No seáis insensatos...

Me había propuesto no escribir nada estas vacaciones. Había terminado el trimestre realmente agotado y me proponía pasar unos días de descanso lo más desconectado posible. Pero no hay manera… No puede pasar uno ni una semana sin sobresaltos.

Primero me llega la noticia de que el obispo de Oporto va y, en una entrevista en un periódico, niega la virginidad “física” de María y, en la mejor versión de la herejía modernista, empieza a hablar de metáforas y símbolos. Estoy de las metáforas y de los símbolos de los modernistas hasta los mismísimos. Y que un obispo cuestione abiertamente el dogma de la virginidad de María me parece intolerable. Somos muchos los que ya estamos hasta las narices de que un día sí y otro también aparezcan jerarcas de la Iglesia reinterpretando los dogmas a su gusto. Si no tienen la fe de la Iglesia, ya saben lo que tienen que hacer: irse y buscar un trabajo, como todo hijo de vecino, y dejarnos en paz a los que queremos mantener la fe de la Iglesia, en comunión con todos los santos. Y si no, que busquen amparo en la Iglesia Anglicana o en la Luterana, que allí hay cabida para todos los símbolos y las metáforas que les dé la gana a todos los herejes del mundo.

Pero no acabó ahí la cosa. Y se lió aún más gorda… El Papa Francisco, en la Audiencia General del viernes, 21 de diciembre, dijo lo siguiente en su discurso:

Allora, chi è felice nel presepe? La Madonna e San Giuseppe sono pieni di gioia: guardano il Bambino Gesù e sono felici perché, dopo mille preoccupazioni, hanno accolto questo Regalo di Dio, con tanta fede e tanto amore. Sono “straripanti” di santità e quindi di gioia. E voi mi direte: per forza! Sono la Madonna e San Giuseppe! Sì, ma non pensiamo che per loro sia stato facile: santi non si nasce, si diventa, e questo vale anche per loro.

Traduzco:

“Entonces, ¿quién está feliz en el pesebre? Nuestra Señora y San José están llenos de alegría: miran al Niño Jesús y están felices porque, después de mil preocupaciones, han aceptado este don de Dios, con tanta fe y tanto amor. Están “rebosando” de santidad y, por lo tanto, de alegría. Y me dirás: ¡pues claro! ¡Son la Virgen y San José! Sí, pero no creamos que haya sido fácil para ellos: los santos no nacen, se hacen, y esto también es cierto para ellos”.

Las negritas son mías. El texto completo del discurso del Papa puede leerse en la página Web del Vaticano aquí. No se trata de una improvisación. Alguien escribió ese texto. Y el Papa lo leyó.

¿Quiso el Santo Padre cuestionar o echar por tierra el dogma de la Inmaculada Concepción de María? Algunos piensan que sí, que se trata de una blasfemia y una herejía intolerable. Pero hacer juicios de intenciones no es decente, no resulta moralmente aceptable; y no seré yo quien juzgue o condene al Papa: ¡Pobre de mí! ¿Quién soy yo?

San Juan Pablo II, en la Audiencia General del 15 de mayo de 1996 decía lo siguiente (los subrayados siguen siendo míos) sobre la santidad de la Virgen María desde el primer instante de su concepción:

1. En María, llena de gracia, la Iglesia ha reconocido a la “toda santa, libre de toda mancha de pecado, (…) enriquecida desde el primer instante de su concepción con una resplandeciente santidad del todo singular” (Lumen gentium, 56).

Este reconocimiento requirió un largo itinerario de reflexión doctrinal, que llevó a la proclamación solemne del dogma de la Inmaculada Concepción.

El término “hecha llena de gracia” que el ángel aplica a María en la Anunciación se refiere al excepcional favor divino concedido a la joven de Nazaret con vistas a la maternidad anunciada, pero indica más directamente el efecto de la gracia divina en María, pues fue colmada, de forma íntima y estable, por la gracia divina y, por tanto, santificada. El calificativo “llena de gracia” tiene un significado densísimo, que el Espíritu Santo ha impulsado siempre a la Iglesia a profundizar.

2. En la catequesis anterior puse de relieve que en el saludo del ángel la expresión llena de gracia equivale prácticamente a un nombre: es el nombre de María a los ojos de Dios. Según la costumbre semítica, el nombre expresa la realidad de las personas y de las cosas a que se refiere. Por consiguiente, el título llena de gracia manifiesta la dimensión más profunda de la personalidad de la joven de Nazaret: de tal manera estaba colmada de gracia y era objeto del favor divino, que podía ser definida por esta predilección especial.

El Concilio recuerda que a esa verdad aludían los Padres de la Iglesia cuando llamaban a María la toda santa, afirmando al mismo tiempo que era “una criatura nueva, creada y formada por el Espíritu Santo” (Lumen gentium, 56).

La gracia, entendida en su sentido de gracia santificante que lleva a cabo la santidad personal, realizó en María la nueva creación, haciéndola plenamente conforme al proyecto de Dios.

3. Así, la reflexión doctrinal ha podido atribuir a María una perfección de santidad que, para ser completa, debía abarcar necesariamente el origen de su vida.

A esta pureza original parece que se refería un obispo de Palestina, que vivió entre los años 550 y 650, Theoteknos de Livias. Presentando a María como “santa y toda hermosa", “pura y sin mancha", alude a su nacimiento con estas palabras: “Nace como los querubines la que está formada por una arcilla pura e inmaculada” (Panegírico para la fiesta de la Asunción, 5-6). 

Esta última expresión, recordando la creación del primer hombre, formado por una arcilla no manchada por el pecado, atribuye al nacimiento de María las mismas características: también el origen de la Virgen fue puro e inmaculado, es decir, sin ningún pecado. Además, la comparación con los querubines reafirma la excelencia de la santidad que caracterizó la vida de María ya desde el inicio de su existencia.

Esta es la fe milenaria de la Iglesia. Esta es mi fe. Y doy por hecho que esta es la fe del Papa Francisco. Si bien es cierto que alguna expresión de ese discurso digamos que no fue muy afortunada, al menos desde mi punto de vista. Porque, efectivamente, María fue concebida santa desde el inicio de su existencia, desde el origen mismo de su vida. Y esto no es una opinión: es un dogma de la Iglesia Católica. Y ningún obispo tiene autoridad para cambiar la fe de la Iglesia: ni siquiera el Papa.

Ante el texto de la Audiencia del Santo Padre Francisco, algunos se echaron las manos a la cabeza y se rasgaron las vestiduras. Y mi muro de Facebook se llenó de imprecaciones y de toda clase de acusaciones:

  • Denunciad en Infocatolica la enorme blasfemia de Francisco el pasado viernes…
  • Pedro, por Dios. ¿A qué esperáis?
  • Pedro, tenéis que reaccionar.
  • A denunciar don Pedro, porque se nota la estrategia bien calculada desde el Vaticano contra nuestra Santa Madre. Hace días Francisco, ayer un obispo alemán y otro de Portugal. Van por la Inmaculada Concepción.

