Las bases puestas en Manresa: Cataluña germina
Las Iglesias de Solsona y Vic ya hacían y programaban muchas cosas de manera conjunta. Ahora tocaba compartir más: el anhelo de hacer juntos el camino compartiendo el testimonio evangelizador y las nuevas experiencias que avivan el rescoldo cristiano y la aventura de la Nueva Evangelización transformados por el Espíritu Santo. Así dio el pistoletazo de salida Mons. Casanova, con referencia directa al pensamiento de Santo Toribio de Mogrovejo, primer obispo de Lima: “que nuestras Iglesias no sean esquivas a la aventura misionera”.
Acto seguido Novell recordó a Juan Pablo II y los tres ejes de la Nueva Evangelización por él auspiciada: nuevo ardor, nuevo lenguaje y nuevas formas. Nuevo ardor con fuerte componente orante y litúrgico y el aprendizaje de nuevos lenguajes y formas mediante el testimonio, no de un teórico de la Nueva Evangelización, sino de Mons. Rey un pastor misionero con 10 de años de experiencia como tal en la diócesis del Var.
Y todo ello aquí, en el corazón de Cataluña, ante la situación de perplejidad y desorientación, ante la secularización que ha vaciado nuestras iglesias y comunidades, ante la parálisis y la desmoralización provocadas (cito textualmente a Novell): “porque, digámoslo claramente, estos últimos 50 años no han traído el fruto esperado”. ¿Qué esperamos? Que nuestras parroquias y comunidades empiecen a apostar por la Nueva Evangelización con un ardiente deseo de buscar nuevas herramientas compartiendo experiencias, convicciones y relecturas…