Quinielas malintencionadas sobre futuros obispos catalanes

La semana pasada salieron a la luz varias quinielas de candidatos para cubrir principalmente las sedes episcopales de Lérida y Gerona. Después de leer estos nombres y de informarme oportunamente me doy cuenta de que se trata de una campaña bien orquestada para promover unos candidatos que reúnen las siguientes características:

1.- Son personas aparentemente “moderadas”, no responden al perfil más progresista, y por tanto pueden ser bien vistas por Roma y por los organismos que han rechazado las diversas ternas que ha presentado n.b.a. cardenal Martínez Sistach

2.-Son “continuistas” es decir no romperían con el actual modelo de entender la Iglesia en Cataluña. No se complicarían la vida haciendo los importantes cambios que necesitan algunas de nuestras diócesis en la línea que por ejemplo están haciendo Saiz Meneses o Román Casanovas.

En estas quinielas aparecen básicamente tres nombres, dos sacerdotes y un obispo:

- Joan Pujol Balcells, hermano del actual arzobispo de Tarragona y vicario general del obispo Joan Enric Vives de Urgel. A diferencia de su hermano no es del Opus Dei y es bastante más nacionalista. Hombre de confianza de Martí i Alanís y de Vives, y aunque el primero fue mejor que el segundo, no son el modelo de obispo que necesitan nuestras diócesis

- Sebastià Taltavull Anglada, sacerdote de la diócesis de Menorca, muy conocido en tierras catalanas, por sus responsabilidades en diferentes secretariados de pastoral conjunta de “Catalunya i les Illes” (Cataluña y las Baleares). Actualmente con un cargo en la comisión de pastoral de la Conferencia Episcopal Española, fue un teólogo progresista en sus años más jóvenes, aunque ahora aparece como más moderado. Llisterri y compañía tirarían fuegos artificiales si saliera elegido obispo.

- Joan Piris Frígola, obispo valenciano actual titular de Menorca. Vicario del cardenal Carles en Valencia, pero que últimamente se gana todos los elogios de los sectores más progresistas, por ejemplo después de su entrevista a la revista Vida Nueva. Parece que responde al perfil de obispo valenciano de fácil adaptación a todo lo que le echen. Tampoco sería lo que necesitan nuestras diócesis, además ya no es ningún obispo joven e incluso su salud no es la más óptima. No sería deseable que por ejemplo Lérida volviera a tener en poco tiempo otra vez un obispo con pocos años por delante y con ganas de no complicarse la vida.

Que no les engañen. Estos tres candidatos no son candidatos de Roma, son una bonita terna que diferentes obispos catalanes están promocionando con la ayuda de algunos periodistas “amigos”. ¿Quién está detrás de todo ello? Pues tres obispos que sólo escuchando sus nombres ya se ve que no puede venir nada bueno: Carles Soler Perdigó, Joan Enric Vives y Joan Carrera. El cardenal Sistach no entra en la batalla directa, puesto que ya está escamado de tantas negativas de Roma a sus nombres, pero no dudaría en apuntarse el tanto si saliera alguno de ellos (especialmente Taltavull a quien da cancha en montones de actos diocesanos de Barcelona), presumiría que se debe a su influencia.

- Soler Perdigó se va y no quiere que le pase como a Guix Ferreres, que le colaron a Román Casanovas sin que el supiera quién era y cuando tenía totalmente asumido que “su” candidato sería su sucesor.

- Vives no para de moverse para colocar sus piezas, aunque de momento como a Sistach todo le está saliendo rana. Fracasó su intento de colocar a Salvador Cristau, también a su amigo valenciano Benavent, ahora lo intenta directamente con Joan Pujol e indirectamente con los otros dos.

- Y nuestro pobre Carrera, que ve cómo pasan los días, los meses y los años sin que le acepten la renuncia, estaría encantado en que aunque no fuera en Barcelona, en otras diócesis catalanes continuaran habiendo obispos de su estilo: como estos tres.

No voy a decir nombres, porque probablemente los quemaríamos, pero hay otros candidatos mucho mejor posicionados y que ciertamente a nosotros nos darían una alegría. Tengo motivos más que fundados para pensar en ello.

- El último nombramiento episcopal en España ha sido el titular de Osma-Soria, y aunque es palentino nada tiene que ver con el estilo que quiso imponer Nicolás Castellanos, todo lo contrario, se inscribe en la línea de todos los últimos obispos nombrados en España en los últimos tres años: FANTÁSTICOS. ¿Es que vamos a ser una excepción?, ¿es que Cataluña la tierra más secularizada y con peor situación eclesial, no va tener unos buenos obispos, y más después del éxito que está alcanzando la gestión de Saiz Meneses o Casanovas? No me lo puedo creer.

- Por muy obispos que sean los promotores de estos candidatos, tienen muy poca influencia donde realmente se cuecen los nombramientos episcopales. Después de la creación como cardenal de Martínez Sistach (aunque no estuviera inicialmente en la lista) y de la visita del Cardenal Carles al Papa esa misma semana, afirmé algo en lo que me mantengo: los futuros nombramientos de obispos para Cataluña estarán más en la línea del cardenal emérito valenciano, que no en el del actual cardenal barcelonés. En este sentido sólo Piris Frígola tendría alguna posibilidad dada la proximidad y amistad con Don Ricardo.

- Y no olvidemos la influencia del cardenal Rouco, que éste sí que está en el sitio clave para el nombramiento de obispos, y aunque tenga una sobrina ligera de cascos, eso no le va quitar peso para que no salga ningún obispo para España (y mientras Cataluña no tenga nunciatura sigue siendo España) que no reúna unas determinadas condiciones.

Así que tranquilidad, lo que tenga que ser será, pero ciertamente mis apuestas van por otro lado, y espero ganarlas de la misma manera que cuando aposté que el cardenal Sistach no sancionaría, ni reprobaría, ni movería un dedo contra el sacerdote abortista Manel Pousa y acerté de lleno.

Antoninus Pius

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