Un par de mantas por dos obispos
Esta es la táctica empleada por el Cardenal de Barcelona para camelarse a la Curia vaticana y así manifestar una romanidad de cartón piedra de la Iglesia en Cataluña. Después del primer experimento exitoso, con la beatificación del Dr. Samsó, ahora se disponen a ejecutar el segundo asalto con la visita del Cardenal Bertone. No contentos con ello, se realiza un doble salto mortal con el anuncio sine die de la visita del Santo Padre a Barcelona para bendecir el Templo de la Sagrada Familia.
Tanto en la misa como en la comida se convocaron todas las legiones. A más de uno le sorprendieron la presencia de numerosos sacerdotes bien alejados de la doctrina papal y de la devoción a los Santos y más aún a un mártir. Pero la ocasión lo valía: hacer ver a los representantes de la Curia vaticana que la “Iglesia catalana” está viva y con numerosos sacerdotes jóvenes (como alguno comentó). ¡Qué distante de la realidad aquella aparente imagen de fervor y devoción! Nunca más se hablará del pobre beato Josep Samsó. Los sacerdotes jóvenes son una especie en extinción. Los pocos presbíteros fieles al magisterio eclesial malviven en la marginación de las diócesis catalanas. ¿Y qué decir del pueblo fiel? Un poco más y no se llena la Basílica de Santa Maria de Mataró. Unas 2000 personas como mucho en un evento como este. El día que se trasladó al mártir Josep Samsó desde el cementerio de Mataró a la Basílica, allá por los años 40, se congregaron más de 2000 personas.