¿Cerrarán el grifo a Matabosch?
La noticia la sabía todo el mundo, pero este fin de semana ha sido ya cuantificada (aunque de forma extraoficial) en los medios de comunicación. Artur Mas se va a encontrar las arcas de la Generalitat mucho más exhaustas de lo que temía: las agencias de calificación han realizado una primera estimación que arroja un saldo deudor de 53.000 millones de euros. Es indudable que, caso de pretender la subsistencia económico y financiera de la institución, no va a quedar otro remedio que efectuar recortes por todos lados. Seguro que los mismos van a empezar por quienes menos culpa tienen y más lo necesitan (subsidios a parados de larga duración, colegios, hospitales, jubilados, etc), pero en algún momento tendrán que llegar a esa plétora de fundaciones, que no son otra cosa que un manto jurídico que envuelve un despilfarro subvencionador, a cargo - claro está- del sufrido contribuyente.