El camino de la amargura
A veces existen textos que hablan tan por si solos, que resulta innecesario aderezarlos con mayor comentario. Paso a traducirles al castellano el artículo que publicó en El Punt/Avui el sacerdote Jaume Reixach Felipe (en la fotografía, párroco de Riells de Montseny, perteneciente a la diócesis de Gerona), titulado Via Crucis .
1ª estación: Pablo VI, tres años después de la clausura del Concilio, publica la encíclica Humanae Vitae, que cae como una bomba dentro y fuera del mundo católico.
2ª estación: profundamente conmocionado y triste, Pablo VI se retira a los cuarteles de invierno y no publica otra encíclica.
3ª estación: el obispo Lefebvre se niega rotundamente a aceptar la doctrina del Vaticano II y se separa de la Iglesia. Pablo VI se ve obligado a suspenderlo a divinis.
4ª estación: Pablo VI muere de un infarto en la residencia papal de Castelgandolfo.
5ª estación: Albino Luciani, sucesor de Pablo VI, muere antes de llevar a cabo la aplicación del Concilio.
6ª estación: el conclave elige a Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, de 58. Irrumpe en la escena Juan Pablo II, papa con vocación de crack.
7ª estación: el papa Wojtyla manifiesta que el mundo es su parroquia. Cambia el lema de "Totus tuus" por "Totus meus".
8ª estación: la afición de Wojtyla por el baño de multitudes deriva en multitud de baños.
9ª estación: a medida que el papa suma récords, aumenta la venta de recuerdos, medallas y estampitas.
10ª estación: los movimientos neocatecumenales y los "guerrilleros" formulan voto de aplaudir al papa en todos sus viajes triunfales como jefe de estado del Vaticano.
11ª estación: renovación del episcopado, con la promesa previa de lealtad personal al papa Wojtyla, que detestaba el totalitarismo soviético, pero no el centralismo totalitarista romano.
12ª estación: la aplicación de la encíclica Veritatis splendor de Juan Pablo II brilla por su ausencia en la espinosa cuestión de los abusos de clérigos a menores, que se ocultan en virtud del no menos esplendoroso "secreto pontificio".
13ª estación: los cismáticos lefebvristas se reincorporan a la Iglesia sin previa retractación, mientras que los sacerdotes y laicos fieles al Concilio quedan sin iglesia y son ignorados por la jerarquía.
14ª estación: se anuncia "el año de la fe" para conmemorar el cincuentenario de la inauguración del concilio Vaticano II, el concilio del "gozo y la esperanza", del diálogo y el pluralismo. Estas dos realidades reciben tratamiento a parte; se conmemoran los veinte años del catecismo único de la iglesia universal. Juan XXIII, el gran artífice del Concilio, ni se menta. Consumatum est.
No he traído el artículo a colación porque me escandalice el recurso literario del Via Crucis. Lo llevo a cubierta porque, aunque bastante chusco, resulta conmovedor: refleja fielmente el delirium progrens que provoca una inmensa capacidad de rencor hacia Pablo VI (en especial por la Humanae Vitae ) y sobre todo hacia Juan Pablo II. En similares términos en los que se expresaron los anónimos fills del concili.
Oriolt