Don Sebastià Taltavull: Historia de un nombramiento complejo
Al saberse la noticia del nombramiento de Don Sebastià Taltavull como nuevo obispo auxiliar de Barcelona los rostros de los “progresistas” de nuestra diócesis se iluminaron y se llenaron de alegría y de emoción. Para ellos era una victoria, una de las pocas que saben que van a poder ver sobre todo viendo el tipo de obispos que se está nombrando desde que Benedicto XVI inició su pontificado. Para ellos el nombramiento de Don Sebastià era la ascensión de uno “de los suyos” al episcopado y la confirmación de que a pesar de lo que decimos en Germinans Germinabit nuestro arzobispo tiene fuerza e influencia en Roma para imponer sus peones. Pero nada más lejos de la realidad, estos “progresistas” eufóricos están muy equivocados y sobre todo muy mal informados. Porque las cosas como ya se ha comentado en el Directorio del lunes y en el artículo de Oriolt de ayer han sido mucho más complicadas de lo que parece.
El preconizado obispo Taltavull no es “uno de los suyos”, aunque ciertamente lo fue. El Taltavull joven fue un “progresista” declarado, amigo y colaborador del clero más avanzado de hace unos años en Cataluña. Pasó por el MUEC (ahora “congelado”, lo que demuestra el fracaso de tal iniciativa), como también lo hicieron el Dr. Pié y el Dr. Matabosch, simpatizó con los teólogos más críticos con la doctrina oficial de la Iglesia y con el Magisterio de nuestro amado Juan Pablo II. Incluso llegó a firmar un manifiesto de apoyo a los teólogos casi cismáticos de Colonia (aunque lo hizo desde la discreción local menorquina).