Seguir a Dios por fe: no por interés
¿Sigo a Jesús por fe o por interés? Esa es la pregunta que nos lanzaba hace poco el Papa Francisco en una de sus homilías. Y es una gran pregunta.
¿Por qué sigo a Jesús? ¿Me da réditos personales o profesionales? ¿Me digo católico porque queda bien en determinados ámbitos? ¿Es una cuestión de escalar puestos, trepar, obtener beneficios, aumentar mi prestigio? ¿O el seguimiento de Cristo me complica la vida y me pone en el camino de la cruz?
Seguir a Cristo siempre complica la vida. Hay un criterio de discernimiento infalible para contestar esa pregunta inquietante que nos formula el Santo Padre: la persecución y la cruz. Si tu vida cristiana transcurre plácidamente, si tu fe aburguesada te permite vivir satisfecho y todo el mundo te aplaude y te jalea, malo. El seguimiento de Cristo siempre va acompañado de persecuciones, de calumnias, de humillaciones, de descalificaciones personales, de problemas laborales, de soledades, de incomprensiones…
Alguien podría aducir, no obstante, que también los modernistas son “perseguidos” por los ortodoxos inmisericordes, por los fariseos legalistas que se apegan a la norma. Así que no estaría claro quién sigue el camino verdadero y quién no. Y aquí tenemos otro criterio de discernimiento infalible: ¿Quién sigue la senda estrecha y quién el camino ancho? ¿A quién aplaude el mundo? ¿Quién predica una fe al gusto de la mayoría, que todo lo justifica, y quién una fe “antipática” para la sociedad secularizada?
Unos justifican las relaciones sexuales fuera del matrimonio, las uniones homosexuales, la investigación con células embrionarias; incluso pueden llegar a justificar el aborto. Por supuesto, también comprenden el divorcio (eso ya está más que asentado). Aprueban que todos puedan comulgar, aunque vivan en pecado mortal, y aplauden toda innovación litúrgica y todo cambio dogmático, en nombre de una supuesta evolución de la historia que debe cambiar lo que no puede ser cambiado.
Otros se mantienen fieles a la doctrina, a la verdad revelada, al magisterio auténtico y milenario, al Credo de la Iglesia, a los dogmas, a los Mandamientos y a los sacramentos; todo tal y como lo expone el Catecismo.
¿Quiénes resultan más simpáticos? ¿Cuál es el camino más fácil? ¿Qué es más cómodo para vivir “tranquilo y en paz”? Los falsos profetas son aplaudidos por el mundo. Los verdaderos profetas acaban apaleados y solos.
“No he venido a traer paz, sino la espada”, dice el Señor.
El mundo no quiere ni oír hablar de castidad ni de fidelidad ni de amor; sino de disfrutar, de bienestar y de lujuria promiscua. Al mundo no le gusta la Verdad (que niegan), sino las opiniones distintas, los diálogos estériles y las dialécticas mentirosas que pretenden que, de existir la verdad (que no existe para ellos), sería una síntesis de opiniones enfrentadas y opuestas. Como si fuera posible que una opinión y la contraria fueran posibles y verdaderas al mismo tiempo. Como si pudiera haber acuerdo o término medio entre la verdad y el error.
Yo solo quiero seguir al Señor, con el auxilio de su gracia. Quiero cumplir su Voluntad y que me llene con su gracia y cambie mi corazón. Quiero llevar a mis profesores a Cristo para que su corazón sea transformado por el Señor y puedan amar a los alumnos con amor semejante al que Él les tiene a sus niños; para que puedan ser verdaderamente maestros y verdaderamente santos. Quiero que mi Señor me cambie el corazón para que pueda amar más. Que me dé un corazón puro. Que pueda llevar a las familias que vienen al Colegio por obra de la Divina Providencia al conocimiento y al amor de Cristo, para que esas familias puedan asemejarse a la familia de Nazaret. ¿Cómo puedo amaros más? ¡Cuánto me gustaría amaros más! ¡Cómo me gustaría ser santo para amaros más! ¡Cuánto me gustaría ser más de Cristo y tener un corazón como el suyo para amaros más! ¡Cuánto me gustaría morir de amor por todos vosotros! ¡Cómo me gustaría contribuir (aunque sea un poquito) a la salvación de vuestras almas! ¡Ojalá el Señor obrara el mí el milagro de no ser nada ni querer otra cosa que a Él! No ser nada, no ser reconocido por nadie; tener la humildad para dejar de ser yo, para dejarme ser no más que un pobre del Señor capaz de consolar al que sufre, de corregir al que yerra,de enseñar al que no sabe, de dar buen consejo al que no necesite, de sufrir con paciencia los defectos del prójimo y de rezar siempre y sin descanso por los vivos y los difuntos. Pero que te vean solo a Ti, Señor, y no a mí.
