Caso Pousa: ¿Donde están las decisiones pertinentes?
Soy uno de tantos católicos de a pie, que hace mucho tiempo que estoy escandalizado con el "caso Pousa", es inconcebible que un sacerdote que dice que ha pagado abortos siga ejerciendo su ministerio como si nada, y nuestro arzobispo mirando para otro lado para no tener complicaciones, algo que hace muy habitualmente en tantas situaciones anómalas y escandalosas que suceden en nuestra diócesis. Pero esta forma de actuar, acaba volviéndose contra el cardenal Sistach como un boomerang, no se puede ocultar la cabeza como un avestruz, porque los problemas no se van sólos y vuelven a aparecer al cabo de un tiempo.
Esto es lo que ha sucedido con el escándalo Pousa, el cardenal creía que había cerrado el tema, con una charla con el polémico sacerdote, que lógicamente no trascendió, pero que probablemente quedó en una palmadita en la espalda y un decir: "no me vuelvas a crear más problemas". Pero Pousa es mucho Pousa, y lleva demasiado tiempo descarriado, y sobre todo se rodea de unas amistades muy particulares, muy poco eclesiales y sobre todo muy poco católicas, como por ejemplo el desaparecido Pepe Rubianes, o el sacerdote secularizado, reconvertido en cómico anticlerical Carles Flaviá, uno de los encargados de la presentación oficial del libro, mañana viernes en la librería Bertrand.



En este martes de Carnaval y a pocas horas de empezar la seria y estricta Cuaresma, planteamos una pregunta a nuestros lectores para que aprovechen estos momentos aún de euforia y alegría antes de que recibamos la ceniza en nuestras cabezas.
Dicen las malas lenguas del clero barcelonés que el cardenal Martínez Sistach logró su objetivo de no tener auxiliar. Efectivamente: el obispo Taltavull no auxilia al residencial, puesto que éste no le delega nada. El nombramiento del prelado menorquín trae causa de uno de los episodios más tristes de la archidiócesis barcelonesa: el fallecimiento del obispo Carrera, tres años después de haber presentado su renuncia al cargo, que no fue aceptada por el empeño de Sistach en nombrar a Turull o quedarse sin auxiliar. Tras la muerte del bisbe Joan , las prisas por obtener un sustituto propiciaron la designación de Taltavull. El auxiliar que no quería Sistach. Desde entonces se ha convertido en un obispo absolutamente ninguneado, convertido en un burocrático vicario general. La marginación ha sido tan evidente que ni tan siquiera se le guardó una estancia en el palacio episcopal, debiendo residir en el geriátrico sacerdotal de San José Oriol. No solo eso, sino que tampoco se le encomiendan confirmaciones directamente y solo administra aquellas para las que es llamado personalmente por algún sacerdote. A los que siempre contesta que acudirá, si el cardenal no le dispone otra misión.
San Juan de Baños de Cerrato (Palencia)