El nuevo recetario
Vamos a tomarnos las cosas con algo de humor, porque si tuviéramos que tomárnoslas en serio, sería para llorar de rabia, de vergüenza y de impotencia al comprobar cómo nuestra amada Cataluña está a la cola del mundo católico por lo que se refiere a la sintonía con el papa Benedicto XVI. Concretamente nos vamos a referir a la Liturgia, tema en el que la situación es verdaderamente dramática. Y no hablamos sólo de la celebración según los ritos anteriores a la reforma postconciliar, cosa perfectamente legítima a estar a la letra y al espíritu del motu proprio Summorum Pontificum ; principalmente hay que tratar de la penosa manera en la que esa misma reforma se ha llevado a cabo y se aplica en las diócesis catalanas, principalmente en Barcelona.

Como ayer nos recordaba mi buen amigo Oriolt, la sucesión de Don Jaume Traserra en Solsona ha abierto la carrera de candidatos para ocupar esa pequeña sede episcopal catalana. Por una parte está el candidato del obispo cesante que es el Rvdo. Xavier Novell, un joven sacerdote que representa una nueva generación y una ruptura total y definitiva con la Solsona del obispo más independentista y progresista de los últimos años, Don Antoni Deig. Por otra parte está el candidato de n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, que lógicamente no es otro que el Rvdo. Josep Maria Turull, él único candidato que tiene, el único que cree que puede ser obispo, el único válido para él, como se ha demostrado en los cientos de cargos y responsabilidades que le ha encomendado en Barcelona obviando al resto del clero barcelonés. Para nuestro arzobispo todavía habría una carambola mejor, quitarse de encima a Don Sebastià Taltavull, enviándolo a Solsona y quedándose con su querido discípulo amado Turull como su auxiliar fiel.
El cardenal Martínez Sistach se ha pasado el fin de semana en Cervera, diócesis de Solsona. El motivo ha sido su asistencia a los actos del Santíssim Misteri. El 6 de febrero de cada año se conmemora el milagro que sucedió el año 1540, cuando el párroco de la localidad pretendió partir en dos la auténtica cruz de Cristo. Cuentan que, en aquel momento, se escuchó un enorme trueno en la villa, cayendo una gota de sangre del madero, que se partió en tres trozos. Por la noche anterior es tradición que se canten “les Completes” en la iglesia de Santa María. Este año nuestro cardenal les ha honrado con su presencia; no solo con la asistencia a la misa del día 6, sino con su concurrencia a la vigilia. Dos días completos a pan y cuchillo en Cervera. Indudablemente el obispo diocesano, Monseñor Traserra, no le ha dejado solo ni un momento.