No quiero querer otra cosa que lo que Tú, mi Señor, quieras para mí. Y ello no por mérito mío: incluso el querer querer ya es obra de Tu gracia. Que esa gracia me permita seguirte, Señor, solo por amor a Ti y no por intereses espurios, ni por vanidades mundanas ni por soberbia impura. Que toda la gloria sea para Ti, Señor.
40 comentarios
2 Ti 3,10-12
Es cosa buena, santa, necesaria e imprescindible tener por gracia el alma dispuesta para afrontar cualquier cosa que nos sobrevenga por ser testigos de Cristo en una sociedad que ha vuelto la cara a la Tradición cristiana. Tanto más cuando dentro de la propia Iglesia parecen imponerse aquellos dispuestos a volver a traicionar al Señor a cambio de las treinta monedas de plata del aplauso del mundo.
Que el Señor nos conceda, por intercesión de su Madre y Madre nuestra, permanecer fieles a Él.
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Pedro L. Llera
Al Inmaculado Corazón de María, a su intercesión, nos encomendamos.
Leyendo una biografía de Chesterton, que murió en 1936, los críticos de los periódicos británicos se rendían ante su brillantez pero algunos ya se lamentaban de que fuera "tan católico". Si alguien como él, al que no podían obviar dado las cotas de ventas que alcanzó en su época, el ser católico no le suponía más que dolores de cabeza, ¿cómo vamos a seguir a Jesús por interés en 2018? Está mejor situado cualquiera que un católico practicante, los católicos que consiguen superar los escollos son católicos tibios cuya conducta es todo menos católica, es decir los modernistas que se apuntan a un bombardeo y dicen de vez en cuando que son fans de la Blanca Paloma (vertiente folklórica) o los que son partidarios del aborto o del matrimonio gay (vertiente progre).
Mi interés en seguir a Jesús consiste en ver y comprobar; y estar convencido que solo Él tiene, y me da, esas palabras de vida eterna a la que YO, conociendo, ASPIRO.
Incluso cuando se trata de recompensas "inmateriales" como el reconocimiento de los otros, la satisfacción personal, la promesa de vida eterna...o hasta cuando el resultado se pueda considerar un castigo para la mayoría, puede darse que para algunos sea algo deseado y buscado.
Así que, siempre hay interés, mayor o menor, con fe o sin ella, pero lo hay en cualquier caso.
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Pedro L. Llera
Hay que tener interés por ser santo por la gracia de Dios. Claro que hay que tener interés.
2257 El verdadero y auténtico católico es el que ama la verdad de Dios y de la Iglesia, Cuerpo de Cristo; aquel que no antepone nada a la religión divina y a la fe católica: ni la autoridad de un hombre, ni el amor, ni el genio, ni la elocuencia, ni la filosofía; sino que, desprendiendo todas estas cosas y permaneciendo sólidamente firme en la fe, está dispuesto a admitir y a creer solamente lo que la Iglesia siempre y universalmente ha creído (San Vicente de Lerins, Conmonitorio, 20). (Francisco Fernández Carvajal, Antología de Texto. Ed. Palabra)
Estoy convencido que el cristiano es aquel a quien permanece en su corazón en la Tradición Apostólica, es la fe, quien le motiva. Pues si no hay fe, pues busca otros tipos seguimientos, diferentes a la unidad que Cristo quiere. Sin fe, se acepta todas las diferencias, pero Jesús no está en medio de ellos.
No hace falta tener la seguridad de que te vas a salvar, es suficiente con que tengas la esperanza, fe, en que te salvarás; ese es tú interés.
interés.
Del lat. interesse 'importar'.
1. m. Provecho, utilidad, ganancia.
2. m. Valor de algo.
3. m. Lucro producido por el capital.
4. m. Inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración, etc.
5. m. pl. bienes.
6. m. pl. Conveniencia o beneficio en el orden moral o material.
eso es lo que dice la RAE, pero si quieres lo cambiamos por un significado que a ti te resulte más conveniente, faltaría más!!!