De este modo, se nos animaba a denunciar y poco menos que a llamar hereje al Papa. Como si yo fuera el inquisidor general e InfoCatólica tuviera el poder de juzgar o condenar nada menos que al Papa. ¿Estamos locos o qué? Y además se nos acusa de un pecado de omisión… En la Iglesia hay miles de obispos y cientos de cardenales. Son ellos quienes tienen la responsabilidad de velar por la integridad de la fe de la Iglesia: no yo. Yo me conformo con intentar vivir la fe y tratar de transmitirla a quienes tienen la paciencia de leerme o de escucharme… Pero no soy sacerdote ni obispo ni cardenal. Cada cual tiene su responsabilidad en la Iglesia. Yo soy como la uña del dedo meñique: una insignificancia dentro de la Iglesia. No sirvo para nada. No valgo nada. No tengo autoridad alguna, salvo la de dirigir un colegio católico insignificante y pequeñito en un pueblo pequeñito e insignificante (aunque para mí no haya mejor colegio en todo el mundo ni pueblo mejor en todo el universo). Pero yo no soy el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ni formo parte de ningún dicasterio ni de ninguna Academia Pontificia ni nada de nada. ¿Quién soy yo para corregir a nadie (y mucho menos al Papa)? ¿Si todo el Colegio Cardenalicio calla y los obispos no dicen nada, voy a hacerlo yo? ¿Acaso sé yo más teología que los teólogos o tengo más autoridad que un obispo? ¿Cómo voy a hacer yo un juicio de intenciones sobre por qué el Santo Padre dijo lo que dijo? El Señor es el único que puede leer los corazones, el único que nos juzgará a todos. Y siempre debemos estar más dispuestos a salvar la proposición del prójimo que a condenarla.

Si yo me pusiera a hacer juicios sobre el Papa sería un insensato, un presuntuoso y un soberbio. Dios me libre. Seamos serios: pongámonos en el hipotético caso de que yo me lanzara de manera desaforada a condenar al Santo Padre, ¿cuánto duraría yo en InfoCatólica? ¿Cuánto duraría dirigiendo el Colegio Católico que tengo encomendado si llegara a volverme loco condenando a obispos, papas y cardenales? Si hiciera tal cosa, estaría condenando a mi familia a la miseria: ¿os dais cuenta de lo que pedís? ¿Qué ganaría inmolándome? ¿Y qué ganaríais vosotros si yo me quedara sin pan y sin voz? Y no se trata de cobardía, sino de prudencia y de inteligencia. Estoy convencido de que los gilipollas no van al cielo (precisamente por gilipollas). Y ya hay bastantes en el mundo como para que yo pase a engrosar esa interminable lista de tontos del culo que pululan por el planeta. Alguien señalaba con mucho acierto que si los gilipollas volaran, no veríamos la luz del sol. Pues eso…

Si llega el momento del martirio, Dios quiera que me mantenga fiel hasta el final. Pero seguramente ese martirio será por defender la fe y por defender al Papa: no por apostatar ni por renegar del Papa, que me guste más o me guste menos, es mi Papa y es el único que tengo.

Dios no nos pide que seamos necios, fatuos o presuntuosos. Dios nos quiere santos. Yo intento serlo en mi trabajo, en mi familia, escribiendo en mi blog… Y no lo consigo… Lo conseguirá Dios con su gracia a pesar de mi debilidad, porque si Él ha puesto ese deseo de santidad en mi corazón, seguro que me concederá la gracia para alcanzar algún día esa meta: “en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman” (Rm 8,28). Dios lo puede todo: esa es mi esperanza, porque yo nada valgo…

Recemos por el Santo Padre, por los obispos y los sacerdotes, que no son im-pecables: son pecadores como lo somos cada uno de nosotros. Recemos por la Santa Madre Iglesia. Nuestra vida y la Iglesia están en manos de Dios, que son las mejores manos. Los caminos de Dios no son nuestros caminos. El Señor sabrá por qué la Iglesia tiene que pasar por estos momentos de oscuridad y tribulación. Pero Él es la Luz Verdadera. Él es nuestra esperanza. Cristo vive. Confiad en Él. Convirtámonos todos a Él. Recemos más por la Iglesia, por el Papa, por los Obispos y por los sacerdotes. Y mantengámonos firmes en la fe, en comunión con todos los santos. A nosotros nos toca rezar: no juzgar ni condenar. De eso ya se encargará Nuestro Señor Jesucristo.

Cuanto peor veamos que estén las cosas, más tenemos que rezar. En medio de la noche del pecado, brilla la estrella de Belén. Alegraos: está cerca nuestra liberación.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Siempre Virgen María, la Madre de Dios, la Inmaculada Concepción asunta al cielo! 

50 comentarios

  
Carmen
Gracias D. Pedro por llamarnos a la prudente calma. Pero es que le hierve a una la sangre ante tanto insulto a Cristo y la Virgen Santísima, sin alvidar que también nuestro querido San José es ofendido.
Tal vez todo lo que está ocurriendo esté poniendo a prueba nuestra confianza en Dios.
28/12/18 7:57 PM
  
Alonso Gracián
Nadie tiene derecho a reprocharte lo más mínimo, Pedro. Dios suscita católicos cabales de una pieza, como tú y Luis Fernando, de los que me enorgullezco de ser amigo.
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Pedro L. Llera
Gracias, David, maestro. El honor es mío.
28/12/18 8:36 PM
  
Horacio Castro
No se entiende ‘la herejía’ que pretenden ver algunos. Punto aparte merecería que S.S. Francisco también se refiere a la santidad de José. Concretamente, la Virgen María es un ser humano, libre de pecado pero “con libre albedrío”, porque singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo que la preservan de pecar. María concebida sin pecado original recibe la gracia santificante y la mantiene en su existencia personal porque fue predestinada para ser la Santa Madre de Dios. Santa con toda su existencia, en la que maduraría el folículo en el que se encarnaría Jesús.
28/12/18 8:37 PM
  
Luis Fernando
Horacio, María nació santa. No se hizo santa, aunque evidentemente creció en santidad.

Por tanto, decir esto...:

¡Son la Virgen y San José! Sí, pero no creamos que haya sido fácil para ellos: los santos no nacen, se hacen, y esto también es cierto para ellos

... es decir que María no nació santa. Y eso se concilia muy mal con el dogma de la Inmaculada Concepción.

No se entiende que no se entienda.
28/12/18 9:42 PM
  
Soledad
Sr. Llera:
No se si hoy estoy de acuerdo con todo lo que expone.
Debo decir que no me he enterado de las palabras de Francisco hasta hoy. Del Obispo de Oporto :si. Las palabras de este último son tan burdas y vulgares que literalmente "" no merecen ni darles paso en nuestro pensamiento", el mismo se degrada y se pone en evidencia. Nuestra Señora está muy por encima de estas execrables declaraciones. A mí sólo me sale decirle que la quiero.
A este obispo ya lo han corregido su propios fieles. Tendría tb que serlo por sus superiores.

