La desaparición de la educación afectivo sexual cristiana en las chicas catalanas

Sigue la ley del péndulo: de la que llamaban represión sexual destinada a la abstinencia fuera del matrimonio, a la otra forma de represión sexual que fuerza la práctica del sexo más allá de la edad, más allá del deseo y más allá de lo conveniente. Un estudio de 2011 pone de manifiesto que un tercio de los adolescentes (¿qué tal si nos dejamos de eufemismos y decimos directamente las ?) han mantenido relaciones sexuales presionadas por el entorno. Y una cuarta parte acepta que ha hecho algo que realmente no quería hacer. Y de nuevo un tercio reconoce que su sexualidad ha ido demasiado deprisa y no acorde con su madurez y desarrollo personal. Es la imposición de la “libertad sexual”. Es la moderna forma de presión y represión sexual.

La media de edad de la primera relación coital en Cataluña era de 15′8 años para las chicas en 2001, de 15′4 en las comarcas gerundenses (la Catalunya vella) según la Enquesta de Salut als adolescents escolaritzats de Catalunya realizada ese año por Joan-Carles Surís i Granell y Núria Parera i Junyent d el Instituto Universitario Dexeus de Barcelona.

Dos años después, en 2003, y con ámbito todo el territorio del Estado, se realizaría la Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales elaborada por el Instituto Nacional de Estadística en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Consumo (Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida). Una de sus conclusiones: los adolescentes comienzan a tener relaciones sexuales a una edad más temprana que sus iguales hace varios años: la edad española media de la primera relación sexual con penetración es de 18,2 años en las chicas. Tres años después (2006), según los datos de España del Estudio sobre Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud ( Health Behaviour in School-aged Children ) de la Organización Mundial de la Salud en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Consumo, la edad media de las chicas españolas en su primera relación sexual había descendido por debajo de los 16 años, concretamente a los 15,62.

Ese mismo año (2006), la Encuesta de Fecundidad, familia y valores realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, entre otros datos, mostraba la evolución el tanto por ciento de mujeres en España, por franjas de edad a fecha de abril-mayo de 2006, que habían tenido su primera relación sexual cuando tenían menos de 20 años.  

Los datos recopilados en este trabajo muestran que la edad de inicio en las relaciones sexuales ha disminuido en edad en todo el territorio nacional. Menos del 20% de las mujeres nacidas antes de 1956 había tenido su primera relación sexual antes de los 20 años. Para las nacidas entre 1956 ‐ 1970 el porcentaje alcanza el 52,7% y en el caso de las que nacieron entre 1971 y 1985 es casi del 74%. Una tendencia contraria a la evolución de la edad media de matrimonio, es decir la caída en picado en las últimas décadas del porcentaje de mujeres que casan con menos de 20 años.

Cinco años después (2011) en informe El adolescente y su entorno en el siglo XXI del Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona concluye:

• El inicio de las relaciones:  l a edad promedio de inicio de las relaciones sexuales en España se sitúa en una horquilla de entre los 15,5 y los 17,9 años. En comparación a hace 50 años, la media de edad de la primera relación sexual se ha adelantado en España 5,6 años (en dirección contraria al retardo considerable de la edad media de la primera nupcialidad) y el porcentaje de mujeres que ha tenido su primera relación sexual completa antes de los 16 se ha multiplicado por 12.
  
• La fuerza del entorno.   El 29% de los adolescentes ha mantenido relaciones sexuales presionados por el entorno y un 24% acepta que había hecho algo que realmente no quería hacer. Un 33% reconoce que su sexualidad ha ido demasiado deprisa y no acorde con su desarrollo y madurez personal. El grupo, el alcohol, la baja percepción de riesgo, la presión del entorno de amigos, la falta de formación, la carencia de valores y el influjo de los medios de comunicación facilitan las prácticas sexuales que en muchas ocasiones no son ni buscadas.

Según el boletín informativo del Instituto Nacional de Estadística publicado en 2004 bajo el título Salud y hábitos sexuales, Cataluña se sitúa en último lugar en el porcentaje de mujeres que han tenido relaciones sexuales con una sola persona en toda su vida.