En el Barroco el lenguaje se volvió ampuloso y grandilocuente, como la arquitectura, porque lo formal era muy importante y existía aquello del "horror vacui", los modernistas, como Rubén Darío, tomaron el relevo de los culteranos, de ahí aquello de:
"Ínclitas razas ubérrimas,
sangre de Hispania fecunda"
porque los modernistas, por ejemplo Gaudí, tendían al relleno y a la rotundidad tanto verbal como espacialmente, que era su forma de producir belleza.
Nada es casual. Tampoco lo es la tendencia actual de degradación de las palabras influidas por el igualitarismo, de manera que nada salga ni por arriba ni por abajo, en una palabra: degradar la grandeza (término odiado por la modernidad). De esta manera decir que los cristianos tienen como interés principal la salvación de su alma es lo mismo que decir que un niño tiene como interés principal los helados o un mafioso la venta de drogas. El achatamiento es buscado para que todo resulte plano y el espíritu muera. No somos tontos y ya hay estudios lingüísticos y sociológicos que tratan de este asunto. Hubo un lenguaje del IIIReich estudiado por Viktor Kemplerer y, si yo tuviera 30 años, me pondría manos a la obra en el estudio de estas curiosas formas degradadas que utilizáis.
No soy científica, soy profesora de lengua castellana, así que a otro perro con ese hueso. Interés y fin no son sinónimos y no podrás demostrarlo.
La RAE ha definido el término perfectamente, otra cosa es que tú seas capaz de entenderlo.
Si, como tú misma decías, esto acaba siendo un diálogo de besugos, no sera por mi culpa, si no por esa tendecencia irrefrenable que tenéis de poneros estupendos y estar por encima de todo y de todos.
Juan Andrés, tiene toda la razón, no tengo ni idea de lo que es moverme en lo sobrenatural..., ni usted tampoco.
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
En esta preciosa poesía anónima del cristianismo más puro la finalidad es clara: el Amor a Cristo que mueve al poeta, pero ¿cuál es el interés?
Porque esto, y no otra cosa, es puro cristianismo.
Interés tiene un uso mucho más pedestre que fin, hay ONGs que se anuncian como "Organizaciones con fines no interesados", lo que para ti es una contradicción en los términos porque el fin debe llevar incorporado un interés, sin embargo todo el mundo, menos tú, entiende lo que quieren decir: Fines que no llevan afán de lucro. El uso de la palabra interés conlleva siempre el de ganancia, pero no de ganancias sobrenaturales, tal cosa es una interpretación de la era de la postverdad hecha con el fin-aquí no se puede poner interés-de que la vida de un católico cuanto más santa sea más interesada será, lo mismo que la de un ladrón será más interesada cuánto más y mejor robe.
Desde luego con ese lenguaje tan peculiar es evidente que el cristiano más interesado es el santo, pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido llamar interesado a San Pío de Pietrelcina, ahí es dónde está precisamente el cambio semántico que no es banal sino muy estudiado.
San Pío de Pietralcina fue un interesado porque esperaba ganancia, lo mismo que San Maximilian Kolbe, y para obtenerla hicieron lo que hicieron. Esa visión del interés refleja mezquindad lo diga quién lo diga y no seré yo quién adopte esa adulteración de los términos para acabar con la grandeza de las vidas de los santos y convertirlos en tenderos interesados en ampliar su negocio. El alejarse de Dios produce estas consecuencias.
Para ti prepotente es cualquiera que quiera precisar, así que me lo tomaré como un elogio porque para hablar a tontas y a locas ya hay muchos.
Siempre que elegimos algo lo hacemos pensando, o inconscientemente, en lo que más nos interesa, lo que nos ofrece una mejor (y aquí mejor no tiene porque ser algo directamente bueno, menos aún a ojos de los demás) recompensa. Ni toda la poesía del mundo cambia lo que es una realidad perfectamente conocida y demostrada por la psicología. Que no es lo mismo sacrificase o ayudar a otros que dedicarse a delinquir, es algo evidente que no he negado. Lo que digo es que, por mucho que una actitud sea plausible y la otra condenable, ambas se producen movidas por el interés. El anónimo de tu poseía puede decir lo que quiera y aplicarse todas las licencias que le dé la gana, pero la realidad es que el Dios al que quiere SÍ le promete el Cielo, SÍ le amenaza con el infierno y el autor SÍ espera (tiene fe ) recompensa por su amor a Dios, esa es la verdad que el mismo explicita. El resto es juntar letras, brindis al Sol y especular sobre lo que serìa si fuera distinto de lo que es, pero sin que deje de serlo para el autor, como queda reflejado en sus palabras. Me recuerda al millonario que proclama que sería mucho más feliz siendo pobre, pero lo hace sin dejar de ser millonario ni un segundo.