Francisco es diferente. Así lo veo yo. Efectivamente no Le corresponde a Vd., ni a nadie juzgar sus intenciones, por ser quien es y porque no somos nadie para juzgar las intenciones de nadie. Dios es el único que conoce el fondo de nuestros corazones.
Más el Papa es un hermano en la fe. Puede equivocarse, y si o hace TIENE DERECHO a ser corregido. Hablo de derecho, no de deber que tb lo es. Todos debemos agradecer que se nos corrija cuando cometemos un error grave,hasta los santos se equivocaban, eran hombres y Francisco también lo es.
Evidentemente existe otros más cercanos, o que por su cargos estarían obligados a ello. Más si callan, es de justicia callar los demás?.
Pienso que no.
Un saludo.

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Pedro L. Llera
La corrección está hecha... ¿No lo ha leído? Y he puesto una larga cita de Juan Pablo II para ello, con enlace y todo al texto completo del Papa Santo...
Y tras esa cita, escribo:
"María fue concebida santa desde el inicio de su existencia, desde el origen mismo de su vida. Y esto no es una opinión: es un dogma de la Iglesia Católica. Y ningún obispo tiene autoridad para cambiar la fe de la Iglesia: ni siquiera el Papa".
28/12/18 9:47 PM
  
Mikel
Gracias Pedro. Está claro que estamos viviendo una prueba muy dura, con una persona encargada del gobierno de la Iglesia que se presta al juego de las ambigüedades perfectamente medidas para que avance la disolución del catolicismo. Dos cardenales de la talla de Burke y Eijk han afirmado que estamos atravesando la última prueba de la Iglesia, citando expresamente el n. 675 del CIC. En una situación normal hace mucho que sería historia un pontificado que contribuye a este grado de división, confusión y diría que hasta de guerra civil en el pueblo fiel, pero es que no estamos en una situación normal, como sostengo al recordar las declaraciones de los dos cardenales.
Puede que a Francisco le queden un par de años de gobierno de la Iglesia, pero estoy convencido de que la prueba por la que atraviesa la Iglesia no se termina ahí sino que implica a su sucesor. Tratemos de confiarnos enteramente al Señor y Su paz, porque si no esto será insufrible. Un abrazo a todos.
28/12/18 10:29 PM
  
Horacio Castro
Luis Fernando. Para la Virgen María también hay un transcurso histórico. Su santidad no es por algo mágico. Como ser humano, aunque recibe el estado de gracia desde su concepción, tiene libre albedrío pero está libre de pecar porque Dios la preserva del pecado. En san José es evidente que medió un esfuerzo para ser santo. No digo que nadie se equivoque, mucho menos D. Pedro Luis Llera, pero de ahí a que me digas que no se entiende que yo no entienda las palabras del Papa como una herejía… Fundamento lo que digo y te dejo la última palabra, pero de ninguna manera acepto que se dude de la fe de este Papa.
28/12/18 10:43 PM
  
Luis Fernando
Efetctivamente NO ES MAGIA. ES GRACIA.
María NO PECÓ. María NACIÓ SANTA. Fue SIEMPRE SANTA. Fue KEJARITOMENE, el nombre con la que le saludó el arcángel. Esa es la fe de la Iglesia. Punto final.
28/12/18 10:45 PM
  
Pub
También Lucifer fue creado santo y sin mancha de pecado. Si la Virgen Santísima no hubiese podido, en su sacrosanta libertad, haber seguido los pasos de la más perfecta de las criaturas angélicas que Dios creó, hubiera sido un autómata programado y Dios no hubiera recibido la gloria que ella le tributó con su obediencia perfecta y fidelidad en medio de las tentaciones que tuvo que vencer, especialmente contra la fe en Dios y en su palabra. Mediten los 7 dolores, las 7 espadas que atravesaron su Corazón Inmaculado. El Papa ha estado correcto: María se hizo digna del regalo recibido con su heroico esfuerzo continuo por ser fiel al don recibido.
28/12/18 10:48 PM
  
Luis Fernando
Pub, necesita usted leer con urgencia la encíclica Libertas Praestantissimum de León XIII. No lo deje para mañana. Léala hoy. Le cito un párrafo:

Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.

El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud.


¿Ve usted?
28/12/18 10:54 PM
  
alma
Sr Llera, Ud tiene toda la razón del mundo, su función como las de todos los bautizados es ser sal, y como se decía ya desde antiguo, "doctores tiene la Iglesia".Pero así como digo esto ,también le digo, que yo no soy doctor, pero tengo sangre en las venas y a veces me exasperan los aires de superioridad moral e intelectual del modernismo que está intentando finiquitar la fe heredada de nuestros padres.Reconozco que mi situación y la de muchos que gritan no es su situacion y que Ud hace mucho más de lo que cualquiera de nosotros nos atreveríamos a hacer en su situación.Ud es "sal" y el bien que hace con sus escritos solo Dios podrá recompensarlo.Por ahora solo darle las gracias a Ud y a Infocatolica y otros blogs católicos que gritan la verdad en el desierto, pero de modo claro y fuerte, para quien quiera oír, oiga.
28/12/18 11:33 PM
  
Lo que nos duele a los lectores de Infocatolica
Don Pedro,
Lo que nos duele a los lectores de Infocatolica es el que un portal tan serio ocultara esta última salida de tono, contra un dogma tan fundamental, de Francisco/ Bergoglio.
Es un hecho gravísimo esas palabras. Estamos más que hartos. ¿Por qué lo ocultó Infocatolica? Descorazona. Y mucho.
Usted es uno más, y al menos sacó el tema al verse demandado en representación del portal. Estamos en la gran apostasía. Toca posicionarse. No se puede nadar y guardar la ropa. ¿Da vértigo? Sí. Pero mirar para otro lado o hacernos los locos cuando se juega con la Madre de Dios...eso sí es una gran insensatez para un hijo de Dios y de María.
Dios nos asista y nos conceda la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
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Pedro L. Llera
Solo un matiz, pero importante: yo no represento al portal. No formo parte de la dirección dé InfoCatólica, que tiene su director, su consejo y su editor.
29/12/18 12:18 AM
  
Luis Fernando
A los doloridos les recomiendo que lean, o se vuelvan a leer, la línea editorial marcada o recordada recientemente por nuestro editor, el P. Iraburu. Otra cosa es que no estén de acuerdo con la misma. Pero no hay otra:
http://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/1810210958-title


No hace falta que les diga que no es este el lugar para debatir sobre esa línea editorial.
29/12/18 12:44 AM
  
Ricardo de Argentina
La mejor manera de evitar polémicas es decir cosas en las que todos estemos de acuerdo. Intentémoslo.

La Santísima Virgen María nació santa, "llena de gracia" según San Gabriel Arcángel. O "concebida sin mácula", según dogma de la Santa Iglesia.

