Seguimos pidiendo lo mismo y algo más...
Hacia la primavera de 2008, el obispo Carrera, hombre muy dotado para el diálogo por su capacidad de escucha y de reflexión, así como por su hondo sentido eclesial y su talante pactista, basado este último en un posibilismo de altas miras, iniciaba un discreto tanteo alrededor de nuestra periferia para conocer de primera mano el qué, el cómo y el cuándo de los postulados y alternativas que Germinans planteaba cara a la construcción de una comunión diocesana más realista y con mayor perspectiva de futuro.