21.12.08

El doble juego del Cardenal Sistach en las absoluciones colectivas


En el último retiro de Adviento que n.s.b.a cardenal Martínez Sistach nos impartió a los sacerdotes de nuestra diócesis, el arzobispo recordó a los presentes que debían impartir “correctamente” el sacramento de la penitencia estos días. Pero no dio ninguna explicación más, para clarificar que es lo correcto y que es lo incorrecto. Es por ello que al salir de dicho retiro escuché a dos sacerdotes de los más “progresistas” como comentaban entre ellos: “Nosotros celebramos el sacramento de la Penitencia CORRECTAMENTE”, se referían a la celebración que ellos hacen, con absoluciones colectivas o sin especificación de los pecados. Queda claro que las palabras de su eminencia no sirvieron absolutamente para nada, y es que el cardenal sabe perfectamente que jugando con esas ambigüedades, intentando no quedar mal ni con los unos ni con los otros, el descontrol sigue reinando en la diócesis. De esta manera nuestro cardenal cree quedar bien ante Roma diciendo que él ha dicho públicamente que debe celebrarse correctamente el sacramento, y a la vez queda bien con sus sacerdotes “progresistas” porque no se dan en absoluto por aludidos.

Pasados unos días del retiro de adviento me he decidido a hacer la siguiente encuesta, he cogido al azar diez de las parroquias que celebraban absoluciones colectivas y que aparecieron en “De Bello Pallico” (de las muchas que salían en la lista) y con la ayuda de un par de seglares hemos ido comprobando una a una si continuaban celebrando el sacramento de la penitencia en contra de las normas, a pesar de las palabras del cardenal. El resultado ha sido espectacular, 10 de 10, es decir el 100% de la encuesta no se ha sentido aludido y siguen celebrando incorrectamente el sacramento del perdón de Dios.

¿Qué va a hacer ante ello nuestro cardenal? Pues por supuesto nada. Como siempre nada. Le preocupa mucho lo que digamos en Germinans Germinabit, pero no está dispuesto a ceder un milímetro si eso significa ponerse en contra a los que amargaron el pontificado de Don Ricardo Carles.

Por otra parte he hecho otra comprobación he llamado a dos compañeros sacerdotes de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat y les he preguntado, como ha reaccionado el clero, después de la carta que envió el obispo Don Agustín el año pasado a cada sacerdote en que de manera explícita decía que es lo que se podía hacer y lo que no se podía hacer en el sacramento de la penitencia, instando de una forma clara a cumplir con las normas de la Iglesia, pues mi agradable sorpresa fue que me dijeron que muchos sacerdotes habían empezado a cambiar la forma de celebrar el sacramento de la penitencia, eso sí, algunos de mala gana o a regañadientes, pero han visto que el obispo este tema lo tenía claro y han decidido actuar en consonancia.

Esto es lo que va de un obispo a otro, de una diócesis a otra (ya no hablo de Terrassa, porque mayoritariamente se celebra correctamente este sacramento), la realidad social y eclesial es la misma, pero en un sitio hay un obispo con las ideas claras y en otro un obispo que ambiguamente no quiere crearse enemigos, a costa del lamentable hundimiento de nuestra amada diócesis.

Antoninus Pius

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17.12.08

Como un reloj parado, como un cuerpo desmayado…


Hay en el salón de mi humilde pero acogedora casa un reloj de pared, no muy antiguo, pero sí lo suficiente como para no formar parte de aquellos que con apariencia de antiguos son movidos por una vulgar pila. El mío es un viejo reloj de la conocidísima y tradicional Casa Portusach (Pasaje San José, D entre Condal y Montesión) de principios del siglo XX con su péndulo, su par de pesas y ¿cómo no? un hermoso carillón interno que toca todas las horas y sus medias. Sin embargo su péndulo no está, como en otros casos, protegido de las ráfagas de viento por ninguna puertecilla con cristal: está sometido a las inclemencias del ambiente. Durante este verano, a consecuencia de las fuertes corrientes de aire que circulan por el interior de la casa y que van a batir directamente sobre el reloj en cuestión, el mecanismo dejó de funcionar. Llegó un momento en que por pereza y negligencia dejé de ocuparme del péndulo y así permaneció el reloj durante semanas, diría yo meses. También es cierto que durante el día cada vez paro menos en casa y que muchas veces ni reparo en el reloj. Cierto es también que a veces encontraba a faltar sus campanadas y que, mirándolo, me percataba de que no funcionaba. Como muchas veces lo había puesto en funcionamiento y veía que constantemente se paraba llegué a convencerme que el reloj ya no funcionaba: se había convertido en un hermoso adorno, decorativo, pero al fin y al cabo inútil a su cometido.

