Después del Reino Unido, llega España
Ha finalizado el viaje del Santo Padre Benedicto XVI al Reino Unido y su próximo desplazamiento ya será a nuestro país. Parece que queden días, pero está a la vuelta de la esquina. Un escaso mes y medio. La visita a la Gran Bretaña se ha saldado con un completo éxito. Además de la lógica repercusión mediática, el viaje papal ha gozado de unas cotas de concurrencia absolutamente inesperadas. Era un periplo difícil: un país en que los católicos son minoritarios; la polémica de la pederastia a flor de piel; la opa a los anglicanos y, para postre, la beatificación del Cardenal Newman, que no es precisamente un personaje grato al anglicanismo oficial. 200.000 personas se congregaron para ver al Papa en la capital del reino anglicano y en Hyde Park nada más y nada menos que 80.000 jóvenes católicos se unieron entusiastamente al Pontífice. La clave -una vez más- se halló en la extraordinaria capacidad de convocatoria de los nuevos movimientos. Tanto en Inglaterra como en Escocia ha sido predominante la labor de los neo-catecumenales, aunque también debe destacarse que, como suele ocurrir con las minorías, el catolicismo británico tiene una militancia a prueba de bomba y un apego a la ortodoxia verdaderamente ejemplar. No ha fallado en un solo momento.