Anécdotas de verano (V): Sistach es el protagonista
Para cerrar esta sección de anécdotas de verano, incluyo este último capítulo que no es de verano y tampoco lo he vivido personalmente, me lo ha explicado un sacerdote de total confianza, pero he creído que valía la pena citarlo en esta sección ya que el protagonista no es otro que n.s.b.a. cardenal LLuís Martínez Sistach.
Me explica mi buen amigo que concelebró con nuestro arzobispo en una parroquia "progre" de nuestra diócesis, en una Eucaristía llena de atropellos litúrgicos que el cardenal permitió sin ningún problema siempre con su inseparable sonrisa. No voy a dar muchos detalles ya que no quiero poner al descubierto a mi sacerdote informador, pero a nadie sorprendre la capacidad de adaptación y la vista gorda de Su Eminencia cuando va a iglesias con párrocos progresistas.

Conocida la proverbial gandulería del nacional-progresismo catalán y ante la más que manifiesta falta de ideas y exigua capacidad intelectual de todos ellos, que con los años se han quedado en cuadro, Gérminans queriéndoles facilitar la tarea, pone a su alcance la plantilla para el manifiesto contra el nombramiento del nuevo Arzobispo y de esta manera ir ganando tiempo ahorrándoles muchas reuniones y asambleas previas .
A) LA IMPOSICIÓN DE LAS MANOS
Es la primera parte del título de un opúsculo de 24 páginas, editado por el Arzobispado de Barcelona. En el dorso, al pie, en el lugar que suele reservarse a los patrocinadores de eventos y ediciones, hay dos logos: el del “Centre de Pastoral Litúrgica” y el de la “Generalitat de Catalunya, Departament de la Vicepresidencia”. El subtítulo, con el que no he acabado de quedarme, dice: “la confianza en la vida de Dios”. Puesto que tengo interés en ver cómo gestiona la diócesis la oportunidad pastoral que pone en sus manos la asistencia a los servicios funerarios de gran número de cristianos olvidados de la Iglesia, me adentro en las páginas del folleto.
Emocionado por la sorpresa de la semana pasada en Catalunya Cristiana, vuelvo a comprar un nuevo ejemplar esperando agradables sorpresas. Pero lamentablemente a Mn. Jaume Aymar parece que ya le abrán estirado las orejas por diversos lados y ha vuelto a su despacho para evitar nuevas meteduras de pata de sus redactores.




