Anécdotas de verano (II): No hay misal
Cuando soy requerido para celebrar la Santa Misa fuera de mis dominios habituales, me llevo todos los materiales de guerra para no encontrarme con sorpresas. No sólo me refiero a la casulla y otros ornamentos ausentes en muchas parroquias barcelonesas, sino también por ejemplo a un pequeño misal por si las moscas. Y es que me he encontrado de todo, como por ejemplo en el caso que hoy comento, que en una parroquia no había misal.
Cuando llego a la misma, el amable sacristán intenta ayudarme en todo lo que puede, cuando pregunto por el misal me dice que el párroco no lo utiliza. Me pasa un dossier de esos con plásticos transparentes en los que puedes ir colocando hojas a tu gusto, y por lo que parece ese era su misal. Le doy una ojeada antes de dejarlo definitivamente para utilizar mi misal y me encuentro con algunas sorpresas: el gloria y el credo no aparecen por ninguna parte, las oraciones no son las del misal sino "inventadas" lo mismo con las plegarias eucarísticas en las que en ningún momento se cita al Santo Padre o al obispo ordinario.