Un nuevo caso de sistaquing o cómo tratar a los sacerdotes como peones

Según la nueva edición del Diccionari de construcció patriòtica d’una Església de Catalunya, se define con el término sistaquing la práctica ejercida por los prelados trepa-llepas en las relaciones personales con sus sacerdotes diocesanos que carecen de defensas extraeclesiales, especialmente en el ámbito de su palacio episcopal o en las casas parroquiales, consistente en un trato verbal vejatorio y descalificador, acompañado de profusión de gritos, con la finalidad de amedrentarlos, humillarlos y servilizarlos.

Se imputa como origen psicológico de esta estrategia la propia trayectoria de acceso a los cargos de los propios maltratadores, basada en el reflejo condicionado, también llamado pavloviano, del binomio obediencia ciega a la autoridad / cargos como recompensa. El maltrador proyecta su experiencia vital en las relaciones con sus subordinados esperando de ellos –el dominado- la misma concatenación pavloviana que lo catapultó a él mismo al cargo -dominador-.

Tal como han definido William S. Gilbert y Arthur Sullivan, los procesos de sistaquing suelen generar réplicas, también llamadas ecos turullianos, en forma de discípulos megafónicos que han aceptado con acatamiento servil la humillación del maltratador con el peligro de convertirse en potenciales nuevos maltratadores. Endémica entre los altos funcionarios de la extinta R.D.A. (República Democrática Alemana), se constatan aún casos en la costa meditarrànea central catalana.

Terapia: A diferencia del mobbing y el bullying, de tratamiento más traumático, el sistaquing acostumbra a solventarse con una pastilla de Humildadón-Pro100. Posología: una cada hora durante 1000 días, tomada con la cabeza gacha.

Carta de un grupo de feligreses de Santa María de Badalona a Germinans

Nuestros círculos concéntricos en el Barcelonés Norte, sección Badalona-Centre, nos hace llegar la siguiente carta:

Aprecidados sacerdotes y seglares que gestionan la web Germinans:

Santa María de Badalona es, pese a lo que se pueda pensar dada su extensión, una parroquia muy sencilla y con un espíritu casi pueblerino. Esto, lejos de hacerla vulgar o decadente la hace encantadora, puesto que con su espíritu humilde y sencillo de pueblo, ha sido capaz de conservar pequeñas muestras de culto y devoción que en otros lugares de la diócesis han sido cruelmente exterminados por los abusos litúrgicos del post-concilio.

Gobierna esta parroquia desde hace ya bastantes años Mn. Andreu Pascual, un buen hombre. Ha sobrepasado los 75 años, y su salud es ya bastante delicada, pero dado que el Cardenal no lo jubila, él sigue al pié del cañón, pese a sus achaques. Ha pedido en más de una ocasión poder jubilarse. En una de ellas el cardenal le colgó literalmente el teléfono cuando le planteó la necesidad del relevo.

Como todos los sacerdotes tiene sus más y sus menos; no es lo que diríamos un amante acérrimo de la buena liturgia, y a veces sus decisiones no son del gusto de todos. Pero Mn. Andreu tiene una virtud muy importante y es que deja hacer a sus colaboradores responsables. Gobierna pero no abusa, quiere controlar pero no impide que se hagan cosas, virtud muy rara en la mayoría de parroquias del obispado, en las que los rectores progresistas son pequeños dictadores con ansias de tener unas beatas fieles y dóciles.

Pues bien, Mn. Andreu Pascual estuvo internado la semana pasada en el Hospital de Badalona, debido a un descontrol general de arritmias y taquicardias, descontrol del que se ha recuperado, pero que le ha dejado en un estado muy delicado. Esta muy débil. Su feligresía, entre la cual nos incluímos los que escribimos estas líneas, enseguida preguntamos el cómo, el porqué, etc. y la sorpresa nuestra fue que estaba todo relacionado con que el Cardenal le había mandado llamar a su despacho a finales de la semana pasada.

Las sacristías son lugares en los que últimamente el silencio no abunda, y sus paredes son las que más oídos por metro cuadrado poseen, así que las explicaciones del párroco han corrido de boca en boca pese a su voluntad de quitar hierro al asunto.

Nos enteramos que a instancias de Mn. Matabosch se había interpuesto una auditoría contra el pobre Mn. Andreu, y que el Cardenal estuvo más o menos un mes atosigándole. ¿La cuestión de fondo? El maldito dinero. Mn. Andreu últimamente había conseguido algunas ayudas y dádivas piadosas. Él es un hombre que sabe como moverse para conseguirlas. Y con ellas ha conseguido pintar toda la iglesia de Santa María, arreglar la instalación eléctrica, el proyecto de restaurar el baptisterio, y un sin fin de arreglos y arreglillos que la feligresía ha agradecido con locura. ¿La pega? Pues a veces no haber dado el correspondiente parte a Barcelona pues por su edad tiene descuidada la contabilidad parroquial. Y es que el Cardenal al parecer es un hombre comprensivo para con las desviaciones teológicas, los curas abortistas, los cargos que no dan un palo al agua, la labor nula de Turull… pero ¡hay de los desdichados que intenten escamotearle un céntimo! Más les vale que no hubieran nacido.

Así pues, como se dice vulgarmente, el Cardenal le pegó una bronca a Mn. Andreu que lo crujió. Todos los que saben las múltiples versiones que radio macuto ha dispersado coinciden en un punto. La conversación empezó de una manera muy cordial, con un cardenal risueño y afable que fue incensando los múltiples años de servicio de Mn. Andreu. Pero poco a poco, y como si del Dr. Jekyl y Mr. Hide se tratase, la agradable conversación se volvió en una bronca cada vez más subida de tono, que no tuvo compasión para con un venerable anciano. Al final las versiones de la feligresía atenta a la salud de su párroco coinciden en otro punto, y es que Mn. Andreu se defendió como pudo y alegó que si él era tan mal sacerdote como el cardenal decía, no iba tan desentonado con el resto de su diócesis. Ahí queda eso. Consecuencia: Mn. Andreu casi al borde de un ataque al corazón que por suerte no fue a más.

Desde estas letras queremos dar nuestro apoyo a Mn. Andreu, y plantearnos la siguiente pregunta: Si primero fue el obispo Carrera (de grato recuerdo) y ahora casi es Mn. Andreu Pascual, ¿Cuánto tiempo faltará antes de que caiga otro sacerdote en Barcelona fruto de las presiones del cardenal?

De un grupo de feligreses de Santa María de Badalona

PS: Sr. Cardenal, no atosigue mas a nuestro párroco pues no está al corriente de esta carta.

Quinto Sertorius Crescens

Germinans germinabit