Capitulo 1: Un Concilio rodeado de esperanzas y temores
Parte 1ª: ¿Un momento sereno, sin desviaciones ni abusos?
En aquel mes de octubre del 62 nuestro sacerdote-periodista en el Concilio subrayaba una serie de circunstancias que multiplicaban el interés del Vaticano II. Las especificaré y las comentaré brevemente a grandes rasgos en estos primeros capítulos.
1ª Afirmación: El concilio llega en un momento cristianamente sereno, sin herejías, no se hace pues contra nadie, es un Concilio de reformas y de exhortaciones.
Nuestro enviado especial a la Roma del Concilio, hace suyas las líneas trazadas por el entonces cardenal Montini:
“La característica de este Concilio es que tendiendo abiertamente a una importante reforma, ésta parte más del deseo del bien que de la fuga del mal. Hoy, de hecho, no hay en la Iglesia, por la misericordia de Dios, errores, escándalos, desviaciones o abusos que reclamen la convocación de un Concilio como medida extraordinaria. Será por ello un Concilio de reformas positivas más que de castigos, más de exhortaciones que de anatemas”.