Cambios de destinos parroquiales en Barcelona, Terrassa y Sant Feliu
Por estas fechas se hacen públicos los cambios de sacerdotes en nuevos destinos parroquiales para el próximo curso. Habiéndose oficializado los citados nombramientos en las tres diócesis de la provincia eclesiástica de Barcelona, como primer titular puedo decir que los de Barcelona me parecen para echarse a llorar, los de Terrassa me parecen fantásticos y los de Sant Feliu responden a la compleja situación que describí en mi artículo de la semana pasada, una diócesis en la que el bueno de Don Agustín tiene muy poco margen de maniobra a la hora de poder hacer nombramientos.
Empezando por Barcelona, los cambios realizados por n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach responden a tres consignas:
1.-Se promociona a los sacerdotes heterodoxos: La basílica de San José Oriol es para el Rvdo. Enric Termes, firmante de manifiestos contra Don Ricardo Carles, y persona que defiende la eutanasia afirmando que lo de Eluana no era una vida digna. Al Rvdo. Francesc Romeu, que defiende públicamente en los medios de comunicación posturas contrarias al Magisterio de la Iglesia se le da la mejor parroquia de Pueblo Nuevo, como nos recordaba la semana pasada mi buen amigo Oriolt. En ambos casos estos dos personajes han dejado sus antiguas parroquias reducidas a la mínima expresión, tanto que al tener tan poca actividad parroquial han sido unificadas bajo un mismo párroco.
2.-Se hacen nombramientos sin cabeza ni pies. ¿Como puede entenderse que la basílica de Nuestra Señora de la Merced, patrona de la ciudad, de la diócesis y de la Provincia Eclesiástica de Barcelona, quede en manos de un sacerdote que hasta ahora estaba de vicario en otra parroquia?. No parece lógico que se ponga en manos de alguien que nunca ha sido párroco, una iglesia tan trascendental para la ciudad y la diócesis. Pero incongruencias hay muchas otras como el caso del Rvdo. Xavier Morató al que continuamente se le está cambiando de parroquia. Como si fuera un sacerdote-comodín que le sirve al cardenal para tapar agujeros allí donde no tiene a nadie a quien enviar.
3.-Se jubila solamente a quien interesa. Al pobre Rvdo. Andreu Pascual se le acepta la jubilación, después de la tensa conversación que tuvo con el Sr. Cardenal, tras la cual el Rvdo. Pascual acabó en el hospital, y de la carta que sus feligreses enviaron a Germinans Germinabit. En cambio otros sacerdotes como el Rvdo. Francesc Vergés, con más de 80 años sigue como párroco después de hacer campaña en un conocido periódico catalán, para que no se pusiera la cruz en la declaración de la renta en favor de la Iglesia católica.
Terrassa es otro mundo, da gusto ver los nombramientos, ver como los nombres que aparecen en la lista pertenecen a sacerdotes de últimas promociones que además visten todos como sacerdotes: los Rvdos. Cañas, Deulofeu, Jordana, Rubio, Remolar, Aceituno… especialmente llama la atención este último, un chico impecable de rectísima doctrina que con sólo 27 años ya es párroco.
Pero especial ilusión me hace el nombramiento del Rvdo. Oriol Pallás como director espiritual del Seminario de Terrassa, un chico joven muy bien formado (en Roma) y preparado para un cargo de responsabilidad como éste en el que sustituye nada menos que a un hombre de tanta categoría como el Rvdo. Joan Esquerda Bifet. Que diferencia con Barcelona donde el Rvdo. Josep Anton Arenas sigue coleando por el Seminario, al igual que por la catedral, cuando ya debería estar jubilado y dar paso a alguien mucho más idóneo.
En Sant Feliu, es complicado hacer nombramientos sobre todo teniendo en cuenta que allí el copríncipe Vives envió a todos sus discípulos de cuando fue rector del Seminario. Esos sacerdotes jóvenes que visten con tejanos y alpargatas, muy modernos y muy progresistas. Aún así el obispo Agustín apuesta por la renovación y por la juventud. Mientras en Barcelona todo sigue igual sin pensar para nada en el futuro y solamente “tapant forats” (tapando agujeros). En Sant Feliu Don Agustín, va nombrando vicarios con derecho a sucesión, es decir sacerdotes jóvenes que van a las parroquias a aprender durante un año para que al siguiente puedan hacerse cargo ellos mismos de la parroquia.
Antoninus Pius