Según el Anuario Estadístico de Cataluña, publicado por el Idescat (Insitituto de Estadística de Cataluña) de la Generalitat, los matrimonios católicos celebrados en el Principado se han reducido a la mitad en 5 años (han pasado de 11.081 en 2006, 9.9978 en 2007; 8.824 en 2008; 6760 en 2009; y 5.879 en 2010).

En 2010, Cataluña tenía la tasa de abortos más alta de España por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años (en la tabla adjunta el aborto se imputa según la Comunidad Autónoma de la residencia de la madre, no del lugar donde se realizó). En 2010 se practicaron en Cataluña más de 22.000 abortos, la cifra más alta de todo el Estado. La tasa de interrupciones del embarazo es en Cataluña de 15,20 por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años, frente al 11, 49 por mil de la media española.

En 2010 Cataluña era la Comunidad Autónoma que tenía más centros públicos y privados legalizados para practicar abortos.

Nota. Un efecto colateral: el ocaso de una nación (para los nacionalistas).

Según el Idescat de la Generalitat de Cataluña la evolución del promedio de hijos por mujer en Cataluña ha sido entre el 2002 y el 2009 de:

Según el mismo Idescat , el 28′7 % de los nacimientos que produjeron en Cataluña en 2009 tenía madre extranjera, llegando al 45′5 % en el Solsonés o el 36% en el Gironès. La d istribución comarcal de los nacimientos fue en 2009

Como pueden observarse, Pompeu Fabra no tenía razón cuando como miembro de la Societat Eugenèsica per la Preservació de la Raça Catalana firmó el manifiesto Per la preservación de la raça catalana (1934). Una Sociedad y un manifiesto propugnadores de la eugenesia, que defendían la existencia de una supuesta raza catalana de carácter ario, cuyas características se trataba de demostrar mediante estudios craneoencefálicos. Y alertaba de los peligros de la inmigración, cuyas graves consecuencias “nos pueden hacer pensar en la transformación o retroceso de la capacidad genética”. Como puede observarse, la capacidad de genética de los catalanes nos la hemos cargado nosotros mismos, por vía autóctona. Los adalides de la construcción nacional de Cataluña, han aportado como esenciales para esa construcción, los siguientes materiales: una educación sexual desordenada y desintegradora: la relegación de la afectividad y de la fidelidad como lastre inútil del que han de desprenderse las nuevas generaciones; la incitación a la promiscuidad; la promoción de la homosexualidad; el aborto; la relativización de la institución familiar y del matrimonio; la introducción de matrimonios homosexuales; y otros experimentos que están teniendo unas consecuencias capitales en lo que se refiere al relevo generacional, a la eugenesia que tanto les obsesionó y que hoy utiliza el aborto como herramienta. Extrañísimos materiales que atentan todos gravemente contra el “nacer” y contra su hogar natural que es la familia. Contra el NACER, que es la NACIÓN.

Y puesto que por lo visto la Construcción Nacional de Cataluña ha renunciado a la forma natural en que se construye toda Nación, que es el Nacer; puesto que claramente ha renunciado a su forma natural de Nación, sólo le queda volver al principio del principio, a la unión de las diversas tribus aglutinadas en la ciudad, como empezó Roma. Y llegados aquí, creo que sólo el catolicismo tiene la capacidad de llegar a fundir (que no es lo mismo que asimilar) auténticamente pueblos (si éstos son católicos) porque prioriza en último término la comunión en la Fe, la dignidad de la persona, la ciudadanía universal en última instancia de todos los hombres. Igual que se hizo Roma: que la aglutinación de tribus sólo fue posible porque fue precedida por las ligas religiosas en que estaban integradas estas tribus. Pero no es una cosa fácil ni de dos días. Demostración: la fusión de los pueblos latinos con los germánicos al sur del Rin. En temas de inmigración en Cataluña, estamos con Carles Cardó y su discípulo el obispo Carrera: no somos racistas ni xenófobos; pero los inventos progres, en casa y con gaseosa. En fin, que también en esto, o quizá especialmente en esto, hemos de volver a la profética intuición del obispo Torras i Bages : Cataluña será cristiana o no será .

Guilhem de Maiança