Gran fiesta en el Seminario de Guadalajara con nuestro Cardenal


Acabada la estancia de nuestro n.s.b.a. Cardenal Arzobispo en Lourdes junto con la peregrinación que con motivo del 150º aniversario de las apariciones ha realizado el Santo Padre Benedicto XVI, nuestro ínclito Pastor, en cuyo corazón reina una amorosa solicitud pastoral por el bien de todas las Iglesias (menos por la suya, evidentemente, que va de mal en peor) se ha trasladado a la ciudad de Guadalajara en el estado mejicano de Jalisco para impartir una conferencia de alto bagaje intelectual como corresponde a tal alto prelado de la Santa Madre Iglesia.

Como bien le han recomendado sus más íntimos y cercanos colaboradores, y tratando de evitar las terribles consecuencias que el jet-lag pudiera causar en su salud, permanecerá allí durante una semana de descanso reparador.

Para tratar de evitar los excesos que tanto en el comer como en el beber suelen hacer los mejicanos en sus hábitos alimenticios, especialmente en las posadas y fondas del amplio y vasto territorio nacional, Su Eminencia ha tenido a bien hospedarse en el Seminario del Señor San José de la Arquidiócesis de Guadalajara rodeado del afecto y las atenciones sea de su Rector el obispo auxiliar Mons. Romano como de los 25 sacerdotes formadores y de los 482 seminaristas mayores: 243 filósofos y 139 teólogos.

Sólo un pequeño percance debemos subrayar hasta el momento, sucedido al aparecer durante el transcurso del primer frugal desayuno a base de pan tostado migado en café y huevos duros, como es habitual en las casas de formación religiosa entre los mexicanos. Nuestro n.s.b.a. Cardenal que aún no había podido hasta el momento conocer a los seminaristas quedó profundamente emocionado, sufriendo un atragantamiento momentáneo con un huevo duro, al ver que estos endosaban la tradicional sotana ceñida con el fajín azul propios también de nuestro Seminario Conciliar de Barcelona según inveterada costumbre (aunque abandonada en los últimos 40 años). Esa imagen despertó una profunda añoranza y nostalgia en la sensible espiritualidad de nuestro prelado.

Allí además está participando de unas hermosas y bellísimas misas cantadas, no con el guitarreo charro que él podía suponer, sino con un maravilloso órgano de tubos que acompaña a la virtuosísima Schola Cantorum del Seminario. También ha tenido la oportunidad de participar en un maravilloso “Jueves Sacerdotal” con una Exposición Mayor del Santísimo Sacramento de aquellas de “échate pa´tras, compadre” por lo emotiva y vivida por todos los alumnos y profesores. No es de extrañar que el Seminario Menor esté aún más a rebosar que el Seminario Mayor.

Y siguen rezando por las vocaciones.

Esperemos que a su regreso, previsto este para la Vigilia de Nuestra Señora de la Merced, y tras los agasajos habituales a las autoridades políticas en coincidencia con las “Ferias y Fiestas de la Merced”, nuestro n.s.b.a. Cardenal procederá a instaurar en nuestro Seminario Conciliar de Barcelona una disciplina y una formación si no en todo igual, sí muy parecida, asegurándose de esta manera un incremento, aunque este sea leve o moderado de las vocaciones sacerdotales en nuestra Archidiócesis, aunque para la gente que nos queda en las parroquias ,¿pa´que, guate?

Para finalizar esta crónica sólo referir lo complacido que quedó S. Eminencia Reverendísima con la muy grata velada que en su honor se organizó en el Salón de Actos del Seminario y que fue amenizada por la popularísima interprete de boleros y corridos mejicanos “Paquita la del Barrio”. Tengo a bien reproducir aquí el conocido bolero “Tres veces te engañé” que la cantante le dedicó emocionada (y sudada) a nuestro querido Cardenal.

Prudentius de Barcino

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