Sistach y Turull en Ucrania pescando seminaristas
Después del encuentro en Roma, con otros arzobispos y cardenales europeos, para preparar el paripé de la Misión Metrópolis (de la que ya han hablado Prudentius de Bárcino y Oriolt), n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach ha seguido con su agitada agenda de viajes, y estos últimos días ha estado en Ucrania (como recoge la fotografía), concretamente del 15 al 19 de julio. Nuestro arzobispo visitó la catedral de San Jorge en Lviv, la Facultad de Filosofía y Teología y el Seminario y se hizo presente en el santuario mariano de Zarvanytsja. También estuvo en Kiev, la capital del país donde se reunió con su arzobispo emérito, el cardenal Lubomyr Usar. Hasta aquí todo normal, según la información oficial del arzobispado de Barcelona, nuestro pastor ha sido invitado por el arzobispo de Lviv, Don Meczyslaw Mokrzycky, y él ha respondido a su generoso reclamo. Pero todos sabemos que nuetro cardenal no hace nada porqué sí, y menos si se lleva a su amado delfín, el Rvdo. Josep Maria Turull.
La clave de todo este asunto es el crematoso estado del Seminario de Barcelona que incomprensiblemente aún dirige el Rvdo. Turull. Los números de seminaristas cada vez son más bajos y la comparación con el Seminario de Tarrasa resulta odiosa. Es por ello que hace años que el cardenal y su discípulo Turull han puesto en marcha la operación maquillaje, consistente en manipular y engrosar los números de los seminaristas recurriendo a lo que sea. La primera acción fue recurrir a la obediente Prelatura del Opus Dei en Barcelona, los discípulos de San Josemaría le han procurado seminaristas de los que tienen desperdigados por todos los lados, y las parroquias opusianas se han esforzado al máximo para buscar jóvenes y enviarlos al Seminario, pero aún así los números no salen, así que se ha tenido que recurrir al viejo truco de importar seminaristas.
Esta experiencia ya se había realizado en los años gloriosos (Jubany, Torrella, Deig, Camprodón…), años de vacas flaquísimas en los Seminarios catalanes, concretamente la puso en marcha Don Joan Martí i Alanís en la diócesis de Urgel. Consistió en importar seminaristas de Colombia, lugar donde no había crisis de vocaciones, y con una adaptación presumiblemente fácil. El experimento no acabó de salir bien del todo, una buena parte del clero y de la feligresía de Urgel no acabó de conectar bien con los nuevos sacerdotes, acusándoles de que no se adaptaban suficientemente a la realidad eclesial y nacional (catalana) de aquellas tierras. Según nuestras fuentes en Urgel, el actual obispo, el coprincipe Joan Enric Vives, parece que ya no apuesta por esta fórmula, ya que considera a los colombianos, difíciles de gobernar, y él es un hombre que necesita tener a su clero bien sometido, pero como la falta de vocaciones es desesperante ha optado por importar filipinos que tienen fama de ser mucho más obedientes.
Roman Ostapiuk y Yuriy Stasiuk, los dos seminaristas ucranianos que han entrado este curso en el Seminario de Barcelona |
En Barcelona se ha optado por una solución bien curiosa, la de importar ucranianos, parece mucho más complicado, pero la experiencia está saliendo bien, además hay un factor que le encanta al Rvdo. Turull, a los ucranianos les es igual aprender un idioma que otro (catalán o castellano), así que se les hace aprender el catalán directamente y listos. En cambio los latinoamericanos como ya hablan castellano y se pueden entender con todo el mundo son más reacios a aprender el catalán.
Este es el verdadero motivo de la visita de nuestro arzobispo y del Rvdo. Turull a Ucrania. Continuar la vinculación por la que esta república ex-soviética seguirá proporcionando seminaristaas para maquillar los catastróficos números del Seminario. Como en casi todas las actuación del cardenal Sistach (Misión Metropolis incluída) lo importante es la imagen que se da al exterior, no la realidad interior. En este caso lo que importa es el número de seminaristas, de donde salgan es lo de menos, incluso aunque sean de la iglesia católica ucraniana donde el celibato es opcional.
Antoninus Pius