A esto el papa Francisco I lo sabe. Así como sabe que los católicos lo sabemos y que una gran parte, además, lo creemos devotamente.
Sin embargo, el papa Francisco I ha dicho que la Ssma. Virgen no nació santa, sino que se hizo santa.
Y lo publicó en la página web del Vaticano y allí lo mantiene, a pesar de la polvareda que esto está levantando. Porque es evidente que si la Ssma. Virgen María se hizo santa, es que no nació santa. No hay otra posibilidad.

Resumiendo: sabemos por dogma que la Ssma. Virgen María nació santa, pero Francisco I dice que no nació santa.
Entonces, aquí hay una contradicción a resolver, hay algo que no cierra, algo que está desordenado.

En todo lo dicho he tratado de evitar cualquier resquicio que diese lugar a polémica, que no sé si lo logré, pero al menos lo he intentado.

Llegados a este punto, bajo a la arena de la acción concreta y me pregunto si ante este desorden en el magisterio ordinario, cabría hacer algo más que lo que muchos hacemos, a saber rezar por las intenciones del papa, que muchas veces no quedan claras pero que estamos obligados a suponer que son buenas.
Algo más que meramente señalar esa contradicción, ese desorden, lo cual va de suyo porque se nos presenta diáfanamente ante la razón que Dios nos ha dado para discernir.

Estoy de acuerdo contigo, Pedro, en que hay cosas que no podemos ni debemos hacer, como por ejemplo juzgar intenciones o condenar ¡¡nosotros precisamente!! al papa.
Supuesto y aceptado ésto, ¿sólo queda agua y ajo ante el menoscabo que representa ese desorden contra la altísima dignidad de nuestra Madre del Cielo?
¿Podremos decir que somos buenos hijos suyos si a esto lo dejamos pasar?
29/12/18 3:46 AM
  
Cary Samayoa
Entonces Don Pedro: para que' el artículo? Al escribirlo Ud dice ese no es mi problema para eso estan los sacerdotes y cardenales .Entonces para qué lo aborda?
29/12/18 6:33 AM
  
Carmen
La situación como todos vemos se agrava día a día, desde Roma se está dinamitando los fundamentos de nuestra fe y muchos clérigos en sus iglesias siguen a Roma en sus desatinos. Pero también nosotros, los que deseamos ser fieles a Cristo sabemos cual es nuestra fe, sabemos nuestros dogmas.
Estamos librando una batalla, no sé si es la final, pero es terrible el embate.
Pienso que nuestra gran prueba es ser conscientes de que la Iglesia es de Cristo y el no permitirá que la destruyan.
A Él sus enemigos le vieron morir en la cruz masacrado y despreciado, pero el resucitó con toda su gloria. Hay que aguantar firmes en la fe. Cristo duerme en su barquila, pero no dejará que se pierdan ninguno de los suyos.
29/12/18 8:55 AM
  
Alex Holgado
Gracias por su sinceridad, D. José Luís.

No se trata de juzgar las intenciones, sino de deducir en qué cree. Y eso podemos constatarlo no con un texto aislado, sino junto a sus antecedentes, que hablan de una convicción cuanto menos heterodoxa: María es una mujer como cualquier otra, que pensaba en casarse y formar una familia, que se enfadó y llamó mentiroso a Dios en el Calvario, que es distinta a la de las apariciones, que no es la recadera de nuestras peticiones, etc.

Ya son demasiadas gotas de herejía en labios de quien debería confirmar y no escandalizar en la fe. Podemos juzgar y debemos hacerlo, para saber dónde está la verdad y dónde el engaño.

Y sobre no ser gilipollas, que en su caso es perfectamente comprensible, me parece que es precisamente con lo que se justifican en sus adentros los Cardenales mudos.
29/12/18 9:23 AM
  
Quico
Las palabras del Papa son desafortunadas por ser ambiguas, algo que desgraciadamente le ocurre con frecuencia. Si hubiera dicho que la santidad de María no alcanzó su totalidad desde el principio sino que creció en santidad (como el mismo Jesús según el propio Evangelio "crecía en estatura y en gracia" ) a través de pruebas y decisiones personales, todos le hubiéramos entendido perfectamente, pero a veces da la impresión de que este Papa es un teólogo muy deficiente (eso me gustaría creer) e introduce lugares comunes cómo "uno no nace Santo" en lugares donde no procede hacerlo. No está obligado a ser un buen teologo pero sí a dejarse asesorar si no lo es.
29/12/18 10:24 AM
  
Alex Holgado
*perdón por cambiarle el nombre, D. Pedro Luis, fue un lapsus.
29/12/18 12:03 PM
  
Ricardo de Argentina
Cary Samaoya, creo que tú mismo respondes a la pregunta que haces: este artículo pone de resalto la inaceptable actitud de la multitud de obispos y cardenales conque cuenta la Iglesia, a quienes no pareciera importarles que se le apliquen rebajas a las gracias que Dios derramó sobre la Virgen María. ¡Y de manera oficial!
El hecho de que ¡ni uno sólo! haya salido a la palestra, hace preguntarse muchas cosas, como por ejemplo si no tienen tiempo para dedicarse a defender el honor de nuestra Madre.

Otra razón para publicar este artículo es para que quede constancia de que a los laicos y a la dirección de Infocatólica sí nos preocupan y angustian estas cosas.
29/12/18 1:04 PM
  
Rexjhs
Pedro, esta vez no estoy de acuerdo contigo. Espero que publiques mi comentario porque lo haré con el máximo respeto que le tengo a tu persona e historial de defensa de la fe, en buena lid, y con la educación y caridad de los hijos de Dios. Me siento concernido por tu artículo porque uno de los que te animaba a escribir fui yo, y, de hecho, una de esas frases "insensatas" que pones es mía. Bendita insensatez, diría yo, pues me hierve la sangre cuando atacan a mi madre, y saldré a defenderla siempre.

Dices que hay que salvar la proposición del otro, como por cierto nos aconsejaba San Ignacio de Loyola. Yo mismo lo hago. Estoy bastante formado en la fe. He leído mucha teología desde hace años. Y opino, como Luis Fernando, que decir que la Virgen no nació santa no es una proposición salvable. Es clara contra el dogma. Porque si la Virgen no nació santa no era Inmaculada. Es ontológicamente imposible. Y si no era Inmaculada, tenía pecado original. Y si tenía pecado original, Cristo no se hubiera encarnado en Ella. Por consecuencia, ello nos lleva, por pura necesidad y lógica, a que Cristo no era Hijo de Dios. Fíjate si la herejía es grande.

Dices que si los obispos y sacerdotes no corrigen a Francisco tampoco lo harás tú. Ahí me decepcionas. Entonces, ¿si tu sacerdote cae en un grave error en una homilía tú te callas o vas a la Sacristía a hacerle ver su error, como no-s pide San Pablo y en aras del mantenimiento de la sana doctrina, por amor a tus hermanos, menos formados? ¿Te hubieras callado cuando la herejía arriana asolaba el mundo porque casi todos los obispos cayeron en ella? No. Eso no es católico. No hemos recibido un espíritu de esclavitud o de cobardía sino de Hijos de Dios para defender siempre la Verdad, caiga quien caiga. Y así lo han hecho muchos seglares durante la historia de la Iglesia, corrigiendo a sus pastores cuando perseveraban con pertinacia en el error. Porque no es la primera, ni la segunda ni la tercera afrenta de Francisco a la Inmaculada. Recuerda el canon 212.2 del CDC, que expresa que los fieles tienen el derecho, Y A VECES INCLUSO EL DEBER, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas. Es pues, para mí y creo que para ti también, conociendo los hechos y el magisterio de la Iglesia, corregir a Francisco.

