¡Quién los viera y quién los ve!
Como se sabe, el pasado 3 de junio dio Su Eminencia Reverendísima el Sr. cardenal Martínez Sistach un decreto nombrando canónigos del capítulo catedral a cuatro sacerdotes de la archidiócesis: los reverendos Mn. Sergi Gordo Rodríguez, Mn. Josep Serra Colomer, Mn. Josep M. Turull Garriga i Mn. Josep Vives Trabal. Ya se ha tratado en las páginas virtuales de Germinans sobre este asunto, poniendo en claro cómo estas designaciones del Cardenal-Arzobispo no son sino un blindaje ofrecido a sus incondicionales para los tiempos –que llegarán– de las vacas flacas, es decir para cuando un nuevo prelado ocupe el trono de San Severo (cosa que sucederá en unos tres años, Dios mediante).
Aquí nos queremos ocupar más bien de la contradicción que supone el que personas que (con la honrosa excepción de Mn. Vives) eran hasta la víspera progres declarados y se les daba un ardite la institución del cabildo, considerada como cosa trasnochada y resabio de los tiempos monolíticos preconciliares, vengan ahora a vestirse con los capisayos canonicales. ¡Cuántas veces no habremos oído las burlas crueles de tantos exponentes del llamado “cristianismo de base” a costa de los pobres canónigos a la antigua, que, contra viento y marea, prestaban su servicio en la catedral, manteniendo el culto oficial de la Iglesia, confesando a los penitentes, rodeando al Sr. Arzobispo en las grandes ocasiones!