Si para ti, o para vosotros, esa realidad devalúa el sacrifio, la entrega y el amor a Dios, es un problema tuyo, vuestro, no es lo que yo planteo, me limito a dejar constancia de que siempre nos mueve el interés a todos, ateos, creyentes, santos o pecadores. Que el resultado de nuestros actos derive en algo bueno o no, es otro tema y requeriría valorar qué entendemos por bueno y cuando un acto lo es, y ahí me temo que volveríamos a estar en desacuerdo ya que para vosotros implica obedecer y agradar a Dios, fundamentalmente, lo que, para mi, deja vacía de contenido cualquier valoración que se haga sobre un acto.
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Pedro L. Llera
Nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles.
El Señor premiará su paciencia, seguro.
Pero desista, no hay nada que hacer, por menos sé de personas que acabaron ingresadas.
Si quieres responder hazlo, por favor, argumentando sobre lo que te pregunto, no empieces a irte, como sueles hacer, por las ramas con citas y referencias que nada tienen que ver con las preguntas.
Jacinto, tu inexistente reflexión no merece mayor comentario.
"el nirvana constituye para el budismo la meta final de la vida humana que se consigue con la práctica de la virtud, la caridad, la humildad y la resignación"
Incluso en el Budismo se puede llegar a suprimir el dolor y los deseos pero no hay manera de suprimir el "interés" por alcanzar el Nirvana. Naturalmente el que ha escrito este fragmento copiado de Internet podría haber redactado el último párrafo diciendo: "el nirvana constituye para el Budismo el interés principal de la vida humana que se consigue con la práctica de la virtud, la caridad, la humildad y la resignación", pero en lugar de "interés" pone meta-que si es sinónimo de fin-porque a nadie con dos dedos de frente se le ocurre poner interés en este o similares casos, digas tú lo que digas. Como creo que ya está aclarado el asunto no me alargo más, aunque me contestes. porque demasiada paciencia ha tenido conmigo el Sr. Llera. De todas maneras nos hemos ceñido al tema, creo yo.
No es cosa de si el resultado puede definirse como bueno o como malo, ni pretendo equipararlos, pero las cosas son como son y no como tú deseas que sean . Lo que sí es igual es lo que mueve a tomar la decisión de hacer lo uno o lo otro, que en ambos casos es el interés, el obtener un beneficio, material, moral o del tipo que sea. Si no te tomaras esto como una ofensa, como quitarle mérito a quien hace "lo que Dios dice", te darías cuenta de que no se trata de quitar valor al santo, se trata de no darle más del que tiene ni restárselo a los demás, creyentes, ateos, agnósticos o lo que sean, el motor es el mismo para todos. A todos les mueve la gratificación de hacer lo que hacen aunque no haya más que eso, si encima hay premio divino...tú dirás.
Por cierto, no has dicho ni mu sobre las preguntas que te he hecho..., ¿torticero yo? ja,ja,ja
Jacinto dice:
"Palas Atenea:
El Señor premiará su paciencia, seguro.
Pero desista, no hay nada que hacer, por menos sé de personas que acabaron ingresadas".
y tú le contestas:
"Jacinto, tu inexistente reflexión no merece mayor comentario"
Contestación que le da la razón a él porque te pongas como te pongas lo que ha dicho es una reflexión y no "una inexistente reflexión" solo porque tú creas ser el "Dueño de las Reflexiones". Ya sé que un ateo pivota sobre si mismo pero entonces debería dedicarse al monólogo lo que le lleva a un peligro muy real de acabar en un psiquiatra como todas las personas que hablan solas incluso cuando creen que hablan con otras.
He intentado explorar hasta el final la delirante propuesta que propones de que todo es interés, lo que indica capacidad de ponerse en el lugar del otro, en cambio tú no has hecho más que repetirte y repetirte desde el principio por incapacidad de ponerte en la piel de un cristiano.
Y tú ni siquiera te has dado cuenta de nada porque sólo te escuchas a ti mismo. De ahí lo de las trampas en el solitario.
Entre mi prepotencia-cosa que puedo admitir como defecto-y tu soberbia me quedo con el defecto porque lo otro es un pecado capital de primera división que, además, lleva directamente al Infierno en este mundo y en el otro: el infierno de la soledad y el eterno.