Los católicos se quitan el sombrero, no la cabeza. Dices que no se pueden juzgar intenciones. Pero si un pastor dice que la Virgen era una chica normal que buscaba casarse, que pensaba que el ángel Gabriel le había engañado cuando vio a su hijo en la Cruz, si dijo que la Virgen no era una santita que impetraba misericordia al Padre, si dice que Cristo se hizo el tonto (scemo), si dice que Cristo tenía sangre pagana en sus venas (dejando caer que la sangre de Cristo provenía de la genealogía de San José), si publica en las Actae apostolocae sedis que la única interpretación posible de Amoris Laetitia es la de que los adúlteros pueden comulgar viviendo more uxorio, si le dijo a su amigo homosexual Yayo Grassi y a su pareja que siguieran así, si dijo que la Santísima Trinidad se pelea entre sí en la intimidad, y decenas de barbaridades más (que tengo anotadas).... ¿tenemos que hacernos los tontos o ver que detrás de todo ello no hay un simple error o falta de formación sino una deliberada táctica herética? Y, por tanto, ¿no debemos levantar la voz para defender a Cristo, la Virgen y el magisterio?

Porque si los obispos callan deben hablar las piedras (tú y yo). Y porque al que más se le dio, más se le pedirá.

Y, por cierto, esa sarta de adjetivos contra nosotros, creo que, por caridad, sobraba.

Con todo mi respeto. Un fuerte abrazo.
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Pedro L. Llera
1.- No sé si has leído el artículo, pero yo he señalado el error y lo he corregido con la santa doctrina de la Iglesia y creo que he dejado claro el tema. El dogma de la Inmaculada Concepción no se toca. Escribo: "María fue concebida santa desde el inicio de su existencia, desde el origen mismo de su vida. Y esto no es una opinión: es un dogma de la Iglesia Católica. Y ningún obispo tiene autoridad para cambiar la fe de la Iglesia: ni siquiera el Papa". Incluso he citado un largo texto de Juan Pablo II para poner luz sobre el tema y he puesto el enlace al texto completo.
2.- Yo no tengo "conocimiento, competencia ni prestigio" para juzgar al Santo Padre. Y mucho menos para condenarlo. Eso les corresponde a otros - obispos y cardenales - que, al menos públicamente, callan. Yo ya he hablado públicamente sobre este tema más que ellos, aunque yo sea la oveja y ellos sean los pastores.
3.- "Sarta de adjetivos contra nosotros": ¿cuáles?
"Si yo me pusiera a hacer juicios sobre el Papa sería un insensato, un presuntuoso y un soberbio". No estoy insultando a nadie con estos adjetivos. Me refiero a mí mismo, si en un caso hipotético me pusiera a condenar al Papa.
"Y no se trata de cobardía, sino de prudencia y de inteligencia. Estoy convencido de que los gilipollas no van al cielo (precisamente por gilipollas)". Aquí confronto la prudencia con la estupidez. Tampoco estoy insultando a nadie. Señalo un hecho: que hay muchos gilipollas por el mundo, que es algo fácilmente constatable empíricamente. Tampoco sé por qué tendrías tú (o cualquier otro lector) que darte por aludido...
"Dios no nos pide que seamos necios, fatuos o presuntuosos": me parece evidente que Dios no nos pide tal cosa. Tampoco entiendo que esta afirmación pueda ser ofensiva hacia nadie.
4.- El Santo Papa no está libre de pecado, como no lo estamos ni tú ni yo ni nadie. Por eso debemos rezar por él y por la salvación de su alma:

"Y mantengámonos firmes en la fe, en comunión con todos los santos. A nosotros nos toca rezar: no juzgar ni condenar. De eso ya se encargará Nuestro Señor Jesucristo". Este es mi criterio. Si el tuyo es otro distinto del mío, allá tú. Si tú quieres condenar y juzgar al Papa Francisco, es tu decisión. Pero la mía es otra. Cada uno elige su camino.

29/12/18 3:07 PM
  
Rafael de Higuera
"Sono la Madonna e San Giuseppe! Sì, ma non pensiamo che per loro sia stato facile: santi non si nasce, si diventa, e questo vale anche per loro."

Non si puó dire "si diventa", perché la Madonna É sine labe concepta
29/12/18 4:03 PM
  
Parece que no me expliqué bien
Pues sí, Luis Fernando, sí que releyendo el ideario de Infocatolica no entiendo, sigo sin entender que se escondiera esa última herejía/blasfemia de Francisco/Bergoglio. Basta con no ocultar algo tan grave. Que los lectores SEPAN QUE SENO CUECE EN LA IGLESIA. Cuando estudié Periodismo nos decían que ciertamente hay que seleccionar las noticias. Todo no se puede publicar. Elegir según criterios de actualidad e importancia. Hasta ahora Infocatolica fue un bastión que no escondía nada. Ahora esa confianza se ha debilitado. Ustedes sabrán. Pero los lectores tomamos nota.
29/12/18 5:52 PM
  
Jose Luis Martinicorena Garcia
Maestro: me acuso de plagio. Jose Luis
29/12/18 6:17 PM
  
Néstor
Si en algún momento se difunde en la Iglesia una doctrina herética, y más aún cuanto más alta sea la autoridad bajo la cual se la quiere amparar, es deber de todo católico que esté en condiciones de hacerlo oponerse a esa doctrina públicamente y denunciar su incompatibilidad con la fe de la Iglesia.

Sin duda que eso exige que la herejía esté dicha con la suficiente claridad como para no depender demasiado de nuestras interpretaciones, y ante todo, que sea una verdadera herejía y no simplemente algo que nos suena mal.

En cuanto al tema concreto, dice San Juan Pablo II en una catequesis del 15 de Mayo de 1996:

"Esta última expresión, recordando la creación del primer hombre, formado por una arcilla no manchada por el pecado, atribuye al nacimiento de María las mismas características: también el origen de la Virgen fue puro e inmaculado, es decir, sin ningún pecado. Además, la comparación con los querubines reafirma la excelencia de la santidad que caracterizó la vida de María ya desde el inicio de su existencia.

La afirmación de Theoteknos marca una etapa significativa de la reflexión teológica sobre el misterio de la Madre del Señor. Los Padres griegos y orientales habían admitido una purificación realizada por la gracia en María tanto antes de la Encarnación (san Gregorio Nacianceno, Oratio 38, 16) como en el momento mismo de la Encarnación (san Efrén, Javeriano de Gabala y Santiago de Sarug). Theoteknos de Livias parece exigir para María una pureza absoluta ya desde el inicio de su vida. En efecto, la mujer que estaba destinada a convertirse en Madre del Salvador no podía menos de tener un origen perfectamente santo, sin mancha alguna.
(...)

