Raíces de la pederastia en la Iglesia (4)
Tu es Petrus, et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam, et portae ínferi non praevalebunt adversus eam . Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Así están las cosas: se han abierto de par en par las puertas del infierno para sacar sus huestes contra el sucesor del humilde Pedro. Y ciertamente, cuando contemplo a Benedicto XVI, tan valiente en esta batalla; cuando veo su extraordinaria inteligencia, tan bien articulada con su fe; cuando advierto que tras su fragilidad se esconde la firmísima seguridad de que está recorriendo el Vía Crucis con que Dios ha castigado a su Iglesia pecadora en la cabeza de su supremo pastor; cuando entiendo que la penitencia tiene que ser proporcional al pecado; cuando le veo como el Agnus Dei qui tollit peccata Ecclesiae , tengo la absoluta seguridad de que nuestro Santo Padre Benedicto XVI está siendo llevado al degolladero como víctima propiciatoria por los pecados de la Iglesia. Y veo que una vez más conviene que uno muera por el pueblo; en este caso, el Pueblo de Dios. Y me digo una y otra vez, non praevalebunt, non praevalebunt . Toda la infamia de la Iglesia, ¡cuánta, cuánta!, con la pederastia como culminación de tanta traición e indignidad, cargada sobre las espaldas de la víctima. Sucumbirá al sacrificio; pero su muerte no será en vano. Fructificará como la sangre de los mártires.