Avances y retrocesos en el proceso de designación de Pié
La semana pasada se llevó a cabo con éxito un paso más de los que el protocolo prevé en el proceso de nombramiento y designación episcopal. La comisión de obispos “ad hoc” y en la que se encuentra el cardenal Antonio Cañizares como miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe dio su parecer positivo sobre el Dr. Salvador Pié i Ninot en lo referente a su preparación y cualificación teológica para desarrollar el “munus docendi” (el oficio de enseñar) propio del carácter episcopal.
La comisión no tiene el cometido de juzgar ningunos de los detalles específicos de su “opus theologicum” (obra teológica) ni siquiera esbozar las características generales de su pensamiento. Únicamente la preparación teológica de la persona designada en vistas a su ministerio. Y es evidente que el Dr. Pié posee esa cualificación, es más, si tuviéramos que subrayar algo inherente a su obra diríamos justamente que toda ella no es otra cosa que un “mix” sobre las tendencias y posturas que la teología del siglo XX ha ido planteando sobre las cuestiones que han estado sobre el tapete de las ideas contemporáneas. Tampoco se le puede negar un profundo conocimiento de las posturas teológicas, tanto de la Antigüedad cristiana como de las escuelas medievales, aunque se muestre sensiblemente distanciado de ellas tanto en planteamientos como en soluciones.