"De este modo, la reflexión eclesial ha recibido y explicitado el sentido auténtico del título llena de gracia, que el ángel atribuye a la Virgen santa. María está llena de gracia santificante, y lo está desde el primer momento de su existencia. Esta gracia, según la carta a los Efesios (Ef 1, 6), es otorgada en Cristo a todos los creyentes. La santidad original de María constituye el modelo insuperable del don y de la difusión de la gracia de Cristo en el mundo."

Saludos cordiales.
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Pedro L. Llera
Gracias, Néstor. Hemos coincidido en la cita de la Audiencia General de San Juan Pablo II del 15 de mayo del 1996. Está el enlace en mi artículo.
29/12/18 7:32 PM
  
Luis Fernando
Al que sigue sin entender, le digo. Dudo mucho que haya una sola persona en el mundo que para enterarse de lo que pasa en la Iglesia solo lea InfoCatólica. Existen otros portales que dan noticias, que acá no damos, en los que informarse más extensamente. No lo digo por este caso en concreto sino como cosa general.
La elección de noticias y la forma de darlas también forma parte de la línea editorial. Pero los blogs no son el lugar para debatir sobre esa línea. Si a alguien no le gusta, que escriba al director o al editor, aunque habiendo tanta variedad de medios de comunicación religiosos en la red, no sé qué necesidad hay de querer que seamos como otros y/o distintos a como somos. En todo caso, ni Pedro ni yo estamos para dar explicaciones ni debatir con lectores sobre lo que se publica o deja de publicar en InfoCatólica. Yo intervine para aclarar una primera duda pero no a debatir. Fin a cualquier otro comentario sobre este asunto.
29/12/18 8:21 PM
  
Horacio Castro
Pero sobre el tema principal que no es la línea editorial de IC. Sobre esta cuestión ya en el libro-entrevista dedicado al “Ave María”, efectivamente el Papa Francisco dice sin dejar lugar a dudas que: “Desde que nació hasta la Anunciación, hasta el momento del encuentro con el ángel de Dios, me la imagino como una chica normal, una chica de hoy, una chica no puedo decir de ciudad, porque ella es de un pueblito, pero normal, normal, educada normalmente, abierta a casarse, a crear una familia”. ¿Alguien quiere contradecirlo con fundamento? El mismo franciscano Juan Duns Escoto, que al principio del siglo XIV, preparó el camino para la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, dijo: “la grandeza de María, es que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido”. Por gracia de Dios “María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida”. El dogma de la Inmaculada Concepción señala que la Virgen María es concebida libre del pecado original como predestinada a ser la Madre de Dios. Al nacer libre del pecado original la Virgen María recibe la gracia santificante. En un recién nacido bautizado la gracia santificante (Catecismo 1266) “— le hace capaz de creer en Dios, de esperar en Él y de amarlo mediante las virtudes teologales; — le concede poder vivir y obrar bajo la moción del Espíritu Santo mediante los dones del Espíritu Santo; — le permite crecer en el bien mediante las virtudes morales. María está predestinada a ser la Madre de Dios (no nace siendo Su madre) y como es un ser humano con libre albedrío, con Su gracia Dios la preserva de pecar. En este sentido así como con su existencia se hace (se vuelve de hecho) Madre, también se hace (se vuelve con conocimiento) Santa. El mismo Jesucristo, en cuanto hombre: "progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (Lucas 2:52). Señala el Catecismo en 450 (conviene leerlo íntegro junto al 494), “( ) en efecto, para ‘poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación’ era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios”.
29/12/18 9:42 PM
  
Javier
Horacio, usted no responde a la verdadera cuestión:
¿Es ortodoxo o herético decir que María no nació santa?

No nos venga con lo que Francisco dijo hace no sé cuantos meses o años. Se trata de lo que dijo hace unos días. Explique usted cómo puede ser inmaculada y a la vez no santa. Venga, busque textos de padres de la Iglesia, santos, doctores, concilios y papas para justificar esas palabras de Francisco.

Su estrategia de defensa de lo indefendible no cuela. Esto es como si mañana Francisco dice que Jesucristo no es Dios, nosotros nos quejamos de ello, y nos viene usted con una homilía en Santa Marta de febrero del 2017 en la que el Papa dijo que Cristo es Dios.

Si aprecia usted al Papa, deje de defenderle de esa manera. Queda peor.
29/12/18 10:35 PM
  
Horacio Castro
Javier, no quiero entablar discusiones 'personales'. Hazme el favor de leer mis comentarios. Todos los hombres con las excepciones conocidas de Nuestro Señor Jesucristo, y de la Bienaventurada Virgen María que desde su concepción ‘recibe la gracia santificante’, nacemos con el alma manchada por el pecado original. Es la razón por la que recibimos el sacramento del Bautismo que nos libra del pecado original. María nació libre del pecado original y predestinada a ser la Virgen Madre de Dios preservada de pecar durante toda su vida. Predestinada y preservada no significa que no participó con el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación y sin ofender jamás a Dios.
29/12/18 11:55 PM
  
Javier
Horacio, que no me cuente su vida. Que el tema no es el asentimiento libre de María. Que eso no se discute. Que no puede ser que estemos hablado de aviones y usted se empeñe en explicarnos cómo funcionan los submarinos. Que el tema es que el Papa ha dicho que María no nació santa. Y eso es una barbaridad. ¿Ya le queda claro?
30/12/18 12:59 AM
  
Horacio Castro
El texto que sigue es el que corresponde exclusivamente a la proclamación del dogma con la definición de la Inmaculada Concepción en "INEFFABILIS DEUS", Epístola apostólica de Pío IX del 8 de diciembre de 1854: “ ( ) declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano. ( )”.
30/12/18 2:02 AM
  
Horacio Castro
Por la gracia santificante recibida en el mismo momento de su concepción, la santidad de María al nacer fue análoga aunque mayor, a la de un recién nacido bautizado pero que ha nacido ya con la mancha del pecado original. En su existencia temporal, la que sería la Virgen Madre de Dios, respondiendo, por la obediencia de la fe segura de que nada hay imposible para Dios, "he aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 37-38), tuvo que actuar para ser Santísima por la gracia de Dios.
30/12/18 4:28 AM
  
Néstor
La ùnica cuestión es si María fue o no fue santa desde su concepción. El texto de Juan Pablo II citado arriba dice que sí, y que esa es la fe de la Iglesia.

Es claro que si fue santa desde su concepción, no pudo volverse santa. Para ello tendría que haber sido originalmente no santa, y el texto habla de la "santidad original" de María.

