Oriol Domingo salva a Germinans
artículo de Oriol Domingo en La Vanguardia del domingo 22 de febrero provocó un letal efecto boomerang. El absurdo razonamiento del periodista dominical (recuerden la falacia del argumento lefebvrista o la burda manipulación de la figura de Lombardi, entre otras lindezas), unido a su inequívoca pretensión censora, provocaron una catarata de adhesiones en favor de Germinans y de la libertad de expresión. A partir de entonces, los que habían urdido la letal trama retrocedieron en su intento. No habían previsto un revuelo semejante. Sin quererlo, Oriol Domingo nos insuflaba nueva vida.
Como suele suceder en estos casos, el periodista Domingo tuvo que pechar con su penitencia. En esta semana ha tenido que escuchar de todo de aquellos a quienes pretendía defender. Le han llamado imprudente, indiscreto, inoportuno, irreflexivo, atolondrado, incauto, lenguaraz, etc. Hasta ha tenido que leer que vuelva a la facultad de periodismo, pues su artículo ha tenido el efecto contrario que buscaba.
Después del ridículo, Oriol Domingo ha emprendido una desnortada huida hacia adelante. Examinemos su blog. En su primer post, quizás movido por un intento de arreglar el desaguisado, se permite afirmar que:
“También utilizan la mentira. Porque no es verdad que la FJM pida al episcopado que se pronuncie sobre esta web anónima. Fue un ponente, que no es de la FJM, quien planteó la necesidad de que el episcopado se pronunciara”.
Compárese este párrafo con este del domingo precedente:
“Al mismo tiempo, en Barcelona, se pide al episcopado catalán que se pronuncie sobre una web “española y católica” que, ocultándose en el anonimato de internet, intenta dividir a los obispos y fieles de la Iglesia en Catalunya. Así se ha planteado en la última sesión mensual de reflexión de la actualidad cultural y religiosa que organiza la Fundació Joan Maragall (FJM).”
¿Cómo se puede desmentir uno a sí mismo, con solo dos días de diferencia? ¿O es verdad –La Vanguardia- que se pidió al episcopado catalán que se pronuncie sobre esta web o no es verdad –su propio blog- que la FJM pidiera al episcopado que se pronuncie?
El matiz, según explica Oriol Domingo, es que no lo solicitó la FJM, sino un ponente.
Ah, el ponente. El ponente del que no se hablaba el domingo. ¿Y quién era el ponente? Ni más, ni menos que el propio Oriol Domingo. El se lo calla. Dice textualmente “fue un ponente”, como sí hablase de Maradona, pero en la blogosfera quedan las huellas.
Vean que nos dice Jordi López Camps:
“La Fundació Maragall no va decidir, com diuen els de Germinans Germinabit, demanar a l’espiscopat català que es pronuncii sobre la seva web. Això ho va dir l’Oriol Domingo, ponent de la seva sessió mensual d’anàlisi de l’actutalitat informativa. Fou ell el que pronuncià aquestes paraules”
(“La Fundación Maragall no decidió, como dicen los de Germinans Germinabit, pedir al episcopado catalán que se pronuncie sobre su web. Eso lo dijo Oriol Domingo, ponente de su sesión mensual de análisis de la actualidad informativa. Fue él quien pronunció estas palabras”)
En resumen: El domingo era la FJM quien por unanimidad había solicitado al episcopado catalán que se pronunciase sobre Germinans; el martes solo era un ponente y el miércoles el ponente era el propio Oriol Domingo. El mismo que había sacado la noticia a cuatro columnas. Sus vergüenzas quedaban al descubierto.
Pero como la predisposición a hacer el ridículo parece insaciable en Domingo, luego continuó la semana como pollo sin cabeza. Tres posts más. El día 26 el 27 y el 28 de febrero. A cual peor. Si se analizan sus textos parece claro que Oriol Domingo es ya un juguete roto, que va dando tumbos.
No lo podían hacer peor. Pretendieron cargarse a Germinans y el único que ha salido escaldado ha sido el periodista de La Vanguardia. Eso sí, merced a Germinans, su blog y otro blog amigo han visto incrementados sus magros comentarios cotidianos.
Llegados a este punto, es de justicia señalar que nada de ello habría sido posible sin el aluvión de apoyos incondicionales que hemos recibido. Mi enorme gratitud a todos ellos. Empezando por ese par de cracks de la blogosfera que son PacoPepe y Luis Fernando y otro sinfín de páginas web. Siguiendo con la precisa filípica que les dedicó César Vidal en La Linterna y -como no- por esos miles de seguidores, que nos han hecho llegar un grito que ya se ha convertido en lema: “Yo también soy Germinans. Jo també soc Germinans”. Espero no defraudarles, si bien debo confesarles que la rudeza y el despropósito de quienes nos critican, me desazona especialmente. Ni un solo argumento. Solo peticiones de silencio y argumentos “ad hominem”. Muy triste. Pero, al menos, nos queda el consuelo de que, gracias a esa fenomenal reacción, una maniobra perfectamente orquestada se ha abortado. Hasta la próxima, que ya la están tejiendo.