Un pequeño homenaje al Rvdo. José Coma Vives
Hace unos días un buen amigo sacerdote me comunicaba el fallecimiento del Rvdo. José Coma Vives, lo hacía con verdadera tristeza, no en vano este buen sacerdote al igual que otros hermanos en el presbiterio, debe en parte su vocación a la incansable labor de este excelente ministro de la Iglesia. Y es que el Rvdo. Coma se preocupó mucho de buscar vocaciones sacerdotales, eso sí, cuando los aires en Barcelona no eran los adecuados para una buena formación de los futuros ministros, enviaba a sus pupilos a aquel fantástico seminario de Toledo que forjó nuestro tan añorado Don Marcelo González Martín.
El Rvdo. José Coma fue despedido en la residencia sacerdotal de San José Oriol (que por cierto también hizo construir Don Marcelo), no estuvo n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach ni tampoco su pupilo el Rvdo Josep Maria Turull, que además es el delegado del obispo para la residencia, pero claro con tantos cargos y responsabilidades se le tiene que disculpar su ausencia.
Ya dije en un reciente artículo que los entierros de los sacerdotes en Barcelona tienen diferentes categorías: los hay de primera, como el del Rvdo. Joan Alemany, que se celebran en una bonita parroquia, con todo bombo y platillo, con la presencia del cardenal y altos cargos de la curia, así como también con representantes políticos del progresismo nacionalista catalán. Los hay de segunda categoría como el del Rvdo. Joan Casas, que se celebran en la Residencia de San José Oriol, pero el arzobispo se digna a presidirlos allí, como muestra de agradecimiento de la diócesis por los servicios prestados. Los hay de tercera categoría como el de nuestro Rvdo. José Coma, en la residencia y sin la presencia del cardenal ni de su séquito.
El Rvdo. Coma era un hombre original y poco convencional, pero no puede negársele un celo apostólico encomiable. Su deseo de salvar a las almas le llevaba a unos extremos casi cómicos, pero se desvivía para que no le faltaran los sacramentos a nadie, especialmente la confesión y la extremaunción. Visitaba montones de enfermos y atendía material y espiritualmente a muchas familias necesitadas.
¿Qué más puede pedírsele a un sacerdote?, y además ha proporcionado muchas vocaciones a la Iglesia. Pero parece que esos méritos no son suficientes para que su arzobispo presida sus exequias. Claro, no se destacó por ser nacionalista catalán, ni por tener ideas progresistas, ni por propiciar desvaríos litúrgicos, y por si faltaba poco, encima enviaba a sus discípulos a Toledo.
Si Dios Todopoderoso nos juzgará por haber cumplido las bienaventuranzas y por haber sido buenos pastores de las almas encomendadas a nuestra custodia, no tengo ninguna duda que estará en lo más alto de la gloria del cielo. Requiescat in pace.
Antoninus Pius
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