Vandalismo en una iglesia de Mataró
Este es el titular que hemos podido leer en algunos medios de comunicación. Una agresión más a las que desgraciadamente nos vamos acostumbrando. Y no me refiero a los lamentables hechos que suceden en países de mayoría musulmana, donde la persecución, destrucción y muerte de todo lo que es cristiano está a la orden del día, sino a lo que está sucediendo en nuestro país, sobre todo desde que nuestro presidente Zapatero se ha empeñado en trasladarnos a los años treinta tal como nos recordó nuestro Santo Padre en el avión que le conducía a nuestra tierra. Amparados por el anticlericalismo gobernante no es de extrañar que los vándalos se envalentonen y que impidan celebrar la Santa Misa en la Universidad de Barcelona, o que se desnuden en la capilla de la Complutense de Madrid, o que aparezcan pintadas en muchas iglesias y centros religiosos con lemas como "Arderéis como en el 36" o "Quitad vuestros rosarios de nuestros ovarios".

Tras solo cuatro años de existencia, el número de seminaristas de la diócesis de Terrassa ya se ha destacado inexorablemente del de Barcelona. Mientras el seminario de Turull mengua, el egarense no para de crecer. El año pasado Barcelona contaba con 33 seminaristas, este año con siete menos. Por el contrario, Terrassa cuenta con dos más. Los números suelen ser fríos, pero inapelables. Téngase en cuenta, además, que el seminario egarense solo cuenta con cuatro años de antigüedad, mientras que el barcelonés tiene más de 500 años de existencia y que la población de la archidiócesis duplica de largo la de Terrassa. 

Hemos recibido de la Asociación Jóvenes de San José la carta que adjuntamos, solicitándonos su publicación. Gérminans Germinabit ve con simpatía y esperanza que la juventud emprenda iniciativas y asuma responsabilidades, por lo que siempre nos encontrarán dispuestos a escucharles y ayudarles. 