"De este modo, la reflexión eclesial ha recibido y explicitado el sentido auténtico del título llena de gracia, que el ángel atribuye a la Virgen santa. María está llena de gracia santificante, y lo está desde el primer momento de su existencia. Esta gracia, según la carta a los Efesios (Ef 1, 6), es otorgada en Cristo a todos los creyentes. La santidad original de María constituye el modelo insuperable del don y de la difusión de la gracia de Cristo en el mundo."

Saludos cordiales.
30/12/18 6:16 AM
  
Requeté
Si alguien me dice hace 40 años que iba a oír de boca de un Papa que la Virgen María no nació santa, le hubiera tomado por loco. Pero con este pontífice es posible eso y más. No quiero ni imaginarme cuál será la próxima barbaridad que saldrá de su boca.
30/12/18 10:47 AM
  
Javier
No es por nada, pero el texto de Juan Pablo II ya lo cita don Pedro en el artículo.
30/12/18 2:05 PM
  
JCA
«¿Quién soy yo para corregir a nadie (y mucho menos al Papa)?»
—Pues es un fiel que parece que tiene la Fe más clara.

«¿Si todo el Colegio Cardenalicio calla y los obispos no dicen nada, voy a hacerlo yo?»
—Pues alguien tiene que hacerlo, digo yo: va en ello la salvación de muchas personas. Y cuanto más influyente se sea, más responsabilidad se tiene.

«¿Acaso sé yo más teología que los teólogos...»
—Pues parece que sí, viendo y oyendo lo que está viendo y oyendo. No hace falta un doctorado en Matemáticas para denunciar como fantoche al doctor en Matemáticas que afirme que 2+2=5.

«...o tengo más autoridad que un obispo?»
Que un obispo, no; que un obispo _hereje_, sí. Un hereje puede mantener su potestas, pero ha perdido completamente la auctoritas.

«¿Cómo voy a hacer yo un juicio de intenciones sobre por qué el Santo Padre dijo lo que dijo? El Señor es el único que puede leer los corazones, el único que nos juzgará a todos. Y siempre debemos estar más dispuestos a salvar la proposición del prójimo que a condenarla.»
—¿Y quién le está pidiendo que haga un juicio de intenciones? Lo único que juzga es un hecho objetivo: si una afirmación es herética o no. No puede juzgar a un Papa —no en el sentido jurídico del término—, pero sí puede resistirse y defenderse de él si va contra la Fe. Creo que fue Bellarmino el que puso el símil con un príncipe enemigo, injusto o criminal: no puede deponerlo ni ejecutarlo, pero en defensa propia o del prójimo es lícito desobedecerlo, resistirlo o hasta matarlo, como en la guerra. No se le juzga: se le combate. Ah, y hacer una valoración de intenciones (que no «juicio») puede ser necesaria para barruntar la estrategia del enemigo y poderla contrarrestarla.

«Pero yo no soy el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ni formo parte de ningún dicasterio ni de ninguna Academia Pontificia ni nada de nada.»
—Ni que la Iglesia se limitara a los dicasterios y congregaciones. Somos todos los bautizados en comunión con el Papa (éste y todos los precedentes), la universalidad de la Iglesia Católica es en el tiempo también. Por otro lado, poco se ha comentado sobre el actual prefecto y Francisco en cuanto al punto «reformado» del Catecismo sobre la pena capital, caballo de Troya por su «popularidad» y «corrección política»: es formalmente herético (profesión de Fe exigida a los Valdenses, Denz. 425 «De potestate saeculari asserimus, quod sine peccato mortali potest iudicium sanguinis exercere, dummodo ad inferendum vindictan non odio, sed iudicio, non incaute, sed consulte prodedat» «De la potestad secular afirmamos que sin pecado mortal puede ejercer juicio de sangre, con tal que para inferir la vindicta no proceda con odio, sino por juicio, no incautamente, sino con consejo», reiterada en Catecismo de Trento y S. Pío X), y su justificación, también es formalmente herética por caer de lleno en el evolucionismo teológico, condenado por Pío X en la encíclica Pascendi y por Pío XII en la Humani generis.
30/12/18 2:23 PM
  
Rafael de Higuera
La Ineffabilis Deus de Pio IX, de 8 de Diciembre de 1854, que define infaliblemente el dogma de la Inmaculada Concepción declara en su punto 18 que quien o quienes discrepen en su sentir y en su pensar de dicho dogma quedan fuera de la Iglesia por su propia sentencia, es decir, excomulgados latae sententiae. Y quien o quienes, además de discrepar del dogma, manifiesten su desacuerdo de palabra o por escrito quedan sujetos a las penas canónicas correspondientes
30/12/18 2:39 PM
  
Horacio Castro
Sería una simpleza esgrimir aquí como argumento que todos somos santos al recibir el Bautismo. De acuerdo con la proclamación del dogma con la definición de la Inmaculada Concepción en "Ineffabilis Deus", Epístola apostólica de Pío IX del 8 de diciembre de 1854, María predestinada para la Encarnación del Hijo, por su Inmaculada Concepción nace libre de las consecuencias del pecado original, pero no nace como la Santísima Virgen Madre de Dios. Esta santidad se cumple con su existencia y movida por la gracia de Dios. No nace santa sino que se hace (se vuelve con conocimiento) Santa.
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Pedro L. Llera
Está usted en un error. Y está mezclando churras con merinas. Un dogma es el de María, como Madre de Dios y otro el de la Inmaculada Concepción. Obviamente, María no es Madre de Dios hasta que no es Madre de Dios. Pero María es santa desde el momento en que ella fue concebida. María no solo nace santa, sino que es concebida santa. Negarlo es una herejía grave. Y no es mi opinión: es dogma de la Iglesia. Lea usted el texto de San Juan Pablo II.
30/12/18 3:04 PM
  
Luis Fernando
Señores, guste más o guste menos, rige el principio "Prima Sedes a nemine iudicatur".

Es decir, se puede afirmar que tal o cual frase es heterodoxa, pero no tenemos autoridad alguna para anatematizar a un Papa. De hecho, nadie la tiene.

“Así como es lícito resistir al Pontífice que agrede al cuerpo, así también es lícito resistir a aquel que agrede a las almas o destruye el orden civil o, sobre todo, trata de destruir la Iglesia. Digo que es lícito resistirle no haciendo lo que ordena e impidiendo la ejecución de su voluntad. No es lícito, sin embargo, juzgarlo, castigarlo o deponerlo”.
San Roberto Belarmino, De Romano Pontifice, libro II, cap. 29
30/12/18 3:13 PM
  
Horacio Castro
D. Pedro L. Llera. El dogma de fe proclamado sobre la Inmaculada Concepción es el de Pio IX exclusivamente. María esta libre de las consecuencias del pecado original por su Inmaculada Concepción. Con su existencia se hace Santa por gracia de Dios. Decir esto no constituye ninguna herejía. Espero merecer en el futuro otra opinión suya sobre mis comentarios. Feliz Navidad y que tenga también feliz nuevo año con sus seres queridos. Gracias.
30/12/18 3:27 PM
  
Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo
Pedro Luis, ¡feliz Navidad! El tema está clarísimo. Gracias por el post. Es una pena la terquedad de quienes, en una u otra dirección, no quieren atender algo tan sencillo como que una herejía es una herejía, y un Papa es un Papa. ¡Y feliz año nuevo!
30/12/18 3:41 PM
  
Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo
...Y un portal católico es un portal católico.
30/12/18 3:46 PM
  
Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo
Horacio, creo que reduces ser santo a ser canonizado. Eso o no sé. Ser santo es estar en gracia. Estar en gracia es no tener pecado. María es concebida sin pecado original (nace santa) y luego no comete pecado (se mantiene santa y crece en santidad). No hay contradicción entre la Inmaculada Concepción y el crecimiento en libertad de María. Donde sí la hay es, que por dar mérito a María y defender lo segundo, se niegue lo primero (decir que no nació santa).
30/12/18 3:51 PM
  
Rexjhs
Lo que dijo Francisco no entra en el ámbito objetivo de la prohibición de San Roberto Belarmino que trae a colación Luis Fernando. Aquí no se trata de juzgar o condenar a un Papa. La excomunión latae sententiae se produce automáticamente, y el que excomulga o excomulga no es quien denuncia o advierte del error de alguien sino que se excomulga a sí mismo el que profere tal herejía. Dios nos libre de excomulgar a nadie: son las palabras del Magisterio de la Iglesia las que excomulgan automáticamente a quien, por proferir reiteradas herejías, se aparta de la comunión con el Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia. Repito: en la excomunión automática o latae sententiae no excomulga quien advierte del error sino que se autoexcomulga el mismo que sostiene pertinazmente una herejía.
30/12/18 4:43 PM
  
José Luis
Cuanta belleza y santidad hay en estas palabras de San Juan Pablo II

1. En María, llena de gracia, la Iglesia ha reconocido a la “toda santa, libre de toda mancha de pecado, (…) enriquecida desde el primer instante de su concepción con una resplandeciente santidad del todo singular” (Lumen gentium, 56).

En San José, y todos deberíamos orar su protección, para que en el momento de nuestra muerte, sea también nuestra muerte, santa. Que muerte tan santa tuvo San José, al lado de Jesús y de María Santísima.

Sabemos, porque la fe, el amor, la doctrina de la Iglesia Católica, nos ha confirmado sobre la santidad de la Santísima Virgen María, incluso antes de nacer. No pudo tener tentaciones, por ser completamente la Llena de gracia. Más tarde, el demonio quiso tentar a Jesús, pero nada consiguió, siendo Dios en la Segunda Persona.

San José, leemos en San Mateo 1,19, que era un hombre justo, un fiel observante de la Santísima Voluntad de Dios, muy humilde también, por lo que el demonio, no puede tentar a los humildes de corazón, no era un pecador, pues llegamos a creer lo que nos dice San Mateo.

José Luis. (OFS)
30/12/18 5:26 PM
  
Luis Fernando
La herejía, para que sea canónicamente existente, requiere que el que la sostiene sea pertinaz. Es decir, que insista en el error y no rectifique.
No se da esa circunstancia en este caso.

En otras palabras, decir algo heterodoxo no convierte automáticamente a nadie en heterodoxo. Deben darse otras condiciones.
30/12/18 5:47 PM
  
Ricardo de Argentina
Bueno, creo que a tenor de los comentarios la cosa se va aclarando, por lo cual intentaré hacer una síntesis:

* Francisco es el papa reinante.
* Francisco ha dicho una herejía. De manera oblicua, cierto, pero aquí las maneras son lo de menos, pues en el fondo de lo que ha dicho subyace una herejía grande como un pino.
* Además, esa herejía supone un menoscabo contra la dignidad de Nuestra Madre del Cielo, lo cual agrava la cosa.
* Pero a Francisco, por ser papa, nadie de acá abajo lo puede juzgar y menos condenar.
* Lo podrían corregir - en teoría - los cardenales, príncipes de la Iglesia. Pero visto el desprecio que ha propinado a los cardenales de las dubia, a quienes ni siquiera ha contestado, eso en la práctica es imposible, pues pareciera que Francisco sólo atiende a los cardenales de su cuerda. Y en cuanto a los obispos, ellos están obligados a defender la fe de su rebaño y a tal efecto, deberían hacer las aclaraciones públicas del caso sin faltar a la caridad y a la obediencia, lo cual es perfectamente posible, y este artículo de Pedro es un ejemplo. Sin embargo los señores obispos no parecieran estar por la labor.
* Pero nosotros, simples fieles, sí podemos y debemos desobedecerle en esto, negándonos a aceptar lo que dijo por ser falso de falsedad absoluta.
* Y de paso, podemos y debemos pedir que se saque la tal herejía, oblicua y grave, del portal oficial del Vaticano.

Bien, ya me diréis si he entendido bien los aportes que aquí se han volcado, los cuales mucho agradezco pues me han servido para ver más claro. Así como agradeceré también las correcciones que sean pertinentes.
30/12/18 5:55 PM
  
Ricardo de Argentina
LF., la herejía existe desde que fue proferida, y para discernirlo basta la luz de la razón. Lo que sí requiere pertinacia, según el D.C., es la condición de hereje.
Para no ser considerado como tal, bien dices que se exige que en vez de insistir en el error, en cambio rectifique. Yo creo que Francisco no va a hacer ni una cosa ni la otra, a tenor de su estilo. Y además y si se dieran las condiciones, ¿quién le va a poner el cascabel al gato?. Creo que ésa es una vía muerta.

Lo que sí hay que proclamar es que la Ssma. Virgen fue santa AÚN ANTES DE NACER. Que Su Santidad el Papa Francisco Primero ha dicho lo contrario y que por lo tanto contradijo un dogma -eso se llama herejía -, el cual debe rectificar. Y que nosotros en ese punto no estamos obligados a obedecerle ni a seguirle.

Como tampoco estamos obligados a seguirlo en las herejías oblicuas que haya dicho o vaya a decir en el futuro. Sea Francisco o sea cualquier otro papa.


30/12/18 6:21 PM
  
Luis Fernando
Ricardo, evidentemente no vamos a seguir a nadie, sea Papa o monaguillo, en la idea de que la Virgen María no fue santa en algún momento de su existencia. Lo fue en su Concepción, nacimiento, vida y Asunción. Por pura gracia de Dios.
30/12/18 6:59 PM
  
María de las Nieves
Una vez que el dogma de la Inmaculada Concepcion fue proclamado el 8 de Diciembre de 1854 de forma infalible es Verdad de Fe y no admite opiniones diversas para la Fe revelada por Dios que Debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles.

María es Virgen ,Inmaculada Concepción ,es decir preservada de toda culpa de pecado desde el primer instante de su concepción.
María es Santa siempre desde su concepción y sigue siendo Santa al nacer y toda su vida,
No hay momento que no fuera Santa ,ni que se hiciera Santa en otro momento distinto a su concepción .
Dios la hizo Santa por su plan y designio sobre ella y como humana creció en gracia,verdad y mayor santidad.
30/12/18 8:51 PM

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