Las intrigas del Co-príncipe
Sabido es por todos que el Co-príncipe constitucional de Andorra se aburre como una ostra en la Seu d’Urgell. Mi admirado y querido Antoninus Pius nos relató, en dos magníficos artículos (Splendor Veritatis del 2 y 4 de abril de 2008), lo a menudo que suele bajar Vives a Barcelona a “remenar la cua” y su inagotable capacidad de medrar. Parecía que al co-príncipe lo habían dejado fuera de juego con su relevo en la presidencia de la Comisión de Seminarios de la CEE, pero el que es intrigante siempre, lo es de por vida. La máxima ambición del Obispo Vives es ser el sustituto de Sistach en la sede barcelonesa. Para ello necesita tener peones en el episcopado catalán. Con la pronta jubilación de Soler y Traserra ya no tendrá a ninguno de los suyos. La jugada -para la que no está escatimando esfuerzos- es colocar a dos hombres suyos para los futuros nombramientos de Lérida y Gerona. Y ahí ha desplegado su inmensa capacidad de enredo.
Ya hace días que Vives estaba haciendo correr el nombre de su amigo Enrique Benavent, auxiliar de Valencia. Era su ideal para Gerona. Algo ha pasado que no ha cuajado la promoción, pero Vives es inaccesible al desaliento. Se ha sacado de la manga la carta Taltavull.