Iglesia.

Si no lo hace, me temo que se aplica aquí la Ley Canónica según la cual un Papa pierde automáticamente su cargo Petrino cuando profesa la herejía, especialmente cuando profesa la suma total de todas las herejías

Belzunegui: Sus razones son poderosas y nadie con dos dedos de frente las puede discutir y menos si es un católico tradicional que conoce el cuerpo de Doctrina de la Iglesia milenaria.
Ahora bien la institución de la Iglesia Católica es como es y los laicos no somos representativos. Ante nuestra impotencia alzamos nuestros ojos al Altísimo y esperamos que se cumpla su promesa. Pedirnos otra cosa es pedirnos un imposible porque no está en nuestras manos declarar la herejía de nadie. Esta es nuestra actual tragedia.
Habrá que pensar que Dios quiere probarnos, o que se acercan los tiempos de la Gran Apostasía, de la última tribulación antes de su Segunda Venida. Porque tampoco me queda claro qué quiere que hagamos, ¿liderar una insurrección? ¿un golpe de estado o revolución dentro de la Iglesia?
No nos queda otra que mantenernos en la obediencia a la Iglesia, entendiendo por tal, no al Papa, sino a la Tradición y la Doctrina porque que una persona sea papa durante un periodo histórico no anula las enseñanzas anteriores desde los apóstoles hasta el momento presente y es evidente que en esto el Papa Francisco está equivocado: o la Iglesia tiene la Verdad, dada por la Revelación, o no tiene nada que ofrecer al mundo, y si no tiene nada que ofrecer al mundo el martirio deja de tener sentido. Sin embargo el martirio, con papa o sin él, sigue adelante y los mártires son testigos como fueron los apóstoles. En este momento yo miro a los mártires, no a Roma, y lo maravilloso es que ni con las subjetividades papales el martirio cesa. Me da la impresión que a esos mártires los guía Jesucristo como faros de la Iglesia en tiempos de oscuridad. La Iglesia ha sobrevivido a papas muy cuestionables y en aquellas épocas, como ahora, los mártires y los santos tuvieron presencia por raro que parezca.

La cuestión de la herejía de un papa requiere tener presente que hay una distinción entre la persona humana falible del papa, como todo miembro de la Iglesia, y su condición de Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro, Piedra fundamental de la Iglesia, dotado del don de la infabilidad cuando habla ex catedra. Esta prerrogativa exclusiva le pertenece sólo en su condición de Vicario de Cristo, no en su condición de persona humana expuesta al pecado, no confirmada en gracia, y expuesto a la condenación eterna. Si el papa pudiera incurrir en herejía por una definición ex catedra, quedaría vulnerado absolutamente el dognma de la infabilidad, pues, si en nombre de la infabilidad afirma un error , implicaría que la infabilidad no existe, lo cual es contrario a la doctrina dogmática de la Iglesia. Cómo está preservado el Vicario de Cristo de incurrir en herejía en su condición de tal, como lo demuestra la lógica elemental, es una cuestión no definida por la Iglesia, pero resulta explicable por la gracia extraordinaria de Cristo que aseguró a Pedro y a sus sucesores que las puertas del infierno no prevalecerían sobre esa piedra fundamental. El lugar que ocupa el Vicario de Cristo en la Iglesia es el de prolongar la presencia humano-divina de Cristo como Cabeza de la Iglesia, hasta que el Señor vuelva y asuma de modo directo la conducción de su Reino. Qué experimenta el papa que le impide definir ex catedra una herejía, es difícil saberlo, quizás ni él mismo lo sepa, ni siquiera se lo plantee, porque Cristo no lo permite, por diversos medios hipotéticos que no se justifica examinar. Estamos frente a un gran misterio de la misericordia de Dios que preserva a la Iglesia de su extinción por el enemigo.