San Pablo lo explica así:
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2,14
Por mucho que apelen a la razón, que por cierto varía en cada uno de ellos, están intelectualmente incapacitados para abordar las cuestiones que plantea Pedro Luis en este post, que tienen todo que ver con una razón iluminada por la fe, de la que ellos carecen.
Por eso es normal que se acabe en un diálogo de besugos.
Ahora bien, hasta la recepción del don es obra y fruto del don como causa primera, y por eso San Pablo dice que no depende del que quiere, sino de quien Dios tiene misericordia.
Palas, la única que hace trampas eres tú. Niegas o afirmas cualquier cosa con tal de seguir "teniendo" la razón. Ya me ha quedado claro que no tienes ningún interés en la salvación, que amar a Jesucristo te hace sentir muy mal y que ir al Cielo o al Infierno te es indiferente.
Yo entiendo muy bien cuál es el problema que tienes, tenéis, y no es con mis definiciones de bueno y malo, o no sólo es eso. Lo que de verdad os exaspera es que se plantee que lo que mueve a un santo a serlo es lo mismo que mueve a un ateo a hacer lo mismo que el santo (milagros excluidos por supuesto) y que en ambos casos el motor sea de naturaleza bioquímica, psicológica...y no tenga nada que ver con la gracia ni con intervención divina alguna. Eso es lo que realmente os molesta, que se os quite el monopolio de la bondad y se convierta en algo humano, tanto como la maldad, sin la necesidad de intervenciones sobrenaturales. El problema, para vosotros, es que de eso hay pruebas y evidencias científicas más que validadas, en cambio de las intervenciones divinas y del propio Dios, ni rastro, sólo creencias y tradiciones.
Y aquí lo dejo, diálogos de besugos o de pescadillas, da igual, ya se ha dicho lo que se quería decir por parte de todos.
Gracias Sr. Llera por su tiempo y el espacio que me ha cedido en su blog.
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Pedro L. Llera
Le matizo que Luis Fernando no "censura" mi blog. Soy yo quien modera los comentarios en este espacio.
¿En qué quedamos L.F.?, los ateos no entendemos las cosas del Espíritu porque se han de discernir espiritualmente (San Pablo) o los ateos no estamos intelectualmente capacitados (Luis Fernando Pérez Bustamante). La primera afirmación me importa menos que nada, la segunda me parece insultante, si yo digo lo mismo de los creyentes me censuras el comentario.
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LF:
Ambas cosas van de la mano. En todo lo que tenga que ver con el ámbito espiritual, los ateos están intelectualmente incapacitados. De hecho, es mero sentido común. No creéis que exista ese ámbito.. ¿cómo vais a tener capacidad de hablar sobre el mismo?
¿Eso es un insulto?
No. Es constatar la realidad. Si yo le digo a un ciego que niega los colores que está incapacitado para hablar de los colores, no le estoy insultando. Le estoy señalando algo obvio.
En cuanto a la conclusión de que amar a Jesucristo me hace sentir muy mal y me da igual el Cielo que el Infierno porque sea capaz de llevar tu argumentación al paroxismo también es totalmente errónea, cualquier sofista puede hacer eso y tú no necesitas un filósofo necesitas un sofista que trastee tus argumentos para que te tragues que un nihilista tiene interés en la nada, lo cual lo desbarata todo. A veces los hijos de la Luz son más astutos que los de las tinieblas. Estoy segura de que los que han leído mis argumentos no han sido engañados ni por un momento.
Para mi todo es Gracia, efectivamente no tengo méritos porque mi salvación viene del Señor.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Y Dios sabe que es verdad cuanto confieso.
El interés de Dios depositado en nosotros consiste en que, habida cuenta de que como hijos que somos suyos; y por tanto de su propiedad; bien que libres y responsables de nuestro singular propio interés; pues, el interés de Dios para con nosotros consiste en que no nos alejemos de su presencia, tanta, como hasta perdernos en interés de Dios para con notros y de nostros para con Dios en interés.
Y aquí los hijos de Dios, para quienes en interés de ambos, -de Dios para con sus hijos; y de estos para con su Dios- que éste no se pierda y siga vigente nos envió a su Hijo Jesús.
El problema para los ateos es que carecen de interés, de ellos para con Dios; Y de Dios para con ellos. Porque ambos desconocen el mutuo y propio interés.
Y aquí el dilema del interés propio y de cada cual que consiste en saber, sin equivocarse, dónde y cómo cada cual arriesga su propio interés.
Y aquí quien, desinteresado, si a tiempo no está interesado en el tiempo de su tiempo, pierde el tiempo y su propio tiempo.
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