La visita de Benedicto XVI a Barcelona: Renovación o muerte de la Iglesia catalana
¡Qué duda cabe que la visita del Santo Padre a Barcelona –aunque brevísima– va a significar un saludable revulsivo para la Iglesia que peregrina en Barcelona (y en Cataluña)! Algunos la querrían fugaz, es decir, que el Papa llegue, consagre la Sagrada Familia y se marche. De esta manera quedaría satisfecha la vanidad de los capitostes eclesiásticos y civiles (Carod Rovira, incluido), que tendrían el tiempo suficiente para hacerse la foto con Benedicto XVI, y, al mismo tiempo, se evitaría que el Santo Padre curiosee más de la cuenta en una archidiócesis cuyos datos alarmantes, sin duda, debe conocer, tratándose de la sede correspondiente a una de las más importantes y cosmopolitas ciudades europeas. Pero, por lo visto, de la visita hace dos semanas de los responsables vaticanos que organizan los viajes papales, se desprende que el Pontífice desea pernoctar en Barcelona y ver el ambiente general.