Cien mil razones

munjaRecientemente hemos llegado a las cien mil visitas en Germinans germinabit, a las que cabría añadir unas cuantas decenas de miles más de nuestro blog en Religión en Libertad, que nos ha dado si cabe una proyección mayor en el resto de España. A algunos les parecerán pocas visitas pero si se nos compara con las que reciben las webs y los blogs del sector progresista y nacionalista de nuestra Iglesia en Cataluña, es obvio que estamos muy por encima de todos ellos. Además, es muy poco probable que a los Llisterri y cía les lean desde el Vaticano. A nosotros sí. Recibimos al menos una visita todos los días desde hace ya mes y medio, a las que hay que añadir las recibidas en los meses anteriores. Ya hemos superado el centenar de entradas desde la Santa Sede. No sabemos quién nos lee desde allí pero nos leen.

Además, visto el cada vez menor peso social y mediático que tiene el cristianismo y la Iglesia en nuestra tierra, estas cien mil visitas suponen una especie de pica en Flandes. Germinans es un referente imprescindible para todo aquel que quiera saber qué se cuece en la Barcelona de Sistach. Él nos querría callados, mudos, sometidos al espíritu de lo eclesial políticamente correcto, felices ante la paz del cementerio en que se está convirtiendo nuestra diócesis. Jamás pensó n.s.b.a arzobispo que su pontificado iba a estar tan marcado por los cuatro gatos mal contados que formamos parte de este proyecto. Él sabe bien que desde estas páginas hemos contribuido no poco a que su protegido Turull no sea a día de hoy obispo auxiliar de Barcelona. Y si alguien quiere buscar una buena razón, desde luego no la única, por la que el doctor Martínez no es el nuevo Prefecto de la Signatura Apostólica, la encontrará en su actitud ante el caso Manel Pousa, que ha sido comentado profusamente por los pasillos de la Ciudad del Vaticano.

Nos quedan por delante unos cuantos años antes de que nuestro cardenal deje el timón de este barco que parece ir a la deriva. No esperamos grandes cambios en su proceder pastoral. De donde no hay no se puede sacar. Sería prioritario poner el seminario en manos de alguien que no provoque el rechazo que provoca Turull y que puede acabar con la huida de las vocaciones sacerdotales a otros seminarios. El cardenal ya sabe que esas vocaciones sólo salen de parroquias dirigidas por sacerdotes que no son precisamente de su cuerda. Y esos sacerdotes, en buena lógica, preferirán que sus muchachos sean formados fuera. Lo que ocurre es que una vez fracasado, al menos de momento, en su intento de que Roma haga obispo a Turull, no parece probable que el cardenal le retire del seminario.

Sólo nos queda pedir paciencia a ese buen número de sacerdotes que consiguen que sus parroquias se llenen cada domingo, que nadan contracorriente para evitar que el catolicismo sea una especie en extinción en nuestra tierra. Sabemos que vendrán tiempos mejores y lo que hoy ellos plantan dará buen fruto. Antes o después llegará un obispo que se fije en ellos y decida aplicar una pastoral que ayude a recuperar el terreno perdido. En las actuales circunstancias resistir es ganar y no hay Tierra Prometida a la que se llegue sin pasar por un desierto. Quedan prohibidas las deserciones y las actitudes fatalistas. Las murallas de Jericó caerán. No cuando nosotros queramos sino cuando Dios lo disponga.

Patianus

http://www.germinansgerminabit.org