Nuevos nombramientos para la perpetuación de un régimen
Cuando a fines de la década de los sesenta, apenas joven adolescente, a menudo me llegaban noticias de los cambios y nuevos nombramientos que tenían lugar en el “Consejo de Ministros presidido por Su Excelencia el Jefe del Estado”, escuchaba en la calle siempre una misma e incomprensible cantinela que los acompañaba: continuismo.
Yo realmente no sabía muy bien que significaba aquel concepto referido a aquellos denominados “ajustes de gabinete” con los que de tanto en tanto Franco nos sorprendía. De hecho, aunque sesudamente me empeñaba en desglosar el diccionario de la Real Academia para comprender el término “ajuste”, yo los únicos ajustes que conocía eran los de la famosa “Carta de Ajuste” de la tele y los “ajustes de cinturón” que mi madre decía teníamos que hacer “porque todo estaba muy caro”.