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El golpe de mano de Amigo y Sistach


Cuando un buen amigo me comunicó que Sistach había anunciado –mediante pública convocatoria- la celebración de una misa, al mismo día y hora en que se había convocado a todos los católicos españoles en la Plaza Colón de Madrid, le dije que allí había gato encerrado. El Cardenal de Barcelona no tiene la suficiente personalidad para desmarcarse él solo de la totalidad de los prelados españoles. Le dije a mi interlocutor: Cuando Sistach ha efectuado ese anuncio, se ha cuidado bien de hallarse respaldado. Efectivamente, a las pocas horas se anunciaba otra misa en la Catedral de Sevilla. Al día siguiente, se convocaba otra en la diócesis de Santiago de Compostela. Incluso en La Vanguardia, se decía que todas las diócesis catalanas (en especial, se hacía mención a Tarragona) celebrarían una misa solemne en sus catedrales. Todo cuadraba: No se trataba de una iniciativa personal de Sistach, sino de un “coup de forcé” en toda regla contra el Cardenal Rouco. Una iniciativa desleal de una parte del episcopado español, encabezada por los purpurados de Sevilla y Barcelona.

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16.12.08

La Misa Romana: Historia del Rito. Capítulo 9º Parte 2ª: El ofertorio


La entrega de las ofrendas

Cuando aquí hablo de ofrendas, atiendo exclusivamente a aquellas que consta se ofrecían como intervención en el culto no como contribución al culto. No se trata aquí de las ofrendas recogidas para el sostenimiento del culto y del clero, antiguamente en especies y hoy en día mayormente en metálico, para el mantenimiento de la comunidad y sustento de los pobres. Me refiero únicamente a las ofrendas destinadas sólo a las materias sacrificiales.

En el culto estacional de los siglos VII y VIII se nos describe la entrega de ofrendas como rito de la misa. Después del evangelio baja el papa a la nave para recibir de los miembros de la nobleza la oblación de pan, que entrega a un subdiácono y éste la coloca en un paño grande sostenido por acólitos. La oblación del vino, ofrecida en vasijas especiales, la recibe el archidiácono para echarla en un cáliz, sostenido por un subdiácono, quien a su vez lo hacía en un vaso mayor llamado “scyphus”. El papa, después de recogida la oblación de la nobleza, recoge la de los dignatarios de su corte y finalmente la de las damas de la nobleza. Luego se vuelve hacia el altar y espera el final de la recogida. Una vez el archidiácono ha seleccionado una pequeña parte de las ofrendas para la consagración y la tiene dispuesta sobre el altar, el papa recibe las ofrendas añadiendo la suya de dos panes (que le había presentado el subdiácono oblacionario, colocándola encima del altar). Para el cáliz se toma sólo el vino de la oblación papal y de su asistencia, al que se añade mediante un colador un poco del vino recogido entre los fieles.

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El cardenal Sistach entrevistado en el AVUI


El lunes ocho de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, patrona de España, el diario AVUI se decide a hacerle una entrevista a n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach. Hay que ayudar a los amigos, sobre todo si están en horas bajas y darles un poco de protagonismo positivo, aunque sea sólo ante sus nacionalistas lectores.

Como era previsible nuestro arzobispo no habla de la fiesta del día, ni de ningún tema relacionado con la Trascendencia, tampoco sobre la realidad eclesial diocesana (mejor no hablar, claro), habla sobre todo de política: la sentencia del Estatut, la financiación autonómica, las relaciones Estado-Cataluña…

A pesar del estilo tan poco eclesial de la entrevista, el cardenal saca a relucir su gran preocupación de estos días: NOSOTROS (Germinans Germinabit). Lógicamente no nos cita, pero la alusión es bien clara. Cuando le preguntan sobre la imagen que tiene Roma de la Iglesia catalana afirma: “Tanmateix, també és veritat que hi ha persones i grups que es dediquen a enviar-hi missatges no sempre objectius (a Roma)”. (También es verdad que hay personas y grupos que se dedican a enviar mensajes no siempre objetivos -a Roma-).

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