Este domingo Germinans Germinabit adelantaba el nombramiento del P. Enric Puig como coordinador de la visita del Santo Padre a Barcelona, una noticia que no ocultaremos que no es de nuestro agrado. El P. Puig es un jesuíta de aquellos que podrían denominarse como "burócratas de traje y corbata de marca", personajes que para nada parecen sacerdotes, que tienen gustos refinados (no olvida sus tiempos de chófer y coche oficial), y que nadie los ha visto nunca presidir una celebración de la Santa Misa. Lo más parecido al P. Puig y a otros religiosos por el estilo, pero en diocesano, es el Dr. Antoni Matabosch, que por cierto también está en la citada comisión.
Pero la hipocresía sistachiana es así, y cuando venga Su Santidad, veremos a estos dos personajes (Puig y Matabosch) vistiendo de clerygman en un nuevo capítulo del "baile de disfraces" que ya contemplamos en Roma cuando n.s.b.a. arzobispo fue creado cardenal. Vestirán de sacerdote lo justo, ni un minuto más y cuando el sucesor de Pedro deje de tenerlos a la vista, se arrancarán rápidamente esas vestiduras que les son tan incómodas. Ya hemos tenido un avance de ello, viendo al Rvdo. Jaume Aymar entrevistando a S.E.R. el cardenal Tarcisio Bertone luciendo clerygman, cuando todo el mundo sabe que nunca lo lleva en Barcelona.
Ese mismo domingo El Periódico de Cataluña ofrecía una entrevista a un religioso capuchino que nada tiene que ver con los citados eclesiásticos burócratas. Se trata del P. Joan Cañellas, un religioso "germinante" (utilizando la terminología de mi buen amigo Oriolt). Da gusto leer las opiniones del P. Cañellas que ponen un poco de cordura ("seny" decimos en catalán) al disparate que ha montado el M. I. Alcalde de Barcelona, Sr. Jordi Hereu al querer cambiar la Diagonal. Para el que no lo sepa, el alcalde, viendo su bajada progresiva en popularidad, ha querido hacer una sonada "maragallada" con la intención de pasar a la posteridad por ser el alcalde que reformó la Avenida Diagonal. Pues nuestro querido capuchino se queja amargamente que mientras el ayuntamiento se gasta el dinero tontamente en el proyecto y en la votación (ya no hablemos de lo que puede costar la obra) a él se le niegan las ayudas sociales para su ingente proyecto de solidaridad con los más necesitados de la ciudad.
El P. Cañellas al frente de la Asociación SSiM "Servei Solidari i Missioner" (Servicio Solidario y Misionero) está ayudando a miles de personas en la ciudad de Barcelona, especialmente inmigrantes. Se calcula que en estos últimos diez años ha conseguido que unas 9.000 personas hayan regularizado su situación en nuestro país. Pero a diferencia de otros religiosos y sacerdotes al frente de diversas ONG’s el capuchino no oculta su condición de religioso y puede vérsele vestido con el hábito de fraile o simplemente con el clerygman. Mientras otros religosos se sienten orgullosos que su ONG es aconfesional el P. Cañellas vincula su asociación a los capuchinos y a la parroquia de Pompeya y no oculta la palabra "misionero" en el nombre de la institución. Mientras otros religiosos se jactan de pagar abortos y de desafiar la doctrina eclesiástica, el P. Cañellas defiende la doctrina oficial de la Iglesia allí donde sea necesario.
Una tarea silenciosa, que no cuenta con el reconocimiento ni de las instituciones públicas (a él no le darán la Creu de Sant Jordi como al Rvdo. Pousa) ni de la iglesia sistachiana y progresista, por eso él se siente libre para decir lo que piensa y siente, como lo muestra esta carta al director enviada a La Vanguardia:
FRAY JOAN CAÑELLAS - Presidente del Servei Solidari i Missioner (SSIM) / Barcelona
Justo en la Diagonal, 450 está ubicado el convento de Pompeia, un lugar de paz y bien que este año cumple cien años y donde miles de personas, inmigrantes y nacionales, acuden en busca de ayuda. Cada semana la cola de necesitados va en aumento, a causa de esta crisis económica y financiera que todos padecemos. Anualmente, atendemos a más de 12.000 personas , dándoles alimentos, ropa, farmacia, atención psicológica, asesoría jurídica, clases de catalán y de inglés… A muchos de los vecinos del barrio de Gràcia y algunos del Eixample, personas mayores desvalidas o solitarias, les llevamos alimentos, medicamentos, mantas para el invierno, gas butano y tickets para un comedor. Todas estas ayudas podemos proporcionarlas gracias a donativos particulares y a negociaciones bancarias, ya que con los aportes que nos hacen el Gobierno y el Ayuntamiento sería imposible ayudar a la gente. Sólo hay que pensar que el Ayuntamiento nos subvenciona con:
* 1.500 euros al año para el programa de Adultos Mayores
* 4.000 euros para nuestro programa de Ayuda y Soporte a Inmigrantes
* 21.600 para el programa de Pisos de Acogida a familias con niños que están casi en la calle.
Hablamos entonces de un total de 27.100 euros al año - cuando nos va bien-,es decir, más o menos del 8% del presupuesto anual que hemos de rebuscar para intentar solucionar los dramas de tantas personas que se presentan a nuestras puertas. Señor director, ¿ es justo entonces gastarse dos millones de euros sólo para ir de de puerta en puerta y preguntar a la gente pudiente de la avenida Diagonal si quieren “rambla” o “bulevar” ? Como ciudadano y vecino de este sector de la ciudad, considero que en estos tiempos difíciles y en las circunstancias presentes, gastarse ese dinero en un referéndum que nos diga si bulevar o rambla es más que una vergüenza. Es un pecado y una falta de consideración para tantas familias de nuestra ciudad que atraviesan verdaderas dificultades.
NOTA FINAL: Nuestro cardenal Martínez Sistach no dirá nada al respecto, ya sabemos que no le gusta nada hacer enfadar a los políticos que nos gobiernan, pero curiosamente si que habló públicamente de escándalo cuando su rival deportivo contrató al delantero portugués Cristiano Ronaldo.
Antoninus Pius